¡Qué gran honor! Estoy muy emocionado. Gracias por venir a verme desde tan lejos. Sí, señor. Gracias por invitarme, señor presidente. Entonces, dime, Francois, ¿qué tal está tu tobillo? ¿Mi tobillo? Me dijeron que le dolía. ¿Ya está curado? La verdad es, señor, nunca juegas al 100%, pase lo que pase. Sí, en el deporte y en la vida, ¿eh? -Sí, señor. -Por favor, siéntese. Tome este. Mirar a la luz lastima mis ojos. Srta. Brits, usted es una luz radiante en mi día. Sí, señor. Srta. Brits, este es Francois Pienaar, capitán de los Springbooks. ¿Les sirvo, señor? No, no. Preferiría hacerlo yo mismo. Muchas gracias, Srta. Brits. ¿Cómo le gusta el té, Francois? Solo leche, por favor. Los ingleses nos han dado muchas cosas... ...el rugby incluido. Pero el té por la tarde, es la mejor de todas. Ahí estamos. Gracias, señor. Tiene un trabajo muy difícil. ¿Lo tengo? Tengo un negocio comercial. Capitán de los Springbooks. Un trabajo muy difícil. Bueno, no se compara con el suyo, señor presidente. Bueno, nadie está tratando de arrancarme la cabeza mientras hago el mío. Si, señor. Dime Francois, ¿cuál es tu filosofía de liderazgo? ¿Cómo inspiras a tu equipo para que den lo mejor? Dando el ejemplo. Siempre creí que se debe dirigir con el ejemplo, señor. Bien, eso es correcto. Eso es exactamente lo correcto. ¿Pero cómo convencerlos de ser mejor de lo que ellos creen que pueden ser? Lo encuentro muy difícil. Inspiración, tal vez. ¿Cómo nos inspiramos a nosotros mismos para la grandeza cuando nada más lo hará? ¿Cómo inspiramos a todos los que están a nuestro alrededor? A veces, pienso que es con el trabajo de otros. En la Isla Robben... ...cuando las cosas se ponían muy mal... ...encontraba la inspiración en un poema. ¿Un poema? Un poema victoriano. Solo palabras. Pero me ayudaron a aguantar cuando todo lo que quería era rendirme. Pero tú no has venido para escuchar a un viejo hablar sobre cosas que no tienen sentido. No, no, por favor, señor presidente. Tiene mucho sentido para mi. En el día de un partido importante, digamos, un test match,... ...en el colectivo, camino al estadio, nadie habla. Sí. Todos se preparan. Así es. Pero cuando creo que están listos,... le digo al chofer que ponga una canción. Una que yo he elegido. Una que conocemos todos. Y escuchamos la canción juntos. Y ayuda. Recuerdo cuando fui invitado a las olimpiadas de 1992 en Barcelona. Todos en el estadio me recibieron con una canción. En ese momento, el futuro,... nuestro futuro,... ...parecía muy sombrío. Pero escuchar esa canción entonada por personas de todo nuestro planeta... me hizo sentir orgulloso de ser sudafricano. Inspiró en mí la idea de volver a casa y hacer más. Me permitió esperar más de mí mismo. ¿Puedo preguntar cuál era la canción, señor? Bueno... era "Nkosi Sikelel' iAfrika". Una canción muy inspiradora. Necesitamos inspiración, Francois. Porque para construir nuestra nación todos debemos superar nuestras propias expectativas.