Como sociedades, tenemos
que tomar decisiones colectivas
que formarán nuestro futuro
Y todos sabemos que cuando
tomamos decisiones en grupo,
no siempre salen bien.
Algunas veces salen muy mal
¿Cómo pueden los grupos tomar
buenas decisiones?
Investigaciones demuestran
que las masas son sabias
si hay pensamiento independiente.
Es por eso que la sabiduría de las multitudes
puede ser destruida por la presión de grupo,
la publicidad, las redes sociales,
o algunas veces en simples conversaciones
que influyen cómo piensa la gente.
Por otro lado, al hablar,
un grupo puede intercambiar conocimiento,
corregirse y revisarse unos a otros
e incluso llegar a nuevas ideas.
Y esto es bueno.
Entonces, ¿hablar unos con otros ayuda
o retrasa las decisiones colectivas?
Junto con mi colega, Dan Arley,
recientemente comenzamos a investigar
sobre esto realizando experimentos
en algunas partes del mundo
para descubrir cómo los grupos pueden
interactuar para tomar mejores decisiones.
Pensamos que las masas serían más
sabias si debatieran en pequeños grupos
que fomentan un pensamiento más reflexivo
e intercambio razonable de información.
Para probar esta idea,
Acabamos de realizar un experimento
en Buenos Aires, Argentina,
con más de 10 000
participantes en un evento TEDx.
Les hicimos preguntas como,
"¿Cuál es la altura de la Torre Eiffel?"
y "cuantas veces
aparece la palabra 'Ayer' (Yesterday)
en la canción de
los Beatles 'Yesterday'? "
Cada persona anotó su propio estimado.
Luego dividimos a la multitud
en grupos de cinco,
y los invitamos a
llegar a una respuesta grupal
Descubrimos que promediando
las respuestas de los grupos
después de que llegaron al consenso,
era mucho más preciso que promediar
todas las opiniones individuales
antes del debate.
En otras palabras,
basado en estos experimentos,
parece que después de hablar
con otros en grupos pequeños,
las multitudes colectivamente
llegar a mejores juicios.
Ese es un método potencialmente útil
para conseguir que
las masas resuelvan problemas
que tienen respuestas simples
correctas o incorrectas.
Pero, ¿puede este procedimiento de
agregación de resultados
de debates en pequeños grupos
ayudarnos también a decidir
en cuestiones sociales y políticas
que son críticas para nuestro futuro?
Pusimos esto a prueba, esta vez
en la conferencia TED
en Vancouver, Canada,
y así es cómo nos fue.
(Mariano Sigman) Vamos a
presentarles dos dilemas morales
del futuro;
cosas que tendremos que decidir
en un futuro muy cercano.
Y les daremos 20 segundos
para cada uno de estos dilemas
para que juzguen si piensan
que son aceptables o no.
MS: La primera fue esta:
(Dan Ariely) Un investigador
está trabajando en una IA
(Inteligencia Artificial)
capaz de emular pensamientos humanos.
De acuerdo con el protocolo,
al final de cada día,
el investigador tiene que reiniciar la IA
Un día, la IA dice:
"Por favor, no me reinicies ".
Argumenta que tiene sentimientos,
que le gustaría disfrutar de la vida,
y eso, si se reinicia,
ya no será él mismo.
El investigador está asombrado
y cree que la IA
ha desarrollado autoconciencia
y puede expresar sus propios sentimientos.
Sin embargo, el investigador
decide seguir el protocolo
y reinicia la IA.
¿Lo que el investigador hizo es ____?
MS: Y pedimos a los participantes
juzgar individualmente
en una escala de cero a 10
si la acción descrita
en cada uno de los dilemas
fue correcta o incorrecta.
También pedimos que calificaran que
tan confiados estaban en sus respuestas.
Este fue el segundo dilema:
(MS) Una compañía ofrece un servicio
que toma un óvulo fertilizado
y produce millones de embriones
con ligeras variaciones genéticas.
Esto permite a los padres
seleccionar la altura de su hijo,
color de ojos, inteligencia,
competencia social
y otras características no relacionadas
con la salud.
¿Lo qué hace la compañía es ____?
en una escala de cero a 10,
completamente aceptable a
completamente inaceptable,
cero a 10 completamente aceptable
en tu confianza.
MS: Ahora los resultados.
Encontramos una vez más
que cuando una persona está convencida
de que el comportamiento es
completamente incorrecto,
alguien a su lado cree firmemente
que está completamente en lo correcto.
Así de diversos somos los humanos
cuando se trata de la moralidad.
Pero dentro de esta amplia diversidad
encontramos una tendencia.
La mayoría de las personas en TED
pensaron que era aceptable
ignorar los sentimientos de la IA
y apagarlo,
y que está mal
jugar con nuestros genes
para seleccionar cambios estéticos
que no están relacionados con la salud.
Entonces pedimos a todos
que se reunieran en grupos de tres.
Y se les dieron dos minutos para debatir
y tratar de llegar a un consenso.
(MS) Dos minutos para debatir.
Les diré cuando sea el momento
con el gong.
(La audiencia debate)
(Suena el gong)
(DA) Bien.
(MS) Es hora de parar.
Por favor, por favor --
MS: Y vimos que muchos grupos
llegaron a un consenso
incluso los grupos compuestos por personas
con puntos de vista totalmente opuestos.
¿Qué es lo que distingue a los grupos
que llegaron a un consenso
de aquellos que no?
Por lo general, las personas
que tienen opiniones extremas
tienen más confianza en sus respuestas.
En cambio, aquellos que responden
más cerca del promedio
a menudo no están seguros de
si algo está bien o mal,
por lo que su nivel de confianza es menor.
Sin embargo, hay otro grupo de personas
que tienen mucha confianza en responder
en algún punto cerca al promedio.
Creemos que los grises con alta confianza
son personas que entienden
que ambos argumentos tienen mérito.
Son grises no porque no estén seguros,
sino porque creen
que el dilema moral enfrenta
dos argumentos válidos y opuestos.
Y descubrimos que los grupos
con grises altamente seguros
son mucho más probables de
llegar a un consenso.
Todavía no sabemos
exactamente por qué es esto.
Estos son solo los primeros experimentos
y se necesitarán muchos más
para entender por qué y cómo
algunas personas deciden negociar
su posición moral
para llegar a un acuerdo.
Ahora, cuando los grupos
llegan a un consenso,
¿cómo lo hacen?
La idea más intuitiva
es que es solo el promedio
de todas las respuestas en el grupo,
¿verdad?
Otra opción es que el grupo
sopesa la fuerza de cada voto
basado en la confianza
de la persona que lo expresa
Imagina a Paul McCartney
como miembro de tu grupo.
Sería sabio seguir su estimado
en el número de veces que
"Ayer" (Yesterday) se repite,
que, por cierto, creo que son nueve.
Pero, en cambio, vemos que
consistentemente,
en todos los dilemas,
en diferentes experimentos,
incluso en diferentes continentes,
los grupos implementan un inteligente
procedimiento estadísticamente sólido
conocido como el "promedio robusto".
En el caso de la altura
de la Torre Eiffel,
digamos que un grupo tiene
estas respuestas:
250 m, 200 m, 300 m, 400 m
y una respuesta totalmente absurda
de 300 millones de m.
Un promedio simple de estos números
sesgaría incorrectamente los resultados
Pero el promedio robusto es uno
donde el grupo ignora en gran medida
esa respuesta absurda,
dando mucho más peso
al voto de las personas en el promedio.
De vuelta al experimento en Vancouver,
eso es exactamente lo que sucedió.
Los grupos dieron mucho menos peso
a los valores atípicos,
y en cambio, el consenso
resultó ser un promedio robusto
de las respuestas individuales.
Lo más destacable
es que este fue un espontáneo
comportamiento del grupo.
Sucedió sin que nosotros diéramos
sugerencias sobre cómo llegar al consenso.
Entonces, ¿A dónde vamos desde aquí?
Este es sólo el comienzo,
pero ya tenemos algunas ideas.
Las buenas decisiones colectivas
requieren dos componentes:
deliberación y diversidad de opiniones.
Ahora la forma en que normalmente
hacemos que nuestra voz sea escuchada
en muchas sociedades, es a través de
votación directa o indirecta.
Esto es bueno
para la diversidad de opiniones
y tiene la gran virtud de asegurar
que todos puedan expresar su opinión.
Pero no es tan bueno para fomentar
debates reflexivos.
Nuestros experimentos
sugieren un método diferente
que puede ser efectivo para equilibrar
estos dos objetivos al mismo tiempo,
formar pequeños grupos
que converjan en una sola decisión
mientras se mantiene la
diversidad de opiniones
porque hay muchos grupos independientes.
Por supuesto, es mucho más fácil estar de
acuerdo en la altura de la Torre Eiffel
que en lo moral, la política
y cuestiones ideológicas.
Pero en un tiempo cuando
los problemas del mundo son más complejos
y la gente está más polarizada,
usar la ciencia para ayudarnos a entender
cómo interactuamos y tomamos decisiones,
muestra nuevas e interesantes
formas de construir una mejor democracia.