Shah Rukh Khan: "Una niña
debe ser vista, no escuchada".
"Cállate", o "Chup".
Estas palabras se usan a menudo para
silenciar a las niñas desde la infancia,
lo cual continúa en la edad adulta
y sigue hasta la vejez.
Con orgullo presento a la próxima oradora,
una verdadera defensora
de la voz femenina,
asesora de la pobreza, el género
y el desarrollo para el Banco Mundial,
la ONU y varias ONG
en India y en todo el mundo.
Ella se autodenomina "detective cultural".
Demos la bienvenida a la reconocida
escritora y científica social
Deepa Narayan.
(Música)
(Aplausos)
Deepa Narayan: la meta
de una madre o un padre amoroso
es criar buenas chicas,
pero lo que en realidad hacen los padres
es restringir, confinar
y doblegar a sus niñas.
Al doblegar a sus hijas,
las preparan para el abuso.
Esto es tan devastador
que ningún padre o ninguna madre
podría soportarlo;
por eso, está disimulado.
En India, llamamos a esto "adaptación".
Estoy segura de que
han escuchado la palabra.
"Querida, solo adáptate un poco.
Solo adáptate.
Pase lo que pase, simplemente adáptate".
"Adaptarse" entrena a las chicas
para que sean indefensas,
que no existan, que no sean vistas,
que no tengan su propio yo
y entrena a los niños para imponer
poder y autoridad sobre el mundo.
Y, mientras tanto, seguimos hablando
sobre la igualdad de género
y el empoderamiento de la mujer.
Después de 2012, tras la violación grupal
en un autobús en marcha en Delhi,
de verdad deseaba comprender
las raíces del abuso.
Entonces comencé a plantear
una pregunta muy simple:
¿Qué significa para ti ser hoy
una buena mujer o un buen hombre?
Y me sorprendió tanto lo que escuché,
particularmente las respuestas
que dieron los jóvenes,
que se convirtió en un proyecto
de investigación y dominó mi vida.
Durante tres años escuché
a más de 600 mujeres, hombres y niños,
educados, de clase media,
lo que significó 1800 horas de audición,
8000 páginas de notas,
y un año más en darle sentido.
Hoy en día, vemos mujeres bien vestidas
y educadas como muchas de esta sala,
todas Uds. y también yo,
y creemos que el mundo ha cambiado,
pero estos cambios externos
son extremadamente engañosos,
porque por dentro no hemos cambiado.
Así que hoy no voy a hablar
de gente pobre.
Voy a hablar solo
de las clases media y alta,
porque somos los que más negamos.
Somos los que hemos dicho una y otra vez
que cuando las mujeres son educadas,
cuando tienen empleo
y ganan sus propios ingresos,
se empoderan, son iguales y libres.
Pero no es así.
¿Por qué?
De mi investigación,
infiero siete hábitos
que borran a las mujeres,
que hacen desaparecer a las mujeres,
pero estos hábitos persisten
porque nos son tan familiares
y los hemos convertido
en buenos y morales.
¿Por qué cambiarías o eliminarías
algo que es bueno y moral?
Por un lado, amamos a nuestros hijos,
amamos a nuestras hijas
y por otro lado, las doblegamos.
Hábito uno: no tienes cuerpo.
El primer paso para hacer
de una niña un fantasma
es hacer que su cuerpo desaparezca,
actuar como si no tuviera cuerpo.
Akangsha, de 23 años, dijo:
"En mi familia, nunca hablamos
sobre el cuerpo, nunca".
Y en este silencio,
millones y millones de chicas
son abusadas sexualmente,
y ni siquiera se lo dicen a sus madres.
Y son los comentarios negativos de otros
lo que lleva a que el 90 % de las mujeres
diga que no les gusta su cuerpo.
Cuando una niña rechaza su cuerpo,
rechaza su única casa;
y la invisibilidad y la inseguridad
se convierten en una base muy inestable.
Hábito dos: Cállate.
Si se supone que no existes
y que no tienes cuerpo,
¿cómo puedes tener voz?
Así que casi todas las mujeres dijeron:
"Cuando era pequeña,
mi madre solía regañarme y decir:
'No hables, cállate, cállate,
habla en voz baja,
no discutas y nunca respondas.
Jawab nahi Dena'".
Estoy segura de que ya lo han escuchado.
Y entonces las chicas empiezan
a asustarse y no intervienen.
Se callan y dicen:
"Es igual. Jaane do,
ya que de todos modos nadie escucha".
Las mujeres educadas dijeron
que su problema número uno
era su incapacidad para hablar,
como si un pie les pisara
la garganta y las asfixiara.
El silencio anula a las mujeres.
Hábito tres: Sé complaciente
con las personas.
Agrada a los otros.
A todos les gusta una buena mujer
que siempre sonríe,
que nunca dice no, que nunca está enojada
incluso cuando la están explotando.
Amisha, que tiene 18 años, dijo:
"Mi padre dijo:
'Si no te veo sonriendo,
no me siento bien'".
Entonces ella sonríe.
Así su padre le está enseñando:
"Mi felicidad es más importante
que tu felicidad".
Y en esta cuestión de tratar de hacer
felices a todos todo el tiempo,
las niñas tienen miedo
de tomar decisiones.
Y cuando les preguntas, dicen:
"¡Cualquier cosa, lo que sea! ¡Kuch bhi!
Todo va. Chalta hai".
Darsha, que tiene 25 años,
dijo con gran orgullo:
"Soy muy flexible.
Me convierto en lo que
otros quieren que sea".
Estas chicas abandonan
sus sueños, sus deseos
y nadie se da cuenta,
a excepción de la depresión.
Esa se lleva dentro.
Otra cosa más que se le quita a una niña.
Hábito cuatro: no tienes sexualidad.
Creo que todos convendrán en que
con una población de más de 1300 millones,
el sexo no es nuevo para la India.
Lo nuevo es que ahora
más personas reconocen
que las mujeres también
tienen derecho al deseo sexual.
Pero, ¿cómo puede una mujer a la que
no se le ha permitido poseer su cuerpo,
quien no ha sido educada sobre su cuerpo,
quien quizá ha sido abusada sexualmente,
quien no puede decir no
y a quien se ha llenado de vergüenza,
¿cómo puede reclamar su deseo sexual?
Se suprime la sexualidad de la mujer.
Hábito cinco: no confíes en las mujeres.
Imaginen cómo cambiaría el mundo
si las mujeres se unieran en solidaridad,
pero para asegurarnos
de que esto no suceda,
nuestra cultura da un alto valor moral
a la lealtad a los hombres
y el secreto familiar.
Todas las mujeres dijeron:
"Solo conozco a una mujer
de la que fiarme,
y esa soy yo".
Incluso Ruchi, que tiene 30 años
y trabaja para el empoderamiento de
la mujer en la Universidad de Delhi, dijo:
"No confío en las mujeres.
Son celosas y critican".
Obviamente, entonces, en las ciudades,
las mujeres no se unen
a grupos de mujeres,
y cuando les preguntas por qué, dicen:
"No tenemos tiempo para chismear".
Es mucho más fácil subyugar
a una mujer que está sola.
Hábito seis: el deber sobre el deseo.
Muskan dio una definición muy larga
de una buena chica, y solo tiene 15 años.
"Es amable, gentil, cortés, amorosa,
cariñosa, sincera, obediente,
respeta a los ancianos,
ayuda a todos incondicionalmente,
es buena con los demás
y cumple con su deber".
Agotador, ¿no es así?
Y cuando cumples con el deber,
cualquier pequeño deseo
que quede también se pierde.
Y al sacrificar a las madres
ya no queda nada que decir
excepto hablar de comida:
"¿Has comido? ¿Khana kha liya?
¿Qué vas a comer?".
Hombres como Saurabh, que
tiene 24 años, las llaman "aburridas".
Una mujer se convierte en un residuo.
Hábito siete: Sé totalmente dependiente.
Todos estos hábitos, en conjunto,
doblegan a las mujeres,
las llenan de miedo
y las hacen totalmente dependientes
de los hombres para su supervivencia,
y esto permite que el sistema
de poder masculino continúe.
Estos siete hábitos que
considerábamos buenos y morales
arrebatan la vida a las chicas
y sitúan a los hombres como abusadores.
Debemos cambiar.
¿Cómo cambiamos?
Un hábito es solo un hábito.
Cada hábito es un hábito aprendido,
y podemos desaprenderlos
y este cambio personal es
extremadamente importante.
Yo también tuve que cambiar.
Pero esto no cambia el sistema
que doblega a millones de otras mujeres.
Entonces tenemos que ir a las raíces.
Debemos cambiar lo que significa
ser una buena mujer y un buen hombre,
porque esta es la base de toda sociedad.
No necesitamos mujeres flexibles,
necesitamos definiciones flexibles,
para los hombres también,
y este gran cambio social no puede suceder
sin la participación de los hombres.
Los necesitamos.
Necesitamos que los hombres
sean agentes de cambio,
que desarrollen músculos
fuertes para propiciar el cambio.
De lo contrario, pasarán dos siglos más
hasta que nuestras niñas y nuestros niños,
estén seguros y sean libres.
Imaginen que medio billón de mujeres
se unieran, con el apoyo de los hombres,
que hablaran entre ellos
para conversar, para cambiar,
tanto ciudadanos como políticos,
e imaginen a hombres
en sus propios círculos,
e imaginen a mujeres y hombres
que se unieran para escucharse
sin juicio, sin culpa,
sin acusaciones y sin vergüenza.
Imaginen cuánto cambiaríamos.
Podemos hacerlo juntos.
Mujeres, no se adapten.
Hombres, adáptense.
Ya es hora.
Gracias.
(Aplausos)
SRK: Qué bien dicho, qué maravilloso.
Con nosotros, Deepa.
Al escucharla, me di cuenta
de que incluso en las conversaciones
más simples que tenemos con mujeres,
en realidad somos agresivos.
Por ejemplo, a veces le digo a mi hija:
"Yaar Tu hasti hai a mujhe accha
lagta hai varna bura lagta hai".
Lo siento, nunca haría eso.
Aaj Se principal meri
beti ko yahi bolunga.
Lo que sea que estés haciendo
mujhe accha hola lagta hai,
aur accha nahi bhi lagta hai
Toh mera kya, tum wohi karo
jo tumhare ko lagta hai, ¿no?
(Aplausos)
¿Cómo se sintió,
primero al escuchar tantas historias
de deseos incumplidos,
falta de independencia,
de chicas que normalmente
uno pensaría que en mejor situación?
DN: Muy deprimida.
Fue impactante para mí,
y por eso no pude parar,
porque no tenía planes
de estudiar ni de escribir un libro.
Había escrito 17 libros antes
y pensé: "Ya terminé".
Pero cuando fui a St. Stephen's College
y escuché en la mayoría de universidades
de élite conocidas de Delhi,
lo que las jóvenes y los hombres
dijeron sobre lo que significaba
para ellos ser mujer y hombre
no sonaba como de mi generación,
sino de la generación de mi madre.
Entonces fui a otra universidad
y a otra universidad.
Lo que me llamó la atención
es que cada mujer sentía que estaba sola,
que escondía su miedo y su comportamiento,
porque pensaba que era
una falencia personal.
No es una falencia personal,
sino entrenamiento,
y creo que esa es la mayor revelación:
si dejamos de fingir,
entonces el mundo cambia.
SRK: ¿Están de acuerdo
con lo que dice Deepa?
(Aplausos)
Ya veo a esa joven diciendo:
"¿Escucharon lo que dijo?
Tú me lo dices".
Sí, así debe ser.
"Tú, chico, tú adáptate. Nosotras
ya no nos adaptamos ¿entiendes?".
(Aplausos)
Muchas gracias. Gracias.
(Aplausos)