"Por esto hago buceo libre": un viaje a lo profundo | William Trubridge | TEDxChristchurch

¿Alguna vez se han preguntado cómo sería contener la respiración por eternos minutos para descender 100 metros y más dentro del agua? En esta extraordinaria charla, parte meditación parte aventura de infarto, el campeón mundial de buceo libre William Trubridge, no solo los lleva ahí, sino que ofrece una profunda respuesta a la pregunta: ¿por qué lo haces?".

William Trubridge es uno de los buceadores líder del mundo. En 2005, William fue el primer buzo libre en bajar al Agujero Azul de Dean, reconocido ahora como la sede principal de buceo libre del mundo y sitio del evento anual Azul Vertical. Ahí rompió su primer récord mundial en la disciplina CNF (Peso Constante sin Aletas en inglés) en abril de 2007, al descender 81 m. Desde entonces ha roto este récord varias veces. En 2010 fue el primer humano en descender los 100 metros en el Proyecto Héctor, un evento dirigido a concientizar de la grave situación de las especies de delfines Héctor y Maui de Nueva Zelandia en peligro. En julio de 2016, superó su récord a los 102 metros como parte del proyecto Steinlger "Nacido para retar", que se difundió en vivo en la TV neozelandesa. William también mantiene el récord mundial de buceo libre con 124 metros establecido en Azul Vertical en mayo de 2016.

Esta charla se dio en un evento TEDx que usa el formato de conferencia de TED, pero fue organizado independientemente por una comunidad local. Para más información https://www.ted.com/tedx

¿Recuerdan cómo era
contener la respiración

bajo el agua, en completa oscuridad
en algo que parecía interminable?

¿Quién recuerda eso?

Verán, todos lo hemos hecho, todos.

Fue su primer respiro contenido
y no tenía un inicio real

y acabó con su nacimiento
y su primer respiro.

Olvidamos eso, ¿no?

Olvidamos que llegamos a este mundo
conteniendo la respiración.

¿Entonces les gustaría regresar

(Risas)

a ese mundo sereno líquido ingrávido?

¿Vamos?
Audiencia: Sí.

¿Buceamos libre juntos?

Audiencia: Sí.

Bien.

Relájense e imagínense
acostados en la superficie del mar

mirando hacia lo azul,

mirando esos titilantes rayos de sol

que convergen en un punto
muy lejano, debajo de Uds.

Adonde van está más lejos que eso,

donde esos rayos se han difuminado,
si bien, en una luz pálida.

Toman una última y
crítica aspiración de aire

(inhala fuerte y profundo)

Es una bocanada que será
su sistema de soporte de vida

en los siguientes minutos.

Su cuerpo corta hacia abajo,

sus brazos barren el agua
y jalan hacia abajo,

y en seguida

sienten el jalón de su propia flotación
que tira de vuelta a la superficie,

que los detiene,

que les pregunta, ¿en verdad quieren ir?

De ser así, tienen que nadar rápido
y fuerte para rebasar esa fuerza,

pero cuidado: no usen demasiada energía,

porque en esta fase del buceo es
cuando queman la mayoría del oxígeno.

Sus piernas patalean, los brazos
barren el agua y el ciclo se repite.

Gradualmente, la superficie los deja ir.

Dentro de su cuerpo,

los pulmones se comprimen

debido a la presión
de las columnas de agua

y a los 10 metros,

su volumen se reduce a la mitad
de lo que tenían en la superficie.

o sea que la densidad promedio
del cuerpo se ha incrementado.

Cuando esa densidad

equivale exactamente a la densidad
del agua fuera de su cuerpo,

entonces tienen flotación neutral,

si se detienen aquí, flotarían,
suspendidos e inmóviles.

Cuando continúan
más allá de este punto,

es como si tuvieran que dejar
una parte suya atrás;

dejan atrás su historia,

sus esperanzas, sus remordimientos
sus preocupaciones.

A partir de este momento,

solo está su ser presente
en el momento presente.

Incluso dejan atrás el concepto
y la memoria de respirar,

de ser un ser terrestre,

y siguen con la convicción
de que son acuáticos,

como un cohete que ha dejado su carga

y continúa

solo con lo necesario para el viaje.

Verán, entre menos se lleven
de Uds. más ligera la carga.

Dos brazadas más largas, más lentas
más fáciles y siguen bajando.

Pueden apagar los motores.

A partir de este punto,
tienen flotación negativa,

sus brazos descansan a sus lados,

como plegar un periódico
que se sumerge en el agua.

Cada músculo del cuerpo se relaja
excepto quizá los pies,

que funcionan como diminutos timones
para conservar el trayecto vertical.

Lo que hacen es caer libremente,

quiero decir, la realidad es
que esto los mataría,

si solo lo hacen el tiempo suficiente

pero a la vez, es la parte
más hermosa del buceo,

en la que sienten que son aceptados
y absorbidos en el océano.

Incluso sus párpados caen
y cubren sus ojos.

Cada segundo o dos,

puede que parpadeen para
revisar su posición junto a la cuerda;

cada segundo o dos,

su lengua toma un poquito de aire
hacia sus oídos medios

para equilibrar la presión.

Sus pulmones se comprimen aún más,

pierden más volumen y
crean una especie de efecto vacío

que colapsa su caja torácica,
sus bronquios y su tráquea

y jala su diafragma hacia arriba
debajo de su caja torácica.

Hay un ejercicio en seco de entrenamiento
que puedo hacer para replicar esto

y les da una idea de
lo que sucede en su torso.

(Respira profundo)

(Exhala con fuerza)

(Golpes continuos de exhalación)

Audiencia: ¡Guau!

(Inhala con fuerza)

(Ovaciones y aplausos)

Gracias. Acabo de tragar
mi almuerzo otra vez.

(Risas)

Mientras esto sucede, su bazo se contrae

y libera glóbulos rojos frescos
en la circulación.

Los capilares de sus músculos
también se contraen

reduciendo la sangre en los músculos,

forzándolos a trabajar anaeróbicamente,

lo cual conserva oxígeno en el cerebro,

y a su vez sienten la narcosis
por la alta presión de los gases;

y en sus pulmones,

los capilares se inflaman y
se dilatan por la presión negativa.

Nada de lo que pasa en su cuerpo

se asemeja a cualquier
deporte o actividad.

¿Por qué se asemejaría?

Lo que hacen

es quizá lo más ajeno
que un cuerpo humano puede hacer.

Bueno, si toman una caminata espacial,

ahí están fuera del
planeta en la ingravidez,

pero el buceo libre los transforma
por completo en otra criatura.

Ahora está oscuro.

Es una especie de penumbra crepuscular.

No importa, no hay mucho
que ver de todas formas.

Tampoco se escucha mucho.

Alguien podría lanzar
petardos en la superficie

y no los oirían.

Como mucho, solo oyen
los sosos latidos de su corazón

que se han reducido a la mitad
de su tasa de reposo;

son tan lentos que parecen
una pausa inquietante

entre las dos fases del latido,

en lugar de ser, bum-bum,
bum-bum, bum-bum,

es más un glug... glug...

glug...glug...

glug...glug...

Claro que están en camino
hacia una cierta profundidad;

hay un objetivo,
un disco a esa profundidad

que tiene los marbetes que deben
retirar y llevar a la superficie

como prueba de su travesía,

pero hay una trampa:

de ninguna forma pueden
anticipar su llegada al punto;

tiene que ser caída libre

descender con una convicción

o sin expectativa o punto de llegada.

Verán, un ser terrestre

se vuelve más tenso y agitado
según desciende más hondo,

pero eso no son,
son acuáticos, ¿recuerdan?

(Risas)

El océano es su hogar,

entre más se fusionan con él,
más relajados se sienten.

Cuando el disco toca base o
la alarma de su computadora

los despierta de su sueño,

entonces agarran la cuerda con una mano

es la única vez que tienen
permiso de tocarla

agarran el marbete y
su cuerpo gira 180 grados.

Este sería un buen momento
para que se pregunten,

¿por qué estoy aquí?

¿Por qué hago esto?

(Risas)

Ya saben, ¿por qué no nada más
me quedo en la superficie?

Quisiera intentar darme
una respuesta a esa pregunta.

Sugiero que una palabra
clave es "superficie".

"El mal de nuestros tiempos es
que vivimos en la superficie,

nos parecemos al Río Chato,
casi un km de ancho y poco profundo".

Steven Pressfield dijo eso.

Justo ahora todos aquí, sospecho,
estamos pegados a la superficie

del mundo, la gravedad pega, ¿no?

Y estamos atorados en
un plano de dos dimensiones

que se extiende sobre el cerro
y el valle, sobre el lago y el mar

que separa lo sólido
de lo líquido del gas,

lo incompresible de lo compresible

de la forma a lo amorfo.

Esta frontera, esta interfaz,
es donde pasamos nuestras vidas:

bajando de una montaña,

nado a lo largo de un lago, quizá,
camino en el bosque al otro lado

y en ningún instante
he cruzado la frontera.

Entonces hay una buena razón
por la que decimos, claro,

"libre como un pájaro",
o "libre como un delfín",

y nunca decimos "libre como erizo"
o "libre como una jirafa".

(Risas)

Así en momentos raros,

escapamos de la superficie
para elevarnos por el cielo,

pero siempre dependemos
de algo externo a nuestros cuerpos,

como un planeador, un paracaídas,
un par de esquís para aterrizar.

La única forma diferente
de escapar de la superficie

es bajo el agua.

Nadar y otros deportes acuáticos,
en realidad, no cuentan

porque siempre se quedan
en la interfaz de la frontera.

Y nadar,

levantan los brazos
para aprovechar el hecho

de que se mueven más rápido
en el aire que en el agua.

El buceo libre es
el único deporte acuático,

en el que se está completamente
sumergido bajo el mar,

envuelto en algo más que gas

y sin un tanque de gas en la espalda.

Es una inmersión sin trabas;

es la única forma
de escapar de la superficie.

Y resulta que estar bajo la superficie
es un lugar genial, ¿no?

Quiero decir, 95 % de los ecosistemas
del planeta están bajo el agua;

evolucionamos de los océanos
hace 530 millones de años.

Tiene caballos de mar,

pez murciélago de los Galápagos,

pulpos dumbo,

lo que quieran.

He aquí la cosa:

no es solo nuestro planeta
que tiene una capa superficial,

tenemos como una frontera superficial
en nuestras mentes

que separa lo racional,
la mente consciente

del subconsciente

y pasamos gran parte de
nuestras vidas arriba de la frontera

en este medio etéreo sin ataduras
del pensamiento racional,

mientras que abajo, hay
un subconsciente silencioso y profundo.

Tiene su propia actividad,
claro, abajo ahí,

pero todo pasa sin nuestra consciencia,

no podemos verlo, no sabemos qué pasa,

pero cosas salen de él.

No sabemos cuán profundo es
pues nunca hemos llegado al fondo.

Podemos sumergirnos
a ese mar de subconsciencia

del mismo modo como buceamos
libre en el océano físico del mundo.

Por supuesto, el origen físico
de nuestra especie

se remonta al mar debajo de la superficie,

y de la misma forma, nuestras mentes
evolucionaron debajo de la superficie

del tronco encefálico hacia arriba,

agregando partes y construyendo
arriba de la superficie.

hacia el pensamiento racional
y la consciencia.

Entonces no solo los buceadores libres
van debajo de la superficie,

cualquiera que practique
meditación o atención plena

o incluso si toman sustancias
que alteran la mente

realiza viajes debajo del mar quieto.

Y a veces casi lo siento
como un buceo libre,

ya saben, casi siento que hago trampa
o que tomo un atajo

porque el ambiente en un buceo libre
es en sí un mar quieto.

Ya saben, unos cientos de metros abajo,

no pueden pensar en política o lavar ropa
o si lo que dijeron está bien.

Todo eso pertenece a un mundo diferente

que dejaron atrás allá
arriba en la superficie.

Se vuelven serenos inmersos en serenidad,

y en ese vacío, lo que se revela, creo,

es una de las más bellas experiencias:

la consciencia de la presencia

y la presencia de la consciencia.

Es consciencia pura;

es lo único que quizás nunca
podamos explicar en la ciencia.

No importa cuán hondo vayan, claro,
siempre tendrán que regresar.

Los dejé colgados ahí
en la oscura profundidad

a punto de atacar el largo camino
de vuelta a la superficie,

disculpen eso.

(Risas)

Pero esta será la parte
más física del buceo,

ya tuvieron el recorrido
libre hacia abajo

y ahora deben pagar su viaje de regreso.

Es aquí donde todo comienza:

¿bajaron demasiado hondo?

¿Estrecharon de más el cordón
umbilical a la superficie

a un punto donde se rompió en dos

y ahora no tienen
suficiente oxígeno para regresar?

Alto. Tienen que detenerse justo ahí.

Los pensamientos mismos
son frecuencias cerebrales

que consumen oxígeno en su creación,

y los pensamientos negativos,

se engendran como conejos duendes
que pululan toda su mente.

Si les cunde el pánico aquí y ahora,

consumirán todo lo que les queda
de oxígeno de un jalón;

en cambio, pueden contar las brazadas,

denle algo que hacer a su mente

de la misma forma que le darían
un chupón a un bebé.

Una brazada,

dos brazadas,

tres brazadas.

Tres brazadas, ¿cuántas más faltan?

No, tampoco piensen eso.

(Risas)

Otra vez, no pueden tener
ninguna expectativa del punto de llegada,

sólo hay una brazada, esta patada,

es el ahora, es el ahora, es el ahora...

De repente, sus músculos torácicos
se contraen, su torso se expande,

es un reflejo involuntario de respiración
que intentar llevar aire a la boca,

pero su boca y su glotis se quedan
bien cerradas mientras están en el agua,

así que no pasa agua;

en cambio, su diafragma
los jala debajo de su torso,

es como un puñetazo en el estómago,
que dice, "Necesitar respirar... pronto".

Pero no vean hacia arriba

Todavía no podrán ver la superficie.

Y si miran hacia arriba,

romperán su coordinación
y estrecharán su tráquea,

que está siendo como colapsada
por la presión negativa.

Esta es la parte más peligrosa
y delicada del buceo libre,

es cuando sus buzos
de seguridad bajan para verlos

y lo acompañan en esos metros finales.

La luz finalmente vuelve y con ella,
también su flotación,

permitiendo que se deslicen
por más tiempo en cada brazada

ya que el aire en
sus pulmones se reexpande.

Por fin, la superficie está a la vista,

y en esos últimos momentos,

gozan de la sensación
de volar por el líquido.

Están por despertar de su sueño,

de este viaje bajo la superficie,

bajo las olas y la turbulencia
de pensamientos

están por regresar al reino
de la consciencia pura,

y cuando lo hacen,

cuando toman su primer respiro

no lo harán simplemente
por ser un hominoide terrestre

que regresa a su elemento,

sino también, igualmente,

como un mamífero acuático
que sale por aire.

Toman un respiro ahora.

(inhala hondo)

Pruébenlo como si fuera el primero,

y sostengan esa consciencia
de las profundidades

conforme regresan a
la vida en la superficie.

Es por eso por lo que
hago buceo libre.

(Risas)

Gracias por hacer
el recorrido conmigo.

(Aplausos y ovaciones)