¿Y si las plantas
pudieran sentir los niveles
de toxicidad del suelo
y expresar esa toxicidad
a través del color de sus hojas?
¿Y si esas plantas pudieran además
eliminar esas toxinas del suelo?
En cambio, ¿qué pasaría si esas plantas
cultivaran su propio embalaje
o fueran diseñadas para ser cultivadas
solo por las máquinas
patentadas por sus dueños?
¿Qué pasa cuando el diseño biológico
sigue las motivaciones
de la producción en masa?
¿Qué clase de mundo sería ese?
Mi nombre es Ani y soy diseñadora
e investigadora del MIT Media Lab,
donde soy parte de un grupo relativamente
nuevo y único llamado Diseño Ficción,
que trabaja en la frontera entre
la ciencia ficción y el hecho científico.
Y en el MIT, tengo suerte
de codearme con científicos
que estudian toda clase de vanguardia
desde neurobiología sintética,
inteligencia artificial, vida artificial
y todo lo demás.
Y, en el campus, hay científicos
verdaderamente brillantes
que se plantean cosas como "¿Cómo
puedo hacer del mundo un lugar mejor?"
Y parte de lo que se plantea
mi grupo es, "¿Qué es mejor?"
¿Qué es mejor para Uds., para mí,
para una mujer blanca, para un hombre gay,
para un veterano,
para un niño con prótesis?
La tecnología nunca es neutral.
Enmarca una realidad
y refleja un contexto.
¿Imaginan lo que significaría esto en
el equilibrio trabajo-vida en la oficina
de ser algo común desde el primer día?
(Risas)
Creo que el papel de
los artistas y diseñadores
es hacer preguntas críticas.
El arte es cómo uno puede ver
y sentir el futuro,
y esta es una época apasionante
para ser diseñador,
dadas las herramientas disponibles.
Por ejemplo, la biología sintética
trata de abordar la biología
como problema de diseño.
Mediante estos desarrollos,
mi laboratorio se pregunta cuáles
son los roles y responsabilidades
de un artista, diseñador,
científico o empresario.
¿Cuáles son las consecuencias
de la biología sintética,
de la ingeniería genética,
y cómo estas forman nuestras nociones
de lo que significa ser humano?
¿Cuáles son sus consecuencias
para la sociedad, para la evolución
y cuáles son los riesgos del juego?
Mi investigación de diseño
trabaja en este momento
elementos de biología sintética,
pero más orientados a las emociones.
Me obsesiona el olfato
como espacio de diseño,
y este proyecto comenzó con esta idea:
¿y si pudieras hacerte una selfie
con aroma, una smelfie?
(Risas)
¿Y si pudiéramos captar
el propio olor corporal
y enviarlo a una amante?
Es divertido, encontré que esto era
una tradición austríaca del siglo XIX,
donde las parejas en cortejo
mantenían una rebanada de manzana
bajo las axilas durante los bailes,
y al final de la velada,
la chica le daba al chico que
más le gustaba su fruta usada,
y si el sentimiento era mutuo,
él devoraba esa manzana apestosa.
(Risas)
Se sabe que Napoleón escribió
muchas cartas de amor a Josefina,
pero puede que la más memorable
sea esta nota breve y urgente:
"En casa en tres días, no te bañes".
(Risas)
Tanto Napoleón como Josefina
adoraban las violetas.
Josefina llevaba un perfume
con aroma a violeta,
llevó violetas el día de su boda,
y Napoleón le enviaba un ramo de violetas
cada año en su aniversario.
Cuando falleció Josefina,
plantó violetas en su tumba,
y antes de su exilio,
él volvió a la tumba,
recogió algunas flores,
las puso en un guardapelo,
y las usó hasta el día de su muerte.
Lo encontré tan conmovedor,
que pensé, ¿podría diseñar esa violeta
con el aroma de Josefina?
¿Y si, por el resto de la eternidad,
al visitar su tumba,
pudiéramos oler a Josefina
como la quiso Napoleón?
¿Podríamos diseñar nuevas formas de luto,
nuevos rituales para recordar?
Después de todo, hemos diseñado
cultivos transgénicos
para maximizar el beneficio,
cultivos aptos para el transporte,
cultivos que tienen una larga vida útil,
cultivos que saben bien dulces
pero resisten las plagas,
a veces a expensas
del valor nutricional.
¿Podemos aprovechar estas tecnologías
para evocar emociones?
Actualmente en mi laboratorio,
investigo preguntas como, ¿qué hace
que un humano huela a humano?
La respuesta es muy complicada.
Factores como la dieta,
los medicamentos, el estilo de vida
todo influye en el propio olor.
Y hallé que nuestro sudor
es mayormente inodoro,
pero nuestras bacterias y microbioma
son responsables por los olores,
el estado de ánimo, la identidad
y mucho más.
Emitimos todo tipo de moléculas
que se perciben de manera inconsciente.
He catalogado y recopilado
bacterias de distintas
partes de mi cuerpo.
Tras hablar con un científico, pensamos,
quizá la mezcla perfecta de Ani
es 10 % clavícula, 30 % axilas,
40 % ingles, etc.,
y, de vez en cuando, permito que
investigadores de otros laboratorios
olfateen mis muestras.
Y es interesante oír cómo se percibe
el olor corporal fuera
del contexto del cuerpo.
Me han dicho cosas como:
huele a flores, a pollo,
a copos de maíz,
a carne de vaca.
(Risas)
Al mismo tiempo, cultivo
plantas carnívoras
que emiten aroma a carne
para atraer presas,
para crear una relación simbiótica
entre mis bacterias y este organismo.
Y como suele suceder,
estaba en un bar del MIT
hablando con un científico
que a su vez es químico
y científico botánico
y le conté de mi proyecto,
y me dijo: "Bien, suena a botánica
para mujeres solitarias".
(Risas)
Inquebrantable, dije, "Bien".
Lo desafié.
"¿Podemos diseñar una planta
que me corresponda el amor?"
Y por alguna razón, me dijo:
"Claro, ¿por qué no?"
Empezamos preguntándonos si podíamos
conseguir una planta que gire hacia mí
como si yo fuera el sol.
Estudiamos mecanismos de las
plantas como el fototropismo,
que hace que la planta
crezca hacia el sol
mediante hormonas como la auxina,
que provoca la elongación celular
en el lado de la sombra.
Y ahora estoy creando
un conjunto de lápices labiales
que contienen estos químicos
que me permiten interactuar con una planta
en sus propias firmas químicas,
lápices labiales que hacen que
las plantas crezcan donde las beso,
plantas que florecen
donde beso la flor.
Y mediante estos proyectos,
me planteo preguntas como:
¿Cómo definimos naturaleza?
¿Cómo definimos naturaleza si podemos
rediseñar sus propiedades,
y cuándo deberíamos hacerlo?
¿Deberíamos hacerlo con fines
de lucro, en busca de ganancia?
¿Podemos hacerlo a fines emocionales?
¿Puede usarse la biotecnología para crear
obras emotivas al igual que la música?
¿Cuáles son los umbrales entre la ciencia
y su capacidad de formar
nuestro paisaje emocional?
La forma sigue a la función,
es un famoso mantra del diseño.
Bueno, ahora, en medio de
la ciencia, el diseño y el arte
yo pregunto:
¿y si la ficción aporta hechos?
¿Cómo sería el laboratorio de I+D
y qué tipo de preguntas
plantearíamos en conjunto?
A menudo vemos a la tecnología
como respuesta,
pero como artista y diseñadora,
me gusta preguntar,
¿y si la vemos como la pregunta?
Gracias.
(Aplausos)