El llamado de Jesús
Bienvenidos a la lección cinco en esta
serie llamada: "El llamado de Jesús",
en donde hablo acerca de mi libro con el
mismo nombre: "El llamado de Jesús".
Quiero hacer un vídeo por cada capítulo
en el libro.
Ahora hemos llegado hasta el capítulo
quinto, el cual se llama: "La Guía del
Espíritu Santo".
Solo quiero decir, amo ser guiado por
el Espíritu Santo.
Lo amo. Estoy emocionado acerca de ser
guiado por el Espíritu Santo.
Y yo pienso que es tan importante para
todos nosotros, como creyentes,
que entendamos
lo que el Espíritu Santo quiere hacer.
No somos llamados a hacer esto solos.
Somos llamados a ser guiados por el
Espíritu Santo.
Quiero hablar acerca de eso en este
capítulo.
Quiero empezar leyendo algo del capítulo:
"El Espíritu Santo quiere ser una gran
parte de nuestras vidas cotidianas,
como lo fue en las vidas de los primeros
discípulos.
Él quiere guiarnos, obrar a través de
nosotros,
y hacer, de tal modo que no haya
diferencia entre nuestras vidas
y las vidas de los primeros discípulos que
leemos en el Libro de los Hechos.
Y quiero decir esto. Realmente, realmente,
realmente creo que el libro de los Hechos
en la Biblia
debiera ser la vida cristiana normal.
Y lo que ellos experimentaron allí es lo
mismo que tú y yo deberíamos experimentar
hoy.
No debemos construir sobre nuestras
tradiciones eclesiásticas.
Debemos construir sobre la Biblia y la
Biblia solamente.
Y el Espíritu Santo está aquí para
guiarnos.
Él está aquí para ayudarnos. Él está aquí
para guiarnos a la verdad.
Él está aquí para recordarnos cada palabra
que Jesús ha hablado.
Cuando vemos el capítulo 10 de Lucas, como
lo analizaremos en este libro,
verso por verso por verso, empezamos a
leer esto:
"Después de estas cosas, designó el Señor
también a otros setenta,
a quienes envió de dos en dos delante de
él a toda ciudad y lugar
adonde él había de ir".
Así que, aquí leemos que después que Jesús
los designó de dos en dos,
Él los envió a toda ciudad y lugar adonde
Él había de ir.
Cuando Jesús caminó sobre la Tierra, Él
fue guiado por el Espíritu de Dios
y Él caminó aquí en la Tierra físicamente
y Él quería ir a diferentes ciudades y
lugares,
porque Él sabía que la mies era mucha
y había gente que estaban esperando por Él
en esa ciudad, y en esa ciudad
y en ese lugar, y en ese lugar.
Así que, cuando Jesús caminó sobre la
Tierra físicamente, Él quería ir a
diferentes lugares.
Por ejemplo, la mujer en Samaria, la mujer
que estaba en el pozo a la que Él fue.
Pero ahora, Jesús no está aquí
físicamente ya más.
Ahora Él está en el cielo.
Pero, Él no nos dejó solos.
Cuando Él se fue al cielo, Él envió Su
Espíritu acá abajo.
Y ahora, nosotros somos el cuerpo de
Cristo y Él es la cabeza.
Y como Jesús quería ir a ciudades y
lugares específicos en aquel tiempo,
porque había gente allí que eran personas
de paz,
que estaban buscando a Dios,
de la misma forma Él quiere que nosotros
ahora, como Su cuerpo,
por medio del Espíritu Santo en nosotros,
que vayamos a esos lugares.
Y realmente creo que lo que leemos en el
libro de los Hechos,
cuando leemos acerca de ser guiados por el
Espíritu Santo,
y lo que Jesús ordenó que se hiciera,
es lo mismo hoy.
El libro de los Hechos no es solamente
como el libro de... ¿qué sería eso?
¿Es el libro de los apóstoles
o es el libro acerca de la obra del
Espíritu Santo?
Porque el libro de los Hechos realmente
muestra lo que el Espíritu Santo puede
hacer
en una persona que sigue a Jesús.
Y quiero leer algo aquí de este capítulo
de mi libro:
"A través de todo el libro de los Hechos
leemos cómo el Espíritu Santo obró
por medio de los primeros discípulos.
Él era una parte importante de sus vidas,
ya que era Él quien los guiaba.
En el libro de los Hechos leemos cosas
tales como: Santo, y a nosotros.>
(Hechos 15:28). <Entonces, enviados por
el Espíritu Santo> (Hechos 13:4)
y <Les fue prohibido por el Espíritu
Santo> (Hechos 16:6)."
Realmente creo que debería ser así, hoy
en nuestras vidas.
Pero... ¿dónde jamás escuchamos en las
iglesias de algo así hoy en día?
¿Dónde jamás escuchamos a alguien
hablar así,
diciendo como: "¡Hey! Le parece bien al
Espíritu Santo, y a nosotros;
o decir: Siendo enviados por el Espíritu;
o decir: Siendo prohibidos por el
Espíritu,
de ir allí y allá".
No escuchamos que se diga algo así hoy,
pero así es como debiera de ser.
¿Por qué? Porque Jesús es el mismo ayer,
hoy y por siempre
y el Espíritu Santo es el mismo ayer, hoy
y por siempre.
Sigamos leyendo mi libro:
"Vemos esto aun más claro si vemos al
discípulo Felipe en Hechos 8:26-40.
Un día en la vida de Felipe, él experimen-
tó que un ángel del Señor le habló,
diciéndole adónde él debía de ir.
Cuando él llegó a aquel lugar al que el
ángel le había dicho que debía de ir,
él vio un carruaje, y luego el Espíritu
Santo le habló
diciéndole que debía de acercarse hacia
el carruaje y hablar con el hombre ahí.
Cuando él obedeció y fue allí, él conoció
esa persona de paz,
algo de lo que hablaré luego en mi
libro.
Él hombre ahí estaba listo. Buscando a
Dios. Felipe luego le compartió el
evangelio
con el eunuco y él se arrepintió.
Y tan pronto como el eunuco vio agua, él
fue inmediatamente bautizado.
Justo después del bautizo, Felipe experi-
mentó algo asombroso.
El Espíritu Santo, repentinamente, le tomó
lejos a otro lugar.
Es realmente asombroso cuando leemos cómo
Dios obró en la vida de Felipe.
Dios era una parte de la iglesia primera,
justo como Él quiere
ser parte de tu vida y de mi vida hoy."
¡Aleluya! El llamado que Jesús nos ha dado
no es imposible.
Él nunca nos llamaría a hacer algo para lo
que no nos hubiera dado poder para hacer.
Y Él nos ha dado el Espíritu Santo. Y por
medio del Espíritu Santo
podemos experimentar cosas muy locas.
¿A quién quiere visitar hoy Jesús?
¿A quién quiere Jesús que tú vayas y
le hables?
Como Felipe fue guiado por el Espíritu
Santo, podemos hoy ser guiados por el
Espíritu Santo,
a esa persona que está lista para
recibir.
Tengo muchos ejemplos. Fuertes ejemplos.
En donde he visto como el Espíritu Santo
me ha guiado, y pienso que debería ser
así en todas nuestras vidas.
Un ejemplo cómico. Se parece un poco a
Felipe en el libro de los Hechos 8,
que acabamos de leer.
Algunos años atrás estaba afuera
caminando.
Había estado caminando. Había estado en la
calle evangelizando
y en el camino a casa, iba caminando de
vuelta a casa y, de pronto, sentí a Dios
decir: -"¡Detente!"
Y yo estaba como: -"¿Qué?"
- "¡Regresa!"
Me di la vuelta y, cuando me di la vuelta,
vi a un hombre detrás mío.
Y pensé: -"Debo ir hacia él".
Él estaba parado con su espalda hacia mí,
así que no quise llegar
desde atrás, de modo que caminé por
alrededor de él, y después me paré ahí
como que estaba mirando a una tienda y
luego me di vuelta para mirar su cara.
Y él se había ido repentinamente. Y yo
estaba como...
estaba ahí parado, al frente de la tienda
ahora, y pensé: dijiste:
-"¡Detente! ¡Regresa!", y ahora el hombre
se ha ido>.
Y luego miré a la tienda.
Era una peluquería, y era chistoso porque
ya no las uso más.
Y parecía extraño, porque iba en mi camino
a casa,
y Dios dijo: "¡Detente! y ¡regresa! Y ahora
estaba parado enfrente
de una tienda de peluquería.
Y luego alguien vino desde atrás mío
y dijo:
-"Disculpa, estás bloqueando la puerta".
Me di vuelta: -" ¡Disculpa!"
Cuando me di vuelta y vi a la persona que
le había dicho: ¡Disculpa!
Estuve tan emocionado. Porque cuando lo
vi, supe que él era la persona de paz.
Hizo sentido el porqué Dios dijo:
"Vuelve y párate ahí".
Porque ese joven hombre tenía un brazo
bajo la casaca así.
Así que le dije: "¡Hey! ¡Para, para!
¿Puedo preguntarte algo?
¿Crees tú en Dios?
Y él dijo: "Es tan interesante que
me preguntes".
Porque mi abuela murió hace dos semanas
atrás y ella tenía una Biblia.
Y yo heredé su Biblia y las dos últimas
semanas he estado leyendo la Biblia
cada día.
Pero no entiendo lo que leo.
Y esta mañana dije: Dios, si Tú eres real,
manda a alguien que me explique lo que
estoy leyendo".
Y fue tan asombroso. Le dije: "Soy un
cristiano. Quiero explicártelo. Déjame
orar por tu brazo.
¿Qué pasó?" Y él tenía una hemorragia
interna en su brazo.
Y oré por él y él fue completamente
sanado, inmediatamente.
Y él era una persona de paz, y pude
compartir el evangelio con él.
Amo los ejemplos como este. Casi como el
libro de los Hechos.
Él era una persona de paz, lista para
recibir.
Y el Espíritu Santo habló: "Regresa,
párate ahí enfrente de la ventana casi,
así que ese hombre vino y no podía
entrar.
Necesitamos tener experiencias como esta,
en donde el Espíritu Santo nos guía.
Tengo muchas experiencias como esa.
Creo que hay una razón para ello. Quiero
compartirla contigo.
Una razón principal, pienso yo, es el
balance entre oír al Espíritu y hacerlo.
Yo creo que necesitamos escuchar al
Espíritu,
pero también creo que necesitamos
obrar. Necesitamos solo obedecer.
No espero al Espíritu Santo a que me
hable,
es esa forma que... Hay algunas personas
que son sobre-espirituales.
No seas sobre-espiritual.
He conocido personas que son sobre-
espirituales, de modo que nunca salen
de sus hogares
a menos que reciban una muy, muy clara
palabra que Dios dice: "Vayan".
No. No necesito al Espíritu Santo que
diga: "Ve". ¿Por qué?
Porque Jesús ya dijo: "Ve".
El ya dijo: "Ve".
Así que. ¿Por qué esperar por otro: "ve",
cuando Él ya dijo: "ve"?
Así que no espero por ese: "ve".
Yo voy porque Jesús ya lo dijo.
Yo obedezco, porque ya está escrito
en Su Palabra.
Pero, mientras estoy obedeciendo, estoy
escuchando.
Y pienso que eso es importante.
Además, ese hombre del que te conté,
cuando Dios dijo: "Detente y regresa",
yo no estaba en mi hogar en mi sillón
y haciendo nada
No. Yo estaba, de hecho, allá afuera
obedeciendo.
Y allá afuera obedeciendo: Dios habló.
Déjame leer algo de este capítulo en mi
libro.
Yo creo que es importante que tengamos la
actitud de hacer lo que sea que Jesús dijo
que se hiciera,
no importando si nos da la gana o no, o
si experimentamos a Dios hablándonos
directamente o no,
Es importante que cuando salgas afuera
en Su Palabra,
tú estés orando, oyendo y preguntando al
Espíritu Santo
si es que hay algo que Él quiere decirte
hoy.
Aquí es cuando las cosas comienzan a
suceder.
Por ejemplo, si tú miras a un auto, puedes
sentarte detrás del volante
y puedes girar el volante tanto como
quieras, pero no importa cuanto gires
el volante,
nada va a pasar si el auto no se está
moviendo.
Porque el auto no se está moviendo es, de
hecho, más difícil de girar el volante,
pero cuando el auto se empieza a mover,
es más fácil girar el volante
y también mover el auto donde tú
quieras ir.
Esto es igual con Dios y ser guiados por
el Espíritu Santo.
Podemos sentarnos en nuestras iglesias y
orar a Dios, y esperar para que el
Espíritu Santo venga y nos guíe.
Podemos orar y ayunar, pero nada va a
pasar, porque no estamos haciendo nada.
Pero cuando empezamos a obedecer e ir
afuera, en la Palabra de Dios por fe,
mientras tenemos una fuerte vida con Dios
de oración y ayuno,
vamos a experimentar luego que es mucho
más fácil ser guiado por el Espíritu
Santo".
Quiero decir, lo que acabo de leer aquí,
realmente creo en el ejemplo del auto.
Necesitamos no solo sentarnos y girar el
volante.
Necesitamos tener el auto encendido
primero.
Necesitamos encender el auto. Nosotros-tú,
solo necesitamos empezar a obedecer.
¿Por qué? Porque Jesús lo dijo.
No esperes. Él lo dijo. Obedece Su
Palabra.
He conocido muchísima gente: "Oh, no sé
cuál es la voluntad de Dios
para mi vida, no sé que hacer...".
Aquí. Toma la Palabra, léela, obedécela.
Esta es la voluntad de Dios para tu vida.
Anda con ella. Hazla.
Pero entonces, mientras la haces: escucha.
Mientras la haces: quédate abierto al
Espíritu Santo.
Y ahí, creo yo, es tan importante pasar
tiempo en oración y en ayuno.
Y el ayuno es muy, muy importante. Hablo
más acerca de eso en mi libro.
Realmente te incentivo a conseguirlo si
es que puedes.
Así que, lo que quiero decir con esta
lección, es que quiero motivarte a que
vayas.
No esperes.
Sí, si tu no has recibido el Espíritu
Santo, entonces no vayas.
Si no has recibido el Espíritu Santo,
encuentra a alguien cerca de ti,
ve a www.TLRmap.com, encuentra a alguien
cerca tuyo que pueda orar por ti
para que puedas recibir el Espíritu Santo.
Hubo aquella sola vez en que Jesús dijo:
"Esperen".
Eso fue cuando las personas estaban
esperando por el Espíritu Santo.
Pero después que recibieron el Espíritu
Santo, Él no dijo: "Esperen", Él dijo:
"Vayan".
"Vayan, vayan, vayan, vayan, vayan".
Y te incentivo a que, aquello que leemos
aquí en el llamado de Jesús, en Lucas 10,
no es algo para nosotros para que solo
oremos y meditemos acerca.
Es para nosotros para obedecer.
Es para nosotros para ir y hacerlo.
Pero, mientras tú vas y haces, hablaré más
acerca de ello luego,
cuando coloquemos todo conjuntamente y
venga con un montón de testimonios,
necesitas abrir tus oídos y escuchar lo
que el Espíritu Santo te está diciendo.
El Espíritu Santo no habla usualmente a
través de una gran, audible voz.
El Espíritu Santo habla a través de
pequeños, pequeños pensamientos.
Cuando estás afuera en las calles, cuando
vas y hablas con alguien,
tú ves usualmente una multitud de gente.
Pero entonces tú oras y dices: Dios...
¿A quién quieres que yo le hable? ¿A quién
Tú me envías?
Y luego tú ves una persona a la que eres,
de alguna manera, atraído.
No sabes el porqué. Tú solamente posas tus
ojos sobre esa persona
en una manera... ¿Por qué esa persona?
El Espíritu Santo te está guiando.
O estás como: "Dios, a quién quieres que
yo vaya hoy?"
Y luego, tal vez, es una persona que
conoces.
Tal vez es una persona de tu familia,
gente alrededor tuyo,
esa persona solo viene a tu mente.
Así es, usualmente, cómo el Espíritu
Santo está hablando.
Dios pone a alguien en tu mente y el
Espíritu Santo nos guía.
Como yo, ese tiempo en que estaba
caminando de camino a casa,
y fue como que, de repente, mis
pensamientos fueron: -"Detente. Regresa".
- "¿Qué?
Pero voy de vuelta a casa". -"Regresa".
-"Okay".
Era un pensamiento que vino a mi mente,
y así es como Dios usualmente nos habla.
Así que, pregúntale a quién quiere Él
enviarte.
Y luego, ve en fe. Ve y habla con ellos.
En las siguientes lecciones en esta serie
de vídeos, y en el libro,
vendré con muchos, muchos, muchos
más detalles,
las siguientes veces, de qué hacer cuando
te encuentres allá afuera.
Qué hacer cuando tú vayas y encuentres esa
persona de paz.
Cómo compartes el Evangelio, cómo sanas a
los enfermos,
cómo echas fuera demonios, cómo te quedas
en su casa (de la persona de paz),
cómo construyes comunidades como leemos
en Hechos 10, Hechos 16, Hechos 19,
cómo ves con Jesús y la mujer junto
al pozo,
o Pablo, o Lidia, o muchos de los otros
ejemplos en la Biblia.
Espero que estés listo por eso.
El tiempo es corto. Estamos viviendo en
los últimos tiempos. Jesús viene
pronto de regreso.
Y asegúrate que cuando Él regrese, te
halle trabajando en su mies.
La mies es mucha, los obreros son pocos.
Y te necesitamos allá afuera.
No es acerca de ser un super evangelista.
Es acerca de obedecerle.
No digas: "Señor, Señor". Si tú no haces
lo que Jesús dice.
Leamos las palabras de Jesús. Veamos al
llamado que Él nos ha dado a todos
nosotros,
y como dije en el principio,
tal vez sientas un llamado a ser un líder
de alabanza, incluso si tú no ves eso en
la Biblia,
o de ser un empresario, incluso cuando
no ves eso.
Yo pienso que está bien que las personas
tengan diferentes llamados,
cosas que sienten que Dios les ha
llamado, pero...
ese llamado no puede preceder el llamado
de Jesús.
Puedes tener talentos, cosas que quieres
hacer,
pero, de hecho, todo se resume a
obedecerle a Él y hacer Su voluntad.
Porque cuando le decimos: "sí", a Jesús,
nos decimos: "no", a nosotros.
Y decimos: "sí", a negarnos a nosotros
mismos y tomar Su cruz y seguirle a Él.
Y esa es una vida emocionante.
Hasta la próxima vez. Comparte este vídeo,
consigue el libro en Amazon, si es que
puedes,
o en la página web: www.TheLastReformation.com.
Lee el libro en conjunto con esta serie.
Compártela, y veamos a la iglesia volver
a lo que Jesús nos ha llamado.
¡Nos vemos la próxima vez! ¡Dios te
bendiga! ¡Chao, chao!
El llamado de Jesús