Muchas gracias. Si, soy Hannah Fry, matemática, y quisiera hablarles de las matemáticas del amor. Creo que todos estamos de acuerdo en que los matemáticos son conocidos por su excelencia en encontrar el amor. Pero esto no solo se debe a nuestras personalidades atractivas, habilidades superiores de conversación o maravillosas cajas de lápices. También se debe a que, en realidad, hemos hecho mucho trabajo matemático sobre cómo encontrar la pareja perfecta. En mi trabajo favorito sobre el tema, titulado: "Por qué no tengo novia" (Risas) Peter Backus intenta evaluar sus posibilidades de encontrar el amor. Bueno, Peter no es un hombre codicioso. De todas las mujeres disponibles en el Reino Unido lo único que busca Peter es alguien que viva cerca, alguien del grupo de edad adecuado, alguien con título universitario, una persona con la que posiblemente pueda llevarse bien, una persona probablemente atractiva, alguien que lo pueda encontrar atractivo. (Risas) Y el resultado es un cálculo de 26 mujeres en todo el Reino Unido. No parece mucho, ¿no es así, Peter? Solo para verlo en perspectiva, eso es aproximadamente 400 veces menos que los mejores cálculos sobre las posibles formas de vida extraterrestre inteligente. Y también ofrece a Peter una probabilidad de 1 en 285 000 de encontrarse con una de estas señoras especiales una determinada noche. Quisiera pensar que por esa razón los matemáticos ya no se molestan en salir por la noche. Yo, personalmente, no comparto ese pesimismo. Porque sé, tan bien como Uds., que el amor en realidad no funciona así. Las emociones humanas no están tan ordenadas, ni son tan racionales, ni tan fácilmente predecibles. Pero también sé que eso no significa que las matemáticas no tengan nada que ofrecer, porque el amor, como la mayor parte de la vida, está lleno de patrones. Y las matemáticas son, al final y sobre todo, el estudio de patrones. Patrones que predicen desde el estado del clima, hasta las fluctuaciones en la bolsa, hasta el movimiento de los planetas o el crecimiento de las ciudades. Y siendo honestos, ninguna de esas cosas es perfectamente ordenada, ni fácilmente predecible. Pienso que las matemáticas son tan poderosas que pueden ofrecernos nuevas formas de ver casi cualquier cosa, incluso algo tan misterioso como el amor. Y para persuadirlos de lo sorprendentes, maravillosas, y relevantes que son las matemáticas me permito darles mis mejores 3 consejos, matemáticamente verificables, para el amor. (Risas) Consejo práctico número 1: Cómo lograr citas en línea. Mi sitio favorito de citas en línea es OkCupid, entre otras cosas porque fue fundado por un grupo de matemáticos. Dado que son matemáticos, han recolectado datos de todos los que usan su sitio durante casi una década. Y trataron de encontrar patrones en la forma en que hablamos de nosotros mismos y en la forma de relacionarnos con los demás en un sitio web de citas en línea. Y dieron con hallazgos realmente interesantes. Particularmente mi favorito es que resulta que en un sitio de citas en línea lo atractivo que uno sea no define su popularidad, y de hecho, que haya gente que piense que uno es feo, puede operar en favor propio. Les mostraré cómo funciona esto. En una afortunada sección voluntaria de OkCupid, a uno se le permite evaluar qué tan atractivas parecen las personas, en una escala de 1 a 5. Si comparamos esos resultados, la puntuación media, con la cantidad de mensajes que recibe un grupo de personas, uno puede empezar a tener una idea de cómo lo atractivo se relaciona con la popularidad en un sitio web de citas por Internet. Este es el gráfico que han desarrollado los chicos de OkCupid. Lo interesante es ver que no es totalmente cierto que cuanto más atractivo uno sea, más mensajes recibe. Bien, esto tal vez sea un poco tendencioso pero tiene un R cuadrado del todo ordinario, seamos honestos. Pero la pregunta que surge entonces es ¿por qué la gente de aquí es mucho más popular que la de acá abajo, a pesar de tener la misma puntuación en atractivo? Y se debe a que la imagen no lo es todo. Trataré de ilustrar esas conclusiones con un ejemplo. Si tomamos a alguien como Portia de Rossi, por ejemplo, todos están de acuerdo en que es una mujer muy hermosa. Nadie piensa que sea fea, pero tampoco es una supermodelo. Si comparamos a Portia de Rossi con Sarah Jessica Parker, mucha gente, incluso yo misma, diría que Sarah Jessica Parker es verdaderamente estupenda y que, posiblemente, sea una de las criaturas más hermosas que haya pisado la faz de la Tierra. Pero otras personas, es decir, la mayoría en Internet (Risas) piensa que ella parece un caballo. (Risas) Si preguntamos a la gente sobre lo atractivas Portia de Rossi o Sarah Jessica Parker y les piden que les den un puntaje de 1 a 5 imagino que les darían básicamente la misma puntuación, en promedio. Pero la distribución de votos podría ser muy diferente. Las puntuaciones para Portia se agruparían en torno al 4 porque todos creen que es muy hermosa. Mientras que las opiniones sobre Jessica Parker, resultarían divididas. Habría una gran separación en las valoraciones. Y, de hecho, esas diferencias son las que cuentan. Esa dispersión es lo que le hace a uno más popular en un sitio de citas en línea. Esto significa entonces que si uno a algunas personas les parece atractivo, en realidad es mejor que haya otras que piensen que uno es un completo adefesio. Eso es mucho mejor a que todo el mundo piense que eres "la chica linda de al lado". Parece que esto empieza a tener un poco más de sentido si pensamos en las personas que envían esos mensajes. Así que digamos que uno piensa que alguien es atractivo pero sospecha que otras personas no necesariamente piensan igual. Eso significa que hay menos competencia, un incentivo adicional para ponerse en contacto. Comparen esto con la situación en la que uno piensa que alguien es atractivo y sospecha que todos creen lo mismo. Bueno, ¿para qué molestarse en arriesgarse? Seamos honestos. Aquí viene lo verdaderamente interesante. Porque cuando la gente elige las fotos para el servicio de citas en línea, a menudo intentan minimizar los aspectos que puedan parecer desagradables a los demás. El clásico ejemplo es el de quienes tienen tal vez algo de sobrepeso que eligen deliberadamente una foto muy recortada. (Risas) O los calvos, por ejemplo, eligen deliberadamente fotos en las que usan sombrero. En realidad esto es lo contrario de lo que uno debe hacer para tener éxito. Por el contrario, uno debe explotar lo que realmente lo hace diferente, incluso si piensa que para algunos esto pueda resultar poco atractivo. Porque la gente a quien le gustas estará encantada contigo de todos modos, y los demás, a quienes no les gustas, terminan beneficiándote. Bien. Consejo práctico número 2: Cómo elegir la pareja perfecta. Imaginemos ahora que uno está teniendo un éxito rotundo en el campo de las citas. Entonces surge la pregunta: ¿cómo convertir ese éxito en felicidad a largo plazo? Y, en particular, ¿cuál será el momento preciso para decidir? En general no es aconsejable comprometerse y casarse con la primera persona que se nos cruce y muestre algún interés en Uds. Pero por otra parte, tampoco uno quiere dejar pasar mucho tiempo si se quiere maximizar la probabilidad de felicidad a largo plazo. Como dice mi escritora favorita, Jane Austen: "Una mujer soltera de 7 y 20 (sic) jamás podrá sentir o inspirar afecto nuevamente". (Risas) Muchas gracias, Jane ¿Qué sabes tú del amor? Entonces la pregunta es: ¿cómo saber cuándo es el momento adecuado para decidir, dada toda las personas con la que uno puede citarse en su vida? Afortunadamente, podemos usar una parte magnífica de las matemáticas para esto; la llamada teoría de parada óptima. Imaginemos entonces que uno empieza a tener citas a los 15 e idealmente, desea casarse a los 35. Hay un número de personas con las que posiblemente uno podría tener una cita en algún momento de la vida, con diferentes niveles de afinidad. Las reglas son que una vez que se comprometen y se casan ya no pueden seguir buscando qué podrían haber tenido, y además, no se puede volver atrás y cambiar de opinión. Según mi experiencia, al menos, creo que, en general, a nadie le gusta ser llamado nuevamente años después de ser dejado por otro. O quizás eso me pasa solo a mí. Las matemáticas dicen que lo que se debe hacer con el primer 37 % de las citas, es rechazarlas todas, como potencial serio de matrimonio. (Risas) Y luego se debe elegir a la siguiente persona que llegue que sea mejor que todas anteriores. Aquí está el ejemplo. Si se hace esto, está matemáticamente demostrado que puede ser la mejor manera posible de maximizar las posibilidades de encontrar la pareja perfecta. Sin embargo, debo decirles que este método tiene algunos riesgos. Por ejemplo, imaginen que su pareja perfecta apareció en el primer 37 %. Lamentablemente, tuvieron que rechazarlo. (Risas) Si seguimos a las matemáticas, temo que nadie más venga que sea mejor que todas las anteriores; así que habría que rechazar a todas y morir solo en soledad. (Risas) Probablemente rodeado de gatos que mordisqueen sus restos. Pensemos en otro riesgo diferente; supongan que todas las personas que vieron en su primer 37 % son increíblemente torpes, aburridas, terribles. Es correcto, porque están en su fase de rechazo. Eso está bien, porque están en la fase de rechazo, así que sin problema, pueden ser rechazados. Pero ahora piensen que la siguiente persona es apenas menos aburrida, torpe y terrible que todas las anteriores. Siguiendo las matemáticas, me temo que deberían casarse con ella y terminar en una relación claramente no tan buena. Lo siento. Pero creo que aquí hay una oportunidad para hacer dinero con esto y abastecer el mercado. Una tarjeta de San Valentín como esta: (Risas) "Amado esposo, eres apenas menos terrible que el primer 37 % de las personas con las que salí". Es de hecho más romántica que las que normalmente envío. Este método, pues, no ofrece una tasa de éxito del 100 %, pero no hay otra estrategia posible que funcione mejor. De hecho, en la naturaleza hay ciertos tipos de peces que siguen exactamente esta estrategia. Rechazan cada posible cortejante que aparezca en el primer 37 % de la temporada de apareamiento, y luego eligen el siguiente pez que aparece luego. No sé si será más grande y más corpulento que todos anteriores. Creo que inconscientemente, los humanos, de alguna manera, también hacemos eso. Nos damos algún tiempo para explorar el terreno, tantear el mercado o lo que fuere mientras somos jóvenes. Y luego empezamos a buscar seriamente posibles candidatos matrimoniales cuando estamos entre los 25 y los 30. Creo que esto es una prueba concluyente, por si hiciera falta, de que el cerebro está configurado para ser un poco matemático. Este fue el consejo práctico número 2. Ahora, el consejo práctico número 3: Cómo evitar el divorcio. Imaginemos ahora que eligieron la pareja perfecta y que se proyectan con ella para una relación de por vida. Me gusta pensar que lo ideal es que todos traten de evitar el divorcio, salvo, no sé, quizás, la esposa de Piers Morgan. (Risas) Pero es un hecho triste de la vida moderna que 1 de cada 2 matrimonios en EE.UU., termina en divorcio, y en los otros países, la cosa es del mismo orden. Probablemente podría perdonarse si se piensa que las disputas que preceden a una ruptura matrimonial no son un candidato ideal para la investigación matemática. Por una parte, es muy difícil saber qué deberíamos medir o qué deberíamos cuantificar. Pero esto no impidió que un psicólogo, John Gottman, hiciera exactamente eso. Gottman observó cientos de parejas mientras conversaban, y grabó todo lo que se puedan imaginar. Grabó lo que se decía en las conversaciones, grabó su conductividad de la piel, grabó sus expresiones faciales, el ritmo cardíaco, la presión arterial, básicamente todo, aparte de si la mujer era en realidad la que siempre tenía razón, que, por cierto, en realidad así era. Pero Gottman y su equipo encontraron que uno de los indicadores más importantes para saber si una pareja iba a divorciarse o no, era lo positivo o negativo que era cada uno en la conversación. Las parejas de bajo riesgo presentaban muchos más puntos positivos que negativos en la escala de Gottman. Mientras que las malas relaciones las que probablemente se divorciarían, se hallaban en una espiral de negatividad. Solo usando estas ideas sencillas Gottman y su grupo pudieron predecir si una pareja concreta se iba a divorciar con una precisión del 90 %. Pero no fue hasta asociarse con un matemático, James Murray, que empezaron a entender realmente qué provoca las espirales de negatividad y cómo se producen. Y los resultados que encontraron son increíble e impresionantemente simples e interesantes. Aquí están. Ah, esta imagen, ¿bien? Pienso que deberían ser bastante claros. Las ecuaciones predicen cómo responderá la esposa o el marido en el próximo turno de la conversación, qué tan positivos o negativos serán. Estas ecuaciones, dependen del estado de ánimo de la persona cuando está sola, del estado de ánimo cuando está con su pareja, pero, lo más importante, dependen de lo mucho que marido y mujer se influyan mutuamente. En este punto, creo que es importante destacar que precisamente estas ecuaciones han demostrado también que pueden perfectamente describir lo que ocurre entre 2 países en una carrera armamentista. (Risas) Es que, una pareja que discute en la espiral de negatividad y se tambalea al borde del divorcio, en realidad, equivale matemáticamente al comienzo de una guerra nuclear. (Risas) Pero el término realmente importante en esta ecuación es la influencia que las personas tienen unas sobre otras, y, en particular, cómo influye el llamado umbral de negatividad. Puede pensarse en el umbral de negatividad, como lo molesto que puede estar el marido antes de que la esposa empiece a estar realmente enojada, y viceversa. Siempre pensé que los buenos matrimonios se basaban en el compromiso y la comprensión en permitirse ambos tener sus espacios para ser ellos mismos. Había pensado que quizás las relaciones más exitosas eran esas en las que había un umbral muy alto de negatividad. Cuando las parejas dejan pasar ciertas cosas y solo discuten asuntos realmente problemáticos. Pero, en realidad, las matemáticas y los resultados posteriores del equipo han demostrado, que ocurre lo contrario. Las mejores parejas, las más exitosas, son las que tienen un umbral muy bajo de negatividad. Son parejas que no pasan por alto las cosas, que no las ignoran y se permiten espacios para quejarse. Son parejas que continuamente están tratando de recomponer la relación, que tienen una visión del matrimonio mucho más positiva. Las parejas que no pasan por alto las cosas, que no dejan que cosas triviales terminen siendo grandes problemas. Claro, se necesita algo más que un bajo umbral de negatividad y no aceptar nada distinto de una relación exitosa. Pero creo que es bastante interesante saber que hay de verdad evidencia matemática para afirmar que nunca debemos dejar que la ira nos ciegue. Así que estos son mis 3 consejos de cómo las matemáticas pueden ayudar en el amor y las relaciones. Espero, aparte de los consejos útiles, haberles dado también alguna idea del poder de las matemáticas. Porque para mí, las ecuaciones y los símbolos no son solo una cosa, son una voz que habla de la riqueza increíble de la naturaleza y la simplicidad sorprendente de los patrones que giran, se tuercen, se deforman y se desarrollan a nuestro alrededor, desde cómo funciona el mundo hasta la manera de comportarnos. Así que espero que tal vez, solo para algunos de Uds. algo de comprensión de las matemáticas del amor pueda persuadirlos de tener un poco más de amor por las matemáticas. Gracias. (Aplausos)