[MÚSICA INSTRUMENTAL] Dibujar es un tipo de meditación. Todo empieza y termina en el dibujo. Cuando hago un proyecto, lo dibujo. Es como un lenguaje básico, y después hago cosas en el transcurso. Todo es cuestión de collages. Mucho de lo que hago como artista es crear una voz propia porque carecí de una mucho tiempo. En 1965 quedé embarazada. En el quinto mes de embarazo, tenía problemas para respirar y tuve de una afección cardíaca denominada cardiomiopatía. Tuve un fallo cardíaco. Estuve en una carpa de oxígeno durante mi embarazo, en un hospital. No podía caminar o hacer otras cosas por muchos meses. Cuando te enfrentas a la amenaza de muerte, eres consciente del paso del tiempo. Eso es un regalo, enfermarse tan pronto en mi vida. Hizo que valoraras lo vivido y el hecho de que no puedes perder el tiempo. Dado que mucho de mi enfermedad depende de la respiración, añadí sonido, a medida que mejoraba, a varias de mis esculturas de cera. [PLAYBACK DE SONIDOS DE RESPIRACIÓN GRABADOS] [VOZ DE LA CASETERA] -Ahí estas. Te he estado esperando todo el día. Me alegro de que me visites. ¿Cómo te llamas? Presencié clases nocturnas en UCLA sobre cómo moldear cera. Como no tenía nadie cerca, hice el molde de mi rostro, e hice el molde de cera de mí misma. Cuando uno está aislado, oye mejor. [SONIDOS DE RESPIRACIÓN GRABADA] Luego de mi respiración, añadí interacción y diálogo Para mí, era como un dibujo. Un sonido que se extendía al espacio. Eso formó parte de mi trabajo. En los años setenta, las artistas comenzaban a darse cuenta de que eran invisibles. Los primeros desafíos era encontrar a alguien que mostrara mi obra y nadie lo hacía. Finalmente, la Universidad de Berkeley de California invitó a tres mujeres para expusieran y yo era una de ellas. Pero solo querían mostrar mis dibujos Pensaron que los dibujos eran seguros y dibujos lineales apropiados. Pero junto con eso, exhibí unas esculturas de cera que hablaban. A los dos días, el museo cerró la exposición. Dijeron: «La comunicación no es arte». «El sonido no es arte». Y cerraron la exposición por completo. Ser rechazada y ser invisible por el sistema de museos fue lo mejor que me pudo pasar. La experiencia cultural de que hagan callar tu voz hizo que el habla, y el hablar, y tener una voz, sean importantes para lo que hago.