Mi nombre es Jon Gray.
Me llaman "El lavaplatos"
Soy cofundador de Ghetto Gastro,
un colectivo del Bronx
que trabaja en la intersección entre
la comida, el diseño y el arte.
Creamos experiencias que cuestionan
la percepción de la gente sobre el Bronx,
el lugar al que yo llamo "casa".
Es gracioso.
Llegué de París a Vancouver
hace apenas unos días.
Tomamos la Place Vendrôme
con la Bronx Brasserie.
Oui oui, chérie.
(Risas)
Es loco, porque en París,
los franceses dicen:
"le Bronx",
que significa que algo es
un caos o un problema.
Esa es la Place Verdôme.
Un día la cerramos.
(Risas)
Esta jerga entró en juego
cuando el Bronx ardía,
y películas como "Distrito Apache"
o "Los amos de la noche"
aún causaban impresión.
Algunos pueden no estar de acuerdo,
pero yo creo que el Bornx
se diseñó para el fracaso.
El poderoso era un gracioso.
Robert Moses,
en lugar de partir en dos el mar rojo
partió el Bronx
con una autopista de seis carriles
y dividió mi comunidad.
Mis abuelos tenían una casa
en Featherbed Lane,
pero a pesar del nombre,
nunca pudieron tener
una buena noche de descanso
debido a las constantes demoliciones
y perforaciones necesarias
para construir la autopista
que atraviesa el Bronx,
a una calle de distancia.
Considero que estas decisiones políticas
son "crímenes de diseño".
(Aplausos)
Siendo como somos de resistentes
las personas de los suburbios,
gracias a la opresión sistemática,
la cultura hip-hop surgió de las ruinas
y de las cenizas, como el ave Fénix.
El hip-hop es hoy una industria
de un billón de dólares,
pero esta actividad económica
no se ve reflejada en el Bronx
ni en comunidades similares.
Remontémonos a 1986.
Nací en medio de la crisis del VIH,
la epidemia del crack
y la guerra contra las drogas.
Lo único que goteó de la reaganomía
fue la guetonomía:
dolor, cárcel y pobreza.
Fui criado por hermosas, brillantes
y consumadas mujeres negras.
Sin embargo, mi viejo no estuvo en la foto
y yo no pude resistir
la atracción de la calle.
Como dijo Biggie:
O vendes crack o es que tienes
un excelente tiro en suspensión.
No se equivoquen, mi tiro era bueno.
(Risas)
Era muy bueno.
(Aplausos)
Pero cuando cumplí 15 empecé
a vender marihuana.
No terminé el instituto,
la junta de educación de Nueva York
me excluyó de todo eso,
pero sí me gradué en venta de cocaína
cuando cumplí los 18.
Me fue bien,
hasta que me arrestaron
y me llevaron preso, cuando tenía 20.
Me enfrentaba a 10 años.
Pagué la fianza, me inscribí
en el Instituto de Moda y Tecnología,
utilicé las habilidades
que aprendí en la calle
para crear mi propia marca.
Mi abogado vislumbró mi ambición,
así que sugirió al juez
una suspensión de sentencia.
Por una vez en mi vida,
una suspensión era algo bueno.
(Risas)
Después de dos años
y muchas citas al tribunal,
desestimaron mi caso.
Mis dos hermanos han cumplido condena,
así que escapar de las garras
del sistema industrial de prisión
no me pareció real.
Ahora mismo, uno de mis hermanos
cumple una pena de 20 años.
Mi madre hizo un gran esfuerzo
para llevarme a comer fuera,
asegurarse de que visitase museos
y viaje al extranjero.
Básicamente, me expuso a la cultura
tanto como pudo.
Recuerdo cómo de niño
solía hacerme cargo de la cena
y ordenar comida para todos.
Partir el pan me ha permitido
partir el molde
y conectar con la gente.
Mi colega Les y yo
crecimos en la misma calle del Bronx,
dos tíos callejeros.
Él logró convertirse en chef.
Siempre hablábamos de hacer algo
relacionado con la comida
que beneficiase al barrio.
Les acaba de ganar en el
en el programa de TV "Trinchado".
Nuestro colega Malcom se prepara
para llevar la pastelería del Noma,
sí, ese Noma, el mejor restaurante
del mundo, en Copenhage.
Mi amigo P acaba de terminar
su formación en Italia,
en Milan, para ser más exactos.
Decidimos que el mundo necesitaba
algo de condimento del Bronx,
así que nos juntamos y creamos
Ghetto Gastro.
(Aplausos)
Aunque sé que nuestro nombre
hace sentir incómodos a muchos,
para nosotros "gueto" significa casa.
Del mismo modo que alguien
en Bombay o Nairobi
puede que use la palabra "chabola",
es para ubicar a nuestra gente
y para condenar el sistema negligente
que creó estas condiciones.
(Aplausos)
Y, ¿qué es Ghetto Gastro?
Básicamente es
un movimiento y una filosofía.
Vemos el trabajo que hacemos
como gastro-diplomacia,
usando la comida y la delicadeza
para abrir las fronteras
y conectar culturas.
El año pasado, en Tokio,
hicimos una hamburguesa caribeña,
hacemos ternera de wagyu salteada,
shio kombu.
Mezclamos lo clásico del Bronx
con elementos japoneses.
Y para la fiesta de Kwanzaa,
rendimos homenaje
a nuestros puertorriqueños,
e hicimos unos coquitos de coco
al carbón y coñac. Dímelo!
(Risas)
Este de aquí es nuestro
waffle Black Power,
con sirope dorado.
Asegúrense de no babear las butacas.
(Risas)
Aquí tenemos el Velato
a base de plantas a 36 grados Brix.
Campos de fresas, ya saben el rollo.
Sandía comprimida,
semillas de albahaca,
algunas fresas por encima.
Volviendo a la Bronx Brasserie,
ya saben, allí tenemos que tirarles
a la cabeza el pan de maíz con caviar.
(Risas)
(Aplausos)
También practicamos la diplomacia
Du-rag.
(Risas)
Porque no cambiamos de apariencia
mientras hacemos lo nuestro.
Debido a nuestro aspecto,
muchas veces nos confunden
con raperos o deportistas.
Ocurrió aquí en TED el año pasado.
Este tipo se me acercó
y me preguntó cuando iba a actuar.
¿Qué te parece ahora?
(Aplausos)
Así que ya ven,
hemos estado acercando el Bronx al mundo
pero ahora estamos centrados
en llevar el mundo al Bronx.
Hemos apenas abierto nuestro sitio,
una cocina de ideas,
donde hacemos y diseñamos productos,
creamos contenido,
(Música)
y acogemos eventos sociales.
La intención es generar
capital financiero
y capital creativo en nuestro barrio.
También colaboramos con el renombrado chef
Massimo Bottura
en un refettorio en el Bronx.
Un refectorio es un centro comunitario
y comedor social de diseño.
Ya ven la onda.
(Aplausos)
La reciente efusión de dolor
debido a la muerte
del rapero y empresario Nipsey Hussle
se debe principalmente a que él
decidió quedarse y desarrollarse
en el barrio en lugar de irse.
Ahora que está muerto, algunos
pueden ver su decisión como errada,
pero yo tomo la misma decisión cada día:
vivir en el Bronx,
crear en el Bronx,
invertir en el Bronx.
(Aplausos)
En Ghetto Gastro no huimos
de la palabra "gueto",
y no huimos del gueto.
Porque al final del día,
Ghetto Gastro es para mostrarles
lo que nosotros ya conocemos:
que el barrio
es bueno.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)