Cómo ultraderechistas y extremistas islámicos amplifican su retórica mutuamente | Julia Ebner | TEDxVienna

El incremento mundial del extremismo es una de las mayores amenzas de seguridad hoy en día. Ultraderechistas y extremistas islámicos han estado nutriéndose el uno al otro al amplificar mutuamente sus narrativas. Para contrarrestarlos, necesitamos contar mejores historias.

La investigación de Julia Ebner en la Fundación Quilliam, el primer centro de pensamiento contraextremismo del mundo, busca hallar soluciones más efectivas y sostenibles para atacar la amenaza terrorista en todo el mundo y analiza la conectividad entre extremismos.

En la mañana del 5 de abril de este año,

me desperté y vi cerca de
100 mensajes de odio

de ambos, simpatizantes de ultraderecha y
del islamismo extremo en mi Twitter.

Así, en vez de empezar el día
con un lindo mensaje de buenos días,

había recibido acusaciones,
insultos e incluso amenazas.

Esto fue el día después de publicar

mi primer artículo de opinión
en "The Independent"

sobre el controvertido tema
de Charlie Hebdo.

Pero bastante ingenua, mi primera
reacción debió haber sido algo como:

"¡Oh, Genial! La gente realmente
está leyendo mi artículo."

Y sólo después de que los líderes

de la ultraderechista Pegida y
una influyente red islamista extrema

comenzaron a atacarme simultáneamente

comencé a sentirme un poquito incómoda.

Aún así, pensé, "Al menos, si todos
los extremistas están preocupados,

debí haberlo hecho bien"- ¿Cierto?

Entonces algo extraño ocurrió,

algo que realmente me confundió.

Se desarrolló una dinámica bizarra

entre los ultraderechistas y
los extramistas islámicos,

cuando comenzaron a interactuar entre sí

y a usar sus argumentos contra mí.

Primero no podía creerlo.

¿Estaban ultraderechistas y
extremistas islámicos

realmente colaborando en mi contra?

Eso parecía muy absurdo.

Pero después de ver con atención
lo que ellos escribían en Twitter,

comencé a darme cuenta de que
esto tenía su perfecto sentido de ser,

porque básicamente estaban
contando la misma historia,

pero desde una perspectiva diferente,

mientras yo era quien
contaba una historia diferente.

Y, quiero decir, yo no tiendo a dar
cumplidos a los extremistas,

pero si hay algo en lo que
son muy buenos,

es contando historias.

El arte de contar historias
y de crear narrativas en común

es más poderosa que cualquier otra cosa.

Una lucha de poder

no es nada más que una competencia
por quién cuenta la mejor historia

porque aquel que determina
el patrón dominante de la narración

puede movilizar y controlar las masas.

Esto no es necesariamente algo malo.

La creación de historias comunes,
mitos y narrativas

ha sido un motor importante
en la evolución de la humanidad.

Nos ha permitido
cooperar en grandes números,

y vivir juntos en grandes comunidades.

Pero también se ha abusado
y explotado de ello.

Lamentablemente,
esto ha resultado ser mucho más fácil

con la creación de Internet
y las redes sociales.

Mientras siglos atrás, las historias eran
generadas y transmitidas por generaciones,

y el desarrollo de nuevas
narrativas estaba reservado

para los más privilegiados de la sociedad,

hoy, prácticamente cualquiera
puede difundir la historia

a nivel global y a la velocidad de la luz.

Hipotéticamente, un crítico de comida
argentino puede provocar una manifestación

contra los KitKats de té verde en Japón.

directamente desde su dormitorio,
en cuestión de horas.

Ahora, para el perjuicio de todos,

aquellos que han capitalizado la mayoría
de esas nuevas oportunidades

no son críticos de comida argentinos,

sino son ultraderechistas y
extremistas islámicos.

Y con sólo un vistazo al incremento
de la ultraderecha en Europa

es suficiente para ver cuán
exitosos han sido ellos

en contar y vender
sus historias en todo el mundo.

Ahora, ¿por qué pasa esto?

Su primera ventaja está
basada en la simplicidad.

En un mundo cada vez más complejo,

las narrativas en blanco y negro que
eliminen las confusas areas grises

pueden ser aliviadoras.

A todos nos encantan
las cosmovisiones binarias.

Sólo piensen en las películas más exitosas
de la historia: "Star Wars."

Tiene el lado luminoso
y oscuro de la fuerza.

Es simple.

Yo entendí esa narrativa a los seis años,

y pensé que era genial.

Veo alguien en la primera fila que
también cree que es genial.

(Risas)

Su segunda ventaja está, de hecho,
basada en generar empatía.

Aparentemente, mostrar a un hombre
apuesto sosteniendo un gatito

con el fondo de una romántica
puesta de sol

no es una estrategia exclusiva
para aplicaciones de citas como Tinder.

Obtuve esta imagen directamente
del último número

de la revista oficial de propaganda
de ISIS "Dabiq".

Así como pueden ver, incluso
extremistas islámicos

han comenzado a usar esta tendencia.

Esto es lo que yo llamo el "Efecto Tinder"

Y bueno, supongo que Trump está
esforzándose por estar al día.

Creo que todavía tiene que trabajar
un poco la parte de ser apuesto.

(Risas)

Pero la meta de esto es obvia.

En el caso de Tinder, Dabiq
y las campañas de Trump,

es generar empatía
con el público objetivo.

Y funciona.

Ahora, el tercer, y probablemente
más importante, ingrediente

de las recetas para el éxito extremista

es la coherencia,

mientras que las narrativas del sistema
están lejos de ser coherentes.

Sólo piensen en los principios de
libertad, igualdad y fraternidad francesa.

Ya nadie cree en ellos desde la reciente
prohibición de burkinis, ¿cierto?

Al menos, Le Pen e ISIS parecen
estar sujetos a sus principios,

y, de hecho, sus historias
no sólo hacen sentido por sí mismas,

también son consistentes con
la cosmovisión de otros extremistas.

Los extremistas islámicos nos dicen que
Occidente está en guerra con el Islam,

mientras que los ultraderechistas dicen
que el Islam está en guerra con Occidente.

Bueno, Uds. son
perfectamente complementarios.

Si volvemos a nuestro ejemplo de Star Wars

ya bien Uds. estén en el lado
luminoso u oscuro de la fuerza

no cambia realmente la historia.

Lo único que lo hace es la perspectiva.

Es lo mismo para ultraderechistas
y extremistas islámicos.

Ellos están en la misma película,
armando la misma historia,

y así ayudándose el uno al otro
como relatores.

Permítanme mostrarles
cómo se ve esto en la práctica,

porque esto es lo que nosotros
llamamos radicalización recíproca

o conectividad entre extremistas.

Y esta simbiosis entre ultraderechistas
y extremistas islámicos

se hace más obvia cuando vemos
el mundo en línea,

por ejemplo, Twitter,

donde los extremistas usan los mismos
hashtags antisistema,

e incluso se recitan el uno al otro
como pueden ver aquí.

Un usuario de Twitter, que proclama
la retórica del islamismo extremo,

ha configurado totalmente su cuenta
en referencia a Tommy Robinson,

creador del movimiento de ultraderecha
en Reino Unido,

la Liga de Defensa Inglesa,

y ahora líder de UK Pegida.

Son básicamente idénticos.

ISIS y al-Shabaab, ambos han usado a Trump
en sus videos de propaganda,

mientras Marine Le Pen fue investigada
por la policía el año pasado

por compartir material de ISIS.

Así, en resumen, sus cámaras de eco
interactúan y amplican el relato del otro.

Ahora, ¿qué ocurre en el mundo real?

Estadísticamente hablando,
podemos ver una correlación

entre la aparición de ataques de
ultraderechistas y extremistas islámicos.

Parecen aumentar casi al mismo tiempo.

Por supuesto, esto no nos dice nada
sobre la causalidad

o la dinámica exacta
detras de esa correlación.

Pero cuando miramos detenidamente
algunos de los casos,

podemos ver focos bastante graves
de radicalización recíproca.

incluso a través de Europa.

Las ciudades Británicas de
Portsmouth, Luton, Dewsbury,

Côte d'Azur en Francia,
Wuppertal en Alemania,

son todas caldo de cultivo mutuo,

y algunas de las dinámicas
son muy preocupantes.

En Luton, por ejemplo,
hemos visto el aumento

de muchos grupos ultraderechistas
y extremistas islámicos.

Y, de hecho, algunas de sus acciones

han alimentado directamente
la base del éxito de los otros.

Por lo tanto, sí, quizás después de todo
no sería tan absurdo

ver a Trump y al-Baghdadi
celebrar juntos sus trinfos.

Pero, ¿qué significa
todo esto para nosotros?

Significa que sólo podemos ganar la guerra
de los mundos contra los extremistas

si simultáneamente desfiamos
ambas visiones de mundo binarias.

Eso significa que la victoria
de Donald Trump

y los líderes ultraderechistas en Europa

también podrían fortalecer
la insurgencia jihadista global

y así exacerbar la amenaza terrorista que
enfrentamos en los países occidentales.

La primera palabra clave aquí es,
por supuesto, educación.

Necesimos enseñar el
pensamiento crítico en las escuelas,

así las generaciones futuras
sepan identificar

las técnicas engañosas usadas
por los narradores extremistas,

para ver más allá de sus relatos
en blanco y negro

que están basados en la
victimización del "nosotros"

y la demonización del "otro,"

y explorar las áreas grises
de la realidad.

La segunda parte de la solución
es la comunicación.

Debemos abordar el gran vacío perceptual
que existe entre los medios y la realidad.

Aunque los ataques de extremistas
de ultraderecha son más frecuentes,

los ataques de extremistas Islámicos son
más amenudo publicados en la prensa.

Cuando el Británico MP Jo Cox,
fue asesinado

por el terrorista de ultraderecha
Tommy Maher,

la mañana del referéndum del Brexit,

la prensa fue reacia a
calificarlo como terrorismo.

Si el autor hubiese gritado "Allahu Akbar"
en vez de "Britain First,"

esto hubiese sido completamente
diferente, ¿cierto?

Ahora, esto es muy conveniente
para los extremistas,

quienes usan la indignación causada
por cosas como éstas

para reclutar a musulmanes marginados
para sus causas violentas.

Todo lo que la ultraderecha
tiene que hacer

es traducir el miedo generado por
los ataques de extremistas islámicos

de vuelta a la indignación.

Es un círculo vicioso
perfectamente coordinado.

Y dado que estamos en un círculo,

también significa que el antes
es igual al después,

o sea que la reacción es igual
a la prevención.

Y la reacción tiene lugar
en todos los niveles:

los políticos, la prensa,
la sociedad civil.

Todos determinamos cómo
se ve el resultado.

Todos damos forma al relato.

Nosotros, como sociedad,
como maestros, estudiantes

como electores, padres, hijos e hijas,

necesitamos volvernos más proactivos
contando historias distintas y mejores

que puedan juntar en lugar de
dividir nuestra sociedad,

y que enfatice lo que tenemos en común
en lugar de nuestras diferencias.

Cada historia tiene
un protagonista y un antagonista,

pero, ¿quién dice que el antagonista
tiene que ser un humano?

Porque mientras
el antagonista sea humano,

la consecuencia lógica para
una acción colectiva

es siempre una guerra o un genocidio.

Pero, ¿habrá una idea distinta?

¿Y si reempazamos al antagonista
humano por uno abstracto,

un desafío global, por ejemplo?

Tenemos más que suficiente de esos:

cambio climático, pobreza,
desigualdad, hambruna.

Si lo prefieren, podemos
tomar algo más sencillo,

como la guerra contra atascos de tráfico,
la pasta recocida o el café mediocre.

(Risas)

Ahora, allá afuera, ya hay algunas
iniciativas dirigidas por la sociedad

que han sido bastante exitosas.

La red de "Familias Contra el Terrorismo
y Extremismo"

ha reunido familias de víctimas
de ambos, jihadismo y terrorismo,

quienes han juntado fuerzas en la lucha
de un enemigo en común, el odio.

Y si usamos esto como una inspiración

para la narrativa de la humanidad
contra el odio.

Ahora, si eso funciona, Twitter sería
un lugar aburrido,

y yo no recibiría mensajes de odio
nunca más.

Pero eso me suena como una buena historia

y una donde podría haber un final feliz.

Y, ¿por qué no van afuera
y cuentan sus propias historias?

e idealmente aquellas donde
la humanidad no lucha contra sí misma,

sino donde se reúne
contra una amenaza en común.

Gracias.

(Aplausos)