En casa de su tía An-mei,
Jing-Mei toma asiento a regañadientes
en el rincón este de la mesa de mahjong.
En los rincones norte,
sur y oeste están sus tías,
miembros veteranos de
el club de la buena estrella.
Este grupo de familias inmigrantes
se reúne semanalmente
para intercambiar chismes,
darse un banquete con wontón
y chasao dulce y jugar mahjong.
Sin embargo, la fundadora del club,
Suyuan, madre de Jing-Mei,
ha fallecido recientemente.
Al principio, a Jing-Mei se esfuerza
por encontrar su lugar en la mesa.
Pero cuando sus tías revelan
un secreto enterrado
sobre la vida de Suyuan,
Jing-Mei se da cuenta de que tiene
mucho que aprender sobre su madre
y sobre sí misma.
En la novela debut de Amy Tan
de 1989 "El club de la buena estrella",
esta reunión en la mesa de mahjong
es el punto de partida
de una serie de viñetas interconectadas.
El libro en sí está poco estructurado
para imitar el formato del juego chino.
Así como el mahjong se juega en
cuatro rondas con al menos cuatro manos,
el libro está dividido en cuatro
partes, cada una con cuatro capítulos.
Alternativamente ambientada
en China o San Francisco,
cada capítulo narra una historia
de cada una de las cuatro matriarcas
del club de la buena estrella
o sus hijas nacidas en EE.UU.
Estas historias llevan al lector
a zonas de guerra,
pueblos de la China rural,
matrimonios modernos
y reuniones tensas alrededor de la mesa.
Tocan temas sobre supervivencia
y pérdida, el amor y la falta de él,
ambiciones y sus realidades insatisfechas.
En una, la tía Lin planea
escapar de la familia hostil
de su marido concertado,
lo que conduce finalmente
a su llegada a Estados Unidos.
En otra, el día de la familia Hsu
en la playa se ensombrece
cuando Rose es abrumada por la
responsabilidad que le asigna su madre.
La tragedia resultante traumatiza
a la familia en los años venideros.
Estos cuentos ilustran las divisiones
comunes que se pueden formar
entre generaciones y culturas,
especialmente en familias inmigrantes.
Todas las madres han experimentado
grandes dificultades
durante su vida en China
y han trabajado sin descanso
para dar a sus hijos
mejores oportunidades en EE.UU.
Pero sus hijas se sienten abrumadas
por las esperanzas incumplidas
de sus padres y grandes expectativas.
Jing-Mei siente esta presión mientras
juega mahjong con las amigas de su madre.
Le preocupa: "Ellas ven en mí
a sus propias hijas, solo una ignorante,
igual de inconsciente a todas las
verdades y esperanzas traídas a EE.UU.".
Una y otra vez,
las madres se esfuerzan por recordar
a sus hijas su historia y herencia.
Sin embargo, sus hijas
luchan por reconciliar
la percepción que sus madres tienen
con quiénes son realmente.
"¿Mi hija me conoce?",
preguntan algunas historias.
"¿Por qué mi madre no comprende?",
responden otras.
En su búsqueda de estas preguntas,
Tan habla de las ansiedades
que atormentan a muchos inmigrantes
que a menudo se sienten tanto
distanciados de su patria
como desconectados de su país de acogida.
Pero al entretejer las historias
de estas cuatro madres e hijas,
Tan deja claro que Jing-Mei
y sus compañeras encuentran
fuerza para enfrentar
los problemas de su presente
con los valores que
sus madres han transmitido.
Cuando el libro se publicó por primera vez
Tan esperaba un éxito mínimo.
Pero contra sus predicciones,
el libro tuvo críticas masivas
y fue un éxito comercial.
Hoy, estos personajes aún
cautivan a lectores de todo el mundo.
No solo por cómo hablan
de los chinos-estadounidenses
y de las experiencias de inmigrantes,
sino también por descubrir
una verdad más profunda:
la necesidad de ser considerado
y comprendido por aquellos que amas.