El llamado de Jesús
Bienvenido a esta serie:
"El llamado de Jesús".
Paso a paso, vamos a través de lo que
Jesús nos ha llamado en Lucas capítulo 10.
Hemos llegado ahora al capítulo 15:
"Sacúdanse el polvo".
Y esto es muy, muy importante.
Hemos visto que Jesús quiere que vayamos
afuera y encontremos a una persona de paz.
Una persona de paz es alguien a quien el
Espíritu Santo está atrayendo,
es alguien que está listo para recibir
a Jesús.
Ellos están listos.
Y son muchos allá afuera.
Lo hemos oído, cómo la cosecha está lista,
pero los obreros son pocos.
Pero si tú quieres ser efectivo en
encontrar a la persona de paz,
necesitas escuchar lo que Jesús
está diciendo aquí,
cuando habla acerca de cómo necesitamos
sacudirnos el polvo y seguir adelante.
Porque si tú no entiendes esto...
no serás efectivo.
No serás efectivo, cuando se trata de
encontrar a la persona de paz.
Lo que compartiré aquí, en este vídeo,
es muy, muy importante.
Ya ha sido una bendición para muchas,
muchas personas allá afuera.
Es tan importante, si queremos ser
efectivos en el Reino de Dios,
si queremos ver hogares y ciudades enteras
venir a la fe,
como hablé acerca en el último vídeo.
En el último vídeo vimos lo que Jesús
estaba diciendo en Lucas 10:7,
en donde Él dijo que no debíamos de ir
de casa en casa.
En este vídeo vamos a seguir adelante un
poquito, y saltar a los versos 10 y 11.
¿Por qué? Porque eso está realmente
conectado con encontrar a la persona
de paz.
Y quiero hablar acerca de eso,
primeramente.
Jesús está diciendo en Lucas 10:10-11:
"Mas en cualquier ciudad donde entréis,
y no os reciban, saliendo por sus calles,
decid:
Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha
pegado a nuestros pies, lo sacudimos
contra vosotros".
Lo que Jesús dijo aquí es muy, muy
importante, si tú quieres llevar buen
fruto.
Si tú quieres llevar buen fruto,
necesitas escuchar Sus palabras
y ser rápido para sacudirte el polvo de
tus manos y pies y seguir adelante.
No es tan frecuentemente que hablamos
acerca de eso, pero es importante.
Intenta imaginar, si tú eres un granjero y
tú tienes algunas semillas en tu mano.
Si tú tomas esa semilla y la siembras en
el suelo que no lleva fruto,
puedes seguir sembrando la misma semilla
en el mismo suelo,
pero no llevará fruto.
¿Por qué?
Porque el suelo no está listo para ella.
Pero, si en vez de eso, tomas la misma
semilla y la siembras en un suelo
diferente,
un suelo bueno, de pronto llevará un
montón de fruto.
Y esto es lo que Jesús está diciendo aquí.
Él dijo: "Si las personas no reciben
nuestro mensaje...
entonces sacúdete el polvo de tus manos
y tus pies y continúa adelante.
No continúes poniendo la misma semilla
en las mismas personas. ¿Por qué?
No llevará fruto.
Cuando empecé a hablarle a las personas
acerca de Jesús, hace muchos, muchos
años atrás,
yo no sabía lo que Él estaba diciendo ahí.
Yo no estaba consciente de lo que
Él estaba diciendo.
Y debido a que no sabía lo que Jesús
estaba diciendo,
pasé muchísimo tiempo solo hablándole
a las personas equivocadas.
Y no llevé un montón de fruto.
No sabía, en aquel tiempo, que algunas
personas que conocería
eran personas que no estaban listas.
Y con algunas de aquellas personas, solo
debí de haber sacudido el polvo de mis
manos y pies,
y solo debí de haber obedecido a Jesús
y seguir adelante.
Pero no sabía eso.
Así que, en vez de eso, cuando conocía a
personas que no estaban interesadas,
terminaba usualmente discutiendo
con ellas.
-"¡Tú necesitas a Jesús!"
-"¡No!"
- "¡Sí, lo necesitas!"
-"¡No! ¡No quiero a Jesús!"
-"¡Sí, tú necesitas a Jesús!"
Y las personas no estaban interesadas.
Solo discutíamos y discutíamos y
discutíamos.
Y yo pensaba que la razón del porqué ellos
no querían a Jesús era porque
yo no era lo suficientemente bueno
para evangelizar.
Así que traté de ser mejor. Yo estaba
practicando, yo me estaba preparando,
y si ellos venían con preguntas: "Er...
¿Y qué acerca de Darwin? ¿Qué acerca de
la evolución?"
Yo pensé: <¡Oh! Necesito darles
respuestas>.
Así que fui a casa, y estudié acerca de
Darwin, estudié acerca de la evolución,
y fui afuera de nuevo. Y pensé:
.
Pero nadie lo quería.
Porque cuando ellos hacían una pregunta:
"¡Hey! ¿Y qué acerca de Darwin?"
Y les entregas una respuesta...
-"Hmm...". Ellos solo hacían una
nueva pregunta.
¿Por qué? Ellos no eran una persona
de paz.
Ellos no querían dar sus vidas a Dios.
Ellos no estaban listos a entregar sus
vidas a Dios.
El Espíritu Santo no los estaba atrayendo.
Y mis palabras solas no iban a lograrlo.
Pero... ¿Qué es lo que hice?
Estaba pasando un montón de tiempo
estudiando a la evolución y Darwin,
y diferentes religiones: mormones,
testigos de Jehová...
estaba estudiando todo esto porque pensé
que necesitaba respuestas para todo,
si las personas querían recibir a Dios.
Pero no vi a ninguna de esas personas
venir a Cristo.
Debí de haber hecho lo que Jesús ha dicho.
Si las personas querían discutir conmigo,
cuando las personas no estaban abiertas,
cuando las personas no querían oír...
debí solo seguir adelante.
Si hubiese continuado adelante, en vez de
pasar todo mi tiempo con personas que
no lo querían (al Evangelio),
pude haber seguido adelante, y pude haber
encontrado a aquellas personas que lo
querían (el Evangelio).
Y esto es tan, tan importante.
No gastes tu tiempo en personas que no
quieren oír.
Porque cuando has usado tu tiempo una vez,
no va a volver de nuevo.
Cuando tú primero has plantado esa
semilla,
no la puedes sembrar de nuevo.
Si quieres ser un buen granjero,
si tú quieres ver buen fruto,
tienes que estar listo para seguir
adelante.
Tienes que hacer lo que Jesús está
diciendo.
Él está diciendo: "La cosecha está lista".
Él está diciendo: "La cosecha está lista".
Él está diciendo que debemos ir afuera
y encontrar a una persona de paz.
Él dice que cuando encontremos a una
persona de paz,
debemos quedarnos en su casa.
Debemos comer y beber lo que ellos sirven.
Él dice que debemos sanar a los enfermos y
que debemos predicar el Evangelio.
Pero Él también dice...
que debemos seguir adelante,
si las personas no quieren escucharnos.
Si yo hoy, por ejemplo, debo ir afuera
a las calles,
pararé, tal vez, a 20 personas, antes de
encontrar esa una que está abierta.
Y debido a que no gasto todo mi tiempo con
la primera persona con la que me
encuentro,
discutiendo, discutiendo, discutiendo.
Encontraré a una persona de paz, mucho más
frecuentemente de lo que lo hacía antes.
Antes, muchos años atrás, cuando estaba
afuera evangelizando,
conocí a alguien que no quería a Dios,
así que pensé: -"¡Tú lo necesitas!"
-"No. No lo quiero.
-"¡Lo necesitas!
Y terminaba discutiendo con ellos.
Y era difícil, e iba de una persona a
la otra, y tres personas...
y, de pronto, estaba discutiendo con
tres personas.
E iba a casa y estaba cansado.
Estaba tan cansado. Yo decía:
"¿Qué está mal?
Las personas en Dinamarca no quieren
a Dios. No hay personas aquí,
o personas en América, y sin importar
donde estaba...
las personas no quieren a Dios.
Ellas no están abiertas".
Ellas lo están. Solo que no esas
pocas con las que yo hablé.
En vez de pasar una hora y media con esa
persona discutiendo,
media hora con esa persona,
media hora con aquella persona,
si hubiese sido rápido para seguir
adelante...
hubiese llegado al número 15, o número 10
o número 8:
esa persona que está lista para recibir.
Y hubiese visto muchísimo más fruto.
Así que, cuando Jesús dijo...
si las personas no reciben su mensaje,
entonces sacúdanse el polvo de sus
manos y pies
y sigan adelante:
Él realmente, realmente lo decía en serio.
En Hechos 13, podemos leer cómo Pablo y
Bernabé lo hicieron.
Ellos hicieron lo que Jesús dijo.
Leemos aquí (Hechos 13:50-51):
"Pero los judíos instigaron a mujeres
piadosas y distinguidas,
y a los principales de la ciudad, y
levantaron persecución contra
Pablo y Bernabé,
y los expulsaron de sus límites.
Ellos entonces, sacudiendo contra ellos
el polvo de sus pies, llegaron a Iconio".
Aquí podemos leer cómo Pablo y Bernabé,
de hecho,
hicieron lo que Jesús ha ordenado a
todos nosotros hacer.
Ellos estaban en un lugar en donde las
personas no quisieron recibir el mensaje.
Ellos empezaron a discutir y argumentar.
Pero ellos no se quedaron allí y siguieron
argumentando y discutiendo con ellos.
No. Ellos obedecieron a Jesús, así que se
sacudieron el polvo de sus pies y
siguieron adelante.
Y porque ellos siguieron adelante,
ellos fueron a Iconio.
Y leemos aquí, en el siguiente versículo
(Hechos 14:1):
"Aconteció en Iconio que entraron juntos
en la sinagoga de los judíos, y hablaron
de tal manera que creyó una gran multitud
de judíos, y asimismo de griegos".
Lo que leemos aquí, fue que Pablo y
Bernabé estaban en un lugar,
y en ese lugar las personas no
quisieron oír.
Ellos solo querían pelear y ellos crearon
una persecución.
¿Qué hicieron Pablo y Bernabé?
Ellos obedecieron a Jesús.
Ellos se sacudieron el polvo de sus manos
y pies y siguieron adelante.
Y al siguiente lugar que ellos fueron,
leemos cómo una gran multitud,
tanto de judíos como de gentiles,
vinieron a la fe.
Si ellos hubiesen pasado todo su
tiempo en el otro lugar, discutiendo...
ellos no hubiesen visto a esa gran
multitud venir a la fe.
Si quieres ver personas venir a la fe,
si tú quieres ver a muchas personas
venir a la fe,
entonces tú necesitas hacer como ellos:
no gastes tu tiempo en las personas
equivocadas.
No gastes tu tiempo en personas que
no quieren oír,
que no quieren ser salvas.
"Pero, realmente quiero ver a estas
personas ser salvas".
Sí, tu quieres. Y yo quiero que las
personas sean salvas.
Y Dios lo quiere.
Pero... ¿sabes?,
si ellos no lo quieren...
ellos no lo quieren.
Dales tiempo.
Dales tiempo para que lleguen a un lugar
en donde ellos estén listos para abrirse.
Porque, si ellos no quieren ser salvos,
y tú sigues predicándoles,
la única cosa que haces es...
sus corazones se endurecen aun más.
Y he visto eso.
He visto una y otra y otra vez, personas
que no han querido ser salvas.
Ellos no estaban listos.
Ellos no eran una persona de paz.
Pero ellos tienen amigos y familia
alrededor de ellos,
que siguen predicándoles, que siguen
predicándoles y predicandoles,
y predicándoles y predicándoles y
predicándoles.
Y ellos no lo han querido, pero ellos
siguen predicando y predicando y
predicando.
Ellos no lo han querido y han peleado
en contra de eso,
pero ellos siguen predicándoles y
predicándoles y predicándoles a esas
personas.
¿Sabes lo que ha pasado?
Ellos no han venido a Dios.
Ellos se han alejado aun más.
Ellos comenzaron a endurecer sus
corazones y ellos se vuelven amargados.
No le prediques a personas que no
quieren escuchar.
No sigas haciendo eso.
Dales tiempo a venir a ese lugar,
en donde estén listos.
Y, mientras tanto, tú puedes seguir
adelante
y encontrar personas que están listas
para recibir.
Déjame leer algo de este capítulo en
mi libro.
"En el pasado, cuando iba afuera a
evangelizar en la calle,
solo paraba a tres o cuatro personas
dentro de una o dos horas,
porque siempre tenía muy largas
discusiones.
Sí, he tenido discusiones con ellos acerca
de Dios, la evolución y la ciencia,
y después de que nuestras discusiones
acababan, iba a casa
sin encontrar jamás a la persona de paz.
Iba a casa pensando en que había algo
mal con la cosecha,
porque esas personas que conocía
no estaban abiertas.
Sí, pensé que la cosecha no estaba lista y
abundante, como Jesús estaba diciendo,
porque no vi a esos (pocos) con los
que hablé
querer nada que hacer con Dios.
Esta fue mi experiencia, hasta que empecé
a sacudirme el polvo de encima y seguir
adelante,
como Jesús dijo que yo debía.
Cuando hice eso, vi que es,
verdaderamente, justo como Jesús dice.
Si tu experiencia es que la cosecha no
está lista y abundante,
estás mirando en el lugar equivocado.
Tal vez es tiempo de seguir adelante y no
pasar todo tu tiempo con las personas
equivocadas".
Esas palabras pueden parecer muy duras:
solo sigue adelante y no gastes todo tu
tiempo.
Pero es la cosa correcta a hacer.
Es la cosa correcta a hacer.
Entrégalas a Dios.
Toma a esas personas, ora por ellas y
entrégalas a Dios
y deja que Dios les lleve a ese lugar,
en donde ellas estén listas para recibir.
Y, mientras tanto, sé efectivo en el Reino
de Dios.
En este capítulo en mi libro, cuento una
historia acerca...
vengo con algunos ejemplos acerca de eso.
Un ejemplo es una mujer que guié a Dios,
algunos años atrás.
Ella nació de nuevo, recibió el Espíritu
Santo. Fue muy hermoso.
Y luego ella me invitó a su casa,
porque ella quería que yo le predicara
a su hermano.
Ella invitó a su hermano también
a su casa
y habían otras personas allí.
Me senté, comiendo, bebiendo, y después
empecé a compartir el Evangelio a su
hermano.
Pero muy rápidamente descubrí
que él no estaba listo.
Traté algunas veces de meterme,
traje el tema, pero cada vez él solo...
cambió la conversación y él no quería
hablar.
Así que, en vez de tener una tarde en
donde solo me hubiese sentado y discutido
la noche entera,
solo hablé acerca de otras cosas con él.
Fui a su hermana, después, y le dije:
"Sé que quieres que tu hermano sea salvo,
pero él no está listo.
No sigas predicándole.
Solo lo estás empujando más y más lejos.
Solo entrégalo a Dios.
Déjaselo a Dios, ora por él.
Has lo que he dicho aquí, y luego sal
fuera y encuentra a alguna persona de
paz".
Ella quería qué él fuera salvo,
pero él no lo quería.
Esa era la verdad.
¿Qué pasó aquí? Un año después yo
estaba de vuelta en el mismo lugar.
Y esta vez él estaba ahí.
Y esta vez, cuando compartí el Evangelio,
él abrió su corazón y dijo:
"Lo quiero. Lo quiero".
Dios lo había traído a un lugar en donde
ahora él estaba listo.
Y esa noche él recibió el Espíritu Santo.
Él fue bautizado en agua y él recibió el
Espíritu Santo.
Y es tan importante que entendamos
cómo Dios está trabajando.
No endurezcas el corazón de las personas
al predicarles a personas que no lo
quieren.
Ellos solo te van a atacar, al final.
Ellos van a amargarse.
Jesús está diciendo eso en Mateo 7:6,
en donde Él dice:
"(No deis lo santo a los perros,)...ni
echéis vuestras perlas delante de los
cerdos,
no sea que las pisoteen,
y se vuelvan y os despedacen".
¿Qué es lo que Jesús está diciendo aquí?
Jesús dice: "No le den el Evangelio a
personas que no quieren escuchar.
Ellos no lo van a apreciar.
Ellos se van a mofar de ello.
Te van a atacar con ello.
No. Cuando conoces personas que no
quieren escuchar,
entonces sigue adelante.
Continúa adelante a la siguiente persona.
Continúa adelante.
Y sigue moviéndote...
hasta que encuentres aquellas personas
quienes están listas.
Cuando lo hagas, verás que lo que Jesús
está diciendo, es correcto.
La cosecha está lista.
La cosecha está lista.
La cosecha está lista, pero los obreros
son pocos.
O, los obreros, que están ahí, están muy
ocupados en el granero,
haciendo otras cosas.
O, los obreros están muy ocupados
con las personas incorrectas.
Están muy ocupados haciendo otras cosas,
en vez de hallar esa cosecha que
está lista.
Así que, esto es muy, muy, muy importante.
Te incentivo que empieces a hacer esto.
Mira a aquellas personas que están
ya en tu vida.
Si hay personas en tu vida en las que
tú has pasado meses o años,
y tú nunca les has visto venir a Cristo,
y ellos empiezan, de hecho, a endurecer
su corazón...
sigue adelante.
No continúes pasando el tiempo en esas
pocas personas.
Sigue adelante.
Y ve y encuentra a alguien que esté listo
para recibir.
Cuando hagas esto, tú estarás sorprendido.
Ellos están allá afuera. Esas personas
que están listas,
esas personas que están claman a Dios,
esas personas que están buscando.
Ellos están allá afuera.
Pero no los encontrarás,
si tú gastas todo tu tiempo en las
personas equivocadas.
Después, en este libro, lo juntaré todo.
Lo juntaré todo de esto, que hemos
hablado, con el llamado de Jesús.
Pero hasta ahora, por favor, ora.
Ora conmigo. Ora para que Dios envíe más
obreros.
Y luego ora para que Dios te guíe
hacia esa persona de paz.
Ora para que Dios te abra los ojos para
ver quién no es esa persona de paz.
Y ten eso en tu mente, cuando hablas con
las personas.
Y, luego, tú practica. Te volverás mejor y
mejor en reconocer
quién es la persona de paz y
cuándo tú debes seguir adelante.
En el principio puede ser muy difícil.
¿Sabes? Todo comienzo es difícil.
En el principio es difícil, como: "¿Es
esta una persona de paz
o no es esta una persona de paz?
¿Es esta una persona de paz con quien
debo sentarme y hablar
o es alguien en quien terminaré solo
gastando mi tiempo?
En el comienzo es difícil, pero entonces
tú lo intentas y tú aprendes,
y luego tú creces, y luego tú te vuelves
mejor,
en reconocer en donde está la buena
cosecha. Te vuelves mejor en reconocer
quiénes son esas personas quienes están
listas para recibir.
Y luego, cuando encuentras a esas
personas, sabrás qué hacer.
Te sentarás con ellos.
Los guiarás a Cristo,
los bautizarás en agua y en el
Espíritu Santo,
sanarás enfermos, echarás fuera demonios,
como vamos a ver la próxima vez.
Y tú llevarás tanto más fruto.
Así que, hagamos lo que Jesús hizo.
Hagamos lo que los discípulos de
Jesús hicieron.
Hagamos lo que Jesús nos ha llamado
a hacer.
¿Sabes? Jesús hizo lo mismo.
Él no terminó discutiendo con
esos fariseos.
Él les dijo algo claro a ellos y luego
Él siguió adelante.
¿Y dónde encontramos a Jesús? Él estaba
sentado en la casa de los pecadores.
Él estaba allí para llevar salvación a
aquellos que estaban perdidos.
Él no vino a llamar a justos, justos según
su propia opinión,
Él vino a llamar a pecadores al
arrepentimiento.
Él vino a traer sanidad a esas personas.
Y vamos a ver eso en la siguiente lección.
¡Dios te bendiga!
¡Chao, chao!
El llamado de Jesús