Soy historiadora. Y lo que me encanta de ser historiadora es la perspectiva que te da. Quisiera traer esa perspectiva a la educación en EE. UU. Una de las pocas cosas en las que podemos coincidir es que, estratégicamente, el mejor momento para que un niño comience su aprendizaje es a temprana edad. Hace más de 50 años, hubo un punto de inflexión en la educación preescolar en EE. UU, llamado "Head Start". A los historiadores nos encantan estos momentos porque facilitan mucho el hablar sobre lo que había antes y lo que sucedió desde entonces. Antes de "Head Start", básicamente no había nada. Con "Head Start", empezamos a preparar escolarmente a nuestros niños más necesitados. Desde que existe "Head Start", hemos avanzado muchísimo, pero aún hay 2,2 millones de niños en EE. UU. sin acceso a la educación preescolar, es decir, más de la mitad de los niños de cuatro años en el país. Esto es un problema. Pero el mayor problema es lo que sucede con esos niños. Los niños que llegan a la escuela sin ciertas habilidades básicas tienen un 25 % más de probabilidad de abandonar, 40 % más de convertirse en padres en la adolescencia y 60 % menos de ir a una universidad. Si conocemos la importancia de la educación preescolar, ¿por qué no se la damos a todos? Existen barreras que las soluciones propuestas hasta el día de hoy no pueden superar. Geográficamente: piensen en lo rural y alejado. En cuanto al transporte: piensen en los padres que trabajan. Decisiones parentales: ningún Estado obliga a un niño de 4 a ir a la escuela. En cuanto a los costos: el promedio para un estudiante de preescolar es de 5000 dólares al año. ¿Solo hablaré de los problemas? No. Hoy quiero hablarles de un programa de bajo costo y tecnológico que prepara para el jardín de infancia y puede realizarse en el hogar. Se llama "UPSTART", y más de 60 000 niños ya lo han usado en EE. UU. Sé lo que estarán pensando: una persona más resolviendo un problema nacional con tecnología. Y, en cierta medida, tienen razón. Creamos un software de educación infantil diseñado para individualizar las lecciones de manera que los niños aprendan a su propio ritmo. Para lograrlo, consultamos a expertos que van desde la lectura o la sociología hasta el desarrollo del cerebro y todos los aspectos de esta educación para que nos dijeran qué hacer y qué aspecto debe tener el software. Les doy un ejemplo. (Video) (Cantan una melodía) ♪ Cero ♪ ♪ Cero ♪ ♪ Cero es un número diferente a los demás ♪ ♪ El cero es una "O" grande y redonda ♪ ♪ No se parece al uno, seguro lo notarás ♪ ♪ El cero es una "O" grande y redonda ♪ (Risas) Esa es la canción del cero. (Risas) Y aquí tenemos a los chicos Par e Impar para enseñarnos los números. Y "Las aves de las letras" nos mostrarán que al mezclar el sonido de las letras formamos palabras. Como pueden ver, la lección es corta, colorida, pegadiza y diseñada para llamar la atención de un niño. Pero UPSTART tiene algo más que lo diferencia y lo hace más efectivo. UPSTART pone a los padres a cargo de la educación de sus hijos. Creemos que, con el apoyo adecuado, todos los padres pueden preparar a sus hijos para la escuela. Les diré cómo funciona. Esta es la lista de requisitos de ingreso de uno de los estados. Casi todos los estados tienen una. Contactamos a los padres, donde sea que estén, y les damos una capacitación básica y presencial en grupo. Les contamos que el software evalúa lectura, matemáticas y ciencia, pero que ellos serán responsables de la motricidad y el desarrollo personal, y que trabajaremos en conjunto con el aprendizaje social y emocional. Sabemos que funciona porque el 90 % de los usuarios han completado el programa. El año pasado tuvimos 13 500 niños que se "graduaron" con diplomas de UPSTART. Y los resultados han sido asombrosos. Tenemos una evaluación externa que muestra que nuestros niños tienen un nivel de 2 o 3 veces superior al de los niños que no participan en el programa. Realizamos una prueba de control aleatoria que demuestra la efectividad e incluso hicimos un estudio longitudinal que muestra que nuestros niños recuerdan lo aprendido hasta tercer o cuarto grado en nuestros mejores casos hasta hoy. Eso es en lo académico. Pero otro estudio muestra que su aprendizaje emocional es igual al de los niños que van a escuelas públicas o privadas. La mayoría de los 60 000 niños que han participado en UPSTART hasta hoy son de Utah. Pero hemos tenido los mismos resultados con niños afroestadounidenses de Misisipi. Ellos son Kingston y su mamá. Con estudiantes de inglés en Arizona. Ellos son Daisy y su familia. Con niños refugiados en Filadelfia. Esta es mi foto de graduación favorita. Y con niños de pueblos nativos de EE. UU. de algunas de las zonas más remotas del país. Ella es Cherise, y aquí es donde vive, en el Valle de los Monumentos. Hay quienes son escépticos sobre UPSTART. Algunas personas creen que los niños no deberían pasar tiempo con la pantalla. A ellos, les decimos que el uso de UPSTART es de 15 minutos al día, cinco días a la semana, que es la recomendación de la Academia de Pediatría de EE. UU. de una hora diaria para niños de 4 años. Algunos creen que ir a una escuela física es lo único que funciona. A ellos les decimos que sí funcionan, pero si el padre no puede llevar a su hijo o no quiere hacerlo, ¿no es una buena alternativa, una opción tecnológica con buenos resultados? Además, nos encanta trabajar con escuelas preescolares. Hoy en día, hay 800 niños en Misisipi que asisten a un Head Start durante el día y que trabajan con UPSTART con su familia por las noches. Nuestra audaz idea es llevar UPSTART a todo el país, sin ánimo de reemplazar nada. Queremos apoyar a niños que no tendrían acceso a esta educación. Nos atrevemos a enfrentarnos a los escépticos, tenemos la energía para hacer el trabajo y tenemos un plan. Le corresponde al Estado educar a sus niños. Así que empezamos recaudando fondos para ir a probar el programa en un estado y recolectar información. Cada estado lo considera único y quiere asegurarse de que el programa funcione con sus niños antes de invertir. Luego, identificamos líderes clave que nos ayuden a promocionar UPSTART como una opción para niños desatendidos. Y vamos juntos a legislaturas estatales para que UPSTART pase de la filantropía al financiamiento estatal, sostenible y expansible. El plan ha funcionado... (Aplausos) Gracias. Gracias. Al día de hoy, el plan ha funcionado en tres estados: Utah, Indiana y Carolina del Sur. Ya hemos probado el programa en diferentes estados e identificado promotores. Después pasaremos a estados con grandes barreras geográficas para llevar a cabo el plan. Y luego a estados que ya cuentan con educación preescolar pero que no consiguen buenos resultados académicos o donde los padres no quieren involucrarse. De allí, iremos a estados donde se requerirá más información y trabajo de persuasión, esperando que nuestro ímpetu nos ayude a cambiar las cosas ahí. Ayudaremos a 250 000 niños en un lapso de cinco años y nos aseguraremos de que más estados sigan ofreciendo UPSTART a sus niños. Uds. pueden ayudar de la siguiente manera: con 2000 dólares, podemos darle a un niño STARTUP, una computadora e internet. Ese niño será parte del proceso de prueba que asegura que otros niños tengan UPSTART en un futuro. También necesitamos ciudadanos comprometidos que informen al gobierno sobre lo fácil que podría ser preparar a los niños para la escuela. No estarían aquí si no fueran ciudadanos comprometidos, así que les pedimos su ayuda. Ahora bien, ¿podrá UPSTART convertirse en un punto de inflexión en la educación? Yo creo que juntos podemos hacerlo. Pero, sin duda alguna, puedo decirles que UPSTART es un punto de inflexión en la vida de un niño que no tendría otra forma de prepararse para la escuela. Gracias. (Aplausos)