-
(Campana)
-
(Campana)
-
(Campana)
-
(Campana)
-
Querido y respetado Thay,
queridos hermanos y hermanas,
-
¿Me oyen?
-
Inspirando, sé que
que el sonido sigue siendo bajo.
-
Espirando,
le sonrío al sonido bajo.
-
Inspirando,
-
veo el verdor del atardecer,
-
el crepúsculo posándose en los árboles
alrededor de la sala de meditación.
-
Ahora está silenciado,
ahora no está silenciado.
-
Si estás en línea, puedes disfrutar de
la respiración, disfrutar de tu sentada,
-
volver al cuerpo.
-
Permitir que la respiración entre
y salga de forma natural,
-
como las olas en el océano.
-
No necesitas controlar la respiración.
-
Solo reconocer esta maravillosa presencia
-
mientras entra y sale
por la nariz, la boca,
-
y el vientre se eleva.
-
Y luego cae suavemente.
-
Es como estar sentados en la playa,
-
observando el juego de las olas
en la superficie del agua.
-
De nuevo, querido y respetado Thay,
querida comunidad,
-
hoy es el 5 de mayo
del año 2021
-
y estamos profundizando más y más
en los 40 principios de Plum Village.
-
Hoy veremos el séptimo principio.
-
Pero antes de hablar de ello,
-
quisiera hablar un poco
sobre lo que hicimos ayer.
-
Invitaron a la hermana Kinh Nghiem
-
a hablar en una ceremonia llamada
"May We Gather" en Los Ángeles.
-
Y Thay Phap Dung y yo
fuimos a apoyarla.
-
Fue una ceremonia muy hermosa en
un templo soto japonés en Los Ángeles.
-
Había varios representantes
de diferentes tradiciones budistas
-
para conmemorar los 49 días
de los asesinatos en Georgia de 8 mujeres.
-
Seis de ellas de origen asiático.
-
Un hombre con mucha ira
y odio en el corazón
-
entró y disparó a esas mujeres.
-
Esa fue una hermosa
ceremonia de curación,
-
para reunir a la comunidad
asiático-americana
-
para hablar de las paramitas,
-
la generosidad,
la moralidad, los preceptos,
-
la paciencia, la energía, la meditación.
-
Y sobre todo para hablar
no solo por esas mujeres,
-
sino también por todas
las que han sido asesinadas
-
debido a su aspecto exterior
y también por su cultura.
-
Para observar la violencia
-
que persiste en la conciencia
colectiva muy profundamente.
-
Y tuvimos la oportunidad
-
de escuchar a monjes y monjas
de diferentes tradiciones,
-
de la tradición coreana,
de la tradición tibetana,
-
de Sri Lanka, de Tailandia,
-
así como de la tradición vietnamita
y la japonesa
-
cantar el Sutra del corazón,
-
cantar el Ratana Sutta,
-
cantar versos de protección,
-
de paz y transformación.
-
Así que creo que es importante
-
investigar, cuando estudiamos
estas profundas enseñanzas del budismo,
-
reconocer también
-
que como colectivo
tenemos un largo camino por recorrer
-
en cómo discriminamos,
cómo, por nuestro miedo al cambio,
-
el miedo a lo desconocido,
-
podemos recurrir a este tipo de odio
y violencia, acciones violentas.
-
En esa ceremonia,
mostraron un breve vídeo
-
de los dos hijos de una de las mujeres
asesinada en Georgia.
-
Fue muy doloroso escuchar
a esos dos hombres adultos,
-
que amaban tanto a su madre,
-
quien les enseñó a respetar a los demás,
quien les enseñó
-
a no discriminar,
a amar a los demás.
-
Y que la maten en un acto tan...
-
un absurdo acto de violencia.
-
Es muy impactante.
-
Para mí supuso una invitación
a observar mi propia práctica,
-
y ver en qué forma discrimino todavía,
-
formas en las que todavía...
-
por la cultura que yo he heredado,
-
por el cuerpo
que me transmitieron mis padres.
-
Y ser humilde y también paciente.
-
Una de las paramitas,
muy importante,
-
paramita o perfección,
la perfección de la paciencia.
-
Cómo ser capaz de no reaccionar
-
cuando alguien habla
o actúa con ira,
-
cuando alguien recrimina.
-
Ser compasivo
y paciente con esa persona.
-
Ser para esa persona
-
quizá la única que le ha mostrado
compasión desde hace tiempo,
-
mostrarnos ante ella,
-
para que su corazón se abra,
y ese odio, esa ira,
-
no siga abrumándolos más.
-
Esta es la acción profunda
de un bodhisattva.
-
Cultivar esa paciencia
en nuestra práctica.
-
Y creo profundamente que lo que aprendemos
en estas clases sobre los 40 principios
-
me está ayudando
-
a soltar el aferramiento a las opiniones
que llevan a juicio, ira, prejuicio.
-
Creo que es la genialidad de Buda.
-
A menudo escuchamos la historia,
-
la enseñanza sobre enseñar a pescar
o dar un pescado.
-
Si se lo das, ese día
tendrá comida para la cena.
-
Pero si le enseñas a pescar,
tendrá comida para el resto de su vida.
-
Aunque somos vegetarianos,
no pescamos.
-
Pero creo que,
-
como practicantes,
-
aprendemos a profundizar en las enseñanzas
que Buda nos ofreció.
-
Es decir, no nos conformamos con tener
esta o esa opinión sobre las cosas.
-
sino que queremos profundizar más allá
de todo punto de vista y noción.
-
Y ser capaces, en el momento presente,
-
de preservar la luz y apertura
de nuestra mente,
-
sin que la afecte el miedo o el juicio.
-
Y sabemos que
en la dimensión histórica
-
hay juicio, hay reproche,
hay violencia, hay odio.
-
Pero tenemos una honda aspiración
de cultivar la paciencia,
-
de ser capaces de ir más allá
del odio y la ira.
-
Una de las religiosas presentes,
creo que se llama Christina Moon,
-
de un templo rinzai en Hawaii,
-
comenzó a leer los nombres
de las mujeres asesinadas en Georgia.
-
Le empezó a fallar la voz
y le costó pronunciarlos.
-
Thay solía decir que cuando alguien muere
o experimenta dolor,
-
nosotros también experimentamos ese dolor,
morimos un poco.
-
Recuerdo que lo contó cuando
el tsunami golpeó la costa de la India,
-
hace más de 15 años.
-
Ese es un corazón compasivo,
ser capaces de abrir nuestro corazón,
-
para que cada vez que leamos,
escuchemos el sufrimiento en el mundo,
-
podamos morir un poco,
-
sabiendo que este cuerpo es impermanente,
-
y que estamos sujetos a la enfermedad,
a la muerte, que también somos frágiles,
-
que es un milagro que sigamos
respirando, caminando
-
durmiendo cada día.
-
Y saber que esas mujeres,
no tienen esa oportunidad.
-
Eso es morir un poco.
-
Y como practicante, podemos soportarlo,
-
podemos aprender a no dejarnos llevar por
sentir desesperación por la situación.
-
Así que esa ceremonia supuso
un hermoso encuentro.
-
Me sentí muy afortunado
de poder estar allí.
-
Fue un acto de compasión
en respuesta al odio.
-
Y esa es realmente
nuestra profunda aspiración.
-
Poder cultivar esa capacidad
de responder al odio, a la violencia,
-
con compasión y comprensión,
incluso si alguien amenaza nuestra vida,
-
incluso si alguien amenaza
con hacernos daño.
-
Como monásticos, tenemos la sangha
y todos practicamos juntos.
-
Pero sabemos que es más difícil
practicar el camino del bodhisattva,
-
algo más difícil cuando hay
personas vulnerables cerca de nosotros,
-
como nuestros hijos,
-
o nuestra pareja, nuestro cónyuge.
Entonces es un poco más difícil,
-
porque nuestro arraigado instinto
para proteger a nuestros seres queridos,
-
proteger a nuestra pareja,
proteger a nuestros hijos, sobre todo.
-
Tomamos esa honda determinación
de vivir como monásticos
-
sabiendo que con este cuerpo
podemos practicar ese no miedo.
-
Por supuesto, también queremos proteger
a nuestros hermanos y hermanas.
-
Pero sabemos que
-
estamos en el camino juntos,
todos cultivamos ese no miedo.
-
Esa es para mí la gran belleza
del camino monástico.
-
Sé que si fuera padre
y tuviera mis propios hijos
-
me sería más difícil
mantener esa aspiración,
-
ser capaz de no apegarme
tanto a este cuerpo,
-
poder dejarlo ir en cualquier momento.
-
Sigue siendo difícil como monje,
-
es realmente difícil
tener ese tipo de no miedo.
-
En el mundo que vemos ahora,
hay muchas cosas maravillosas,
-
pero hay mucha incertidumbre.
-
Ahondar en la comprensión del nirvana
como lo estamos haciendo en esta clase
-
puede ser muy útil.
-
Me encanta cómo Thay ha acercado
el nirvana a la vida de práctica.
-
Durante siglos, muchos maestros
han puesto el nirvana muy lejos,
-
han puesto lo incondicional,
como una meta de la práctica
-
que uno no puede considerar
alcanzar ni remotamente,
-
sentir tal dicha, tal despertar.
-
Así que me siento muy agradecido a Thay.
-
Recuerdo,
-
que siendo novicio, cuando llevaba
pocos años en Upper Hamlet,
-
le escribí esto a Thay:
"Thay, siento que ya puedo morir.
-
Me siento tan feliz.
-
Me siento tan libre. No necesito -"
-
Me sentía muy dichoso.
-
Era un verdadero sensación de liberación.
-
Vi que hasta entonces
seguía apegado a mi cuerpo.
-
Fue algo pasajero.
Después el miedo volvió.
-
Un momento de...
-
Querer proteger este cuerpo, querer
-
tratar de estar libre de daño.
-
Pero mantener viva esa aspiración,
-
la invitación de Thay
a tocar lo incondicionado
-
en cada momento a lo largo del día
como una práctica muy concreta
-
me resulta muy útil.
-
Y, como dije en las otras clases,
cuando lo practicas
-
debes ser muy cuidadoso,
-
porque eso que consideras incondicionado
está probablemente condicionado.
-
Si puedes pensar sobre ello,
ya está condicionado.
-
Es una enseñanza muy zen.
-
Eso abre nuevos espacios
y así profundizas más y más,
-
y se abre más de este silencio.
-
Y te sientes muy ligero,
muy alegre, muy libre.
-
Tal vez podamos escuchar la campana.
-
(Campana)
-
Antes de pasar al séptimo principio,
-
hay una pregunta de la clase
de hace dos semanas.
-
Thay utiliza el modelo
-
de una relación horizontal
entre los fenómenos,
-
y una relación vertical entre
los fenómenos y los noúmenos.
-
La última vez estudiamos la investigación
separada de signo y naturaleza.
-
La investigación por separado
de los fenómenos y los noúmenos.
-
[investigación separada
de signo y naturaleza]
-
Naturaleza aquí en cuanto lo último,
-
lo incondicionado.
-
Y signo como todo
lo que posee una cualidad.
-
Forma, sonido, olor, sabor, tacto u objeto
de la mente. También el pensamiento.
-
Y hablé un poco sobre...
-
por ejemplo, tenemos un pensamiento
-
acerca de un objeto.
-
Todo eso ocurre en el nivel horizontal.
-
Tenemos el pensamiento
y el objeto de ese pensamiento.
-
Puedo pensar en la flor.
-
Mis ojos miran la flor y notan
su color, su forma, su silueta.
-
Esa es una relación entre el fenómeno
de mis ojos mirando
-
y el objeto.
-
Thay usa la imagen de una relación
horizontal para describir eso.
-
Todo lo que sucede en el mundo fenoménico,
-
todo lo que tenga una cualidad,
todo lo que podamos percibir
-
ocurre en un nivel horizontal.
-
Se hizo esta pregunta:
¿en qué consiste lo vertical?
-
Pensé que sería más útil verlo
como un plano.
-
En realidad, un plano no basta.
-
Podemos extenderlo
a tres dimensiones o más,
-
cuatro dimensiones, incluyendo
el espacio y el tiempo.
-
Pero es difícil dibujar eso en el tablero.
-
así que por ahora podemos pensar algo así,
-
puedes ver esto como espacio
y esto como tiempo.
-
Espacio o - creo que quizá lo haga
de esta otra manera.
-
Tiene más sentido.
-
El tiempo se mueve así,
-
y luego el espacio. Moverse en el espacio.
-
La relación entre dos fenómenos
en un mismo punto temporal
-
en espacios diferentes,
-
y la relación entre fenómenos
-
en el mismo espacio
en un punto temporal diferente.
-
Por ejemplo.
-
La visión profunda de esta forma de mirar,
es solo una forma de mirar,
-
es que en cada punto
del tiempo y del espacio
-
existe
-
la oportunidad de tocar lo último.
-
Tocas el nirvana.
-
Thay solía decir: "Todo ha sido ya
nirvanizado desde el tiempo sin principio.
-
Solo debemos despertar para reconocerlo".
-
Cualquier fenómeno que esté sucediendo -
-
Por ejemplo, este cuerpo,
nuestro propio cuerpo.
-
Podemos tocar el nirvana.
-
Y Thay va aún más lejos, dice,
-
usando el ejemplo de la ola en el agua:
-
'La ola ya es agua.
No necesita tocar nada.
-
Solo necesita despertar a esa realización,
que ya es agua".
-
De la misma manera,
-
pensar en la relación entre
los fenómenos en un plano,
-
en este caso dos dimensiones,
tres, cuatro dimensiones,
-
incluyendo el espacio y el tiempo.
-
Observamos cada fenómeno,
-
todo lo que está sucediendo
y vemos que allí
-
está lo incondicionado.
Su naturaleza incondicionada.
-
Así nos liberamos, porque vemos
que lo que se manifiesta
-
es el resultado de la acción.
-
En la tradición budista se habla
de acciones de cuerpo, palabra y mente.
-
[3 karmas
cuerpo, palabra, mente]
-
Los tres tipos de karma o acción.
-
Y esta es una enseñanza humana.
-
Es para los seres humanos.
-
En realidad, el Dharma es
para los seres humanos.
-
Estos principios pueden ser
experimentados por cualquier ser,
-
incluso los seres no viiventes.
-
Cuando Buda nos enseña,
enseña a seres humanos.
-
Y los seres humanos
tenemos cuerpo, habla y mente.
-
esas área de actividad,
nuestro cuerpo, habla y mente,
-
están bajo nuestro control.
-
Es algo que podemos modificar.
-
Pero todo lo que pensamos,
decimos y hacemos
-
es también producto de nuestros ancestros,
de nuestra cultura, de nuestra educación,
-
de todo lo que nos ha traído
a este momento presente.
-
Así que también es no nosotros.
-
Está bajo nuestro control, pero también...
-
Todo lo que consideramos bajo
nuestro control es también producto
-
de todo eso: nuestra cultura,
nuestros ancestros.
-
Así que cuando un hombre blanco
entra en un salón de masajes
-
y le dispara a una mujer asiática,
-
no se trata solo de un individuo.
-
Se trata del colectivo,
se trata de la cultura,
-
se trata de la comprensión,
se trata de la ignorancia, del odio
-
que se han transmitido y se manifiestan
en el momento presente.
-
Y nosotros tenemos
la responsabilidad final
-
de lo que hacemos con
nuestro cuerpo, palabra y mente.
-
Esa es la enseñanza de Buda.
-
Los ancestros nos han transmitido
esas condiciones en nuestra cultura,
-
pero ¿qué hacemos con ellas?
-
Eso depende de nosotros.
-
Y ese conocimiento puede liberarte.
-
Al reconocer que en este cuerpo, en
estas sensaciones, en estas percepciones
-
existe la naturaleza no condicionada
-
nos liberamos de nuestras formas
habituales de actuar.
-
Ya no estamos atrapados en el ciclo,
-
corriendo como un hámster en una rueda
-
con lo que se nos ha dado,
tratando de conseguir un sustento
-
para sobrevivir momento más,
una hora más, un día más,
-
sino que somos capaces de parar.
-
Volver a este cuerpo,
olver a nuestra respiración,
-
reconocer y sonreír a los hábitos,
las semillas, las tendencias
-
que nos han sido transmitidas,
-
que hemos alimentado con
nuestra distracción, nuestra preocupación,
-
nuestra ansiedad, nuestro miedo.
-
Y le sonreímos.
-
Ya no voy a correr detrás de ti.
-
Quiero pararme aquí
como una persona libre.
-
Quiero estar en contacto
con esta naturaleza no condicionada
-
que puede liberarme
-
de las corrientes de sufrimiento
que han perdurado
-
generación tras generación.
-
Y eso se manifiesta
en mi pensamiento, en mi discurso,
-
se manifiesta en mis acciones corporales.
-
¡Es maravilloso!
-
Hay mucho espacio y libertad.
-
Por un momento lo tocamos,
lo vemos muy claramente,
-
como la ola. La ola es agua.
Lo ves claramente.
-
Entonces vuelves a los hábitos,
las preocupaciones, la ansiedad.
-
A eso me refiero cuando digo que
Thay hizo del nirvana algo muy cercano.
-
Thay a veces dice
-
que Thay es más insaciable que Buda,
-
en el sentido de que él -
-
Recuerdo que una vez Thay dijo
-
que quería añadir
las tres puertas de liberación
-
a los 16 ejercicios
de la respiración consciente.
-
Thay amaba tanto las tres puertas
de liberación, que sintió
-
que quería añadirlas para hacer
19 ejercicios de respiración consciente,
-
con el vacío, la ausencia de signos
y la ausencia de objetivos.
-
Es bueno tener un poco de eso
en nuestra práctica del Dharma,
-
querer aprender más, abrir más puertas,
-
no conformarse con dejar que
las enseñanzas más profundas
-
sean colocadas lejos de nosotros,
-
sino permitir que vengan
y ver que puedo tocar eso,
-
que hay algo ahí,
hay algo de libertad en mí.
-
Hay algo de alegría en mí.
-
Sé que también hay dolor,
también hay sufrimiento,
-
también hay incomprensión, juicio, culpa,
-
pero también hay alegría,
también hay felicidad,
-
también hay espacio,
también hay lo incondicionado,
-
también hay nirvana.
-
Por favor, permite que eso sea posible.
-
Se trata simplemente de permitir.
-
No es un trabajo arduo.
-
Es solo detenerse
y permitir que eso llegue,
-
admitir esa posibilidad.
-
Y luego encontrar
formas hábiles de mantenerla.
-
Por tanto,
¿qué hacemos aquí en el monasterio?
-
Solo creamos las condiciones
-
para mantener esa conciencia
en cada momento.
-
Pero incluso los monásticos
podemos quedar atrapados
-
en las trampas de las buenas condiciones.
-
La semana pasada tuvimos
un retiro monástico.
-
Por eso no pudimos tener la clase,
-
porque los monásticos estábamos nutriendo
nuestro propio cuerpo de sangha,
-
nuestro cuerpo colectivo de sangha.
-
Tenemos la suerte de que
muchas sanghas laicas locales
-
totalmente vacunadas pudieron venir
-
y traer comida,
ofrecer comida a los monásticos.
-
Es una comida muy buena.
-
Me gustó mucho la comida.
Me gusta la comida de mis hermanos,
-
hay mucho amor y compasión en ella,
-
pero también me gustó la comida
ofrecida por la comunidad laica.
-
Como monje,
veo que si no tengo cuidado ,
-
puedo apegarme a esa deliciosa comida.
-
Puede ser una vida muy cómoda como monje.
-
Y pierdo mi profunda aspiración,
-
que es hacer buen uso
de estas condiciones.
-
Ahora hablamos mucho de los privilegios,
-
reconociendo cosas
como el privilegio blanco,
-
el privilegio de clase
el privilegio de los ricos.
-
Si tenemos el privilegio
de tener un cuerpo humano,
-
podemos beneficiarnos del Dharma,
aprender a cuidar nuestro cuerpo,
-
cuidar nuestra habla,
cuidar nuestra mente.
-
Todos tenemos algún tipo de privilegio.
-
Si tenemos el privilegio
de ser monásticos,
-
de vivir en el monasterio,
-
no nos limitamos a disfrutar
de la buena comida y ya está,
-
sino que vemos que toda esta comida
se nos ofrece con amor y cuidado
-
para que podamos lograr la transformación
no solo de nosotros mismos,
-
sino de todos los antepasados,
que no tuvieron esa oportunidad,
-
que trabajaban cada día para poder
poner comida en la mesa,
-
para poder enviar
a sus hijos a la escuela,
-
para poder viajar a los Estados Unidos
-
y tener lo que ellos creían
que era una nueva oportunidad.
-
Vivir la vida de monje o monja...
-
ellos no tuvieron
las condiciones necesarias.
-
Pero aquí estamos, tenemos
esta hermosa sala de meditación.
-
No sé si el hermano de allá
tiene la cámara
-
para que podamos disfrutar
de la nueva inscripción del altar,
-
la enseñanza de Thay,
-
justo, creo, de esta mañana o ayer.
-
¿Esta mañana?
-
'He llegado
a casa'
-
Podemos escuchar una campana.
-
[Llegado
a casa]
-
(Campana)
-
Hacemos buen uso del privilegio
de tener un cuerpo humano
-
para poder reconocer
-
que ya hemos sido nirvanizados
desde el tiempo sin principio.
-
Cada átomo, cada célula de nuestro cuerpo.
-
Y nuestra práctica es
hacer buen uso de las condiciones
-
que tenemos en esta vida
-
para ser capaces de tocar eso,
-
para incorporarlo
en cada momento y cada segundo.
-
Y lo que descubro es que ya no me quejo.
-
Alguien me llama.
-
Ya no me dejo atrapar tanto
por mis preocupaciones.
-
Esa es una prueba de fuego de la práctica.
-
Ves que tienes preocupaciones,
tienes ansiedad,
-
pero es menor. No es tan fuerte.
-
Y cada día un poco menos, un poco menos.
-
Y de repente se toca una profunda,
-
una profunda tendencia habitual.
-
Esa semilla emerge.
-
Esto nos pasa a casi todos
los practicantes muy a menudo.
-
Creemos que lo estamos haciendo bien,
que las cosas van bien,
-
nos sentimos a gusto, felices
en la práctica de meditación sentada,
-
felices en la práctica de la meditación
caminando, nos sentimos alegres,
-
todos en la sangha
son unos hermanos maravillosos.
-
Y de repente alguien dice algo,
-
y toca esa profunda semilla ancestral,
nos sentimos menospreciados,
-
nos sentimos deshumanizados,
nos sentimos ignorados,
-
nos sentimos vulnerados. Y entonces,
-
esa fuerte formación mental,
la ira, la amargura.
-
La tarea de un practicante de plena
conciencia es albergar todo eso.
-
No significa que no hayamos sido
un buen practicante.
-
Mucha gente viene a un retiro y
siente que aflora más sufrimiento.
-
Dicen: "¡Se supone que si vengo al retiro
-
solo sentiré felicidad y alegría!".
-
No, no. Lo has entendido mal.
-
Es porque quieres que te den
un masaje profundo.
-
Por eso vienes a un retiro.
-
No te conformas con seguir
a un nivel superficial,
-
y pensar: 'Este cuerpo soy yo,
estas sensaciones son yo,
-
estas percepciones son yo'
y todos esos pensamientos,
-
sino que quieres ir más allá.
-
Y quieres tocar esta naturaleza vertical
-
que está en cada célula del cuerpo,
cada acción, cada fenómeno.
-
Así que el séptimo principio.
-
'No nacido' significa nirvana.
-
]7. No nacido significa nirvāṇa]
-
Y es despertar a la verdad
-
[y es despertar a la verdad]
-
de la no muerte,
-
[de la no muerte]
-
del no venir
-
y del no ir.
-
[del no venir y no ir.]
-
no lo mismo
-
y no diferente.
-
de no lo mismo y no diferente.]
-
del no ser
-
y del no noser.
-
[del no ser y del no noser.]
-
Hay una canción:
# Llegado, llegado,
-
#a casa, estoy en mi hogar.
-
# Moro en el aquí
# y moro en el ahora,
-
# sólido como una montaña,
# libre como una blanca nube.
-
# La puerta del no nacer
# y del no morir está abierta,
-
# libre e imperturbable. #
-
El nuevo letrero,
"Llegado, en casa".
-
Eso es,
-
"en casa, estoy en casa" significa
sin venir y sin partir.
-
Nada que hacer ni adonde ir.
-
Nunca más con prisa.
-
En el plano horizontal,
-
claro, hay ir y venir.
-
En la dimensión espacial
-
las cosas se mueven de aquí...
-
O mejor dicho,
-
en la dimensión espacial
hay algo aquí, algo allí.
-
Hay un aquí y un allí.
-
Y con el tiempo,
algo se mueve en el espacio
-
de aquí a allí.
-
Pero en la vertical
-
no hay cambio.
-
En la escuela budista
solo manifestación,
-
se nos invita a ver
todos los fenómenos como manifestaciones
-
de nuestros actos de cuerpo,
habla y mente.
-
Y no es una cuestión de física,
-
ni es una descripción de la realidad,
sino algo muy práctico.
-
Los seres humanos tenemos un cuerpo,
-
habla, podemos hablar.
-
Al generar pensamiento, habla,
al generar actos corporales,
-
tenemos cierta certeza
de qué experiencia tendremos
-
tanto en el momento presente
como en el futuro.
-
Todas estas corrientes de -
-
o semillas, como las llamamos,
en la conciencia colectiva
-
están ahí, combinándose siempre
en este momento presente.
-
Y en este momento presente
podemos decidir cómo queremos pensar,
-
cómo queremos hablar,
cómo queremos actuar.
-
Y esas acciones dan fruto
-
en las sensaciones, percepciones,
formaciones mentales, cuerpo, etc.,
-
que experimentamos en el futuro.
-
Así que es algo muy práctico.
-
Esta enseñanza se basa
en poder darnos libertad
-
para hacer cosas que nos dan alegría,
nos dan felicidad en el momento presente.
-
No se trata solo de describir la realidad.
-
Al aprender sobre el karma,
muchas personas
-
quedan atrapados en una especie
de noción absoluta del karma.
-
Y dicen: "Todo es karma".
-
El sol,
-
una supernova, eso es debido al karma,
-
porque alguien pensó algo.
-
Eso es quedar atrapado
en la descripción de la realidad
-
en lugar de ver el Dharma como
una enseñanza para ayudar
-
a los seres humanos
en el momento presente.
-
Alguien con un cuerpo humano,
-
cuyas acciones tienen
efectos reales en el mundo,
-
como este hombre que decidió
tomar un arma y disparar
-
a las mujeres que trabajaban
en un salón de masajes en Georgia.
-
Nosotros, como colectivo, hemos ofrecido
las condiciones para que eso ocurra.
-
Proporcionamos el arma,
-
proporcionamos el racismo, el odio,
-
proporcionamos todas
las condiciones necesarias.
-
Pero en última instancia,
él aportó la última condición:
-
entrar en su auto, conducir hasta allí,
sacar el arma y empezar a disparar.
-
Así que él tiene que experimentar
el fruto de esas acciones violentas.
-
Y en el fruto de esas acciones,
lo peor es no estar en la cárcel.
-
Eso es una realidad.
-
Y cualquiera de nosotros
que practique sabe
-
que dañar a alguien,
dañarnos a nosotros mismos,
-
nos trae un gran sufrimiento a nosotros
y a los demás.
-
Y ese sufrimiento no se puede comparar
-
con el sufrimiento que nos pueda
imponer el mundo.
-
Por supuesto,
-
hay justicia en el mundo.
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Hay que ir a la cárcel,
pasar la vida en la cárcel,
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pero vivir con ese dolor
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es tan difícil, tan doloroso.
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Del mismo modo, cuando alguien se enoja
con nosotros, cuando alguien nos odia,
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podemos aprender a no caer
en el odio, a no caer en la ira,
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porque es como lo que se dice,
se necesitan dos para bailar el tango.
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Así que cuando alguien nos culpa
o nos juzga y reaccionamos,
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decimos: "¡No! ¡No es cierto!
¡Cómo puedes decir eso!',
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nos sumamos, nos sentimos
atraídos por el juego
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de culpar y juzgar.
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Por eso, cuando podemos
mirar a esa persona con compasión
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y ver que es una persona
que sufre mucho,
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si opino, y también culpo,
y también juzgo,
-
también hablo desde la ira,
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y me haré sufrir a mí mismo
y haré sufrir más a la otra persona.
-
Qué pasa si practico la paciencia
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y detengo mis acciones de habla,
mis acciones de pensamiento,
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y solo trato de mirar con los ojos
de lo no condicionado a esa persona,
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al sufrimiento, tratar de entender,
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y no seguir alimentando las percepciones
que tenemos sobre esa persona.
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Podría ser un ser querido,
nuestro hermano, nuestra hermana.
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Y seguimos permitiendo que nuestra -
-
Podría ser una percepción colectiva.
Entramos en una habitación,
-
hablamos de ese hermano,
hablamos de esa hermana,
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y al hacerlo les creamos una prisión.
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No les damos la oportunidad de florecer,
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de mostrar su naturaleza incondicionada,
de crecer y florecer.
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Es muy bello lo que sucede
cuando nos habita el no miedo.
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Somos capaces de entrar
en un lugar incómodo.
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Nadie quiere estar ahí
cuando alguien está culpando,
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gritando, juzgando a alguien.
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Nadie quiere estar en esa situación.
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Pero como practicantes,
si aprendemos cuando pasa eso,
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cuando alguien nos está culpando,
-
cuando nos juzgan, cuando están llenos
de odio y rabia,
-
poder simplemente sonreír, estar alegres.
-
De verdad.
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No dejar que el odio y la ira
penetren en nuestra mente,
-
sino que generamos ompasión.
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Eso es tocar lo vertical.
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Esa es una oportunidad para hacer
que el condicionamiento habitual
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desaparezca.
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No necesito reaccionar, no necesito juzgar
como lo he hecho en el pasado.
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Y puede que te sorprenda mucho
cómo responde esa persona.
-
Puede que no ocurra
la primera vez, ni la segunda,
-
pero sigues en ese camino.
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Esto es algo que practico con mi familia,
-
Lo practico con mis hermanos y hermanas,
no perfectamente.
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A veces también me enredo.
-
Pero también he visto la posibilidad de
comprensión, de compasión, de paciencia.
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Y de dejar espacio para que esa persona
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se libere de la prisión
de las percepciones,
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ya sea a nivel colectivo
o a nivel individual.
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Esas son las cosas que permite
tocar lo incondicionado,
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ir más allá de lo conocido.
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Permite ese espacio para el crecimiento,
para algo nuevo, para la paz y la alegría.
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Estas ocho nociones
que Thay menciona aquí,
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no nacimiento, no muerte,
no venir, no ir,
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no igual, no diferente,
no ser y no noser,
-
cuando observamos a fondo
nuestro pensamiento,
-
puedes descubrir
-
que cada pensamiento tiene
uno o más de ellos como base.
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Queremos ir,
queremos venir a alguna parte.
-
Queremos nacer.
-
En cada momento
estamos naciendo y estamos muriendo,
-
En cada momento, con cada palabra, cada
pensamiento, nos convertimos en alguien.
-
Y también dejamos atrás a alguien.
-
Sucede muy rápido.
-
En nuestro mismo cuerpo las células
nacen y mueren constantemente,
-
en cada momento.
-
Así que es más apropiado ver este cuerpo
-
como una vasta comunidad de seres vivos
-
que nacen y mueren constantemente.
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No solo:
"Esto es un cuerpo y este soy yo",
-
sino que es una multitud.
-
Así que en este
constante nacer y constante morir,
-
¿es posible ir más allá
de cualquier concepto de nacer y morir?
-
¿Podemos ver
que en la esencia misma de nacer
-
están todas las condiciones para morir?
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¿Que no podemos concebir
el nacer sin el morir?
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Nacer no tiene sentido sin morir.
-
¿Cómo podría nacer algo
si no puede morir?
-
¿Y cómo puede morir algo si no ha nacido?
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Trascendiendo esto, tocamos
la naturaleza no dual de la realidad.
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Hablamos de la nube,
una nube nunca muere.
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La nube se convierte en lluvia,
e convierte en río, va al océano
-
que se evapora de nuevo con el sol
y se convierte en otra nube.
-
Podemos lamentar la muerte de la nube
cuando se convierte en lluvia,
-
pero eso sería no reconocer su naturaleza
de no nacimiento y no muerte.
-
Thay citaba a menudo al químico
francés Lavoisier, que dijo:
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'Nada puede ser creado,
nada puede ser destruido'.
-
(Fr.): "Rien ne se crée, rien ne se perd.
-
Tout se transforme".
-
[Rien ne se crée, rien ne se perd.
Tout se transforme.]
-
Nada se crea, nada se pierde.
Todo se transforma.
-
Todo es transformación,
todo se transforma.
-
Así que, incluso en la química,
existe esa visión.
-
La teoría de la relatividad nos enseña
-
que la energía se transforma en materia y
la materia se transforma en energía.
-
Pero no hay pérdida en ningún caso,
nada se pierde.
-
Incluso en física, en ciencia, hay la
noción de que no hay nacimiento ni muerte.
-
Así que cuando tememos a la muerte,
en realidad tememos
-
algo que está en la propia naturaleza
de nuestro cuerpo vivo.
-
No hay manera de poder nacer
sin que haya muerte.
-
Nuestro cuerpo vuelve a la tierra
-
y proporciona sustento
a todo tipo de seres vivos.
-
Y al final puede transformarse
en un árbol, o en una flor.
-
Y eso pertenece
a la naturaleza de este cuerpo.
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Tocar esa naturaleza de transformación
-
es tocar la naturaleza de no nacimiento
y no muerte. ¡Qué hermoso!
-
Debido a que no hay nacimiento ni muerte,
estas orquídeas son posibles.
-
Porque no hay nacimiento ni muerte,
este cuerpo es posible, vivir es posible,
-
pensar, hablar, respirar es posible.
-
Lo que estamos haciendo es ir más allá
de las nociones de nacimiento y muerte.
-
Reconocemos que nuestro pensamiento
y nuestro apego a nuestros pensamientos
-
se basan en nuestras ideas
sobre nacer y morir,
-
sobre ir y venir,
-
lo mismo y lo diferente.
-
Esta persona es igual que yo.
Esa persona parece extraña,
-
parece diferente.
-
No me gusta
-
la apariencia de esa persona,
su forma de hablar.
-
Esa es la base del miedo,
de la violencia y del odio.
-
Ideas sobre quién es igual a mí
y quién es diferente.
-
No ser y el noser.
-
Esta noción de ser y no ser está
arraigada bajo todas las nociones.
-
Cuando vamos a algún lugar, es
porque queremos estar en otro lugar.
-
Cuando queremos nacer, es porque
no estamos satisfechos con lo que somos.
-
Queremos convertirnos en otra cosa.
-
O cuando nos disgusta alguien,
una situación, queremos que desaparezca,
-
eso es una especie de deseo de muerte.
-
Queremos que no exista.
-
Así que debajo de todas estas nociones
de nacimiento y muerte, de no ir ni venir,
-
lo mismo y lo diferente,
hay ideas sobre el ser y el no ser.
-
Quieres ser esto o no quieres ser aquello.
-
Este querer, desear,
aferramiento y aversión básicos.
-
Ser y no ser.
-
Entrenamos nuestra mente con la
sabiduría del séptimo principio para ver
-
que no basta con seguir
hablando del nirvana.
-
Nirvana es solo una palabra
como cualquier otra.
-
Tenemos que ser capaces de entrenar
nuestra mente para tocar lo incondicionado
-
en el momento presente.
-
Esta enseñanza sobre estos ocho aspectos,
lo no nacido y lo no muerto,
-
no venir, no ir, no igual y no diferente,
-
el no ser y el no noser,
-
es una especie de dialéctica.
-
Usar palabras y conceptos para
poder ir más allá y trascender
-
todos los conceptos, todas las nociones.
Esa es la enseñanza del Dharma.
-
Porque está ahí
para liberar nuestras mentes.
-
Está ahí para hacernos ver nuestros
apegos, a qué seguimos aferrándonos.
-
Así que cuando un maestro zen
se pone ante nosotros y nos dice: "¡Oye!"
-
es porque ve que aunque pensemos
que no nos estamos aferrando,
-
todavía hay algo a lo que nos aferramos.
-
Todavía hay una noción
sobre nosotros mismos, sobre el mundo.
-
Incluso estar orgulloso de ser budista:
soy budista, soy no violento,
-
Soy pacífico, estoy tranquilo,
eso también es un apego.
-
Eso puede mantenernos atados
al mundo del ir y venir,
-
el ser y el no ser, etc.
-
Incluso aquellas cosas que
más apreciamos de corazón,
-
al igual que la balsa, tenemos que dejarla
en la orilla. No seguimos llevándola.
-
Porque somos un practicante,
y cuando lleguemos al siguiente río,
-
confiamos en nuestra propia visión
profunda para saber cómo cruzar el río.
-
No necesitamos
llevar la balsa con nosotros.
-
Thay utiliza la metáfora de -
-
Quizá podamos terminar con la historia
del hombre que perdió sus vacas.
-
Ese hombre busca sus vacas
-
y descubre a Buda y sus monjes
-
sentados tranquilamente
en medio del bosque.
-
Está muy preocupado, muy ansioso,
está muy angustiado,
-
porque sus vacas significan todo para él,
toda su riqueza.
-
No había bancos.
-
La gente no tenía dinero.
Su riqueza eran las vacas,
-
ovejas, cabras, y su familia,
los hijos y la tierra.
-
Y este granjero había perdido sus vacas.
-
Y estaba muy angustiado: '¿Qué haré?
¿Cómo voy a vivir sin mis vacas?'
-
Y Buda le dijo: 'Lo siento mucho,
no hemos visto tus vacas.
-
Debes ir a buscarlas a otra parte'.
-
Y cuando el hombre se fue,
se volvió hacia los monjes y dijo:
-
'Ustedes son los más afortunados.
No tienen vacas que perder'.
-
Y esa es nuestra práctica
como monásticos y como practicantes,
-
reconocer qué vacas tenemos
todavía en nuestra vida,
-
qué vacas seguimos persiguiendo
-
que nos impiden ver la maravilla de
morar felizmente en el momento presente
-
y llegar realmente a casa.
-
Gracias por apoyar la clase.
-
Para los que están en línea,
continuaremos cada semana,
-
buscaremos la forma de avisarles
si no hay clase por alguna razón
-
en las próximas semanas.
-
Creo que en las próximas semanas
deberíamos poder tener la clase.
-
Gracias.
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(Campana)
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¡Qué bello!