A menudo
voy a una clase de entrenamiento físico
o a un evento musical,
o, en verdad, a cualquier lugar que
haya música sonando en el fondo,
y disfruto de los ritmos,
de las melodías y del compás...
Y luego tomo un segundo
para escuchar las letras,
letras que, por ejemplo,
nos colocan en una posición de sumisión
que nunca toleraríamos
en cualquier otro contexto.
Y me espanta del nivel
en el que normalizamos el sexismo
en nuestra cultura.
Escucho música y pienso
"No quiero subirle el volumen
al sonido de mi propia opresión".
Saben, la música es una de las formas
de comunicación más poderosas,
porque tiene el poder de
liberar o de oprimir.
La música satisface nuestras emociones.
La música satisface al alma.
La música abre nuestras almas.
Abre nuestros canales
para recibir información
sobre el camino de vida de otra persona,
para definir nuestros propios roles.
Y mientras no veo problemas en
las fantasías de los hombres,
si creo que hay un problema con
que, de acuerdo con un estudio
reciente, solo el 2,6 %
de todos los productores musicales
son mujeres.
Eso significa que hay un número menor
que se identifica como trans o no binario.
¿Y por qué esto es importante?
Porque, si no nos apropiamos y
no controlamos
nuestra propia narrativa,
alguien más va a contar
nuestra historia por nosotros,
y la van a contar mal,
lo que va a perpetuar todos los mitos
que nos empujan para atrás.
Y no vine aquí para decir a otras personas
cómo tienen que hacer música.
Pero estoy aquí para darles
y formar una alternativa.
Una estrategia que pongo
en práctica en mi música
es la de hacer ritmos empoderantes,
energéticos, de percusión, globales
y ponerles la letra arriba
que describe de forma genuina
mis experiencias de vida
sin contribuir a la opresión
de alguien más.
Es gracioso, porque es la misma razón
por la que justificamos tantas
letras problemáticas;
porque amamos lo que nos hacen
sentir sus ritmos.
Un ejemplo de esto es mi canción
"Top Knot Turn Up".
(Música: "Top Knot Turn up")
(Canta) ♬Silencié las notificaciones
de mi teléfono para tener más tiempo ♬
♬ Sin burbujas que interrumpan
mi estado mental sereno ♬
♬ Una cosa que sé es que
no estoy aquí para agradar ♬
♬ Me peino, lo hago con cuidado ♬
♬ Mi tiempo no es tu propiedad ♬
♬ Soy productiva como mis ovarios ¡♬
♬ Den a la mujer un espacio para respirar,
sus derechos básicos y libertad ♬
♬ Libre de la inseguridad
que el mundo me quiere inculcar ♬
♬ Por favor no me molestes
cuando estoy concentrada ♬
♬ El futuro es de las mujeres ♬
esto ya lo sabes /
♬ Lucho contra la corrupción
en la Justicia ♬
♬ Me elevé como mi cabello
la primera vez que escribí esto ♬
♬ Nos elevamos como rodetes,
Nos elevamos como rodetes ♬
♬ Nos elevamos, nos elevamos. ♬
♬ Nos elevamos como rodetes
nos elevamos como rodetes. ♬
♬ Nos elevamos como rodetes. ♬
(Fin de la música)
Desearía que siguiéramos creando
música sobre el género
positiva y bella que hable de
la alegría y la libertad.
Quiero que aceptemos
nuestro propio placer
tanto como aceptamos
nuestro propio dolor.
Quiero que celebremos los aspectos
auténticos, matizados, multidimensionales
de nuestra existencia humana,
en vez de crear falsas narrativas
de sexualidad degradante
con el fin de sentirnos
aceptados y amados.
Otra estrategia
que pongo en práctica en mi música
para combatir la misoginia
que anda por los aires
es la de representar visualmente
el mundo en el que me gustaría vivir.
En el video de mi canción
"See Me Thru",
que es una canción con una vibra
interesante, queer, R&B y electrónica.
elegí a dos de mis queridas amigas,
Ania y Dejha,
para interpretar el papel de amantes,
porque ellas están casadas en verdad.
Pero lo que no sabes es que ellas
también están detrás de cámara
conceptualizando y dirijiendo
el video por completo.
(Video) Heyyyyy ohhhhh
Mis emociones estaban cansadas
La música debería ser segura
y accesible para que todos la sientan.
Como pueden ver, no se trata de
perder el atractivo sexual o la onda
que la música tiene,
se trata de transmitir mensajes
que inculquen ternura y positividad
a la música
para que nos motive y desafíe.
Y mientras que nosotros, como músicos,
tenemos la absoluta responsabilidad
de hacer música que transmita poder,
los consumidores pueden ser
parte del cambio también.
Primero, tenemos que elegir
qué canciones queremos silenciar
y a qué canciones queremos
subirles el volumen.
Debemos pensar, "Me respeto lo suficiente
como para decir que no quiero
escuchar esto y que tampoco quiero
que esto llegue a alguien más".
Segundo, podemos simplemente
preguntarnos:
"¿Esta música o el mensaje de ella
contribuye a la opresión
otra persona?"
"¿Por qué la tolero?"
Y, finalmente, todos podemos elegir
las listas de reproducción y la música
del DJ que nos genere la vibra correcta o
el estado que estamos buscando
en ese momento sin mensajes problemáticos.
¿Por qué esto es importante?
Porque les enseña a los algoritmos
en los sistemas en directo y
al mundo exactamente lo que
sí queremos escuchar,
con el fin de crear un cambio
a largo plazo y un mecanismo
de retroalimentación
que impacte a toda la industria.
Este no es un mensaje
para un grupo pequeño de personas.
Este mensaje afecta a todos,
porque cuando proyectemos y liberemos
a los géneros más vulnerables,
estaremos liberando a todo el mundo.