Buenos días.
Voy a intentar contarles
lo que considero que,
lo que creo que...
me llevó a estar aquí esta mañana,
dando esta charla ante Uds. en TEDx,
que es de suma importancia
en todo el mundo.
En una noche de febrero de 2014
en Perú, en una ciudad pequeña,
en un partido de fútbol
donde jugaba para el Cruzeiro
por la Copa Libertadores,
al entrar a la cancha
en el segundo tiempo,
cada vez que la pelota venía hacia mí,
para atrapar la pelota,
escuchaba un sonido de mono, en fin...
Eso fue aumentando a cada minuto
dentro del juego.
Y como estábamos perdiendo el juego,
estaba atento a la tensión del partido.
Por ser un partido importante,
ni me di cuenta de lo que estaba pasando,
porque no era la primera vez
que sucedía,
uno se va acostumbrando,
y va superando todo eso.
Al final del juego, faltaba poco
para terminar el juego,
estaba en la línea
del lado de la cancha,
cuando terminó el partido y ya estaba
toda la prensa en el borde de la cancha.
La prensa vino hacia mí,
y yo imaginaba que se hablaría
del resultado,
porque habíamos perdido el juego.
En mi cabeza ya estaba
con la respuesta lista,
porque las preguntas en el fútbol
normalmente son siempre las mismas,
entonces las respuestas
también son las mismas.
(Risas)
Entonces ya estaba con la respuesta,
es fácil, ¿no?
Entonces imaginé que preguntarían
"por qué perdió",
"por qué no hizo un gol",
entonces ya tenía las mismas
respuestas listas.
Y para mi sorpresa, habían pasado
de tres a cinco segundos
de que había terminado el juego,
fue muy rápido,
la pregunta fue diferente de todas las
que había escuchado al final de un juego.
La pregunta fue la siguiente,
me preguntaron qué sentía,
o cómo me sentía,
después de haber ganado tantos títulos,
jugado en tantos países,
estar sufriendo aquel
acto de racismo, o injuria,
no recuerdo muy bien qué me dijo él,
pero en un país vecino al nuestro.
Y aquello me sorprendió,
porque como dije,
imaginaba la misma pregunta.
Y aquello me sorprendió
y quedé sin una respuesta.
Aproveché el asunto,
simplemente como no tenía una respuesta,
aproveché la parte en la que él habló
de las conquistas y los títulos
que había ganado en mi carrera,
y simplemente dije que cambiaría
todos mis títulos
por una igualdad racial,
social, en fin...
fue lo que dije, pero fue muy rápido.
Y al finalizar fui hacia el vestuario,
tomé un baño,
no funcionaba el celular en el estadio,
era una ciudad muy precaria.
En el hotel también funcionaba muy poco.
Llegué al hotel y ya era tarde,
aquí en Brasil, era la 1.
Tomé el teléfono y, como era
de costumbre, llamé a casa.
Cuando llamé a casa mi familia,
mi esposa, mis hijos, todo el mundo
preguntaron qué había pasado,
cómo estaba, y dije:
"Estoy normal, perdí el juego, ¿no?
Molesto, pero así son las cosas.
El deporte es eso, ganas, pierdes..."
Creyendo que era eso
lo que estaban preguntado.
Mi familia: "No, lo que sucedió",
y tal, ¡y no sabía nada!
Como no tenía Internet,
nada, en la habitación,
la situación era peor.
Ella dijo: "Está saliendo en
todas partes, en todo el mundo,
el presidente del país habló sobre eso,
la presidenta aquí también,
y varios atletas de todo el mundo,
muchas personas hablando del asunto".
quedé preocupado, porque
soy una persona a la que
no le gusta mucho el tema
de los medios de comunicación,
siempre me gustó ser valorado solo
por mi trabajo, por lo que logré
No me gusta eso de...
Y me empezó a asustar eso.
Bajé al lobby para hablar con el asesor
de prensa de lo que estaba sucediendo,
y cuando llegué ahí
había mucha gente en la recepción,
La prensa de todas partes
que estaba ahí cubriendo el juego.
Subí rápido, él fue a mi cuarto:
"Mira, ellos quieren hablar contigo".
Dije: "No, no tengo nada que decir,
Di que estoy dormido, que voy
a dormir, di cualquier cosa".
Y cuando desperté al otro día,
tomamos el vuelo, llegué a Brasil,
la cosa era más grande.
Y aquello me asustó porque yo no quería
ver mi nombre circulando tanto.
Por supuesto que no fui quien lo buscó,
lo que simplemente hice fue
dar una respuesta de quien
no estaba preparado para el asunto
pero fue una respuesta
que vino del corazón,
y que imagino, que en todo combate,
en cualquier guerra, cualquier cosa,
la única solución para mí es el amor,
fue lo que respondí, que cambiaría
todos mis títulos por la igualdad.
Fue lo que me vino a la cabeza,
aprovechando la oportunidad.
Y se empezó a hablar
sobre el asunto cada vez más,
hasta que sonó mi teléfono.
Me llamaron Dinorah y Manuel,
representantes de la CUFA,
la Central Única de las Favelas,
donde ya hicimos algunos proyectos
juntos de fútbol en las comunidades,
entonces ya éramos socios
en otras actividades,
y hablamos de nosotros...
Incluso de por qué la cosa
estaba muy grande,
de crear una campaña,
un proyecto, alguna cosa,
y empezamos a hablar de nombres,
de cómo podría hacerse...
y recuerdo que entre
varios nombres citados
tenía uno que era
"Pateando al racismo",
porque estábamos hablando de...
era cerca de la Copa, en fin.
Ahí llegamos a la conclusión,
di una sugerencia de nombre que creía
que debería ser "Pateando al prejuicio",
e inmediatamente ellos
estuvieron de acuerdo
porque también tenían esa idea,
de que deberíamos hablar no solo
del racismo, sino de todo prejuicio.
Incluso porque creo que cuando estoy
dando charlas y hablando
sobre el prejuicio,
no necesito hablar de lo que sufrí
o lo que voy a sufrir,
por el color de la piel,
o por el cabello, en fin.
Así como creo también que
cuando alguien con discapacidad
o en silla de ruedas,
o un obeso habla aquí,
no necesita hablar de lo que va a sufrir
o lo que sufrió y del problema que tiene.
Por los ojos vemos muchas cosas,
e imaginamos,
y todos tenemos un poquito
de prejuicio en el corazón.
Tanto el negro, el blanco,
en fin, tenemos eso.
Lo que intento difundir es que
primero aceptemos eso que tenemos,
e intentemos evolucionar, mejorar.
Así creamos el proyecto
"Pateando al prejuicio",
un proyecto cuya primera acción
fue en el Shopping Total.
La gente hizo una actividad muy buena,
mucha gente participó, gente influyente,
tanto en el fútbol como en
los medios de comunicación.
Y eso recorrió todo Brasil
donde hice 16 charlas solo en 2014.
No hice más porque estaba jugando
y no tenía tiempo.
Muchas de las charlas eran en la
modalidad de preguntas y respuestas.
Y me sorprendía mucho que
cada vez que daba las charlas,
siempre en las preguntas,
había algunas repetidas,
que eran de cómo superé eso,
cómo tuve esa tranquilidad
para superar o para vivir eso
y tener calma.
Porque no fue la primera vez
que sucedió con un atleta,
ya sucedió hace mucho tiempo,
principalmente en Europa,
y en la mayoría de las veces
el atleta, con razón o no,
-- cada uno reacciona de una manera --
muchos salieron de la cancha,
muchos se quitaron la camiseta,
muchos reaccionaron insultando
al aficionado.
Creo que cada uno reacciona
de una manera,
y mi manera fue esa,
solo di una frase bien corta,
pero creo que fue eso lo que
se diferenció y lo que impactó.
Entonces preguntaban mucho eso, cómo yo,
como persona, había reaccionado así.
Y no podría hablar
de cómo reaccioné así,
sin hablar cómo fue mi vida,
porque uno no hace nada
que no esté preparado.
Y mi preparación, mi base,
siempre digo que tuve
una base muy buena...
les explicaré mi base familiar,
que fue muy buena.
Una base en la que fui criado
solo por mi madre, prácticamente.
A los siete años, mi padre nos abandonó,
quedamos solo mi hermana mayor y yo.
Una base donde mi madre
salía a las siete de la mañana
y regresaba del trabajo a las seis.
Y recuerdo, es una de las cosas
que tengo en la memoria,
que mi madre, cuando llegaba
el viernes, sábado y domingo,
principalmente viernes y sábado,
como trabajaba en un club,
en ese club había fiesta, baile,
por lo que ella hacía horas extra.
Y era cuando sucedía algo diferente.
Recuerdo que llegaba del fútbol,
de donde me gustaba jugar,
a las seis de la tarde a casa
y mi madre decía:
"Hijo, no hagas ruido que voy a tener
que salir a las diez de nuevo a trabajar.
Eran una tres horitas que ella tenía
para dormir y regresar a trabajar,
porque ella trabajaba toda la madrugada.
Entonces esa es la base que tengo
y los recuerdos que tengo de la infancia;
es un recuerdo de trabajo,
que llegaba a casa, mi madre había
llegado recién del trabajo,
y ya estaba descansando
para trabajar de nuevo.
Despertaba en la mañana y ella
llegaba a las siete, ocho de la mañana,
trayendo alguna cosa diferente,
tal vez una cosa para comer que
no había visto en toda la semana.
Entonces, en mi cabeza, imaginaba
que el trabajo, la honestidad,
la disciplina de horario que ella tenía,
tanto de dormir como para salir,
eso traía cosas buenas,
porque despertaba en la mañana
y me quedaba en la ventana esperando.
Ella venía llena de sacos,
salía corriendo para cargarlos.
Fui creciendo imaginando que trabajar
y cumplir los horarios
era algo muy bueno,
porque cuando pedía unos zapatos,
alguna cosa, ella decía:
"Esta semana voy a trabajar más tiempo,
y voy a poder comprar los zapatos".
La base fue de trabajar, de honestidad,
de cumplir un horario, en fin.
Y esa fue una de las cosas que
fui aplicando en mi carrera,
desde que llegué al Grêmio, con 15 años.
Siempre digo que fui educado
dentro del deporte,
por eso incentivo a todas las escuelas
que tienen deporte integral, o música,
cualquier cosa que discipline,
que mantenga horarios, en fin.
Terminé llevando eso a toda mi vida,
entonces siempre respondí a las personas
que el horario, el trabajo, fue mi base.
¿Por qué menciono eso?
Porque veo a mucha gente decir
y, algunas veces, hasta
usando eso como disculpa,
que no tuvo base, que fue criado
solo por la madre o por el padre
y que eso fue lo que le hizo falta.
No veo eso, puedo decir que tuve mucha
base y fui criado solo por mi madre,
y mi madre trabajando
prácticamente todo el día.
Entonces la verdad, como mencioné aquí,
uno elige su destino,
uno elige qué quiere tomar de ejemplo.
Bien podría usar eso como disculpa,
fui criado solo por mi madre y no la veía
prácticamente, solo la veía en la noche,
y podría usar eso como disculpa
y convertirme en una persona sin
objetivos, sin metas, sin profesión.
Y muchas personas dicen:
"Ah, pero él tuvo suerte".
Sí tuve mucha suerte.
Y cada vez que vino la suerte,
me encontró trabajando.
Esa fue la gran suerte que tuve.
Cuando la suerte llegó a mí,
nunca estaba sin hacer nada,
estaba siempre trabajando, esperándola.
Esa es mi suerte en la vida:
haber tenido el ejemplo de mi madre;
un ejemplo de mucha lucha,
de mucho trabajo.
Y quería decirles
que me enorgullece mucho ver,
en un sábado por la mañana,
personas de diferentes edades
y profesiones,
preocupados por todos los asuntos
que van a ser tratados aquí.
Eso muestra que tenemos las condiciones
para ser un país mejor, mejores personas.
Eso me estimula, porque un sábado
por la mañana, en día libre,
pudiendo hacer otras cosas, están aquí
para escuchar historias diferentes,
vidas diferentes.
Eso muestra que tenemos
personas dedicadas,
personas que pueden cambiar
el mundo, como se dijo aquí.
Cada uno cambiando lo suyo,
llegaremos a un objetivo mayor,
cada uno intentando cambiar su mundo.
Y eso fue una de las cosas
que me estimuló,
cada día, a no convertirme simplemente
en un jugador, convertirme en una persona
porque siempre pensé que el día
que dejase de jugar al fútbol,
tendría que dar cuenta
de Paulo César como persona.
Con errores, con aciertos, porque
somos humanos, tenemos mucho eso,
pero tratar siempre de tener una vida
que pudiese seguir después del fútbol,
con respeto como hombre.
Porque creo que cuando tenemos
un talento o hacemos algo,
muchas veces las personas nos soportan
por el talento que tenemos,
pero si somos hombres con disciplina,
las personas nos soportan y nos respetan,
en verdad, no nos soportan,
gustan de uno por su carácter.
Y esa fue una de las cosas que aprendí,
y que quería transmitirles:
que a través del trabajo,
a través de la honestidad,
conseguimos alcanzar nuestros objetivos.
Y he aprendido en los últimos años
la gran picardía del siglo.
Cuando menciono la palabra picardía
muchas personas se asustan,
y a mí tampoco me gusta
esa palabra picardía,
pero he aprendido eso,
he vivido eso en los últimos años
de mi carrera,
principalmente por trabajar
fuera del fútbol también,
tanto en la parte social como
en otras áreas, en particular,
que la gran picardía del siglo
es la honestidad,
Eso es una cosa que parece muy simple,
pero hoy la honestidad es la gran
picardía del siglo, tanto en los negocios,
tanto en el día a día,
como en las personas,
es muy difícil tener eso.
Hoy todo el mundo piensa en su ventaja,
dónde es que va a ganar,
lo necesario para estar allá,
entonces es muy difícil vivir eso.
He vivido eso en los últimos años
de mi carrera
y me ha dado una alegría muy grande.
No estaba acordado, pero
voy a confesarles algo aquí:
dejaré de jugar en abril.
Estoy dando la primicia.
Sentí eso al hablar aquí.
Y voy a parar con una honra muy grande.
(Aplausos)
Gracias.
Gracias.
Tal vez lo que todo jugador
o todo atleta sueña
es anunciar eso en un estadio lleno,
como viví toda mi vida.
Pero para mí, el mayor orgullo
es poder anunciar eso en una sala
donde hay tanta gente formada,
tanta gente capacitada.
Mi sueño desde que empecé
a entenderme como persona
era poder un día estar
en la cima de un palco
hablando para personas que
verdaderamente son ídolos.
Para mí el verdadero ídolo
es un profesor, es un médico,
quien educan, quien forma.
Para mí ese es el verdadero ídolo,
quien salva vidas, quien cuida vidas.
Entonces podría hacer eso
en un estadio lleno,
pero me enorgullezco mucho
de poder hacerlo...
no sé cuántas personas hay aquí,
pero sé que las personas que están aquí
son personas que de verdad
influencian la vida.
Muchas gracias, así pateé
todas las dificultades en mi vida.
quiero saber cómo patearán Uds.
cada dificultad de sus vidas.
(Aplausos)