El otro lado del cambio climático que hay que debatir: cómo nos adaptaremos | Jessica Hellmann |TEDxMinneapolisWomen

Hay una parte del cambio climático que no estamos debatiendo y desarrollando lo suficiente, se llama "adaptación". Aunque sabemos cómo detener el cambio climático y deberíamos hacerlo, todavía no sabemos cómo vivir con él. Para que los seres humanos y otros seres vivos puedan sobrevivir y tal vez prosperar en un clima cambiante, necesitamos una generación de médicos para dicha adaptación que desarrollen terapias y estrategias que traten la enfermedad del cambio climático. Jessica Hellmann es la directora del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de Minnesota, una organización reconocida internacionalmente que trabaja para resolver grandes desafíos ambientales. Su investigación lideró un importante cambio de paradigma en la ecología y la gestión de los recursos naturales al demostrar que vivir con el cambio climático es tan crucial para el futuro de la humanidad y los ecosistemas de la Tierra como la desaceleración y la detención de las emisiones de gases de efecto invernadero. Hellmann normalmente asesora a diversas organizaciones gubernamentales y corporativas, colabora con frecuencia en revistas científicas punteras y es solicitada por los principales medios de comunicación como CNN, NPR, Fox News, The Telegraph y el Chicago Tribune con el fin de una visión experta sobre temas relacionados con cambios globales.

Esta charla fue dada en un evento TEDx usando el formato de conferencia TED, pero organizada de forma independiente por una comunidad local. Aprender más en https://www.ted.com/tedx

Gracias. Muchas gracias.

Saben, realmente no es una exageración

decir que la humanidad
va encaminada al desastre.

Esto es porque las emisiones humanas de
CO2, metano y gases de efecto invernadero

están calentando nuestro planeta,

cambiando nuestro clima e
incrementando los desastres climáticos.

Estos cambios ya están sucediendo.

Este año, el monzón
en India, Nepal y Bangladesh

mató o desplazó a miles de personas.

Este monzón es peor debido a un océano

cada vez más cálido
por el cambio climático.

Este verano en EE. UU.

tuvimos una ola de calor
que batió récords de temperatura

respecto a las temperaturas
más altas jamás registradas.

En algunos lugares de California
llegaron a los 50 º C.

Así pues, nosotros decidimos, nosotros,

a qué nivel de cambio climático
vamos a llegar

según cuántos gases de efecto invernadero
liberemos a la atmósfera.

Por eso pasamos mucho tiempo

hablando de las emisiones y sus límites,

y debatimos sobre cómo vamos
a cumplir con esos límites.

Pero estoy aquí para decirles, esta noche,

que hay otro lado del cambio climático,

que va más allá de cómo pararlo,

del cual no se oye hablar,

o no tanto como se debería.

Este otro aspecto del cambio climático
nos va a ocupar durante décadas,

para averiguar cómo llevarlo a cabo
y su puesta en acción.

La palabra para este otro lado
del cambio climático es: adaptación.

La adaptación engloba todas
las cosas, pasos, acciones,

que vamos a llevar a cabo
para vivir con el cambio climático.

Incluso si ponemos freno a las emisiones,

tendremos que encontrar maneras

para vivir con este nuevo clima
que hemos creado.

Imagínense que se despiertan mañana

y el 100 % de la población mundial

sufre de alguna enfermedad crónica grave.

¿Qué haríamos?

Haríamos campañas
de concienciación mundial,

conciertos benéficos,

invertiríamos en investigación
para una cura y maneras de vida

que hicieran la vida más manejable
frente a esta enfermedad.

Así es en realidad como
podemos pensar en la adaptación:

vivir la mejor vida que podemos
con una enfermedad crónica.

El problema es que, en realidad,
no tenemos muchos tratamientos

para esta enfermedad crónica

y, al mismo tiempo, miles de millones
de personas la padecen.

Esta disparidad merece
muchos conciertos benéficos.

Si vamos a tratar esta enfermedad
llamada cambio climático,

tenemos que saber a cuántas
enfermedades nos enfrentamos.

Hasta qué punto puede llegar.

Si dejáramos de emitir
gases de efecto invernadero hoy,

tendríamos un mundo que es,
más o menos, 1.5 º C más caliente

de lo que era
al principio de la revolución industrial.

De hecho, ya hemos calentado
el planeta más de 1º C

y este calentamiento causa
las olas de calor, las sequías y tormentas

y el calentamiento de los inviernos.

Estados fríos como Minnesota,

se están calentando más rápido
que otras partes de EE. UU.

Nuestros inviernos
se han calentado más de 2 º C

desde que nací

y no soy tan mayor como parezco.

(Risas)

Un calentamiento de más de 2 º C
en el invierno de Minnesota, por ahora.

Pero esta enfermedad
podría empeorar mucho.

Esta imagen muestra cómo sería el mundo

si continuamos en este camino
de emisiones de gases.

Este es un mundo de unos 3.6 º C
más caliente de lo que debería ser

en 100 años.

En la superficie, serían
unos 5 o 5.5 º C más caliente.

Y gran parte de este calentamiento
ocurriría en el Polo Norte.

Esta es sólo una instantánea en el tiempo.

El calentamiento continúa
más allá de 2100.

En este mundo más cálido,

Minnesota tendría 30 días cada año

de más de 35 º C.

Así que piénsenlo.

Es como tener los días más calurosos
durante todo el mes de agosto

todos los años.

En este momento tenemos
alrededor 10 días sobre 32 cada año.

Eso es desagradable;

los veranos calurosos son, sin duda,
desagradable para la gente,

pero esa cantidad de calentamiento,
ese 3.6 º C de calentamiento,

eliminaría el hábitat
para algunas plantas y animales.

Saben, por eso hablamos del oso polar.

El oso polar es
la imagen del cambio climático.

Es la imagen, lo crean o no,

no porque sea lindo o feroz
o peludo o salga bien en las fotos.

(Risas)

En realidad, es la imagen

porque en ese mundo 3.6 º C
más cálido, no hay hielo polar

y no hay otro lugar
al que pueda ir el oso polar.

Los biólogos piensan que
en ese mundo de 3.6 º C más cálido,

900 000 especies podrían enfrentarse
a la extinción, como el oso polar,

en tan solo cien años.

900 000 especies.

Y eso no cuenta las especies
que podría disminuir sin extinguirse

o el estrés de los hábitats o ecosistemas.

La cantidad de calentamiento
que acabo de mostrarles

es en realidad similar

a la diferencia que hay
entre el mundo que tenemos hoy

y el clima del mundo que teníamos
al final de la última Edad de Hielo.

Es decir, 3.6 º C

es la diferencia entre nuestro clima
y 1.5 km de hielo sobre nuestras cabezas.

El cambio climático para salir
de la Edad de Hielo llevó miles de años.

Este cambio climático llevará cientos.

Además, este cambio climático
está causado por personas,

pero esto es lo más importante:

la gente estará aquí
para experimentar las consecuencias.

Así que si queremos vivir
adecuadamente en el cambio climático,

debemos mantenernos alejados
de esos 3.6 º C.

Aunque todavía siga el debate
y la discusión sobre el cambio climático,

en realidad, sabemos muy bien:

el qué, el cómo, el dónde, el cuándo

sobre cómo detenerlo.

De hecho, detener el cambio climático
es realmente muy simple.

Todo lo que necesitamos
es una revolución económica.

Necesitamos electricidad limpia,

necesitamos un transporte limpio,

y también necesitamos
una agricultura sostenible.

Pero sabemos con exactitud
qué tecnologías son necesarias para ello,

y tenemos el conocimiento para hacerlo.

Bien,

es posible que no haya
la voluntad política de hacerlo,

y por supuesto, hay problemas
con los costes y con financiación,

pero sabemos exactamente qué hacer.

También conocemos
la magnitud del problema.

Sabemos que ya hemos emitido
3/4 de las 3700 gigatoneladas de CO2

que podíamos permitirnos
liberar a la atmósfera

si queríamos evitar
el calentamiento catastrófico.

Pero sobre la adaptación,
y la vida con el cambio climático,

no tenemos datos tan claros.

No tenemos una caja de herramientas
de tecnologías listas para usar.

Ni siquiera sabemos
cuánta adaptación necesitamos

ni cómo o dónde implementarla.

Es por esta razón
deberían haber escuchando

mucho más sobre
la adaptación al cambio climático.

Porque tenemos que resolver esa ecuación,

tenemos que diseñar los planes,

y elaborar las estrategias

que vamos a desplegar
en todas partes del mundo.

Cómo vivamos con el cambio climático
definirá el resto de nuestras vidas.

Así pues, qué hace un biólogo,
como yo, soy bióloga,

¿por qué estoy aquí hablando
del otro lado del cambio climático?

¿Cómo llegué a estar interesada
en la adaptación?

Me interesé estudiando mariposas,

y específicamente esta criatura.

Esta es la mariposa
de la bahía de Checkerspot.

Vive en el área
de la bahía de San Francisco.

Es una especie en peligro de extinción.

Hace tiempo, una de las poblaciones
más prósperas de esta mariposa

vivía en un lugar llamado
la Reserva Biológica de Jasper Ridge.

Pero el número de mariposas
en Jasper Ridge

decayó en picado
de miles de individuos a cero.

Sucesivos años calurosos y secos

fueron el clavo final
en el ataúd de Checkerspot

y la mariposa se extinguió.

Cada año estas mariposas
están en una carrera contra el tiempo.

Se alimentan de una planta
hospedadora que cada verano se seca.

Pero descubrí, como joven científica,

que hay otra planta con alimento
que es menos común

que dura un poco más cada verano.

Y descubrimos

que si la mariposa come esta planta,
menos común, pero más duradera,

sobrelleva mejor los años extremos.

Así que, para nosotros fue una revelación.

Se trata de una posible
estrategia de adaptación.

Es posible manipular

el hábitat de esta mariposa

fomentando esa planta de mayor duración

como método para que sea menos
sensible a los extremos climáticos.

Una estrategia de adaptación.

Este fue mi primer acercamiento
a una forma de manipular las condiciones

para mejorar un poco las cosas.

Esta mariposa es un pequeño ejemplo
de un importante tipo de adaptación:

manipular las condiciones locales para
reducir los efectos del cambio climático.

Pero esta estrategia
podría no ser suficiente.

Si el clima cambia
demasiado rápido, o demasiado,

podríamos necesitar
estrategias adicionales.

Así que permítanme presentarles
otra mariposa.

Esta es la mariposa Karner azul.

También está en peligro de extinción.

Vive en estos puntos negros
repartidos por los Grandes Lagos

y en el noreste.

Pero el clima que prefiere
esta mariposa se está moviendo.

Las condiciones de estos puntos negros
se dirigen hacia el norte.

En las próximas décadas,

el clima adecuado para las Karner
estarán en las zonas verdes.

Para 2080, la distancia entre
los puntos negros y las zonas verdes

serán de 480 a 640 km.

Es un largo camino que volar
para una pequeña mariposa.

Si no ayudamos a las Karner
a adaptarse a este clima cambiante,

si no las ayudamos a trasladarse cientos
de km, las podemos perder.

Así que esta es otra posible
estrategia de adaptación:

ayudar a que las cosas a que se muevan.

¿Cómo ayudamos a que
las cosas a que se muevan?

Podríamos construir caminos y corredores

que hagan que el paisaje sea
más permeable a la migración natural;

también podemos ayudar llevando las cosas
a donde tienen que estar.

A esto se le llama migración asistida.

Los humanos pueden llevar
una pequeña mariposa más lejos y rápido

de lo que puede moverse por sí sola.

Tal vez tengamos que ayudarles
a atravesar barreras,

como el roedor en peligro de extinción
de la bahía de San Francisco

de esta caricatura de Boston Globe.

Pero las mariposas y otras criaturas son
solo una parte de la adaptación,

también tenemos que ayudar a la gente.

Y como la mariposa Karner azul,

las personas pueden quedarse
desamparadas por el cambio climático.

De hecho, ya se ve a gente
alejarse de áreas

que están experimentando estrés climático.

En 2015, medio millón de personas cruzaron
el Mediterráneo al sur de Europa

y miles perecieron en el camino.

El flujo de refugiados
de África y Oriente Medio

podría crecer a decenas de millones
dentro de las próximas décadas

por la falta de cultivos y escasez de agua
causado por el cambio climático.

Y estos números, decenas de millones,
son muy, muy aterradores.

Pero la migración internacional

puede reducir la vulnerabilidad
de personas al cambio climático.

De hecho, si miramos datos recientes
de los últimos cinco años,

de las migraciones de personas,

y lo comparas con una medida
de vulnerabilidad al cambio climático,

en realidad, se muestra que
las recientes migraciones

redujeron los riesgos de cambio climático
a las personas en un 15%.

Como el movimiento
de la mariposa Karner azul,

la migración humana
puede ser una estrategia eficaz,

una estrategia de adaptación efectiva,

por supuesto, si se organiza bien;
si se maneja bien.

Y bien, ¿qué estrategia es mejor?

Gestionar un hábitat,
facilitar la migración

o cualquier otra estrategia.
Dependerá de la situación;

depende de lo que se trate lograr,

y de lo que se quiera proteger o rescatar.

Como una medicación que
tomarías para una enfermedad,

la adaptación tendrá efectos secundarios.

Cuando tomamos un medicamento,

lo hacemos cuando los beneficios son altos
y los efectos secundarios son bajos.

Y esto es también lo que
se debe hacer en la adaptación.

El problema es que, a menudo,
todavía no sabemos

cuáles son los efectos secundarios
o cuán grandes podrían ser.

Pero hay algunos casos

en que los efectos secundarios
son demasiado grandes e importantes.

Este es un ejemplo:

si vamos a luchar contra las olas de calor

con aires acondicionados que
se alimentan con combustibles fósiles,

¿los efectos secundarios?

Más cambio climático.

Esta no es
una buena estrategia de adaptación.

Una mejor estrategia

sería utilizar...

un método que tiene
menos efectos secundarios

o, tal vez, incluso efectos positivos.

Por ejemplo,

usar techos verdes o espacios verdes para
reducir los efectos del calor extremo.

Los techos verdes
atemperan en los días calurosos,

y reducen el riesgo de mortalidad
y otras enfermedades humanas,

y reducen la demanda
energética de los edificios.

Así pues, esta sería una estrategia
de adaptación más inteligente.

Empezamos a rascar
la superficie de la adaptación climática

acerca de lo que funciona y de lo que no
y los efectos secundarios

y cuán grandes estos podrían ser.

Incluso si detenemos
el cambio climático ahora,

tendremos que adaptarnos
en todas partes del mundo.

Y cuanto más cambio climático permitamos,
más adaptación necesitaremos.

Estimaciones recientes de la ONU sugieren

que la adaptación podría costar
500 mil millones de dólares al año

de aquí a 2050.

500 mil millones.

La adaptación
tiene sus límites, por supuesto.

La adaptación podría ser muy útil
para algunas especies y algunas personas,

pero no todos.

Con un mayor cambio climático,

no hay adaptación
que conserve el hielo para el oso polar.

Pero hay una cosa que sí sé.

Sé que necesitamos
una nueva generación de científicos,

políticos, trabajadores humanitarios,
y voluntarios que aborden la adaptación.

Porque necesitamos que estas personas
pongan en marcha intervenciones

en todo el mundo.

Necesitamos a esa gente

para diseñar y construir manglares
que protejan las comunidades costeras,

por ejemplo.

Y mi hija de 10 años
va a ser una de esas personas

porque vivir con el cambio climático

será una constante durante toda su vida.

Aunque sólo seamos un diminuto planeta
en un gigantesco universo,

los cambios que causamos
tienen implicaciones significativas

y grandes consecuencias
para las personas y la naturaleza.

Y a menos que encontremos
algún otro planeta habitable,

vamos a tener que vivir en este.

Así que quiero que sigamos hablando
sobre cómo detener el cambio climático.

Tenemos que hacerlo.

Tenemos la tecnología y sabemos
cuánta de esa tecnología es necesaria.

Tenemos que hacerlo.
Tenemos que hacerlo ahora.

Pero, también tenemos que hablar
del otro lado del cambio climático:

la adaptación.

Necesita mucha más atención.

Nuestro planeta necesita una generación
de médicos de la adaptación

que tratarán los síntomas
de la enfermedad del cambio climático.

Esta nueva generación

no sólo estará salvando mariposas
o ayudando a refugiados.

Salvarán la vida en la Tierra.

Miles de millones de vidas
y formas de vida,

millones de plantas y especies animales

dependen de ellos.

Gracias.

(Aplausos).