Yo sabía exactamente qué aspecto tenía el amor… ...en séptimo grado. Y aunque aún no había conocido el amor, si el amor hubiese entrado en mi clase lo hubiese reconocido al instante, el amor... ...llevaba un collar de cuerda. La hubiese reconocido al instante, el amor llevaba una trenza apretada. El amor tocaba la guitarra acústica y se sabía todas mis canciones favoritas de The Beatles Al amor no le daba vergüenza ir conmigo en el autobús Y yo sabía que debía haber estado buscando en las aulas equivocadas, que debía estar recorriendo el pasillo equivocado... ...ella estaba allí, estaba seguro. Si solo pudiera encontrarlo… Pero cuando finalmente el amor apareció... Tenía un corte en forma de hongo Llevaba la misma ropa durante toda una semana El amor odiaba el autobús El amor no sabía nada de los Beatles Y encima, cada vez que intentaba besarla nuestros dientes se metían en medio El amor era la razón por la que mentía a mis padres: "Me voy a casa de… Ben" El amor no tenía ritmo bailando, pero nunca dejaba escapar un baile lento El amor esperaba al lado del teléfono porque sabía que si su padre lo cogía sería algo así: "¿Hola? ¿Hola? Creo que colgaron." Y el amor creció, se estiró, como un trampolín. El amor cambió El amor desapareció, lentamente, como los dientes de leche. Perdí partes de mí que pensé que necesitaba El amor se desvaneció. Era como un mago aficionado, todos podían ver la trampilla menos yo. Como con una rueda pinchada... Había planeado ir a otros lugares. ¡Pero mis planes no importaban! El amor estuvo ausente durante años Y cuando el amor finalmente reapareció, apenas lo reconocí. Ahora el amor olía diferente, tenía los ojos más oscuros la espalda más ancha El amor tenía pecas que no reconocía Nuevos lunares, una voz más suave Tenía nuevos horarios de sueño Nuevos libros favoritos. Al amor ciertas canciones le recordaban a alguien mas, canciones que no le gustaba escuchar. ¡Igual que yo! Pero encontramos un banco en el parque que nos iba a la perfección. Encontramos chistes que nos hacían reír. Y ahora el amor me prepara galletas de chocolate, pero el amor seguramente se las comerá casi todas en una merienda de medianoche. Al amor le queda fantástica la lencería, pero aún así le gusta llevar su retenedor. El amor es muy mal conductor, pero un copiloto excelente. El amor sabe a dónde va, pero puede que tarde dos horas más en llegar. Ahora el amor es más caótico. Ya no es tan simple. El amor usa la palabra “tetas” delante de mis padres. El amor hace mucho ruido al masticar. El amor deja destapada la pasta de dientes. El amor usa caritas sonrientes en sus SMS. Y resulta que... ¡El amor caga! Pero el amor también llora, y te dirá que eres preciosa, y de verdad, una y otra vez. Eres preciosa. Cuando te acabas de levantar. Eres preciosa. Cuando estuviste llorando. Eres preciosa. Cuando no quieres escucharlo. Eres preciosa. Cuando no te lo crees. Eres preciosa. Cuando nadie más te lo dice. Eres preciosa. El amor sigue pensando... ¡Que eres preciosa! Pero el amor no es perfecto y a veces se olvida decirlo cuando más necesitas escucharlo. ¡Eres preciosa! No olvides esto: el amor no es quien tú esperabas; el amor no es algo que puedas predecir. Puede que el amor esté ya durmiendo en Nueva York y tú estás en California o Australia bien despierto. Quizá el amor siempre esté en una zona horaria diferente; quizá el amor no esté preparado para ti; quizá tú no estés preparado para el amor; quizá el amor no quiera casarse; quizá la próxima vez que veas al amor sea veinte años después de divorciarte; quizá haya envejecido pero sigue tan hermoso como lo recordabas; quizá el amor solo esté durante un mes; quizá el amor esté para cada fuego artificial, para cada cumpleaños, para cada visita al hospital; quizá el amor se quede; quizá el amor no pueda; ¡quizá el amor no deba! El amor llega exactamente cuando tiene que llegar y se va exactamente cuando debe irse. Si el amor llega, dile: “¡bienvenido, ponte cómodo!” Si el amor se va, pídele que deje la puerta abierta cuando salga, apaga la música, escucha el silencio... Susúrrale: “¡gracias por pasar por aquí!”.