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¿Esclavitud en Italia? | DW Documental

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    El caporal te empuja.
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    Ve tomates en el suelo y te grita,
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    "¡Recógelos!"
  • 0:10 - 0:16
    Si queda alguno, se enoja,
    te empuja, y te abofetea.
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    Te hace daño, no te respeta,
    y eso es esclavitud.
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    Esclavitud no solo explotación.
  • 0:27 - 0:31
    Explotación significa un mal
    salario, pero si te empujan,
  • 0:31 - 0:35
    si trabajas a pleno sol,
    si no puedes abrir la boca,
  • 0:35 - 0:40
    no tienes papeles y duermes en ghettos,
    entonces es esclavitud.
  • 0:40 - 0:43
    La esclavitud moderna no necesita cadenas.
  • 0:44 - 0:46
    Lo que sucede aquí es esclavitud.
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    Esclavitud en Italia
  • 0:55 - 0:58
    Un reportaje de Katrin Sandmann
    y Fritz Schapp
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    Yvan Sagnet llama esclavos a los más
    de 400 mil braceros africanos
  • 1:07 - 1:11
    y del este de Europa que trabajan en
    la agricultura italiana.
  • 1:12 - 1:14
    Este camerunés fue uno de ellos.
  • 1:15 - 1:19
    Hoy lucha por sus derechos y
    contra un sistema mafioso de competencia
  • 1:19 - 1:22
    desleal, abuso de poder y explotación.
  • 1:26 - 1:30
    Sagnet quiere llevar a los explotadores
    a la cárcel y poner fin
  • 1:30 - 1:33
    a las inhumanas condiciones de vida
    de esos jornaleros.
  • 1:37 - 1:40
    Esta es una típica
    vivienda de inmigrantes.
  • 1:42 - 1:48
    Usan la chimenea para todo porque no hay
    electricidad, ni luz, ni agua corriente.
  • 1:48 - 1:50
    Nada de nada.
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    Pero se apañan, utilizan la chimenea
    para calentar y cocinar.
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    Esto hace de mesa.
    Aún no hay aceite.
  • 2:03 - 2:05
    Y estos son los platos en los que comen.
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    Miren, hay ocho colchones.
  • 2:23 - 2:25
    Aquí pueden dormir 40 personas.
  • 2:27 - 2:28
    ¿Lo ven?
  • 2:28 - 2:31
    En este cuarto meten a 40 personas.
  • 2:45 - 2:48
    Mientras duermen
    les puede caer yeso del techo
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    y hace demasiado frío.
  • 2:52 - 2:55
    No hay vidrios en las ventanas.
    Las tapan con una chapa metálica.
  • 2:59 - 3:01
    Los inmigrantes tienen que comprar
  • 3:01 - 3:03
    casi todo lo que necesitan para sobrevivir
  • 3:03 - 3:06
    a los intermediarios, llamados caporales.
  • 3:07 - 3:10
    A menudo proceden de los mismos países
    que los jornaleros.
  • 3:11 - 3:14
    Por un colchón podrido, piden diez euros.
  • 3:20 - 3:27
    En aquella casa amarilla viven italianos.
    No extranjeros, italianos.
  • 3:28 - 3:30
    Pero se entienden con los caporales.
  • 3:31 - 3:35
    Es la única casa de la zona que tiene
    agua corriente y electricidad.
  • 3:36 - 3:40
    Los que viven aquí tienen que ir allá
    para recargar sus celulares, por ejemplo.
  • 3:41 - 3:42
    Porque aquí no hay nada.
  • 3:43 - 3:48
    Y les cobran cincuenta centavos por cada
    recarga, y por lavarse €1 o €1.50.
  • 3:56 - 4:00
    Se me saltan las lágrimas. Siento
    repugnancia cuando veo que hay
  • 4:00 - 4:04
    gente que tiene que vivir en estas
    condiciones en la Italia del siglo XXI.
  • 4:08 - 4:11
    Es horrible, es asqueroso
    y todo el mundo lo sabe.
  • 4:13 - 4:17
    Todos lo saben pero les da igual
    porque se trata de inmigrantes.
  • 4:19 - 4:21
    A los inmigrantes los tratan
    como animales.
  • 4:22 - 4:23
    Solo quieren que trabajen para que
  • 4:23 - 4:27
    los negocios de los agricultores y
    los políticos vayan bien.
  • 4:27 - 4:29
    No son considerados seres humanos.
  • 4:32 - 4:35
    Esto es Italia, bienvenidos a Italia.
  • 4:47 - 4:52
    Los inmigrantes que viven aquí están
    totalmente controlados por los caporales
  • 4:52 - 4:55
    que se organizan como
    un especie de mafia.
  • 4:55 - 4:59
    Cuando los agricultores necesitan
    mano de obra para los campos,
  • 4:59 - 5:03
    llaman a los intermediarios,
    que abusan de su poder
  • 5:03 - 5:06
    para explotar y controlar a los migrantes.
  • 5:09 - 5:12
    Y pueden hacerlo porque viven
    junto a ellos en los ghettos.
  • 5:21 - 5:25
    Las regiones de Apulia y Basilicata
    en el sur de Italia
  • 5:25 - 5:28
    son las mayores productoras
    de verduras del país.
  • 5:28 - 5:33
    Solo en Apulia se cosecha un 30 porciento
    de los tomates italianos.
  • 5:34 - 5:39
    Los grandes ghettos se encuentran en
    las zonas a menudo solitarias que rodean
  • 5:39 - 5:41
    a los campos de cultivo.
  • 5:44 - 5:48
    Aquí surgieron ciudades de miseria.
  • 5:50 - 5:55
    Si entramos, hay que grabar con cámara
    oculta. Pon la cámara grande debajo.
  • 6:05 - 6:10
    A los caporales no les gustan las cámaras,
  • 6:10 - 6:13
    pues se podrían ver sus manejos ilegales.
  • 6:18 - 6:24
    Y los inmigrantes por vergüenza no quieren
    que se vea que viven en ghettos.
  • 6:24 - 6:26
    Se avergüenzan de que los graben.
  • 6:26 - 6:29
    Les da vergüenza que en su país
    puedan verlos así.
  • 6:30 - 6:35
    Porque cada vez que hablan con sus padres
    o amigos les cuentan una historia
  • 6:35 - 6:39
    completamente diferente, que son abogados
    o que trabajan en una oficina.
  • 6:39 - 6:42
    Mienten simplemente porque
    les da vergüenza admitir
  • 6:42 - 6:44
    cómo es realmente su vida.
  • 6:50 - 6:53
    Durante la cosecha viven aquí
    más de 3 mil personas.
  • 6:53 - 6:56
    La mayoría provienen de África.
  • 6:56 - 7:01
    Son las personas que llevan décadas
    desembarcando en las costas de Italia,
  • 7:01 - 7:05
    los inmigrantes con los que Europa lleva
    años dejando sola a Italia.
  • 7:05 - 7:08
    Algunos tienen papeles.
    Otros son ilegales.
  • 7:12 - 7:16
    El gobierno italiano mira hacia otro lado
    porque sin mano de obra barata,
  • 7:16 - 7:19
    las cosechas se echarían a perder.
  • 7:20 - 7:24
    Hay basura por todas partes,
    atrae moscas y mosquitos.
  • 7:27 - 7:31
    En estos ghettos no hay
    recogida de basura, ni leyes.
  • 7:31 - 7:36
    Este territorio, donde impera la ley
    del más fuerte, es peligroso para Yvan.
  • 7:36 - 7:40
    Sospecha que de aquí vienen
    las amenazas de muerte.
  • 7:40 - 7:45
    Los caporales que viven aquí saben
    que él es su enemigo más obstinado.
  • 7:45 - 7:51
    Yvan lleva años recogiendo pruebas de sus
    manejos ilegales en campos como éste.
  • 7:51 - 7:55
    Busca testigos e identifica delincuentes.
  • 7:55 - 7:58
    Por eso conoce a muchos
    de los habitantes y sus historias,
  • 7:58 - 8:01
    como la de este hombre de Sudán.
  • 8:01 - 8:03
    Huyó a Italia hace veinte años.
  • 8:14 - 8:18
    Su sueño europeo terminó en una choza
    donde vende ropa usada.
  • 8:21 - 8:24
    Sus clientes son refugiados
    de medio mundo.
  • 8:28 - 8:32
    De repente, un hombre se dirige
    a Yvan. Es un caporal.
  • 8:37 - 8:42
    Exagera su nerviosismo, pero nos
    presiona para que nos vayamos.
  • 8:49 - 8:52
    Queremos acabar con estos ghettos
    de una vez.
  • 8:53 - 8:58
    Exigimos que haya estructuras, agua, luz,
    cocina, dormitorios decentes,
  • 8:59 - 9:02
    y mi sueño es lograr todo esto con NOCAP.
  • 9:11 - 9:17
    Roma. Yvan Sagnet vive y trabaja en el
    centro de la ciudad, cerca del Vaticano.
  • 9:23 - 9:27
    Aquí en su apartamento fundó NOCAP,
  • 9:27 - 9:31
    un sistema de certificación de
    alimentos producidos de forma ética.
  • 9:35 - 9:40
    NOCAP se basa en el artículo IV de la
    declaración universal de derechos humanos
  • 9:40 - 9:45
    que dice, "Nadie estará sometido
    a esclavitud, ni a servidumbre.
  • 9:45 - 9:50
    La esclavitud y la trata de esclavos
    están prohibidas en todas sus formas."
  • 9:57 - 10:01
    NOCAP es una organización que dice "no"
    al sistema de los caporales.
  • 10:02 - 10:05
    Y se le opone con un sistema
    de etiquetado.
  • 10:07 - 10:12
    Dejamos estas etiquetas en los productos
    de todos los agricultores que no explotan
  • 10:12 - 10:18
    a sus trabajadores, tras comprobar que
    respetan los derechos de los jornaleros.
  • 10:24 - 10:29
    Ya hemos iniciado una cooperación con
    una asociación de pequeños agicultores
  • 10:29 - 10:32
    llamada "Altra-Agricultura."
  • 10:33 - 10:35
    Son unos sesenta mil productores.
  • 10:38 - 10:41
    Así que empezamos con una
    pequeña y sólida base.
  • 10:47 - 10:52
    El compromiso de Yvan con los derechos
    humanos y su valentía al señalar
  • 10:52 - 10:55
    y denunciar a las estructuras mafiosas
    en la agricultura
  • 10:55 - 10:57
    le valieron que el presidente de Italia,
  • 10:57 - 11:02
    Sergio Matarella, lo nombrara
    Cavalliere en 2017.
  • 11:08 - 11:11
    Fue un gran momento de mi vida.
  • 11:11 - 11:15
    Fue un momento maravilloso, porque
    recibí una distinción de un país
  • 11:15 - 11:17
    cuya ciudadanía no tengo.
  • 11:18 - 11:22
    Noy soy italiano, en este momento sigo
    siendo camerunés.
  • 11:22 - 11:26
    Y recibir un galardón de Italia fue una
    gran alegría para mí.
  • 11:29 - 11:34
    [Cantando en italiano]
  • 11:34 - 11:39
    En 2017 Yvan es padre. Es un año lleno de
    felicidad.
  • 11:39 - 11:42
    Pero se ve ensombrecido por las
    amenazas de muerte.
  • 11:42 - 11:47
    Sus enemigos saben que Yvan está
    dispuesto a llevarlos a la corte suprema.
  • 11:51 - 11:55
    Verónica, su esposa,
    teme las consecuencias.
  • 11:56 - 12:00
    [Cantando en italiano]
  • 12:01 - 12:04
    Por desgracia las amenazas indican lo bien
    que hace su trabajo,
  • 12:04 - 12:08
    lo mucho que obstaculiza los
    intereses de los poderosos.
  • 12:08 - 12:11
    Y naturalmente como familia,
    eso nos inquieta.
  • 12:16 - 12:20
    Sobre todo cuando acude a los lugares de
    donde salen esas amenazas.
  • 12:22 - 12:26
    Rezamos por él para que logre lo que
    se propone sin que le hagan daño.
  • 12:36 - 12:40
    Yvan ha demostrado que es
    muy valiente y testarudo,
  • 12:40 - 12:44
    y nos ha mostrado que es posible cambiar
    las cosas, poco a poco,
  • 12:44 - 12:47
    trabajando duro y sacrificándose.
  • 12:47 - 12:50
    Y tiene mi apoyo
    en esta lucha que libra cada día.
  • 12:56 - 13:01
    Yvan llegó en 2007 a Italia, el país
    que admira desde su juventud,
  • 13:01 - 13:04
    no para luchar, sino para estudiar.
  • 13:05 - 13:07
    Todo va bien hasta que suspende un examen
  • 13:07 - 13:09
    y pierde su beca en
    la Universidad de Turín.
  • 13:10 - 13:14
    Su busqueda desesperada de trabajo
    lo llevó a Nardó, en el sur,
  • 13:14 - 13:16
    a la cosecha de tomates.
  • 13:25 - 13:29
    Yvan Sagnet llega a esta estación
    el 10 de julio de 2011,
  • 13:29 - 13:32
    y le sucede algo que cambia
    su vida para siempre.
  • 13:37 - 13:42
    Hoy este joven de 33 años regresa
    a las afueras de la localidad
  • 13:42 - 13:47
    donde entonces un millar de trabajadores
    africanos vivían en tiendas de campaña,
  • 13:47 - 13:51
    bajo cubiertas de plástico
    o a la intemperie.
  • 13:59 - 14:03
    Esto estaba increíblemente sucio
    y hacía mucho calor,
  • 14:03 - 14:06
    y le dije a Dios, "¿Qué es esto?
    ¿Dónde he terminado?"
  • 14:12 - 14:16
    Yo, que venía de un entorno
    completamente diferente en Turín,
  • 14:16 - 14:20
    donde vivía en una casa como debe ser,
    una residencia de estudiantes
  • 14:20 - 14:24
    con baño, habitación individual, una cama.
  • 14:24 - 14:29
    Y de repente me encuentro en un lugar
    durmiendo en un colchón al aire libre.
  • 14:38 - 14:40
    Mientras recorre el terreno,
    Yvan descubre que
  • 14:40 - 14:43
    aquí vuelve a haber recolectores.
  • 14:47 - 14:52
    Son pocos, pero sus condiciones no
    son mejores que las de entonces.
  • 15:09 - 15:13
    A los tres días de llegar, conocí a
    un caporal que se llamaba Meki.
  • 15:14 - 15:19
    Era de Sudán.
    Era un tipo grande y fuerte.
  • 15:22 - 15:26
    Yvan pasa cuatro días en los campos
    bajo el brutal control de Meki.
  • 15:26 - 15:30
    Por cien kilos de tomates recogidos,
    le pagan un euro.
  • 15:31 - 15:34
    El primer día gana en total catorce euros.
  • 15:34 - 15:39
    De ahí tiene que pagarle diez a Meki por
    transporte, comida, y agua.
  • 15:42 - 15:46
    Tras una jornada de catorce horas
    bajo el calor y los golpes,
  • 15:46 - 15:48
    le quedan cuatro euros.
  • 15:54 - 15:58
    Así era. Y si te enfermabas, era aún peor.
  • 15:58 - 16:03
    Recuerdo a un compañero que se desplomó
    sin más, por el sol.
  • 16:03 - 16:07
    Hacía demasiado calor. Se cayó al suelo.
  • 16:08 - 16:10
    Maldita sea, fue muy duro.
  • 16:13 - 16:18
    Al caerse, fui junto a él y le pregunté
    qué le pasaba, qué hizo.
  • 16:18 - 16:21
    Fui a buscar agua y se le eché por encima.
  • 16:25 - 16:28
    Le dije al caporal que tenía que
    ir al hospital,
  • 16:28 - 16:31
    pero no había ninguno cercano.
  • 16:33 - 16:36
    El hospital más próximo estaba lejos.
  • 16:37 - 16:45
    Y el caporal respondió: "Déjalo allí.
    Si quieres que lo lleve al hospital,
  • 16:45 - 16:48
    te cobraré cincuenta euros
    por el transporte."
  • 16:48 - 16:52
    Eso ya no es explotación. Es esclavitud.
  • 16:56 - 17:00
    El hombre sobrevive
    al colapso en el campo a duras penas.
  • 17:02 - 17:10
    Trabajé cinco días y al quinto dijimos "Ya
    basta. Estamos hartos. Ya es suficiente.
  • 17:10 - 17:14
    Queremos un contrato. Queremos que
    se reconozcan nuestros derechos.
  • 17:14 - 17:17
    Estamos hartos de que
    nos traten como esclavos."
  • 17:25 - 17:29
    Yvan convoca a una huelga,
    la primera entre los jornaleros.
  • 17:30 - 17:32
    Los hombres del ghetto lo siguen.
  • 17:33 - 17:36
    El canal local Telerama
    informa sobre el asunto.
  • 17:36 - 17:42
    Las amenazas de muerte hacen huir a Yvan,
    pero su indignación le hace regresar.
  • 17:42 - 17:46
    Cuando tres meses después, la cosecha
    amenaza con pudrirse,
  • 17:46 - 17:51
    los productores ceden y ofrecen más
    dinero y contratos de trabajo.
  • 17:52 - 17:56
    El gobierno de Roma promulga una ley
    contra el brutal sistema de los caporales.
  • 17:57 - 18:03
    Poco después, Yvan impulsa el primer
    juicio contra propietarios y capataces.
  • 18:11 - 18:15
    Yvan ha hecho de la lucha por los
    derechos humanos su vida,
  • 18:15 - 18:20
    y hoy pelea en varios frentes:
    en naves industriales, en el campo,
  • 18:20 - 18:24
    en los tribunales, y cada vez más
    también en mesas de negociación.
  • 18:25 - 18:29
    Aquí en Basilicata se reúne
    con unos agricultores.
  • 18:29 - 18:31
    Y es que necesita como interlocutores a
  • 18:31 - 18:34
    los empleadores directos
    de los jornaleros.
  • 18:37 - 18:40
    Quien organizó la reunión es el principal
    aliado de Yvan,
  • 18:40 - 18:42
    el sindicalista Gianni Fabris.
  • 18:44 - 18:49
    La producción de frutas y hortalizas en
    Italia está al borde del abismo.
  • 18:49 - 18:53
    Nuestros productos están sometidos a
    "dumping" de precios.
  • 18:58 - 19:01
    Los comerciantes les dicen a
    los agricultores te pago por
  • 19:01 - 19:05
    tus duraznos lo mismo que
    por los de Marruecos o Turquía.
  • 19:05 - 19:09
    Son más baratos que los tuyos.
    Si los quieres vender, ese es el precio.
  • 19:09 - 19:12
    Este es la realidad en el campo italiano.
  • 19:20 - 19:24
    Las corporaciones de la industria
    alimentaria mantienen el sistema en pie.
  • 19:25 - 19:29
    Bajan los precios al máximo y dejan sin
    margen de maniobra a los agricultores,
  • 19:30 - 19:35
    quienes en la lógica del sistema,
    deben explotar a sus trabajadores.
  • 19:41 - 19:45
    Yvan intenta encontrar una solución
    con agricultores y sindicalistas.
  • 19:50 - 19:53
    Debemos crear consciencia
    y pedir a los consumidores
  • 19:53 - 19:56
    una mayor responsibilidad social.
  • 19:56 - 20:00
    El consumidor debe ser consciente de que
    detrás del kilo de tomates que compra,
  • 20:00 - 20:01
    hay un trabajo.
  • 20:03 - 20:08
    Un trabajo en el que se explota a
    los jornaleros, o bien un trabajo que es
  • 20:08 - 20:10
    éticamente correcto.
  • 20:10 - 20:13
    Sino se lo replantean, estamos muertos.
  • 20:16 - 20:20
    Unos días después,
    Yvan recibe un mensaje que lo anima.
  • 20:20 - 20:25
    Una cadena de supermercados italiana
    le ofrece un primer trato.
  • 20:26 - 20:28
    Se comprometen a adquirir
    productos de NOCAP
  • 20:28 - 20:33
    por un valor de hasta un millón de
    euros en una primera remesa.
  • 20:33 - 20:37
    Un gran incentivo para todos los que
    quieren trabajar con Yvan.
  • 20:43 - 20:48
    Yvan nos muestra cómo es el trabajo en el
    sistema NOCAP en la localidad de Graziano.
  • 20:50 - 20:54
    Aquí el propio agricultor recoge a los
    jornaleros y no deja el transporte
  • 20:54 - 20:56
    en manos de intermediarios.
  • 21:05 - 21:08
    Los furgones constituyen
    el poder del caporal.
  • 21:08 - 21:11
    Ellos llevan a los trabajadores a los
    campos.
  • 21:15 - 21:17
    No hay transporte público.
  • 21:17 - 21:21
    Por eso, los capos se encargan de
    llevarlos y abusan de la situación.
  • 21:23 - 21:28
    Los caporales meten hasta treinta personas
    en un vehículo con un máximo
  • 21:28 - 21:30
    de ocho plazas permitidas.
  • 21:30 - 21:35
    Les puedo asegurar que un viaje en esos
    furgones sobrecargados es horrible.
  • 21:38 - 21:42
    La mayoría no tiene ventanas porque los
    caporales no quieren que la policia vea
  • 21:42 - 21:44
    que llevan tantas personas.
  • 21:44 - 21:48
    Casi no hay aire, y cada año hay muertos.
  • 21:56 - 22:01
    En agosto de 2018, dos furgones
    completamente abarrotados
  • 22:01 - 22:04
    se accidentaron con
    pocos días de diferencia.
  • 22:04 - 22:07
    Murieron 16 trabajadores africanos.
  • 22:09 - 22:16
    Lo haré todo de otra forma. Estos chicos
    son trabajadores que han venido aquí
  • 22:16 - 22:17
    en un vehículo normal.
  • 22:17 - 22:20
    No han tenido que pagar
    por el transporte.
  • 22:22 - 22:27
    Su ropa como ven es blanca.
    Es ropa de trabajo.
  • 22:27 - 22:31
    También llevan máscaras
    y guantes para protegerse.
  • 22:34 - 22:36
    Cuidamos la seguridad laboral.
  • 22:38 - 22:44
    Antes de empezar a trabajar aquí,
    todos firman un contrato de trabajo.
  • 22:45 - 22:47
    Y el salario es acorde a la ley.
  • 22:51 - 22:55
    En este campo se van a recoger los
    últimos tomates de la temporada.
  • 22:55 - 23:00
    Uno de los braceros, Thomas, de Ghana,
    acepta conversar un momento.
  • 23:02 - 23:07
    No solemos tener contrato porque
    en Europa e Italia necesitas
  • 23:07 - 23:11
    permisos y contratos para encontrar un
    trabajo adecuado.
  • 23:11 - 23:15
    Así que a menudo,
    no salimos de los ghettos.
  • 23:17 - 23:21
    Ustedes creen que somos malas personas
    o que no somos seres humanos.
  • 23:23 - 23:27
    Pero somos personas,
    con un color de piel diferente.
  • 23:27 - 23:31
    Tenemos sangre en las venas. Todos somos
    uno. Todos somos humanos.
  • 23:33 - 23:38
    Lo mismo opina el hombre en cuyos campos
    están trabajando Thomas y los demás.
  • 23:39 - 23:44
    La familia de Giuseppe Viniola lleva
    treinta años cultivando verdura ecológica.
  • 23:51 - 23:55
    Viniola firma un contrato con los
    trabajadores. Como cada vez más
  • 23:55 - 24:00
    agricultores, trata de salir del sistema
    que por la extrema presión de los precios,
  • 24:00 - 24:02
    lo convierte en explotador.
  • 24:04 - 24:08
    Para mí, el sistema de caporal es, es el
    peor error que se puede cometer,
  • 24:08 - 24:13
    porque uno emplea una fuerza de trabajo a
    la que al fin y al cabo estás explotando.
  • 24:13 - 24:15
    La cosecha del tomate es
    muy dura y por eso
  • 24:15 - 24:18
    hay que reconocer el valor
    que tiene su trabajo.
  • 24:21 - 24:25
    Por eso es importante firmar contratos y
    proteger a los trabajadores.
  • 24:25 - 24:31
    En la cosecha de tomate, pagamos €5 netos
    por hora más contribuciones.
  • 24:31 - 24:35
    Es el doble que en el sistema
    de los caporales
  • 24:45 - 24:49
    En la cosecha de tomate,
    hay que cambiar el sistema de raíz.
  • 24:49 - 24:53
    Hay grandes dificultades y es
    extremadamente duro luchar contra
  • 24:53 - 24:54
    esos precios.
  • 24:56 - 25:01
    Un sindicalista italiano calculó qué
    sería necesario para solucionarlo.
  • 25:02 - 25:06
    Si las grandes cadenas comerciales
    pagaran a los agricultores
  • 25:06 - 25:12
    tan solo dos centavos más por kilo de
    tomate, tendrían 235 millones de euros
  • 25:12 - 25:14
    de ingresos adicionales.
  • 25:14 - 25:18
    Eso les permitiría dar
    a los jornaleros alojamiento
  • 25:18 - 25:20
    y condiciones de trabajo dignos,
  • 25:20 - 25:23
    y el problema con los caporales
    quedaría resuelto.
  • 25:28 - 25:31
    Finales de octubre.
    Lecce en el sur de Italia.
  • 25:32 - 25:36
    El pleito de Yvan contra caporales y
    productores se inició hace cinco años.
  • 25:37 - 25:41
    Aquí logró su mayor triunfo.
    Una condena en primera instancia.
  • 25:42 - 25:47
    Pero ahora el tribunal también podría ser
    el escenario de su peor derrota.
  • 25:52 - 25:55
    Hoy comienza el procedimiento
    de apelación.
  • 25:59 - 26:06
    En el primer juicio, nueve capos fueron
    condenados a 11 años de prisión.
  • 26:09 - 26:16
    Los declararon culpables de esclavitud,
    y fueron condenados nueve capos
  • 26:16 - 26:19
    y tres agricultores italianos.
  • 26:24 - 26:29
    Al principio, unas cincuenta personas
    testificamos ante la policía contra
  • 26:29 - 26:31
    quienes nos explotaron.
  • 26:31 - 26:33
    Los denunciamos a todos por su nombre.
  • 26:33 - 26:39
    Hoy en el proceso solo quedan 8
    con suficiente coraje para testificar.
  • 26:39 - 26:41
    Yo soy el testigo principal.
  • 26:46 - 26:50
    Sus enemigos, que se sientan en
    el banquillo de los acusados,
  • 26:50 - 26:52
    se defienden por todos los medios.
  • 26:54 - 26:57
    Los agricultores cuentan
    con un ejército de abogados caros.
  • 26:57 - 26:59
    Yvan no se alegra.
  • 27:00 - 27:03
    "Todos explotaron a trabajadores.
  • 27:03 - 27:07
    Yo soy una de sus víctimas
    y mantengo mi declaración.
  • 27:09 - 27:13
    Si se confirmara la condena
    al final del recurso de casación,
  • 27:13 - 27:16
    sería un éxito extraordinario
    para Yvan Sagnet,
  • 27:16 - 27:19
    aunque por ahora,
    solo sea simbólico.
  • 27:22 - 27:25
    Este proceso no ha cambiado las
    condiciones laborales
  • 27:25 - 27:27
    de los jornaleros en los campos.
  • 27:28 - 27:34
    Por supuesto, el sistema de los caporales
    aún impera en toda Italia.
  • 27:34 - 27:37
    Y también las malas condiciones de vida
    de la gente en los ghettos,
  • 27:37 - 27:40
    que siguen sin agua ni luz.
  • 27:40 - 27:45
    Siempre fui consciente de que este proceso
    no bastará para cambiarlo todo.
  • 27:48 - 27:53
    Sin embargo, Yvan Sagnet considera
    que el proceso es un hito.
  • 27:57 - 28:02
    Vale la pena luchar. Vivimos en un mundo
    en el que debes luchar por tus derechos,
  • 28:02 - 28:06
    porque si no peleas, jamás cambiará nada.
  • 28:06 - 28:11
    Solo peleando se logra algún cambio, y
    estamos dispuestos.
Title:
¿Esclavitud en Italia? | DW Documental
Description:

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Video Language:
Spanish
Team:
Captions Requested
Duration:
28:26

Spanish subtitles

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