Vamos, pues, a empezar desde el principio, a comienzos del s. XIX hasta la década de 1840. Los bancos en esa época, tenían la capacidad real de crear dinero. La forma en que lo hacían era mediante la impresión de trozos de papel. Al ingresar monedas en los bancos, te daban un recibo en el que se decía que habías depositado 5 libras. Y como resultaba más cómodo llevar encima trozos de papel que monedas en metálico, la gente solía utilizar los trozos de papel como si fuera dinero. Solía gastar el papel en las tiendas, y siempre y cuando el tendero conociera y confiara en el banco, no tenía problema en aceptar el papel. Así, básicamente, los trozos de papel que emitían los bancos eran tratados como si fueran dinero y terminaron por ser aceptados como tal. Ahora bien, cuando los bancos se percataron de esto, se dieron cuenta de que si emitían más trozos de papel, con unas cifras de dinero más altas, y la gente lo trataba como si fuera dinero, tendrían, en efecto, el poder de crear dinero. De esa forma, cuanto más emitían, más podían prestar, y cuanto más pudieran prestar, más intereses se podían obtener. Como es fácil de imaginar, con este tipo de incentivos las cosas no terminaron muy bien. Los bancos crearon demasiado dinero, y ello empezó a provocar inestabilidad en la economía. Provocó crisis bancarias y, al cabo de unos años, el gobierno de la época, con un primer ministro conservador, Sir Robert Peel, intervino y dijo: no podemos permitir que los bancos sigan emitiendo papel moneda por los problemas que ello está causando en la economía. Y así, promulgaron una ley, La "Ley de Ordenación Bancaria", que estipulaba que, a partir de entonces, sólo el Banco de Inglaterra tendría autoridad para crear papel dinero. Pero pasaron algo por alto, porque el papel dinero no es la única forma mediante la cual se pueden realizar pagos. Y con el uso creciente de los cheques la gente podía realizar pagos utilizando las cifras que aparecen en los libros de registro contable de los bancos, los asientos contables. Así pues, tenían esta forma de realizar pagos sin tener que recurrir al papel moneda o al dinero en metálico. Con el tiempo, al igual que descubrimos la electricidad, nos llegaron las tarjetas de débito, las transferencias electrónicas de fondos y la banca de internet. Hasta el punto actual en el que más del 99% de todo el dinero que cambia de manos se hace de forma electrónica. Lo chocante es que, a pesar de que nuestro sistema monetario es ahora electrónico, la legislación no se ha actualizado en Gran Bretaña desde 1844, lo que significa que tiene un desfase de poco menos de 170 años. La ley que, de hecho, rige nuestro sistema monetario. Ahora bien, la razón por la que los bancos pueden crear dinero es porque el pasivo, las partidas contables que crean, es lo que utilizamos como dinero. Cuando usamos una tarjeta de débito, no hay billetes de 10 libras o de 10 euros que vayan de nuestra cuenta a la de otra persona. De hecho, son sólo partidas contrables entre bancos. El Banco de Inglaterra lo explica con bastante claridad. Dicen: "el sector que crea dinero en el Reino Unido está formado por los bancos residentes y las entidades de crédito hipotecario. Las organizaciones que crean dinero emiten obligaciones -pasivo- que son tratadas por otros como medios de intercambio." Y esas obligaciones son las cifras que vemos en nuestras cuentas bancarias. Ahora bien, lo que esto significa, con el surgimiento de los medios electrónicos es que hemos llegado a un punto en el que, [Sir Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra] "la mayor parte del dinero que hay en nuestra economía el dinero en términos generales, consta del pasivo de los bancos en forma de depósitos bancarios." Así pues, la mayoría del dinero que hay en nuestra economía está formado por el pasivo de los bancos en forma de depósitos bancarios. Cuando hablamos de que el 97% de la oferta monetaria lo crean los bancos, es a eso a lo que nos referimos. En este gráfico, la línea azul representa la oferta monetaria emitida por los bancos. Esta otra, en la parte inferior, es el dinero efectivo. Por tanto, esto es un 3% de todo el dinero que hay, y éste es el 97% de la oferta de dinero creada por el sector bancario. y este 3% es el que está cubierto por la legislación, y éste es el 97% que la legislación actual ignora. Me ha resultado siempre curioso que haya esta parte del estado, la policía, responsable de atrapar y llevar a los tribunales a cualquiera que imprima su propio dinero en privado. Lo llaman falsificación. Y sin embargo, etá toda esta otra parte del estado, que de hecho tiene más recursos y más financiación, y que hace todo lo posible por animar a los bancos, también empresas privadas, a crear dinero. Y jamás he logrado entender de verdad por qué existe esta contradicción, y por qué es bueno que el sector privado de la banca cree dinero electrónico, pero es malo que cualquier otro imprima papel moneda. Hace poco encontré por casualidad esta entrevista con Paul Fisher, [Fisher] "Cuando imprimimos dinero, estamos creando un valor para nosotros mismos. Si podemos emitir un "certificado de deuda" a todo el mundo por valor de mil libras o euros, obtenemos mil libras o mil euros a cambio de nada. Y así, restringimos la capacidad de la gente de crear sus propios billetes." [entervistador] "¿Nos están protegiendo de nosotros mismos?" [Paul Fisher] "Les estamos protegiendo de los embaucadores". [Risas del público] Estaba hablando de la falsificación, pero para mí la frase clave es esta: "Si uno puede emitir un certificado de deuda para todos por valor de mil libras, obtendremos mil libras a cambio de nada". Pues bien, lo que hacen los bancos cuando crean préstamos es emitir obligaciones, certificados de deuda. Sólo en los últimos diez años los bancos han emitido más de 1 billón de libras de esos nuevos certificados de deuda, estas obligaciones o pasivo. Así pues, el algo que obtuvieron a cambio de nada fue un billón de libras de deuda, de contratos que devengan interés. En forma de hipotecas, préstamos personales o préstamos a empresas. Esto es, deuda que va de nosotros al sector bancario. Y como ya hemos visto esta mañana, el monto total de interés que hay que pagar por esa deuda es una transferencia de la sociedad al sector bancario por valor de entre 108 y 217 mil millones de libras al año. Por supuesto, una parte vuelve a la gente a través de intereses de cuentas de ahorro y a través de bonificaciones, comisiones e impuestos que pagan los bancos. Pero sigue siendo una cantidad enorme la que queda en sus manos, y es una transferencia masiva de riqueza e intensifica la desigualdad. Bueno, pues creo que los economistas y la gente del gobierno que defienden este sistema y dicen que es algo que deberíamos mantener, que es algo útil, creo que lo dicen porque piensan que se puede controlar. Y creen que se puede controlar porque les han enseñado en los cursos de economía ciertas historias sobre el multiplicador de dinero y que el banco central tiene control sobre cuánto dinero hay en la economía. Nosotros estamos convencidos de que no se puede controlar. Y este es uno de los motivos principales por los que nos hemos embarcado en este particular estilo de reforma. Pero volvamos sobre por qué no se puede controlar. Para empezar, esto no tiene pinta de ser una oferta monetaria que se pueda controlar. Está fuera de control. Pero es que incluso Mervyn King ha dicho que el papel esencial del Banco de Inglaterra ha sido siempre el de garantizar que la economía se vea provista de la cantidad adecuada de dinero, ni demasiado, ni demasiado poco. "Durante cincuenta años, mis predecesores han luchado por evitar que hubiera demasiado, y que se produjera así inflación. Yo me encuentro en la situación contraria, la de tener que explicar que hay demasiado poco dinero en la economía." Así que tenemos al hombre más poderoso de uno de los bancos centrales más poderosos del mundo admitiendo que,en el último medio siglo, llevan intentando mantener a los bancos bajo control, por mantener la oferta monetaria bajo control. Y si tenemos una admisión así, creo que realmente muestra que no se puede controlar el sistema. El libro entra de hecho en todo esto con gran detalle; unas sesenta páginas explican por qué el mecanismo que, según los economistas, puede controlar la oferta monetaria, ya no funciona. Pero esencialmente es porque tenemos esta batalla entre el deseo del sector bancario de crear la mayor cantidad de dinero posible para así ampliar sus beneficios al máximo, porque cuanto más dinero crean, más prestan; y cuanto más prestan, más interés reciben; y la necesidad del Banco de Inglaterra de proteger el interés público, para limitar la inflación y la inestabilidad de la economía. Y de esas dos partes en la lucha, al menos en los últimos 50 años, ha sido el beneficio de los bancos el que ha ganado. ¿Cuáles son, pues, las consecuencias de todo esto? En primer lugar, sabemos que los bancos crean demasiado dinero. Y crean este dinero por los motivos equivocados. Así, vemos que la mayoría del dinero, al ser recién creado, va directamente al mercado de la vivienda y al sector financiero. Muy poco, entorno al 13% en los últimos 10 años ha ido a empresas no financieras Y estas son la economía real: los trabajos, las tiendas, las empresas y las fábricas. Y alrededor del 10% ha ido a los tarjetas de crédito y a los préstamos personales, a la financiación del consumo. Y ello nos ha llevado a las crisis financieras. Como ha dicho Adair Turner y como dijimos esta mañana. Algunos de los titulares que se han venido publicando en los últimos días son cada vez peores. Gran Bretaña está experimentando una caída peor que en la Gran Depresión. Durante un breve período, hemos dicho que entrábamos en recuperación; el crecimiento ha sido del 0,1%. Ahora volvemos a una doble recesión, y después volvemos otra vez a la recuperación, y ahora volvemos a una recesión, esta vez triple. Esto es una auténtica montaña rusa. El desempleo global va a alcanzar la cifra récord de 200 millones en 2013. 200 millones de personas. ¿No hay nada de utilidad que puedan hacer estas personas , teniendo en cuenta la situación en la que nos encontramos actualmente? Pero no hay dinero suficiente. No hay suficientes números en los sistemas informáticos, creados por el sector bancario, para permitir que esa gente haga algo útil. Nos ha llevado a un endeudamiento masivo porque el dinero lo crean los bancos al conceder préstamos. Y así, conforme va subiendo la oferta monetaria, también sube la deuda. Y a toda una generación se la ha excluido de poder comprar una casa, por los precios. La desigualdad de la que hablábamos antes. La inestabilidad, que es realmente, pero de verdad, mala para los negocios. Siempre vamos a oír decir a los economistas y a los grupos de presión del sector bancario que el sistema actual es bueno, porque ofrece préstamos a las empresas y ayuda a crecer a la economía. Pero nosotros creemos que, en realidad, en neto, el sistema bancario actual es realmente dañino para la economía de las empresas, y para la auténtica creación de riqueza. Es muy destructivo desde el punto de vista medioambiental, como decíamos esta mañana. Y también es malo para la democracia. Los bancos tienen ahora más poder que todo el gobierno para dar forma a la economía, con sus préstamos. Pero tenemos a todos esos parlamentarios escudriñando lo que hace el gobierno, y sólo unos 80 miembros del consejo de administración prestan atención a lo que hacen los bancos. Y el motivo por el que el sistema ha llegado a este punto es porque cada vez que algo ha salido mal con el actual sistema bancario, interviene el gobierno con una red de seguridad o una nueva medida de apoyo para permitir que se sostenga el sistema. Y ya hemos visto lo que ha pasado en los últimos cinco o seis años, cuando llega a sus últimas consecuencias. Me gustaría ahora indicar que hay quien considera que, si el sistema bancario está estructurado de una cierta forma, es porque unos hombres sabios se han sentado y lo han diseñado así. Pero el actual sistema bancario es..., sin entrar aquí en el debate evolucionista, no hay signos de diseño inteligente en el actual sistema bancario. [risas del público] Ha evolucionado con el tiempo, y cada vez que se ha producido una crisis ha habido algún paquete por parte del gobierno, alguna nueva medida del Banco de Inglaterra. Cosas como los rescates, la financiación del crédito; todas esas estratagemas para mantener a flote el sistema. Ahora bien, en ocasiones, la evolución funciona realmente bien, y obtenemos algo bastante bello, eficiente y efectivo. A veces no sale tan bien. No hay premio por adivinar cuál de estos dos peces representa al sector bancario en estos momentos. La cuestión aquí es que sabemos que, si construimos una casa sobre arena se va a derrumbar. Eso es lo que tenemos en estos momentos. Tenemos un sistema bancario que, en realidad, se ha construido sobre arena. Da igual la cantidad de refuerzo, la cantidad de soporte que le metamos. No basta con ir a sus ocupantes y decirles: "por favor, no piséis muy fuerte cuando estéis dentro de la casa, porque es algo insegura; y si podéis perder peso, pues mucho mejor." Hay que eliminarla, hay que empezar de nuevo y construir algo con cimientos firmes, de abajo arriba. Y eso es lo que creemos que estamos haciendo con el libro que tenemos aquí. Así pues, tenemos un sistema disfuncional, que realmente no funciona en interés de la economía y de la sociedad. Y mi colega, Andrew Jackson, que ha hecho, con mucho, la mayor parte del trabajo de este libro, encontró esta cita que, creo, resume parte del carácter disntintivo del libro: "Nuestros problemas han sido causados por el hombre y, por tanto, pueden ser resueltos por el hombre. Ningún problema sobre el destino humano está por encima de los seres humanos". El sistema monetario es sólo una colección de normas y leyes y de sistemas informáticos. Y, en realidad, es muy fácil de cambiar. Los auténticos retos están en cuestiones como la crisis medioambiental, la crisis de la escasez de agua, las crisis energéticas, los cambios que vamos a ver en los próximos 40 años, el creciente aumento de la población; esos son problemas tangibles para los que tenemos que encontrar soluciones prácticas y reales. Esto es, sencillamente, un sistema monetario artificial. Es un sistema informático. No podemos consentir que un sistema monetario disfuncional, roto y artificial nos distraiga de estos importantes retos. ¿Qué podemos hacer, por lo tanto? Voy a mencionar las opciones rápidamente. Y luego nos vamos a detener con más detalle en cada una de ellas. Lo primero que tenemos que hacer es eliminar el poder de los bancos para crear dinero. 2. Tenemos que devolver ese poder a un proceso transparente y que rinda cuentas. 3. Hay que crear dinero sin deuda. 4. Hay que crear dinero sólo cuando la inflación es baja y estable. 5. Hay que asegurarse de que cualquier dinero nuevo va a la economía real, y no a los mercados financieros y a la propiedad. 6. Y nos otorgamos a nosotros mismos, como clientes de los bancos y como miembros de la sociedad, potestad para ejercer control y transparencia sobre cómo se invierte realmente nuestro dinero. La primera. Eliminar el poder de los bancos para crear dinero. No quiero detenerme en todos los detalles técnicos sobre cómo se hace. Viene explicado de una forma bastante sencilla en el libro. Pero también vamos a lanzar, el próximo mes, una serie de vídeos que lo explican paso a paso, si sois de los que prefieren verlo a leerlo. Ahora, sólo un rápido resumen. Como ya he dicho, los bancos tienen actualmente poder para crear dinero porque las obligaciones -el pasivo- que emiten es el dinero que usamos en la economía. Así, las organizaciones que crean dinero emiten obligaciones que son tratadas por otras partes como medios de intercambio. Usamos estas obligaciones para hacernos pagos unos a otros. En el sistema actual, usamos aquí el pasivo -o las obligaciones- de estos bancos para hacer nuestros pagos. Y lo que hacemos mediante las reformas concretas que perfilamos en el libro, es que empezamos, de hecho, a usar dinero que es creado por el Banco de Inglaterra. De esta forma, en lugar de utilizar la promesa de pago por parte de un banco como forma de pago a otra persona, lo que hacemos es utilizar el dinero electrónico real que ha creado el Banco de Inglaterra. Lo que esto significa es que, como clientes de un banco, tenemos dos opciones al recibir nuestro sueldo. Podemos decirle al banco: "guárdamelo para que esté seguro", o podemos decirles: "quiero que lo invirtáis por mí. Quiero obtener algún tipo de interés". Y si decimos que queremos que se guarde para que esté seguro, el dinero se pondrá en una cuenta de operaciones que, en términos efectivos, es lo mismo que una cuenta corriente actual. Pero la diferencia entre una cuenta corriente y estas otras cuentas nuevas es que nuestro dinero tendrá que estar, de verdad, en el Banco de Inglaterra. Sería, de hecho, dinero electrónico guardado de forma electrónica en el Banco de Inglaterra. Y pertenecería, de hecho, al dueño de la cuenta. No a los bancos. No podrían jugar con ello, ni invertirlo, ni hacer nada con ello. Esta cuenta de inversión, lo que estamos en realidad haciendo en ella, es que damos el dinero electrónico creado por el Banco de Inglaterra, a nuestro banco para que puedan ir y prestarlo a otra persona. Lo que esto supone, mediante unos cambios de normativa bastantes sencillos, y unos pocos cambios contables, es que convierte a los bancos en lo que la gente cree que son ahora, es decir, intermediarios entre ahorradores y quienes necesitan un préstamo. Tras esta reforma, lo que los bancos harán es tomar dinero de los ahorradores y de los inversores, y se lo prestarán a aquellos que lo necesiten, haciendo así justo lo que la gente cree que hacen ahora. Así, con los bancos sin su potestad para crear dinero, tenemos que devolver esa potestad a un proceso transparente y que rinda cuentas. Estoy seguro de que todos los que estáis aquí hoy es porque sabéis que no podéis fiaros de los bancos para crear dinero, por todas las razones que ya hemos comentado. Pero imagino que tampoco os fiaríais de esta gente, porque el problema es que los políticos tienen los mismos incentivos para abusar de su poder de crear dinero que los bancos. Cuanto más crean, más artificial es el crecimiento que pueden crear en la economía para hacer que la gente les vote. Y eso va a acabar mal. Así, lo que tenemos que hacer, la cuestión clave, es que tenemos que separar la decisión sobre cuánto dinero se crea, y para qué se usa ese dinero. Porque en el momento en que tengamos a la misma persona, o la misma organización, tomando esas dos decisiones, vamos a tener un conflicto de intereses. Lo que sugerimos, por tanto, es que un comité nuevo, el Comité para la Creación de Dinero, que sustituiría al Comité de Política Monetaria, del Banco de Inglaterra, sea el responsable de decidir en cuánto debe aumentar o disminuir la cantidad de dinero que hay en la economía. Lo importante aquí es asegurarse de que ese comité para la creación de dinero está protegido frente a los grupos de presión. Bien sea del gobierno elegido en ese momento, que tendría sus propios objetivos para lo que quieren que haga la economía en ese momento, y que no puede estar en la misma línea que los intereses de la economía, y también de los bancos. Todo este proceso ha de ser transparente y tiene que rendir cuentas, rendir cuentas ante el parlamento. No podemos tener al Ministerio de Hacienda llamando al Comité para la creación de Dinero, para decirles: Oye, ¿no podríais poner otros 100 millones de libras en la economía para que haya una "recuperación" antes de 2015, el año de las elecciones? A continuación, tenemos que asegurarnos de que el dinero se crea sólo cuando la inflación es baja y estable. Voy a mostraros ahora lo que pasa con el sistema actual. Los bancos aumentan sus préstamos, lo que significa que están creando más dinero. Eso hace que los precios suban y, como piensan que la economía está saneada, prestan más. Y dicen: "fíjate, mira los precios de la vivienda. Tendríamos que prestar más". Y en este punto hemos entrado en una burbuja, pero todo el mundo está convencido de que no lo es. Y eso es más o menos lo que ha pasado con la oferta monetaria en los últimos 40 años, y especialmente en los últimos 10. Lo que ocurriría con el Comité para la Creación de Dinero es que empezarían poniendolo en la economía, y cuando empezase a haber subidas en los precios, empezaría a haber inflación, y entonces pararían. Cuando bajase la inflación, crearían dinero otra vez, y después pararían hasta que todo se resolviese. En lugar de que, cuando los bancos crean dinero, cuanto más crean más inflación hay, y más quieren crear. Porque piensan: "los precios de la vivienda están subiendo, por tanto podemos prestar a más gente para que compren casas" El Comité para la Creación de Dinero tendría, de hecho, la responsabilidad de detener la creación de dinero cuando cause inflación. Así, es justo lo contrario de lo que harían los bancos en esa situación. A menudo nos preguntas: "¿no es inflacionaria toda creación de dinero? ¿no va a hacer que los precios suban cualquier tipo de creación de dinero? Bueno pues, en realidad, depende. Porque si ponemos el 40% de todo el dinero nuevo que se crea en el mercado de la vivienda, o en el financiero, en ese caso podemos esperar que suban los precios de esos mercados. Y ya lo hemos vistos con las viviendas. Y lo hemos visto con el Mercado de Valores. No sé si visteis el periódico de ayer, pero tenía unos titulares muy extraños. Primero decía: "Esta recesión es peor que la Gran Depresión". Y más abajo decía: "los mercados logran su mayor subida en 4 años y medio". ¿Por qué es así? ¿por qué? Es un síntoma de a dónde va el dinero, especialmente con la relajación cuantitativa. Si en su lugar se pone el dinero en empresas no financieras, es decir, en la economía real, lo que se va a hacer es estimular esa parte de la economía. Sabemos que tenemos 2 millones y medio de gente en casa sin hacer nada. Se les puede contratar. Lo que se consigue, realmente, es que aumente la actividad económica. Y, así, crecerá la economía. Por tanto, no toda creación de dinero es inflacionaria. De hecho, si se pone en las partes adecuadas de la economía, puede hacer que ésta crezca más rápido que cualquier presión inflacionaria. Necesitamos crear dinero que esté libre de deuda. Pues bien, este es uno de los puntos más fundamentales de todo este libro. Porque cuando el 97% de todo el dinero que utilizamos lo crean los bancos al conceder préstamos, eso significa que, cuanto más dinero queramos tener en la economía, mayor será la deuda que hayamos de tener. Si acabamos de tener una crisis y necesitamos algo más de dinero nuevo en la economía, la única forma real de introducirlo es que los bancos aumenten el crédito, que es por lo que ahora vemos tanto énfasis en "bueno, tenemos que conseguir que los bancos vuelvan a dar crédito". Incluso aunque la crisis fue provocada por el endeudamiento excesivo. Y, al revés, si queremos que haya menos deuda en la economía, tenemos que tener menos dinero, porque conforme cancelamos la deuda, se cancela también de forma efectiva, el dinero. Es, sencillamente, el proceso contable reverso a la creación de dinero. Lo que realmente necesitamos es menos deuda y más dinero en la economía para salir de la crisis actual, de la actual recesión. Eso es imposible con el sistema actual. Como podemos ver aquí los don van ligados. Conforme sube la oferta de dinero, también sube la deuda. Porque el dinero y la deuda son los dos lados de la misma partida contable, del mismo balance. Por tanto, eso es lo que podemos esperar que ocurra si se produce una recuperación con el sistema actual, que la deuda suba. Y ello terminará por llevarnos a otra crisis más, sólo que esta vez puede ser mucho peor. Lo que hacen estas reformas es separar la creación de dinero de la creación de deuda. De esa forma, cuando los bancos dan crédito, lo que estarán haciendo es transferir dinero existente, de un ahorrador a alguien que necesita un préstamo. Pero sin crear dinero con ese proceso. De esa forma, se puede crear dinero y ese dinero se puede utilizar para devolver gran parte de la deuda existente. Y también, debido a alguno de los otros cambios que hay que hacer en la contabilidad, y que se explican en el libro, nos permitirá devolver casi un billón de libras de la deuda que tienen los hogares y de deuda personal, en el espacio de unos 20 años. Pensemos en la enorme transformación que esto supondrá para la vida de la gente de este país. No tener esta enorme deuda. La deuda personal es la más alta que ha habido hasta ahora. Y estos cambios en el sistema permiten, de hecho, reducir esta deuda. Así, en lugar de tener una tasa de interés anual sobre toda la oferta de dinero de entre 108 y 217 mil millones al año, se podría reducir a, posiblemente, la mitad, quizá incluso más. El quinto punto. Necesitamos poner dinero en la economía real. Ya hemos hablado brevemente sobre ello. hay unas cuatro opciones que podemos emplear para poner ese dinero en la economía. Se puede gastar más en servicios públicos; poner dinero en el gobierno. Se pueden reducir los impuestos. Se podría devolver parte de la Deuda nacional. O se podría repartir entre la gente y dársela directamente a la gente. En el libro hablamos de la combinación de las opciones que probablemente querríamos usar y por qué. Y el pago parcial de la deuda nacional es probablemente la última prioridad. Pero lo importante es que todo ello, si se hace bien, va a traer dinero a la economía real. Mientras que lo que tenemos ahora es que queremos que los bancos pongan la mayor parte del dinero en el mercado de la vivienda y el financiero. Y parte de este dinero gotea de ese mercado a la economía real. Lo que me gustaría ver es que, según llega el dinero, según se crea, vaya al gobierno, y de ahí a la economía real primero. Y después, los bancos necesitarán tomar ese dinero prestado de la gente y las empresas de la economía real, antes de que lo puedan prestar, de nuevo a la economía real, a las empresas, a la vivienda y a los mercados financieros. Una de las cosas que nos gustaría ver es que este flujo de dinero que va a los mercados financieros, a la especulación y a las operaciones bursátiles, se viera reducido. Seis. Tenemos que otorgarnos a nosotros mismos el control y la transparencia sobre dónde se invierte nuestro dinero. Pues bien, el otro día vi este anuncio que me hizo reír: "¿Te has preguntado alguna vez a dónde va tu dinero?" Este es Lloyds TSB, el que nos dice si nos hemos preguntado alguna vez a dónde va nuestro dinero. [risas del público] Creo que no eran conscientes de la campaña "Mueve tu dinero" o de cuánto caían ahí en su misma trampa, porque, no, la mayoría de la gente no piensa en dónde va su dinero y es porque los bancos no nos lo dicen nunca. Así que una de las cosas que haríamos como parte de estas reformas es exigir que, si ponemos nuestro dinero en una cuenta de inversión estamos entregando nuestro dinero para que el banco pueda invertirlo, que el banco te diga realmente, vale, vamos a utilizarlo para el comercio de armas, para la industria petrolera, para Arenas Bituminosas, para invertir en empresas, o en la especulación con materias primas. Hay a quienes, no somos ingenuos, no les va a importar, no se van a molestar. Pero significa que, a la gente que sí le importa cómo se utiliza su dinero, tienen la opción de marcharse, de decir "no quiero que mi dinero se utilice así". Y elegir otra cuenta distinta en la que su dinero se emplee de otra forma. ¿Va a ser fácil aprobar todo esto? ¡desde luego que no! Va a haber una oposición masiva. Hay un montón de intereses creados. Y algunas de las cosas que vamos a oír en los próximos años, según todo esto vaya saliendo más al dominio público, cosas como "va a provocar inflación..." Si permitimos que el estado cree dinero, eso va a causar inflación. Bueno, esta es muy fácil de contradecir. Vamos a ver, cuál de estas dos cosas es más probable que cause inflación. los bancos, que quieren crear la mayor cantidad de dinero posible porque, de esa forma, aumentan sus beneficios al máximo. O un comité, que es responsable de detener la creación de dinero cuando la inflación empieza a subir. La opción es clara. Y también vamos a oír: "es híperinflacionaria" Vamos a terminar como en Zimbabwe, o en la Alemania de los años 1920. Bueno, la gente que presenta ese argumento no conoce muy bien, por desgracia, lo que realmente ocurrió en Zimbabwe, o lo que realmente pasó en la Alemania de la República de Weimar. En el libro, hay un apéndice completo sobre Zimbabwe y otros casos en donde ha habido híperinflacion. Y otros casos en los que los estados han creado dinero sin híperinflación. Hay un estudio que mencionamos ahí también, en el que se examinan los 50 casos de híperinflación registrados en la historia, y hemos encontrado que, en todos ellos, se produjo un derrumbe económico, o político, o una guerra, antes de que empezara a haber híperinflación. No fue sólo que algunos bancos centrales empezaran a imprimir dinero a diestro y siniestro. Había un derrumbe en los fundamentos de la economía antes de que se produjeran estas híperinflaciones. Así que la idea de que ello nos llevará a una híperinflación es bastante errónea. Esto lo vamos a oir constantemente: "Va a reducir drásticamente el nivel de crédito..." De hecho, esto se lo hemos oído a la Comisión Independiente de la Banca. Les preguntamos que a qué se referían con la palabra "drástica". ¿Se referían a un [descenso] del 10% o del 50%? No lo sabían. Y no se volvieron a poner en contacto para aclararlo. También les preguntamos si podíamos ver sus cálculos, o sus modelos, o cómo lo habían calculado, para mostrar que sería drástica y, curiosamente, tampoco nos han aclarado esto. Así que es más una reacción instintiva, sin que realmente muestren que entienden cómo funciona el sistema. Los productos de ahorro, en estos momentos, aquellos en los que la gente ha dicho no voy a necesitar el dinero hasta dentro de 6 ó 12 meses, ya hoy, hay suficiente dinero en esas cuentas, suficientes obligaciones o pasivo, para cubrir todas las inversiones que necesita la economía empresarial, y para mantener que la gente siga comprando casas, sin que ello contribuya a la subida de los precios de la vivienda. Ya hay suficiente dinero para financiar los sectores de la economía que lo necesitan de verdad. Puede que no haya dinero suficiente para hacer que los precios de la vivienda suban un 200% en diez años. Puede que no haya dinero suficiente para financiar toda esa especulación de los mercados financieros, y creo que eso es bueno. Y también vamos a escuchar esta otra: "Vais a acabar con la mejor industria británica". Ya sabéis. Necesitamos al sector bancario, por los impuestos que pagan, pagan nuestras escuelas, nuestros hospitales. De lo contrario vamos a tener que escarbar en la basura para poder vivir." No es cierto. El sector bancario, el año que más pago en impuestos de toda su historia, la industria manufacturera de este país pagó tres veces más de impuestos. ¿Quiere alguien adivinar lo que representa esta cifra? Es el número de trabajadores en el sector bancario, relativo al número de trabajadores en el resto de la economía. La banca emplea a una de cada 53 personas. Así que, para cada persona que trabaja en el sector bancario, cada persona en ese sector a la que estamos protegiendo al no pedirles que hagan cambios, y al no pedirles que reformen la forma que tienen de hacer negocios, hay 52 personas en el resto de la economía que se ven negativamente afectados, por el impacto de este sector bancario. Así que estas reformas son, realmente, para el otro 98% de la población trabajadora. Para las empresas, para la gente con trabajos fuera del sector bancario. Seguramente debería matizar esto. No tenemos nada personal en lo que hacemos contra los bancos, o la gente que trabaja en ellos. Es el sector lo que es el problema. Es el diseño del sector y los efectos que está teniendo. Y no es en contra de la gente del sector. Es para cambiar las reglas del juego, y las formas en las que pueden operar estas compañías. Y también oiremos decir: "Es muy radical" Lo cual es bastante absurdo, teniendo en cuenta que sólo estamos proponiendo que se actualice esta ley que se remonta a los años 1840. No me puedo imaginar que los Conservadores de la década de 1840 puedan ser considerados radicales. Hablemos, pues, de las ventajas de la reforma. Conseguimos dinero estable Esto en lugar de esto otro. Conseguimos que caiga la deuda, así. En lugar de burbujas en los precios de la vivienda, tendremos unos precios que se mantendrán estables, hasta que los salarios suban al mismo nivel y se vuelvan otra vez asequibles. El desempleo, sólo quiero daros un ejemplo de lo ridículo que es este sistema actual, para terminar. Tenemos 2,5 millones de personas sentadas en casa, sin hacer nada, buscando desesperadamente hacer algo útil como trabajo. Tenemos además cosas que hay que hacer en la economía. Tenemos centros escolares que hay que arreglar. El gobierno ha ido retrasando en los últimos años este programa de reconstrucción de centros escolares. con el argumento de que no hay suficiente dinero, estamos en recesión, hay que poner en orden las finanzas públicas. Y, por fin, vinieron y asignaron 2 mil millones de libras para la reconstrucción de centros escolares en Inglaterra. 2 mil millones suena a mucho dinero. Y lo es, tanto que tuvieron que pedírselo prestado a la Iniciativa Privada para las Finanzas. Así que, de hecho, pidieron prestado un dinero que se crea mediante las partidas contables de los bancos, y pagando interés por ello, porque no tienen suficiente dinero para financiar la reconstrucción de centros escolares. La razón para hacer esto, según la BBC es que "Este acuerdo le va a evitar cargarlo contra la reducida partida presupuestaria del Departamento de Educación, cuyo valor anual se ha visto reducido durante el presente curso parlamentario a la mitad, es decir a 3.800 millones de libras. 3.800 millones de libras para reconstruir escuelas y mantener todo este sistema educativo, su infraestructura física, en orden. Y sí, suena como mucho dinero, pero esta línea verde de arriba representa la cantidad de dinero que se ha metido en hipotecas y en la financiación del consumo en los últimos 20 años más o menos. En junio 1999, los bancos crearon 4.500 millones de dinero nuevo en un mes para ponerlo en el mercado de la propiedad inmobiliaria. para comprar casas que ya había en el mercado y para construir algunas nuevas. En 2005, crearon 7 mil millones, sólo en un mes. En septiembre 2007, crearon 16 mil millones en un mes para meter en la propiedad inmobiliaria. Así pues, en el espacio de una semana, han creado el mismo dinero que el gobierno está dispuesto a gastarse par reconstruir centros educativos en todo un año. Esto es de locos. Si les damos a los bancos la potestad de crear dinero, eso es lo que van a hacer. Van a ponerlo en mercados como este, en lugar de hacer las cosas que realmente necesitamos hacer. Como ya dije antes, no podemos permitir que este sistema siga funcionando como hasta ahora teniendo en cuenta los retos realies a los que nos vamos a enfrentar en los próximos 40 años. Y eso es sobre lo que versa el libro. Puede resultar algo árduo Hemos tenido que diseñarlo pensando en los economistas que normalmente descartarían estas ideas. Pero hemos intentado redactarlo para que, quien no tenga una formación en economía, si empieza desde el principio, irá adquiriendo ese conocimiento y todo esto empezará a tener sentido, Y quien llegue al final, va a conocer el sistema monetario mejor que el 99% de los economistas profesionales. Así que eso es. Eso es lo que tenemos que hacer. Tenemos una presión muy grande, por los retos reales a los que nos enfrentamos. El movimiento en este país es, con mucho, el más fuerte del mundo. Esta es la reunión más numerosa que conozco para la reforma del sistema monetario. Y si no lo hacemos nosotros, nadie va a presionar para que salga adelante Así que, depende de nosotros. Y es sobre ello sobre lo que vamos a tratar el resto de la tarde. Cómo podemos de verdad cambiar el sistema.