Lo que voy a hacer aquí, es explicar
el concepto de verde extremo
desarrollado en el Centro de
Investigación Glenn de la NASA
en Cleveland, Ohio.
Pero antes de hacer eso, revisemos
lo que entendemos por verde,
porque muchos de nosotros
tenemos definiciones diferentes.
Verde. El producto se crea por métodos
con conciencia social y ambiental.
Hay cantidad de cosas que
ahora llamamos verdes.
Pero, ¿qué significa, en realidad?
Usamos tres mediciones
para determinar lo verde.
La primera: ¿es sostenible?
Es decir: ¿lo que se está
haciendo tiene uso en el futuro
con las generaciones venideras?
¿Es alternativo? ¿Es diferente
de lo que se hace hoy?
o ¿reduce la huella de carbono con respecto
a lo convencional?
Y tercero: ¿es renovable?
¿Proviene de los recursos
que la Tierra repone de forma natural,
como el sol, el viento o el agua?
Mi tarea en la NASA es desarrollar
la próxima generación de
combustibles de aviación,
verde extremo. ¿Por qué en aviación?
El campo de la aviación
usa más combustible
que todos los demás combinados.
Necesitamos buscar una alternativa.
A su vez, es una directiva
de la aeronáutica nacional.
Una de las metas nacionales
de la aeronáutica es desarrollar
la siguiente generación de
combustibles, biocombustibles,
que usen recursos del país,
amigables y seguros.
Para enfrentar ese reto además
tenemos que cumplir
con las tres medidas.
Verde extremo, para nosotros,
es que cumpla los tres criterios,
por eso ven el signo más,
como me pidieron que dijera.
Tiene que cumplir bien los 3 criterios
del laboratorio Glenn. Esa es otra medida.
El 97,5% del agua del planeta es salada.
¿Qué tal si la usamos?
Combinamos eso con el número 3,
no usar tierra cultivable.
Porque esas tierras ya se están cultivando
y son escasas en el mundo.
Nº 2: No competir con cultivos alimentarios.
Eso está ya bien establecido.
no se requiere nada más.
Por último, el recurso más precioso
que tenemos en la Tierra
es el agua dulce; no usar agua dulce.
Si el 97.5% del agua en
el mundo es salada,
2.5% es agua dulce.
Menos de la mitad de esto
está disponible para uso humano.
El 60% de la población
se abastece de ese 1%.
Para resolver mi problema,
tenía que ser verde extremo
y cumplir con esas 3 grandes medidas.
Damas y caballeros: bienvenidos
al laborartorio de investigación GreenLab.
Este es una entidad dedicada
a la próxima generación
de combustibles de
aviación que usan halófitas.
Una halófita es una
planta que tolera la sal.
A la mayoría de las plantas no les gusta
la sal, pero las halófitas la toleran.
También usamos malezas,
al igual que algas.
Lo bueno de nuestro
laboratorio es que hemos
tenido 3600 visitantes
en los últimos 2 años.
¿A qué se debe eso?
Es porque estamos haciendo algo especial.
En la parte baja ven al
GreenLab, obviamente.
A la derecha ven las algas.
Estando involucrados
en la próxima generación
de combustibles de aviación,
las algas son una opción viable.
Hoy hay mucho financiamiento
y tenemos un programa
de algas para combustibles.
Existen dos maneras de desarrollar algas.
Una es un fotobiorreactor
cerrado que ven aquí.
Lo que aparece al otro lado
es nuestra especie,
la que usamos en el momento
que se llama Scenedesmus Diamorphis.
Nuestro trabajo en la NASA es tomar
los datos experimentales y computacionales
para hacer la mejor mezcla
para el fotobiorreactor cerrado.
El problema con estos fotobiorreactores es
que son bastante costosos,
están automatizados,
lo que hace muy difícil
producirlos a gran escala.
¿Qué se usa a gran escala?
Se usan sistemas de tanques abiertos.
En todas partes del mundo
se están cultivando algas
con como circuitos, como ven aquí.
Como un óvalo
con una rueda de paletas para mezclar bien
pero cuando llega a la última ronda,
que yo llamo la cuarta, se estanca.
Tenemos solución para eso.
En el sistema de estanque
abierto de GreenLab
usamos algo que ocurre
en la naturaleza; las olas.
Con la tecnología de olas,
en el sistema de tanques abiertos,
logramos mezclas del 95% y
el contenido de lípidos es mayor
al del sistema del fotobiorreactor cerrado,
lo cual, pensamos, es significativo.
Pero las algas tienen una desventaja;
son muy costosas.
¿Habrá alguna forma
de producir algas económicamente?
La respuesta es, sí.
Hacemos lo mismo que con las halófitas,
es decir, adaptación climática.
En GreenLab tenemos
seis ecosistemas primarios
que van alterándose desde agua dulce
hasta llegar a la salada.
¿Qué hacemos?
Tomamos una especie potencial,
empezamos con agua dulce,
le agregamos un poco de sal.
Éste, el segundo tanque aquí,
equivale al ecosistema de Brasil.
Al lado de los campos de caña de azúcar
se pueden tener nuestras plantas.
El siguiente tanque representa África,
el siguiente Arizona,
el siguiente Florida, y el que sigue
representa California o el mar abierto.
Lo que estamos intentando es
conseguir una sola especie
que pueda sobrevivir en cualquier parte
del mundo, aunque sea un desierto árido.
Hasta ahora hemos tenido mucho éxito.
Ahora, uno de nuestros problemas.
Para los agricultores hay
5 requisitos para tener éxito:
Se necesitan semillas, suelo, agua, sol
y, por último, fertilizantes.
La mayoría usa fertilizantes químicos.
Pero ¿saben algo?
Nosotros no usamos
fertilizantes químicos.
¡Un momento! Veo mucho verde en tu
laboratorio. Seguro usan fertilizantes.
Aunque no lo crean, en los análisis de
los ecosistemas de agua salada,
el 80% de lo que necesitamos
está dentro de estos tanques.
El 20% faltante es nitrógeno y fósforo.
Nuestra solución natural es, peces.
No picamos los peces para
echarlos ahí. (Risas)
Usamos los deshechos de los peces; es más
usamos peces poecilia de agua dulce con
la técnica de adaptación climática
gradualmente desde agua dulce
hasta agua salada.
Los poecilias de agua dulce son baratos,
les encanta tener bebés
y les fascina ir al baño.
Cuanto más van al baño,
más fertilizante obtenemos,
mejor para nosotros, aunque no lo crean.
Cabe notar que usamos arena como piso,
arena común de playa,
o sea, crustáceos fosilizados.
Muchos me preguntan, ¿cómo empezaste?
Bueno, empezamos con lo que llamamos
biocombustibles de laboratorio bajo techo.
Es un laboratorio semillero donde tenemos
26 especies diferentes de halófitas
y cinco son ganadoras.
Lo que hacemos es...
debería llamarse laboratorio
de la muerte, porque intentamos
matar semillas, hacerlas resistentes
y luego vamos al laboratorio verde.
Lo que ven en la esquina inferior
es una planta experimental
de tratamiento de residuos
donde estamos desarrollando, una
macroalga de la que hablaré en un minuto.
Y por último, ese soy yo en
el laboratorio para mostrarles
que también trabajo;
no solo hablo de lo que hago.
Aquí están las especies de plantas,
Salicornia virginica.
Es una planta maravillosa, me encanta.
Se ve por todas partes, desde Maine,
por todas partes hasta
California. La adoro.
La segunda es Salicornia Bigelovi,
muy díficil de encontrar.
Es la que tiene más alto
contenido de lípidos,
pero con una desventaja: es enana.
Y ahora, la Salicornia europaea,
la más grande o más alta.
Lo que estamos intentando
con selección natural o
biología adaptativa, es combinar las tres
y hacer una planta
más alta con mucho lípido.
Cuando un huracán diezmó
la Bahía de Delaware,
los campos de soya desaparecieron.
Se nos ocurrió una idea:
¿podremos tener una planta
con la que se pueda recuperar
el suelo de Delaware? La respuesta es sí.
Y se llama malva de la costa,
Kosteletzkya virginica,
repitan eso cinco veces,
bien rápido, si pueden.
Es una planta 100% útil; las semillas como
biocombustible y el resto para forraje.
Ha estado ahí por 10 años
y funciona muy bien.
Ahora veamos la Chaetomorpha,
que es una macroalga a la que
le encantan los nutrientes en exceso.
Los que están en la industria acuaria,
saben que se usa para
limpiar tanques sucios.
Esta especie es muy
importante para nosotros.
Sus propiedades se acercan al plástico.
Intentamos ahora convertir
estas macroalgas en bioplástico.
Si tenemos éxito, revolucionaremos
la industria de los plásticos.
Tenemos ya una semilla para
el programa de biocombustibles.
Tenemos que hacer algo
con esta biomasa que resulta.
Hacemos extracción GC,
optimización de lípido y demás,
porque nuestra meta es crear
la próxima generación de combustibles
para aviación... y lo que sigue.
Hasta ahora hemos hablado
de agua y combustibles,
pero en el camino nos encontramos
con algo interesante sobre la Salicornia;
es un producto alimenticio.
Hablamos de ideas que vale
la pena difundir ¿no?
Qué tal esta: en África subsahariana,
próxima al mar,
agua salada, desierto árido...
¿qué tal si cultivamos esa planta;
la mitad como alimento
y la mitad como combustible.
Podemos lograrlo sin grandes costos.
Hay un invernadero en Alemania
que lo vende como alimento saludable.
Se cultiva y aquí en el medio, hay
camarones para encurtir.
Tengo que contarles un chiste.
A la Salicornia se le conoce
como frijoles de mar, espárragos marinos
y algas en escabeche.
Estamos encurtiendo algas
en escabeche, en el medio.
Bueno, pensé que era divertido. (Risas)
Y abajo, mostaza náutica.
Tiene sentido como refrigerio, parece lógico.
Se tiene mostaza, si eres marinero
ves las halófitas, las mezclas
y tienes un gran platillo con galletas.
Y por último, ajo con Salicornia,
que es lo que más me gusta.
O sea, agua, combustible y alimentos.
Nada de esto sería posible
sin el equipo del GreenLab.
Así como Miami Heat tiene sus 3 grandes,
nosotros tenemos nuestros
3 grandes en GRC de la NASA:
Ahí estamos con el profesor
Bob Herndricks, nuestro temerario líder,
y el doctor Arnon Chait.
La columna vertebral del GreenLab
son los estudiantes.
En los últimos 2 años,
hemos tenido 35 estudiantes
de todo el mundo,
trabajando en el GreenLab.
A propósito, mi jefe de división repite:
"tienes una universidad verde".
Y yo le digo: "Me parece bien
porque estamos formando
la próxima generación de pensadores
en verde extremo, lo que es importante".
Resumiendo, primero les
presenté lo que pensamos
es una solución global para
alimentos, combustibles y agua.
Algo falta para completarlo.
Obviamente usamos electricidad.
Les tengo una solución;;
usamos fuentes de energía limpia.
Tenemos dos turbinas eólicas
conectadas al GreenLab
y esperamos que pronto
lleguen unas 4 o 5 más.
También estamos usando
algo bastante interesante...
Hay un campo de paneles solares en el
Centro de Investigación Glenn de la NASA,
sin uso desde hace 15 años.
Junto con algunos colegas,
ingenieros eléctricos,
vimos que eran viable,
así que los estamos restaurando.
En unos 30 días los
conectaremos al GreenLab.
Y la razón por la que ven rojo,
rojo y amarillo, es que
mucha gente piensa que los empleados
de la NASA no trabajan los sábados.
Esta es una foto tomada en sábado.
No hay autos pero vean mi camioneta
amarilla. Yo sí trabajo los sábados. (Risas)
Así muestro que estoy trabajando.
Porque hacemos lo necesario para
lograr el trabajo; todos lo saben.
Hay un concepto relacionado con esto:
Usamos el GreenLab como base de prueba
para la idea de una
microred inteligente en Ohio.
Tenemos la capacidad de hacerlo y
creo que funcionará.
Allá en el laboratorio
de investigación de GreenLab.
Un ecosistema
de energía renovable autosostenible,
es lo que he presentado hoy.
En verdad espero y deseo
que este concepto
se extienda por todo el mundo.
Creemos tener una solución
para alimentos, agua, combustibles,
y también energía. Todo completo
Es verde extremo, sostenible,
alternativo y renovable,
y cumple con las tres grandes de GRC:
no usa tierras fértiles,
no compite con cultivos alimenticios,
y sobre todo, no usa agua dulce.
Me preguntan mucho,
"¿y tú qué haces en el laboratorio?"
Mi respuesta habitual es, "No te importa.
Eso es lo que hago". (Risas)
Aunque no lo crean,
mi primera meta de trabajo
en este proyecto es:
quiero ayudar a salvar el mundo.