- Estoy segura de que a Merli le encanta un filósofo que se llama Henry David Thoreau. Este hombre escribió un libro que se llama La desobediencia civil. Entre 1846 y 1848 hubo una guerra entre México y Estados Unidos que terminó con la anexión de Tejas, California y Nuevo México. El gobierno de Estados Unidos reclamó una serie de impuestos a los ciudadanos que le hicieron perder la paciencia a Thoreau. Él pensaba que con la ampliación del territorio de Estados Unidos se extendería el problema de la exclavitud. Y Thoreau no pagó ni un solo centavo de su bolsillo al estado. - Pero, ¿le meterían en la cárcel? - Sí, pero lo más interesante es la reflexión que hizo sobre como enfrentarse al estado sin violencia. Él escribió que nadie puede decirnos que debemos hacer sobretodo si atenta contra nuestra libertad de conciencia. - Mola, jajaja - Sí. - Jajajaja - Decía que nadie nos puede obligar a obedecer aquellas leyes que resultan manifiestamente injustas. La única obligación que tenemos es la de hacer solo lo que creemos propio. - Pues, yo considero propio no hacer el examen de "filo". - Ah - Tiene razón que no se presente nadie, ¿no? ..... - ¿Qué cojones es esto? ¿Quién os ha hablado de Thoreau? - Silvana - Ya... Ehh, desobediencia civil, ¿mmh? ¿Donde está? Aprovecharé para explicar, bien explicado Henry David Thoreau. Iván, estate atento tú que llevabas el megáfono en la movilización. Aprovecho para felicitarte, espero que en la próxima huelga de enseñanza estés en la calle en primera fila en vez de quedarte en casa jugando a la play. - ¡Ahh! - Uy - Bien, ¿quién sabe un pensamiento crucial de Thoreau? ¿Marc? - Emm, ¿la desobediencia civil? - Tienes un punto más en el examen. Thoreau se negó a pagar impuestos, ¿porqué? - ¡Ah!. Porque estaba en contra de la guerra de México y también contra la esclavitud. - ¡Bravo!, otro punto más.