¿Qué se siente al ser un refugiado? | Belma y Refik Sadikovic | TEDxBoise

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Además de todas las estadísticas y debates sobre políticas, la experiencia individual de los refugiados es profundamente personal. Los refugiados bosnios Refik y Belma Sadikovic comparten sus historias aquí.

Belma Sadikovic es una académica emergente, activista apasionada de los derechos humanos y defensora de los refugiados a escala local y global.
En 2000, Refik fue reasentado como refugiado en Boise. Después de haber mejorado su propia vida en los EE.UU., trabaja para ayudar a otros refugiados y minorías a tener éxito académico y profesional.

Refik: ¿Cómo puedo en tan poco tiempo
compartir con Uds.

lo que significa ser un refugiado?

La definición estándar de refugiado
es cuando sales de tu país

debido al miedo y a la persecución.

Pero, "refugiado" significa mucho
más que lo que dicen los libros.

Significa escapar,
escapar y dejar todo lo que tienes:

tu familia, amigos, tu país,

por la guerra o por que
no tienes otra elección.

Belma: Pero, ¿qué se siente
al ser un refugiado?

Imagina tu vida y tu futuro
destruido por las bombas.

El sonido de las sirenas, los disparos,

ver gente que corre, que muere.

Te quedan solo unas pocas cosas: tus
recuerdos, la esperanza de protección,

y el deseo de una nueva vida
en un lugar seguro.

Pero no todos los refugiados
cumplen este deseo.

La realidad es que menos del 1 % de los
20 millones de refugiados del mundo

logra una reubicación en un nuevo país.

R: Muchos medios de comunicación actuales
y discusiones políticas

retratan las partes negativas de la vida
de los refugiados,

dejando fuera la lucha y los éxitos
de los refugiados.

Pero, para ampliar la historia, los llevaremos
a través del camino de un refugiado

usando nuestras historias
y etapas de reubicación.

B: El 7 de enero de 1993,

mi madre y yo escapamos de los horrores
de la guerra en Bosnia.

A los ocho años, dejé todo atrás:

mis amigos, mi familia
y mis sueños de infancia.

Recuerdo una noche que nevaba,
recuerdo a mi padre diciendo

"tienes que irte, pero no te preocupes
por mí. Yo me debo quedar".

Recuerdo los ojos llorosos de mi madre.

Fue la primera vez que experimenté
que lo que era ser refugiado.

R: Tenía una buena vida en Bosnia.

Iba al colegio,
disfrutaba la paz y la libertad.

Pero recuerdo un día en 1992,
estaba sentado en mi salón,

y de repente, bombas.

Nada volvió a ser igual que antes.

Después de esto, fui forzado a la guerra,
junto a todos mis compañeros de clase.

La guerra tomo todo lo que tenía,
incluso la vida de mi padre.

Dos años después, estaba gravemente
herido, y junto con otros 40 000 refugiados

me vi obligado a escapar de mi país.

Esta fue la primera vez que dejé mi hogar.
No tenía otra opción.

B: recuerdo la mañana en la que mi padre
contrato a un hombre

para que me llevara a mi madre
y a mí por la frontera.

Mientras me sentaba en el auto,
se me dijo que íbamos para Alemania.

Mediante el vidrio empañado vi como la figura
de mi padre se hacía más y más pequeña.

Con lágrimas en los ojos,
me despedí con la mano,

hasta que ya no podía ver a mi padre.

Nada tenía sentido.

R: Después de escapar de Bosnia, terminé
como refugiado en un campamento en Croacia

juntos con otros 40 000 refugiados.

Fuimos detenidos en medio de una
autopista por el ejército croata.

Estaba malherido, había escapado
solo hace una semana.

La esquirla que estoy sosteniendo en mi
mano entro por mi arteria hasta mi corazón

y de allí llego hasta mi pierna,
y se quedó allí por 15 años.

La situación en el campamento era horrible.

No teníamos atención médica, ni comida,
ni agua, ni un lugar para dormir.

Para sobrevivir, decidí dejar el campamento

y camine hasta Austria.

Recuerdo a mi madre diciendo

"Ve, salva tu vida.
No te preocupes por nosotros".

El viaje hasta Austria fue muy difícil.

Tuve que cruzar los campos minados
de Croacia, los ríos fríos y el bosque.

Pero, finalmente pude escapar de la
brutalidad de la guerra en Bosnia.

B: Mi primera experiencia como
refugiada fue en Alemania,

y mi segunda experiencia como refugiada
fue en Estados Unidos.

En Alemania, tenía garantizado
una estadía temporal,

y no podíamos regresar a Bosnia
porque era demasiado peligroso regresar.

Así que solicitamos venir a EE.UU.,

tomo casi dos años para ser reubicados.

Tenía 16 cuando llegamos a Boise.

Los primeros años fueron muy difíciles

para mi familia y para mí

porque no hablábamos inglés

ni entendíamos la cultura estadounidense.

Solo un mes después de llegar,
mis padres tenían que encontrar un trabajo.

Después de esto, encontraron un
segundo trabajo para llegar a fin de mes.

Yo también conseguí un trabajo
mientras que asistía al colegio.

R: Después de quedarme en Austria
durante tres años,

expiró mi estatus provisional
de refugiado,

y se me dijo que tenía que irme.
pero, ¿a dónde ir ahora?

Fui a la embajada estadounidense en Croacia,
y solicité ser asilado.

Después de dos años, me reubique en Boise.

Los primeros días en Boise fueron
muy difíciles porque no hablaba en idioma.

Recuerdo una vez yendo a Walgreens
y teniendo un momento muy difícil

para decir que necesitaba crema dental.

Pero cuatro semanas después, estaba feliz
por conseguir mi primer trabajo.

Recuerdo que en mi caso el gerente dijo
"Asegúrate de mantener el trabajo".

B: Siempre soñé con ir a la universidad.

y EE.UU. me dio la oportunidad
de proseguir con mi educación.

Con la ayuda de mi profesor, el Sr. B.

Fui capaz de terminar
el colegio exitosamente

y entrar a la universidad local.

y hoy, estoy terminando
mis estudios doctorales.

No solo se me dio la oportunidad
de proseguir con mi educación,

se me dio un regalo,

el regalo de ser defensora
de la población de refugiados

y la población marginada
de nuestra comunidad.

R: Desde que llegue a Boise hace 16 años,

trabajé arduamente para establecer
una nueva vida en mi nuevo país.

Estaba trabajando para el
departamento de ingeniería de Micron,

y fui alentado para ir a la universidad
y educarme,

la educación que había sido
destruida por las bombas en Bosnia.

Hoy, como estudiante doctoral,
soy muy feliz y puedo usar mi educación

y mis experiencias para ayudar
a mi comunidad a prosperar.

B: Como pueden notar en nuestras historias,
un refugiado solo quiere tener una vida:

una vida sin miedo, una vida sin guerra.

Pero la historia del refugiado
no termina con la reubicación,

nos integramos; nos convertimos
en ciudadanos estadounidenses,

crecimos, hicimos nuevos amigos,
y familia.

Esperamos que nuestras historias
ayuden a cambiar la mirada

de nuestra sociedad hacia los refugiados,
pues están escapando para salvar sus vidas.

Es momento para que nuestra nación
empiece a ver a los refugiados

no como pasivos, sino como activos,

no como carga, sino como posibilidades.

¿No es de esto de lo que
trata nuestro país?

Gracias.
R: Gracias

(Aplausos) (Ovaciones)