Nunca me han arrestado,
nunca he pasado una noche en la cárcel,
nunca han metido a un ser querido en
la parte de atrás de un coche de policía
o entre rejas,
ni he estado a merced de
un sistema confuso y que da miedo
y que en los mejores casos
les mira con indiferencia
y en los peores como a monstruos.
Estados Unidos encarcela a más gente
que cualquier otra nación
del planeta,
y Luisiana es nuestro mayor encarcelador.
Probablemente la mayoría
de Uds. sean como yo,
afortunados.
Lo más cerca que estamos del crimen
y del castigo es a través de la TV.
Mientras hacían "Unprisoned"
conocí a una mujer
que solía ser como nosotros,
Sheila Phipps.
(Grabación) S. Phipps: Antes de que
mi hijo fuera a la cárcel
solía ver a la gente en televisión,
peleando, diciendo "Oh, esta persona
no lo hizo y esta persona es inocente".
Y los desprecias o los subestimas,
en plan, "sí, lo que tú digas".
No me malinterpreten,
hay mucha gente que merece
estar en la cárcel.
Hay muchos criminales en el mundo.
Pero hay mucha gente inocente
que está en la cárcel.
El hijo de Sheila, McKinley,
es uno de esos inocentes.
Cumplió 17 años de una sentencia
de 30 por homicidio involuntario.
No tenía antecedentes,
no había pruebas forenses.
Le condenaron simplemente por
el testimonio de un testigo,
y décadas de investigaciones
han demostrado
que las declaraciones de
los testigos no son tan fiables
como solíamos pensar.
Los científicos dicen
que la memoria no es precisa.
No es tanto como volver a ver un vídeo
sino más bien como hacer un puzzle.
Desde 1989, cuando el ADN se usó por
primera vez para liberar gente inocente,
casi el 70 % de las sentencias revocadas
estaban basadas en testimonios visuales.
El año pasado,
el fiscal del distrito cuyo bufete
procesó el caso de McKinley
fue condenado por corrupción.
Cuando este fiscal con más de 30 años
de experiencia fue apartado,
los testigos del caso
de McKinley confesaron
y dijeron que fueron presionados por
los fiscales del distrito para testificar,
incluso con amenazas de pasar
un tiempo en la cárcel.
A pesar de eso McKinley
todavía está en la cárcel.
(Grabación) SP: Antes de que
esto sucediera
nunca lo hubiera imaginado.
Y supongo que es difícil
para mí imaginar
que estas cosas pasan
hasta que le ha sucedido a mi hijo.
Me ha abierto los ojos.
Verdaderamente me los ha abierto.
No les voy a mentir.
Las estimaciones sobre
cuánta gente inocente es encarcelada
van desde el 1 al 4 %,
que quizás no suene a mucho,
si no fuera porque suma alrededor
de 87 000 personas:
madres, padres, hijos encerrados,
a menudo durante décadas,
por crímenes que no han cometido.
Y eso ni siquiera incluye el casi
medio millón de personas
que han sido condenados por nada,
esos presuntos inocentes
que son demasiado pobres
para pagarse la fianza
y tienen que estar entre rejas
desde semanas hasta meses,
esperando que su caso llegue a juicio,
o mucho más probable:
declararse culpables para poder salir.
Toda esa gente tiene familia fuera.
(Grabación) Kortney Williams:
Mi hermano se perdió mi graduación
porque la noche antes
le metieron en la cárcel.
Mi hermano se perdió mi cena de cumpleaños
porque ese día le metieron en la cárcel.
Mi hermano se perdió su propia
cena de cumpleaños
por estar en el sitio equivocado
en el momento equivocado.
(Grabación) EA: Todas las veces
que acabó en la cárcel,
¿fue por denuncias o le metían
en la cárcel sin más?
Presentaban la denuncia
que llevaba una fianza,
luego le quitaban la denuncia....
porque no había pruebas.
Conocí a Kortney Williams cuando
fui a su clase a la universidad
para hablar de "Unprisoned".
Acabó entrevistando a su tía,
Troylynn Robertson,
para un episodio.
(Grabación) KW: Con todo lo que pasaste
con tus hijos,
¿qué consejo me darías
si yo tuviera hijos?
(Grabación) Troylynn Robertson:
Te diría que cuando los tengas
lo primero que te
vendrá a la cabeza es amor
y protección,
pero te diré que
a pesar de la protección
con la que los críes
conociendo el sistema judicial...
siempre le hablamos a nuestros hijos
del hombre del saco,
de la gente mala, con quién
hay que tener cuidado,
pero no les enseñamos cómo
tener cuidado con el sistema judicial.
Debido a la manera en la que
nuestro sistema judicial penal
fija desproporcionalmente
su objetivo en la gente de color,
no es raro que los jóvenes
como Kortney lo sepan.
Cuando empecé a ir a institutos a hablar
a los estudiantes sobre "Unprisoned",
descubrí que aproximadamente un tercio
de los jóvenes con los que hablé
tenían a un ser querido entre rejas.
(Grabación) Chica: Lo más duro es
saber dónde está,
o la fecha de su juicio.
Chica: Sí, le metieron en la cárcel
en mi primer cumpleaños.
Chica: Mi padre es guardia.
Vio a mi tio en la cárcel.
Está ahí de por vida.
Según Annie E. Casey Foundation,
el número de jóvenes con un padre
encarcelado aumentó un 500 %
entre 1980 y el 2000.
Cerca de cinco millones de los niños
de hoy verán un padre encarcelado
en algún momento de su infancia.
Pero este número afecta de manera
desproporcionada a niños afroamericanos.
Para cuando lleguen a los 14 años
1 de cada 4 niños negros
verá a su padre en la cárcel.
Eso comparado con una cifra de
uno de cada 30 niños blancos.
Un factor clave que determina el futuro
éxito de los presos y sus hijos
es que puedan mantener la relación
durante el encarcelamiento
pero las llamadas de los presos a casa
cuestan 20 o 30 veces más
que las llamadas normales,
así que muchas familias
mantienen el contacto por carta
(Grabación: se abre una carta)
Anissa Christmas: Querido hermano mayor,
este año cumplo los famosos 16, LOL.
Supongo que ya no soy un bebé.
¿Vas a llevarme al baile de graduación?
Te echo mucho de menos.
Eres el único chico que
ha sido sincero conmigo.
Ójala estuvieras aquí para desahogarme.
Han pasado muchas cosas desde
la última vez que te vi.
(Voz entrecortada) Tengo buenas noticias.
He quedado primera
en la feria de ciencias.
Soy una empollona.
Vamos a los regionales,
¿te lo puedes creer?
El instituto está pasando muy rápido.
En menos de dos años
espero que puedas verme
caminar sobre el escenario.
Pensé en escribirte porque sé
que ahí estás muy aburrido.
Quiero hacerte sonreir.
Anissa escribió estas cartas a su hermano
cuando estaba en su segundo
año de instituto.
Guarda las cartas que él
le escribe en el marco
del espejo de su habitación,
y las lee una y otra vez.
Me gustaría pensar que hay
una buena razón
por la que el hermano
de Anissa está encerrado.
Todos queremos que funcionen
los engranajes de la justicia
pero estamos empezando a entender
que los ideales nobles que aprendimos
en el colegio son muy distintos
en las cárceles y los juzgados
de nuestro país.
(Grabación) Danny Engelberg:
Entras en la sala y estás...
Llevo haciendo esto bastante tiempo
y todavía me deja sin respiración.
Piensas "Aquí hay mucha gente de color",
y sé que esta ciudad no está formada
por un 90 % de afroamericanos,
así que ¿por qué el 90 % de la gente
que lleva el traje naranja
son afroamericanos?
(Grabación) El abogado de oficio
D. Engelberg no es el único que ve
la cantidad de negros que
hay en el juzgado municipal
o en cualquier juzgado.
Es difícil no verlo.
¿Quién esta en el tribunal
esperando al juez?
¿Qué aspecto tienen?
(Grabación) La mayoría
afroamericanos, como yo.
Diría que el 85 % son
en su mayoría negros.
Eso es todo lo que se ve de naranja,
en la caja de ahí detrás, encerrados.
¿Quién está esperando?
Casi todos negros.
Hubo un par de blancos.
Creo que eran alrededor del
85 % afroamericanos
los que estaban ahí sentados.
¿Cómo puede un joven negro en EE. UU.
entender la justicia?
Otra historia de "Unprisoned" trataba
de un grupo de bailarines
que coreografiaron una pieza
llamada "Hoods up"
y la interpretaron frente al
concejo municipal.
Dawonta White estaba en séptimo curso
durante esa interpretación.
(Grabación) Dawonta White: Ibamos de
negro con sudaderas porque Trayvon Martin
llevaba una sudadera cuando fue asesinado.
Asi que lo meditamos
y dijimos que ibamos a llevar
sudaderas como Trayvon Martin.
(Grabación) ¿A quién se le ocurrió?
Al grupo. Todos estuvimos de acuerdo.
Estaba un poco nerviosa
pero al final aguanté
porque pensé que era algo bueno
que se dieran cuenta de lo que hacíamos.
(Grabación) Shraivell Brown era
otro coreógrafo y bailarin
de "Hoods Up".
Dice que la policía critica
a la gente de su aspecto.
Se siente juzgado por cosas que
otros negros pueden haber hecho.
¿Cómo querrías que te viera la policía
y qué querrías que pensaran?
SB: Que no soy una amenaza.
EA: ¿Por qué te verían así?
¿Qué edad tienes?, ¿14 ?
Sí, tengo 14, pero él ha dicho que
muchos hombres negros
son matones o gangters y cosas así
pero yo no quiero que piensen eso de mí.
Para la gente que tiene mi aspecto,
lo más fácil y cómodo es
no prestar atención,
asumir que nuestro sistema
judicial penal funciona.
Pero si no es nuestra responsabilidad
dudar esas suposiciones,
¿de quién es?
Hay una sinagoga que se ha molestado
en aprender sobre la encarcelación masiva
y muchos congregantes
han llegado a la conclusión
de que como la encarcelación masiva
provoca el caos en tantas vidas
acaba creando más crimen
y dejando a la gente menos segura.
La congregante Teri Hunter dice
el primer paso para la acción
debe ser el entendimiento.
Dice que es crucial para todos nosotros
entender nuestra conexión con el tema,
aunque no sea algo tremendamente obvio.
Teri Hunter: Recae sobre nuestros hombros
asegurarnos de que no cerramos
la puerta sin más
y decimos "Bueno, no somos nosotros".
Y creo que como judíos
ya hemos vivido esa historia:
"No somos nosotros".
Y si una sociedad da la espalda
a una sección
hemos visto qué pasa.
Por lo tanto es nuestra
responsabilidad como judíos
y como miembros de esta comunidad
educar a nuestra comunidad,
o al menos a nuestra congregación,
en la medida de lo posible.
He estado usando el pronombre "nosotros"
porque estos son nuestro
sistema judicial penal
y nuestros hijos.
Elegimos a los fiscales del distrito,
a los jueces y a los legisladores
que manejan estos sistemas
para nosotros, el pueblo.
Como sociedad,
estamos más dispuestos a arriesgarnos
a encerrar a gente inocente
de lo que lo estamos a dejar que
los inocentes sean liberados.
Elegimos políticos que temen ser
etiquetados como "blandos con el crimen",
les animamos a aprobar leyes duras
y a destinar enormes recursos
al encarcelamiento de la gente.
Cuando se comete un crimen,
nuestro deseo de retribución rápida
ha alimentado una cultura policial
basada en encontrar culpables rápidamente,
a menudo sin los recursos adecuados
para llevar a cabo investigaciones
o un escrutinio estricto
de esas investigaciones.
No investigamos a los fiscales.
Por todo el país, en las últimas décadas,
a medida que han descendido los
delitos violentos y contra la propiedad,
el número de fiscales empleados y de
casos archivados ha aumentado.
Los fiscales deciden si tomar o no
medidas legales
contra la gente que detiene la policía
y deciden qué cargos archivar,
impactando directamente en el tiempo
entre rejas al que se enfrenta un acusado.
Lo que sí comprobamos
en los fiscales es la defensa.
Imagínense a la Señora Libertad:
la mujer con la venda en los ojos
que sujeta una balanza
que se supone que simboliza
el equilibrio de nuestro sistema judicial.
Desgraciadamente,
la balanza está inclinada.
La mayoría de los acusados en nuestro país
están representados por abogados
nombrados por el gobierno.
Estos abogados de oficio reciben
un 30% menos de fondos
que los fiscales del distrito,
y a menudo tienen cargas de trabajo
que sobrepasan de lejos
lo que recomienda el Colegio
de Abogados de EE. UU.
Como decía Sheila Phipps,
hay gente que merece estar en la cárcel,
pero es difícil distinguir
a los culpables de los inocentes
cuando las perspectivas de todos
son tan parecidas.
Todos queremos justicia.
Pero si el proceso juega tan
en contra de los acusados
es difícil que funcione la justicia.
Nuestro sistema judicial penal
funciona para nosotros, el pueblo.
Si no nos gusta lo que está pasando,
depende de nosotros cambiarlo.
Muchísimas gracias.
(Aplausos)