20 - JESUS, OUR SAVIOR - The Good News About Salvation And The Tree Of Life

El llamado de Jesús

Bienvenido a esta serie de vídeos:
"El llamado de Jesús".

Hemos llegado ahora a la lección 20,

y ahora vamos a ver a
"Jesús, nuestro Señor".

En el último vídeo vimos cómo Dios creó
el mundo perfecto.

Fue un mundo perfecto el que Él creó.

Y cómo Él puso al hombre allí,
para caminar con él,

y cómo el hombre tenía comunión con Él.

Era todo perfecto.

Y ellos debían vivir para siempre.

Pero, luego, todo salió mal.

Y conseguimos un mundo en donde la
humanidad estaba dividida de Dios.

Un mundo que es malvado.
Un mundo como el que vemos hoy,

porque el pecado entró y ellos fueron
arrojados fuera del Jardín.

Ellos no pudieron comer del árbol de la
vida y vivir para siempre.

Y ese pecado es lo que ha destruido
al mundo, como lo vemos.

El odio ha entrado,
la lujuria ha entrado,

y las personas hoy están viviendo en el
pecado, divididos de Dios.

Así que, debido a nuestros pecados, Dios
puede enviar a cada hombre al infierno

y seguir siendo bueno, amoroso, justo,

porque Dios no es el problema.
Nosotros lo somos.

Y es tan importante que empecemos allí.

Empezamos con la caída.
Empezamos con el pecado.

Empezamos con conseguir que las personas
conozcan en dónde se encuentran enfrente
de Dios,

en dónde se encuentran, cuando se trata de
su relación con Dios,

con la vida eterna.

Y eso fue lo que vimos la última vez.

Nos tomamos un buen tiempo para mirar
el pecado y la caída

y lo que es el pecado y cómo estamos
divididos de Dios.

Ahora podemos seguir adelante.

Ahora podemos ver las buenas noticias.

Ahora podemos ver las asombrosas cosas
que Dios hizo.

Él no necesitaba hacerlo,

porque Él no nos lo debía.

Nosotros estábamos en pecado.
Nosotros no merecíamos nada.

Pero allí, en la mitad de todo, Dios hizo
algo asombroso

y esas son las buenas noticias de las que
vamos a hablar ahora.

Y esto es lo que podemos leer acerca en
Juan 3:16-18:

"Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,

para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo,

sino para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado;

pero el que no cree, ya ha sido condenado,

porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios".

Así que, tú ves aquí, si primero hablamos
acerca del pecado y de qué es el pecado

y cómo estamos divididos de Dios,

entonces Juan 3:16 hace sentido.

Dios no envió a Jesús al mundo para
condenar al mundo.

¿Por qué? Porque el mundo ya está
condenado

a causa de nuestro pecado.

Y a causa de nuestro pecado,
necesitamos un salvador.

Pero si las personas no entienden
el pecado...

¿para qué necesitan un salvador?

Y luego ¿para qué necesitamos a Jesús?

Entonces Jesús solo se vuelve un filósofo.

Jesús solo se vuelve una persona que
vivió una vez.

Si no entienden el pecado...

todo lo demás no hará sentido.

Pero, en un mundo caído, en donde
las personas están en pecado,

hace tantísimo más sentido,

cómo Dios envió a Su Hijo Jesús aquí
a la tierra.

Jesús, Él nació de una virgen.

Él creció aquí, cumpliendo la Ley de Dios.

Cuando Él tenía cerca de 30 años,
Él fue bautizado.

Luego el Espíritu Santo vino sobre Él
y Él empezó su ministerio,

caminando por los alrededores sanando
a los enfermos, echando fuera demonios

y contándole a las personas acerca
del Reino.

Sí. Jesús estaba predicando muchas cosas.

Él estaba predicando que necesitamos,
que tú necesitas nacer de nuevo.

No es solo suficiente con tener fe.
Necesitas nacer otra vez.

No es suficiente con solo venir a la
iglesia. Necesitas nacer otra vez.

Y leemos eso en Juan 3:5-7 aquí, en donde
Jesús está diciendo:

(Respondió Jesús:) "De cierto, de cierto
te digo, que el que no naciere
de agua y del Espíritu,

no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es;
y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es.

No te maravilles de que te dije:

Os es necesario nacer de nuevo".

Así que, Jesús está hablando de que
necesitamos creer y ser bautizados.

Necesitamos al Espíritu Santo.
Necesitamos nacer otra vez.

Y esa era una de las cosas que Jesús
estaba predicando.

Jesús, Él también estaba predicando lo
que cuesta ser Su discípulo.

Cuando Él llamó a las personas a seguirle,
Él fue muy radical.

Podemos leer eso aquí en Mateo 16:24-25,
en donde Él dice:

( Entonces Jesús dijo a sus discípulos:)
"Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo,

y tome su cruz, y sígame.

Porque todo el que quiera salvar su vida,
la perderá;

y todo el que pierda su vida por causa
de mí, la hallará".

Así que, esto es lo que Jesús estaba
diciendo.

Él no predicó lo que a menudo predicamos
en las iglesias hoy.

"¡Oh! ¡No cuesta nada!
¡Entrégale tu vida a Él!

¡Solo cree y vive como tú quieres
vivir!"- casi.

"¡Solo cree! ¡Es gratis!
¡No cuesta nada!"

¡No! Lo cuesta todo.

Sí, es gratis, pero lo cuesta todo.
¿Por qué?

Porque si alguien quiere ser
Su discípulo,

si alguien quiere heredar la vida eterna,
creer en Cristo,

él/ella necesita negarse a si mismo/a
y tomar su cruz.

Jesús fue claro.
Jesús fue radical.

En Mateo 10:34-39, Él dice esto:

"No penséis que he venido para traer paz
a la tierra;

no he venido para traer paz, sino espada.

Porque he venido para poner en disensión
al hombre contra su padre,

a la hija contra su madre, y a la nuera
contra su suegra;

y los enemigos del hombre serán los
de su casa.

El que ama a padre o madre más que a mí,
no es digno de mí;

el que ama a hijo o hija más que a mí,
no es digno de mí;

y el que no toma su cruz y sigue en pos
de mí, no es digno de mí.

El que halla su vida, la perderá;

y el que pierde su vida por causa de mí,
la hallará".

Así que, Jesús aquí dice lo mismo
de nuevo,

en donde Él pone más en eso, en donde
Él habla de la paz y la disensión
y la división.

Él era radical.

Él era radical y Él es nuestro salvador.

Si creemos en Él...

creemos en lo que Él está diciendo.

Tener fe en Cristo no es solo tener fe en
que Él vivió una vez.

Tener fe en Cristo es tener fe en Cristo,
en Sus palabras,

en lo que tú acabas de leer aquí.

Es realmente acerca de nacer otra vez.

Es realmente acerca de negarte a ti mismo.

Es realmente acerca de entregar tu vida,

al tomar tu cruz y seguirle a Él.

Y necesitamos decirle a las personas lo
que Jesús está diciendo.

De otra manera ¿cómo creerán ellos en
Él, de quien no han oído acerca?

Así que, necesitamos contarles la
historia completa.

Y una de las cosas con las que he estado
trabajando en los últimos años,

y escribí un montón acerca de eso en mi
libro "El llamado de Jesús" es:

No te comprometas.

No te comprometas. Tú no amas a las
personas al comprometerte.

En vez de eso, mejor, cuenta la completa
verdad y aquellos que la quieren,

ellos pueden realmente nacer otra vez
y sus vidas ser cambiadas.

Aquellos que no la quieren: sacúdete el
polvo de tus manos y pies y sigue
adelante.

No te empieces a comprometer. Hemos
hablado acerca de eso antes en esta serie.

Así que, cuéntalo como es.

Jesús estaba haciendo eso.
Jesús estaba predicando aquí.

Él era radical.

Y Él murió en la cruz, de acuerdo a
la Palabra.

Él fue sepultado y Él resucitó, de acuerdo
a la Escritura.

Y luego Él fue al Cielo y envió a Su
Espíritu Santo acá abajo.

Y la manera en que Él murió... fue la más
terrible manera en la que puedes morir.

Él fue puesto en la cruz, completamente
desnudo.

Ellos se burlaron de Él.

Pero allí en la cruz, leemos eso en
Mateo 27:46,50:

"Cerca de la hora novena, Jesús clamó
a gran voz, diciendo:

Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?

Y podemos leer eso en otro lugar,
en Juan 19:30:

" Cuando Jesús hubo tomado el vinagre,
dijo: Consumado es".

¿Qué fue consumado?

Él tomó la ira de Dios en Él, la ira que
nosotros debíamos de tener,

fue puesta en Jesús.
Él pagó el precio por nosotros.

Consumado es.

Él fue sepultado, pero ¡aleluya!
Él resucitó.

Y esto es tan importante, porque si Jesús
hubiese solo una vez mentido, como tú y
como yo,

una vez hubiese robado como tú y como yo,
una vez hubiese cometido pecado,

como nosotros lo hemos hecho,
Él estaría muerto hoy.

Pero porque Él fue el único hombre sin
pecado, Él conquistó la muerte.

Jesús resucitó, se mostró a si mismo
a Sus discípulos,

habló más acerca del Reino de Dios,

y ordenó a Sus discípulos a quedarse
en Jerusalén,

por lo que había sido prometido,
la promesa del Padre.

Y leemos eso en Hechos 1:4.

En una ocasión, mientras Él comía con
ellos, Él les dio este mandamiento:

(Y estando juntos, les mandó que)
"...no se fueran de Jerusalén, sino que
esperasen la promesa del Padre,

la cual, les dijo, oísteis de mí".

En Hechos 2 lo vemos, lo que Jesús
habló acerca,

acerca del Espíritu, de cómo era mejor
para ellos que Él se fuera,

porque entonces Él podría enviar a Su
Espíritu Santo acá abajo a la tierra,

y cómo el Espíritu Santo vendría y cómo,
cuando el Espíritu Santo viniera,

Él les enseñaría la completa verdad
y Él les ayudaría

y estaría en ellos, con ellos,
y todo eso.

Y luego, sucedió.

En Hechos 2 vemos cómo el Espíritu Santo
vino sobre todos aquellos quienes estaban
reunidos.

Y allí la promesa del Espíritu Santo no
fue solo para esas personas

que estaban reunidas allí.

Porque cuando ellos recibieron el
Espíritu Santo una gran multitud se juntó,

y luego Pedro y el resto, ellos se pararon
y empezaron a predicarle a aquella
multitud.

Y esto es lo que ellos estaban predicando.
Hechos 2:38-39:

(Pedro les dijo:) "Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo

para perdón de los pecados;

y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa (la
promesa del Espíritu Santo, la promesa
de una nueva vida, de un Nuevo Pacto),

y para vuestros hijos, y para todos los
que están lejos;

para cuantos el Señor nuestro Dios
llamare".

Así que, aquí todo se junta.

El Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo
del que Jesús hablaba acerca,

mientras Él caminaba aquí en la tierra,
el mismo Espíritu que vino sobre Jesús,

cómo Jesús murió y resucitó,
fue al Cielo,

envió a Su Espíritu Santo aquí, y vemos
eso en Hechos 2,

y entonces, ellos lo predicaron.

Que si ellos se arrepintiesen y
fuesen bautizados,

ellos también recibirían el Espíritu,
como vemos allí.

Y este es el Evangelio completo que se
une, el nuevo nacimiento del que Jesús
está hablando acerca:

arrepiéntete, sé bautizado y recibirás
el Espíritu Santo.

Arrepiéntete y nace otra vez del agua y
del espíritu.

El arrepentimiento es la base.

Y cuando hables con las personas,
habla acerca del pecado, no lo escondas,

como hablamos acerca en la última lección,

y luego habla acerca del arrepentimiento.

Explica lo que es el arrepentimiento.

Y quiero leer algo de mi libro
"El llamado de Jesús", en este capítulo:

"La primera cosa que leemos aquí, es que
las personas necesitan arrepentirse.

2 de Corintios 7:10 afirma: "Porque la
tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento

para salvación, de que no hay que
arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte".

Necesitamos entender que todos nosotros
hemos pecado contra un Dios santo y justo.

Antes de que las personas vean que ellos
han pecado contra un santo y justo Dios,

no pueden arrepentirse y experimentar
el perdón.

¿Cómo puedes arrepentirte de tus pecados
si tú no reconoces que tú has pecado?

Así que, primeramente, las personas
necesitan ver sus pecados y que ellos
han roto la ley de Dios.

Ellos necesitan llegar al punto en que
ellos sientan tristeza por sus pecados

y realmente quieran apartarse de ellos
y vivir una nueva vida.

Cuando una persona realmente reconoce
sus pecados, siente tristeza, y reconoce
que ha pecado

contra Dios, entonces puede apartarse de
sus pecados y poner su fe en Jesús

y lo que Él hizo en la cruz.

Sí. Luego Dios vendrá y sacará su corazón
de piedra y les dará un nuevo corazón.

Leemos en Ezequiel 36:26: "Os daré corazón
nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de
vosotros;

y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne".

Así que, esto es el arrepentimiento.
Arrepentirse es sentir tristeza,

tristeza que conduce al arrepentimiento,
remordimientos, el deseo de cambiar de
camino.

Y en ese lugar, cuando las personas se
apartan de sus pecados,

Dios saca ese corazón de piedra,
esa conciencia que...

ha sido destruida a causa del pecado

y les da un nuevo corazón de carne,
una limpia, sensible conciencia,

en donde las personas no pueden continuar
pecando, como lo hacían antes.

Así que, eso es el comienzo.

Fe en Cristo, arrepentimiento, apartarse
de los pecados y recibir un nuevo corazón.

Ahora hay vida... un nuevo corazón dentro
de ellos, una nueva conciencia, pero hay
más.

Porque Jesús mismo dijo: "El que creyere
y fuere bautizado, será salvo".

Así que, quienquiera que creyere y fuere
bautizado, será salvo,

pero quienquiera que no crea, y por lo
tanto, no fuere bautizado,

será condenado.

El bautismo no es un símbolo. El bautismo
es parte de la salvación,

en donde en arrepentimiento y fe;
conseguimos un nuevo corazón,

pero entonces necesitamos sepultar el
viejo cuerpo, el cuerpo que es esclavo
del pecado.

Porque aquel que practica el pecado
esclavo es del pecado.

Y necesitamos deshacernos de este
viejo cuerpo...

en un entierro, en morir con Cristo, en
levantarnos, en donde no somos esclavos,

no estamos bajo la Ley ya más.
Estamos bajo la gracia.

Romanos 6 está hablando acerca de eso.
Leeré solo 2 lugares de Romanos 6:3-4

y Romanos 6:12-14.
Leemos aquí (Romanos 6:3-4):

"¿O no sabéis que todos los que hemos
sido bautizados en Cristo Jesús,

hemos sido bautizados en su muerte?

Porque somos sepultados juntamente con
él para muerte por el bautismo,

a fin de que como Cristo resucitó de
los muertos

por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva".

(Romanos 6:12-14): "No reine, pues,
el pecado en vuestro cuerpo mortal,

de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias;

ni tampoco presentéis vuestros miembros
al pecado como instrumentos de iniquidad,

sino presentaos vosotros mismos a
Dios como vivos de entre los muertos,

y vuestros miembros a Dios como
instrumentos de justicia.

Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues no estáis bajo la ley,

sino bajo la gracia".

¡Aleluya! Esto es tan poderoso.

Y lo que las personas necesitan entender
es: Jesús no vino a salvarnos en nuestros
pecados.

Él vino a salvarnos de nuestros pecados.

Él vino a darnos una nueva vida.

En el arrepentimiento, conseguimos un
nuevo corazón.

En el bautismo sepultamos ese cuerpo
que es esclavo del pecado,

de modo que ya no estamos bajo la
ley ya más.

Y, por lo tanto, no necesitamos dejar al
pecado imperar sobre nuestras vidas,

porque el pecado no tiene dominio
sobre nosotros.

Porque estamos ahora en Cristo.

Y es tan importante.
Esa es la verdadera fe.

La verdadera fe está conectada con el
arrepentimiento, bautismo en agua y del
Espíritu Santo.

Gálatas 3:26 dice muy claramente:

"pues todos sois hijos de Dios por la
fe en Cristo Jesús;

porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos".

Así que, Gálatas está diciendo: todos sois
hijos de Dios por la fe.

Y esa es la verdad. Todos son hijos de
Dios por medio de la fe.

¿Pero cuándo entras realmente a esa fe?

Cuando fuiste bautizado en Cristo tú
fuiste colocado en Cristo

o fuiste revestido con Cristo, como
algunas traducciones están diciendo.

Así que, todos nosotros somos hijos de
Dios por medio de la fe,

porque cuando nosotros somos bautizados,
nosotros estamos en Cristo,

nosotros no somos nosotros lo que
vivimos, sino que Cristo vive en nosotros.

Así que, el bautismo, el arrepentimiento,
la fe, todo se junta,

como también verás en el libro de
los Hechos.

Y es tan triste de que nosotros en la
iglesia hemos estado predicando de la fe,

y luego, años después, a veces,
arrepentimiento y luego, años más
tarde, bautismo

y luego el Espíritu Santo es solo para
unos pocos.

Esto es lo que nuestra tradición está
diciendo, pero eso no es lo que la Biblia
está diciendo,

como hablamos acerca, en la última
lección, en donde vimos el libro de los
Hechos.

Si tú vas a través del libro de los
Hechos; arrepentimiento, fe, bautismo
en agua

y con el Espíritu Santo: todo en el mismo
día.

Todo de inmediato, en el mismo momento.

Así que, en el bautismo sepultamos la vida
vieja y empezamos de nuevo.

En el bautismo lavamos nuestros pecados
y experimentamos ese perdón de los
pecados.

Somos hechos limpios. Y esto es lo que
Pedro dijo en Pentecostés (Hechos2:38),
cuando él dijo:

(Pedro les dijo:) "Arrepentíos, y
bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo

para perdón de los pecados;

y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Así que, somos bautizados cuando te
reviestes de Cristo.

Somos bautizados, en donde enterramos
la vida vieja.

Somos bautizados para el perdón de
nuestros pecados.

Y luego recibiremos el Espíritu Santo.

Sí. Algunas personas reciben el Espíritu
Santo primero, pero luego necesitan ser
bautizados de inmediato.

Pero, déjame leer algo de mi libro
"El llamado de Jesús",

cuando se trata del bautismo y el
Espíritu Santo.

Tan necesario como el arrepentimiento y
el bautismo son,

ellos todavía no son suficientes para
vivir como un discípulo de Cristo.

Nosotros también necesitamos ser
bautizados en el Espíritu Santo.

En el Evangelio de Juan, Jesús dice esto
acerca del Espíritu Santo:

"Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Y yo rogaré al Padre,

y os dará otro Consolador, para que esté
con vosotros para siempre:

el Espíritu de verdad, al cual el mundo
no puede recibir,

porque no le ve, ni le conoce..."
(Juan 14:15).

"Mas el Consolador, el Espíritu Santo,
a quien el Padre enviará en mi nombre,

él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os he dicho.

La paz os dejo, mi paz os doy;

yo no os la doy como el mundo la da.

No se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo". (Juan 14:26-27).

Jesús dijo esto una vez, cuando Él estaba
junto con Sus discípulos.

Él también dijo: "Os conviene que yo me
vaya;

porque si no me fuera, el Consolador no
vendría a vosotros...".

Era lo mejor para nosotros que Jesús
se fuera.

¿Por qué? A causa de la salvación.
A causa del nuevo nacimiento

y a causa del Espíritu ahora en nosotros.

Y Él te va a ayudar, Él me va a ayudar
a mí, Él nos está ayudando

a conocer a Dios, recordándonos cada
palabra que Jesús ha dicho.

Si tú quieres ver más acerca de eso, cómo
las personas recibían el Espíritu Santo,

ve a Hechos 10. Amo ese lugar, con Pedro
y la casa de Cornelio.

Hechos 19, cómo Pablo vino a Éfeso.

O ve atrás a Hechos 8, con Felipe en
Samaria y lo que sucedió allí.

Si lo quieres ver con tus ojos, te
recomiendo nuestra película:

"La Última Reforma: El comienzo".
En "La última Reforma: El comienzo",

hablamos acerca del Espíritu Santo,
arrepentimiento, fe, bautismo y el
Espíritu Santo,

y tú ves cómo las personas recibían
el Espíritu Santo.

Puedes encontrar eso en nuestra página
web: TLRmovie.com.

Pero lo que es asombroso es lo que Jesús
estaba predicando,

lo que vimos en el libro de los Hechos,
es exactamente igual a lo que vemos hoy.

Estamos viendo lo mismo hoy; cómo las
personas se arrepienten, son bautizadas

y reciben el Espíritu Santo.

Y tengo muchísimos vídeos en YouTube, en
donde puedes ver cómo las personas
reciben el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo viene y tú puedes...
algunas veces ves cómo ellos inspiran y...

solo empiezan a hablar en nuevas lenguas.
Es tan hermoso.

Y también tengo más enseñanzas acerca de
ello en mi libro "El llamado de Jesús".

Necesitamos nacer otra vez.

Tú necesitas nacer otra vez.

Necesitamos ser limpiados por la sangre
de Jesús.

Necesitamos lavar nuestros pecados.

Necesitamos una nueva vida.

Y si hacemos eso, un día estaremos con Él
por siempre y para siempre en la Nueva
Jerusalén.

Apocalipsis 22:3-5 está diciendo eso.
Leemos aquí:

"Y no habrá más maldición;

y el trono de Dios y del Cordero estará
en ella,

y sus siervos le servirán,

y verán su rostro, y su nombre estará
en sus frentes.

No habrá allí más noche;

y no tienen necesidad de luz de lámpara,
ni de luz del sol,

porque Dios el Señor los iluminará;

y reinarán por los siglos de los siglos".

Apocalipsis 22:14: "Bienaventurados los
que lavan sus ropas,

para tener derecho al árbol de la vida,

y para entrar por las puertas en la
ciudad.

Así que, aquí lo vemos.

Empezamos, en la última lección, con
hablar acerca de la caída y del pecado,

y cómo a causa del pecado, las personas
fueron arrojadas fuera del Jardín,

de modo que ellos no pudieran comer
del árbol de la vida y vivir para siempre.

Pero Jesús es el nuevo Adán, quien vino a
restaurar lo que se había roto con el
primero (Adán).

A través del primer Adán el pecado entró
y la caída. A través del segundo Adán,
Jesús,

el perdón vino...

para aquellos quienes creen en Él,

quienes han nacido otra vez.

Y a través de la sangre de Jesús,
a través de ser limpiados,

a través del arrepentimiento, bautismo en
agua y con el Espíritu Santo,

al ser limpiados de nuestros pecados,
lavados para ser limpios,

un día podremos ser capaces de entrar
a la Ciudad, la Nueva Jerusalén,

comer de ese árbol de la vida, y vivir
para siempre y siempre y siempre.

Y lo amo. Y es tan, tan hermoso,

cuando cuentas la historia desde el
principio hasta el final.

Empieza con el árbol de la vida y
termina con el árbol de la vida.

Empieza con el pecado entrando,
y luego con Jesús,

y luego con lo que Él hizo en la cruz,
y luego con lo que esta nueva vida se
trata acerca.

Y luego termina con el árbol de la vida.

Cuando contamos la historia completa,
es tan hermoso.

Hace tantísimo más sentido.

Y las personas necesitan eso.

No es suficiente que tú solo tengas fe.

Necesitas creer en Cristo. Necesitas saber
lo que Él está diciendo.

Y luego tú necesitas obedecerle.

Necesitas nacer otra vez.

Necesitas arrepentirte.

Y luego necesitas, después del
arrepentimiento, ser bautizado, como
Jesús está diciendo.

Y luego recibir el Espíritu Santo.

Y luego toma tu cruz y continúa
siguiéndole a Él.

Así que, no sé dónde tú estás. ¿Todavía no
te has completamente arrepentido?

¿Todavía no has sido bautizado? ¿Todavía
no has recibido el Espíritu Santo?

¿No has completamente nacido de nuevo?

Entonces ve a TLRmap.com, y encuentra a
alguien cerca de ti, encuentra algunos
marcadores verdes cerca de ti,

si tú puedes, nuestra persona contacto o
contáctate con nosotros en La Última
Reforma,

e intentaremos ponerte en contacto con
personas.

Intenta venir a un fin de semana de
activación del discipulado, si tú puedes.

Ven a nuestras reuniones, cuando las
tenemos.

Encuentra a personas que puedan ayudarte,
y así nacer de nuevo.

Para ti, quien entiendes esto, que has
nacido de nuevo,

no solo te saltes el Evangelio demasiado
rápido.

Mételo bajo tu piel, entrena, entrena,
míralo una y otra vez,

mira los vídeos que tenemos,
mira este vídeo de nuevo,

encuentra las Escrituras, lee las
Escrituras en tu Biblia,

conoce dónde están,
mételas bajo tu piel.

Porque entonces, cuando te sientes allí,
con la persona de paz,

tú no solo compartirás un Evangelio a
medias o una verdad a medias, que es
una mentira.

Tú compartirás el cuadro completo.

Y luego serás capaz de tomarte el tiempo
para compartir la historia completa.

Y tú verás, cuando empiezas con Dios,
el árbol de la vida

y el pecado, cómo el mundo fue cayendo,
cómo Jesús vino,

murió en la cruz, lo que Él está diciendo
acerca de seguirle,

lo que es nacer de nuevo, y a las
personas entenderlo y responder a eso:

tú verás que ellos se arrepentirán, serán
bautizados y ellos recibirán el
Espíritu Santo,

y se convertirán en discípulos fuertes.

Así que, te incentivo en este vídeo,
también hasta la próxima vez,

ve el vídeo que pondré el link aquí,
junto con este vídeo.
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Pondré un link para ello, en donde puedes
ver cómo yo uso las cartas del Evangelio

para compartir el Evangelio.
Esto es tan importante.

En el próximo vídeo compartiré testimonios
de Lucas capítulo 10,

mis propias experiencias con Lucas
capítulo 10.

Esta vez no desde lo que leemos en la
Biblia y lo que Jesús está diciendo,

sino como lo vivo.
Cómo se ve hoy.

Y luego intentaré ponerlo todo junto y
entregarte algunas más herramientas.

Y luego queremos que tú empieces a
obedecer el llamado de Jesús allá afuera,

a encontrar a esa persona de paz, y a ver
personas volverse discípulos fuertes.

¡Dios te bendiga! ¡Te veo la próxima vez!
¡Chao, chao!

El llamado de Jesús