Recurran a los 10 000 | Noor Tagouri | TEDxFoggyBottom

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Después de lanzar una campaña en la redes sociales que ha sido reconocida a nivel internacional, Noor está decidida a conseguir su sueño de convertirse en la primera presentadora de televisión en Estados Unidos que lleva un hiyab. Al tiempo que ella misma derriba barreras, Noor Tagouri inspira a otros a hacer lo mismo para que puedan brillar con luz propia.

Me llamo Noor Tagouri

y estoy acostumbrada a ser
casi siempre el tema tabú:

una mujer árabe

que lleva un hiyab,

que quiere ser
presentadora de noticias

que seguramente tenga bufandas

como para abrigarse durante
17 inviernos árticos.

(Risas)

Pero hoy, es un honor estar
en esta sala llena de gente

que cree en liberar al espíritu rebelde
que hay en nosotros.

Mi historia comienza
en el primer curso.

Entré en mi clase

y me di cuenta que solo había
otra chica de pelo oscuro.

Me senté a su lado y susurré:

"¿Eres musulmana?"

(Risas)

Me miró raro

y respondió: "¿si soy qué?

Y desde aquel día,
durante los 10 años siguientes,

pasé por una crisis de identidad
paralizante.

Al entregar formularios para clase

en los que preguntaban si hablábamos
otros idiomas en casa

ponía el mío al final del montón,

para que no supieran

que hablaba árabe.

Cuando mis amigas preguntaban por qué
mi madre llevaba eso en la cabeza

decía: "No lo sé".

Y cuando llegaba la fiesta
del final del Ramadán

esperaba a después de Navidad
para usar mis regalos

porque quería que mis amigas pensaran

que también tenía regalos de Navidad.

Y cada vez que pienso en esto,

me gustaría volver y zarandearme

y decir: "¿En qué estabas pensando?"

Pero no estaba pensando,

por lo menos no por mí misma.

Me estaba dejando llevar.

Porque todavía estaba entendiendo

lo que significaba librar
una rebelión personal.

Cuando pensamos en una rebelión,

pensamos, unos son rebeldes
por naturaleza

y otros viven de manera pasiva
y conformista.

A menudo comparamos rebelión
con resistencia,

u oposición:

teñirse el pelo de verde
y quemar sujetadores en un palo.

Pero eso no es del todo cierto.

Yo creo en la rebelión
como una forma de honestidad.

Ser nuestro yo más auténtico

es ser rebelde.

Ahora quiero que por un momento

piensen en la mejor versión
de Uds. mismos.

Su yo soñado.

Su yo más verdadero.

A esto se le llama "tu leyenda
personal",

y hace tiempo que todos
conocemos nuestras leyendas.

Es quien siempre quisieron ser,

lo que siempre quisieron conseguir.

Y sabemos que vivir nuestra
leyenda personal

es la única manera de vivir

una vida gratificante.

Ahora vamos a hacer algo juntos.

Miren a quien tienen al lado

y tomen un par de segundos,
literalmente,

porque tengo el tiempo contado,
un par de segundos

para contarles su leyenda personal.

¡Empiecen!

(Público hablando)

Bien, chicos,

hora de compartir leyendas personales.

(Público hablando)

Mi leyenda personal apareció

cuando tenía unos 8 años.

Al volver del colegio,

tiraba la mochila en el suelo

e iba corriendo al salón
a ver Oprah con mi madre,

a las 4 en punto, todos los días.

"¡Así se hace!"

(Risas)

Sé que todo el mundo adora a Oprah,

como tú,

pero yo realmente la adoraba:

cómo hacía las preguntas,

cómo impulsaba a la gente a contar
sus historias más personales,

y cómo hacía que todos se sintieran
tan cómodos en sus asientos.

Yo quería hacer eso.

Quería ser ella.

Sentía una pasión intensa por
hacer preguntas y contar historias.

Y por suerte, mis padres

se dieron cuenta,

Mi madre me llevó a campamentos
de escritura y pasantías

mi padre me explicaba las noticias

y me llevaba a ver a reporteros

a los que admiraba mucho.

Cuando vivía en esa pequeña ciudad,

nunca jamás

pensé que algún día llevaría el hiyab.

Pero cuando tenía 15 años,
nos fuimos de esa ciudad

y justo a la salida
de Washington DC,

me puse el hiyab impulsivamente,

decidida a resolver
mi crisis de identidad.

Me había documentado
y sabía que en EE.UU.

nunca había habido una mujer

que llevara el hiyab

y fuera reportera en televisión.

Así que me decidí a que sucediera.

Quería empezar con ventaja,
así que empecé a trabajar

en un periódico local

estudié en casa el resto
de la secundaria,

empecé la universidad a los 16,

me convertí en una invitada habitual
en el Huff Post Live

y luego fui bloguera
en el Huffington Post.

Y después en la universidad
pasó algo genial.

Descubrí una pasión
por la poesía hablada

a través de mi mentora y una
de mis mejores amigas, Jenahi.

Y unos días después de cumplir 18 años,

recé lo que en el Islam
llamamos istikhara,

una oración de orientación,

y pedí a Dios que me guiara
en mi trayectoria profesional.

A la mañana siguiente
de rezar esa oración,

tenía una actuación de poesía
por el Día Mundial del Sida

y después de mi actuación

una mujer subió al escenario,

me quitó el micro de las manos
y delante de todos, dijo:

"Noor, ¿tienes un título
de periodismo televisivo?

"¿Sí?"

"Me llamo Justine Love

soy la directora de Comunidad
y Asuntos Públicos,

y me gustaría que entraras como becaria

en la radio de la CBS en Washington".

(Aplausos)

Ni siquiera puedo explicar
lo que sentí ese día.

Pero bueno, eso se convirtió en unas
prácticas que me cambiaron la vida

que pasó a ser un puesto como técnico

y después como periodista.

Después estudié periodismo
en la Universidad de Maryland.

Y durante este tiempo, fui aprendiz
de periodistas y me reunía con ellos.

Y después de cada reunión,
les preguntaba,

"¿De verdad crees que tengo
probabilidades de conseguirlo?"

Algunos decían:

"Sí, ¿por qué no?"

Otros decían:

"La verdad es que no. ¿En serio es
tan importante para ti esa bufanda?"

Otros dijeron:

"¡Claro que lo conseguirás!"
"¡Tiene que suceder!"

(Aplausos)

Así que un día, cuando era

aprendiz de una reportera local,
Jummy Olabanji,

que es una gran amiga de la mujer de
la que fui becaria en la CBS, Sunny,

me senté en el asiento del presentador,

para ver qué se sentía.

Ella sacó su iPhone y sacó una foto.

Y ahora creo en la ley de atracción,

y que si pones buenas intenciones
en el universo,

el universo conspirará para ayudarte
a convertirte en tu leyenda personal.

Así que combiné esta profunda creencia

con un post en Facebook.

(Risas)

Y lo titulé "Así es como se ve mi sueño",

y estaba decidida a hacer

de esa visión una realidad.

Una mañana me levanté,

y esa foto se había hecho viral.

Decenas de miles de personas en todo
el mundo la estaban compartiendo.

Y recuerdo -- lo hablaba
con mi madre hace poco --

que actualizábamos la página,

y los números seguían subiendo,

y decíamos: "¿Qué está pasando?"

Fue realmente increíble.

Ahí fue cuando me di cuenta

del poder de vivir persiguiendo un sueño

una meta,

una leyenda personal.

Me reuní con mi familia

y queríamos involucrar a más gente.

A mi prima Danya se le ocurrió:

"Deja que Noor brille".

Mi nombre, Noor, significa "luz",

y estábamos decididas a que
las luces de otros brillaran.

Deja que Noor brille creció muchísimo.

Gente de todo el mundo compartía

sus sueños, sus experiencias
y sus luchas.

Nos convertimos en una comunidad de
espíritus vulnerables y apasionados.

Y crecimos,

a escala global.

Ahí fue donde entendí

el poder de las redes sociales

y cómo conectar con gente
en todo el mundo,

y agarrarse de la mano, manos virtuales,

era un poder y un movimiento por sí solo.

Esta historia me llevó
a viajar por todo el mundo,

y la compartí con gente que
nunca pensé que conocería,

y aprendí y compartí historias
que nunca soñé contar.

Tomé mi cámara y el equipo y trabajé
en mis habilidades como reportera,

a petición de mi increíble mentora Manny,

y empecé a cubrir
historias increíbles,

Pude cubrir

la primera concentración del Papa
en el Vaticano en Italia,

la expansión de la Meca en Arabia Saudí,

el conflicto de las mezquitas
en Tennessee,

la lucha de la gente indígena
en Indonesia,

y la trata de blancas en Washington DC.

Poco después de graduarme
en la Universidad de Maryland,

encontré un trabajo como reportera local

en una cadena de televisión en Maryland.

Y realmente entendí, con este trabajo
y el de la radio,

que mi trabajo y mi deber como
periodista árabe musulmana de EE.UU.

va mucho más allá de corregir la forma
de decir nombres de Oriente Medio.

(Risas)

Soy la voz que explica mi religión,

que aclara el contexto
de los matices culturales,

y que se asegura de que cuando
informamos de historias sobre

grupos terroristas como ISIS,

informemos de una manera

en la que no se generalice

a la población musulmana

ni se les asocie
con esos grupos horribles,

y sobre todo, que el pañuelo
que llevo en la cabeza

no significa que sea sumisa,

o que esté siendo oprimida,

de hecho, me otorga poder

para desmitificar el estigma

que rodea a las mujeres musulmanas.

(Aplausos)
(Ovación)

Este trasfondo aporta la diversidad

que se necesita tan desesperadamente
en las redacciones.

Vivimos en un país en el que están
todos los orígenes raciales y étnicos

que se les puedan ocurrir.

Pero desafortunadamente,
eso no se muestra mucho en los medios,

sobre todo en las noticias.

Pero la cuestión es que
somos narradores de historias.

¿Cómo podemos permitir que esa narración

sea contada constantemente por gente

que no entiende las culturas
y orígenes de las personas

involucradas en esas historias?

Y sí, puede que yo sea una pequeña voz

en un par de redacciones locales

pero ese... ese es mi trabajo.

En una entrevista que hizo Oprah
en la Universidad de Stanford

citó a Maya Angelou, y dijo:

"Soy una, pero represento a 10 000".

Y la primera vez que lo escuché lloré,

porque por fin entendí lo que significaba

ser algo más que un cuerpo,

ser algo más que una mujer,

ser algo más que musulmana o árabe,

ser más que una narradora de historias.

Entendí que cada uno de nosotros

tiene la responsabilidad moral

de vivir para algo más
que nosotros mismos.

Somos uno entre esos 10 000.

(Aplausos)

Somos uno entre esos 10 000,

y tenemos que serlo

por nuestro linaje,

por nuestra patria,

por nuestro género

y por nuestra identidad racial.

Y hoy, les pido a todos

que recurran a esos 10 000,

a las leyendas que los precedieron.

A sus ancestros.

A las mujeres que
forjaron nuestro camino.

Les pido que usen esa fuerza
y disfruten de ella

y que sigan siendo auténticos.

Y rezo para que cuando

cada uno de Uds.

salga de esta sala hoy,

pueda usar esa fuerza

y seguir con su leyenda personal

y que esté más cerca de alcanzarla.

(Aplausos)

y ojalá (inch'allah), si Dios quiere,

todos nos rebelemos con valentía.

Gracias.

(Aplausos)