Soy arqueólogo, pero no empecé así.
En realidad, cuando era pequeño,
pensé que sería ingeniero.
Me gustaba desmontar cosas
y a veces montarlas de nuevo.
Pero, al crecer, empecé a ver
partes del mundo
que no podía explicar
desde una perspectiva de ingeniero,
que tiende a explicar cómo
funcionan las cosas, no por qué.
Vi unos montículos indios,
montículos hechos por gente prehistórica
que se pueden encontrar
en los bosques de Wisconsin.
Y algunos de estos montículos
son realmente espectaculares.
Por ejemplo, este es
un montículo con forma de efigie,
en este caso, un pájaro gigante.
Lo hizo una comunidad prehistórica.
Se juntaron para hacer
esta figura de pájaro,
y tiene también componentes funerarios.
Me llevó a preguntarme:
¿por qué lo hicieron?
¿Por qué se unieron en este lugar,
en ese momento,
para construir estos montículos?
No siempre construían montículos,
y no los construían en todas partes.
De hecho, el 99 % de los montículos
de efigie están en Wisconsin.
¿Por qué construirían estos montículos
en un lugar frío como Wisconsin?
¿Por qué no harían otra cosa,
como conseguir comida?
Entonces me pregunté: ¿por qué lo harían?
Empecé a ver el mundo
y a aprender más sobre él.
Hay muchos lugares y momentos
en los cuales la gente forma comunidades
para construir cosas realmente
espectaculares en todo el mundo.
Lo vemos en Norteamérica,
en Europa, en el sur de Asia.
Estos monumentos espectaculares
están en todo el mundo.
Y me pregunto: ¿por qué
la gente los construye?
¿Por qué se unen en ciertos lugares
y momentos, en una comunidad,
para construir estas cosas?
¿Qué ocurre aquí?
Porque, en cierta manera,
son un poco raras, un poco locas.
¿No sería mejor concentrar los esfuerzos
en supervivencia, comida, reproducción?
Pero la gente lo hace.
Puede ser una pregunta importante
porque algunas de las cosas que hacen
son casos espectaculares
de actividad prehistórica conocida,
de logros humanos.
Y también pensé
que si podemos resolver esto,
si comprendemos el pasado,
también podremos comprender
cuáles fueron las condiciones
que empujaron a la gente
a unirse para hacer esto.
Si las comprendemos, podremos
asegurarnos de que nuestra sociedad,
tenga esos ingredientes
y quizás podríamos unirnos para
hacer cosas y la gente del futuro dirá:
"¡Guau! Es una hazaña impresionante".
Entonces pensé que esta era una manera
de mirar al pasado y también al futuro.
Estas preguntas me hicieron
dejar la ingeniería.
Enseguida cambié de carrera,
lo que no hizo muy feliz a mi padre,
que era profesor de ingeniería.
Pero...
me llevó a un camino muy diferente
y me convertí en arqueólogo.
Y como arqueólogo,
como profesor en Cal State Long Beach,
tuve la oportunidad de estudiar
aspectos del mundo
que me interesaban.
Elegí un sitio que parecía
el más ridículo de todos:
la isla de Pascua.
Es una isla diminuta,
también conocida como Rapa Nui,
en la lengua local,
en el medio del océano Pacífico.
Está a 3500 km de la costa de Chile,
a 2000 km de las islas de la Polinesia.
Es una isla muy pequeña en el medio
de la nada, y es diminuta:
solo mide 24 x 12 km,
una diminuta isla en medio
del océano Pacífico.
Y aun así, en esta isla pequeñita
podemos encontrar los ejemplos
más espectaculares
de construcciones de monumentos
prehistóricos del mundo.
En el sitio mas inverosímil, tenemos
una arqueología extraordinaria.
Y esta arqueología es muy famosa:
la estatuas que se hicieron allí
se llaman "moáis",
y la altura de estas estatuas varía
entre los 2 y los 10 metros.
El peso de estas estatuas de piedra
llega hasta 70 toneladas
y las pusieron en inmensas plataformas
que se llaman "ahu".
Es una de las arqueologías
más espectaculares,
simplemente asombrosas
en este sito diminuto.
¿Qué es lo que ocurre aquí?
¿Por qué haría esto la gente?
Bien, mucha gente conoce
la isla de Pascua por sus monumentos
y la historia que se ha generado
a su alrededor.
Y se ha hecho muy famosa
por el libro "Colapso" de Jared Diamond.
En este libro dice que
estas estatuas son responsables
de la desaparición de la población,
y no un logro que los ayudó a triunfar.
La historia de "Colapso" dice
lo siguiente, en cinco pasos:
primero, había un bosque
de palmeras en la isla,
y lo sabemos a partir
de los restos botánicos,
prueba de un inmenso
bosque de palmeras que existió allí.
Creemos que la gente
llegó allí en el siglo XIII,
y empezaron a hacer lo lógico:
despejar terreno, tener más gente
y crecer, como todas
las comunidades humanas.
Y mientras tanto,
en un momento dado,
empiezan a hacer los moáis.
Y no son construcciones
que hagan una sola vez,
lo cual sería asombroso,
sino que empiezan a hacer más y más,
y cada vez más grandes,
y hay 1000 estatuas en la isla,
para darles una idea de la cantidad
de energía que dedicaron a esto.
En cierta manera, pueden imaginarlo
como una obsesión,
la gente quiere más y más moáis,
y los hacen sin reparar
en las consecuencias.
Y se cree que esa indiferencia
por el medio ambiente
es lo que causó la destrucción
de los recursos de la isla,
en particular del bosque de palmeras.
A la larga, la destrucción ecológica
lleva a una escasez de alimentos,
que a su vez lleva a la guerra
y al final al canibalismo.
Esta es la historia central de "Colapso"
y el resultado es, por supuesto,
el colapso de la sociedad.
Y los europeos vieron esto:
cuando miramos el paisaje,
encontramos estatuas caídas, ningún árbol,
como restos de lo que potencialmente
era una gran sociedad,
pero los moáis fueron responsables.
La relación clave entre
la construcción de los moáis
y este fracaso es lo que guía
esta historia de colapso.
La obsesión por los moáis causa
una regresión cultural que cae en picada,
según las palabras de algunos autores.
Esta era mi visión cuando
fui a la isla de Pascua por primera vez,
cuando tuve la oportunidad
de estudiar allí en 2000.
Fui a la isla y quería hacer
trabajo de campo para entender
por qué la gente haría esto.
Desde luego que la gente no llego allí
con la intención de destruir la isla.
Como era gente exitosa,
se mudaron allí en busca
de nuevas tierras,
para fundar familias
y construir comunidades.
Así que fui a la isla y empecé
a estudiar las estatuas
para entender cómo las movieron
y cuán grandes habrían sido
las comunidades que las construyeron.
Pero también hice excavaciones
sobre los primeros habitantes de la isla,
para ver lo que comían y cómo vivían
cuando llegaron a la isla.
Obviamente, no tenían
la obsesión por los moáis,
así que quise ver cómo llegaron
a este camino de destrucción.
También hice trabajo
de reconocimiento en la zona,
e investigué dónde
están distribuidos los moáis,
cómo viven las comunidades,
dónde viven, dónde están las casas, etc.,
para comprender la sociedad
en su conjunto en la prehistoria.
Y lo que encontré tras 10 años
de trabajo en ese lugar
realmente me sorprendió.
No pensé que fuera a ser el caso,
y todavia es polémico hoy,
pero, básicamente, el caso es:
no hay prueba alguna de que haya habido
un colapso demográfico en Rapa Nui.
Causa sorpresa.
Uds. dirán: "Claro que la hubo.
Es la esencia de la historia;
todo el mundo lo sabe".
Pero sobre el terreno,
no encontramos ninguna prueba
que diga que hubo una gran guerra
y que la isla se destruyó a sí misma.
Vemos algo muy diferente.
Hay cosas que la gente considera
como evidencia de guerras.
Existen los "mata'a",
que son útiles de obsidiana,
de los que encontramos
de a miles por toda la isla.
Y a menudo se dice que son armas
de destrucción masiva
que estaban implicadas en la guerra
y la gente las usó para matarse entre sí.
Cuando los observamos de cerca,
no encontramos lo que esperamos
ver en armas letales,
como puntas afiladas
para apuñalar a la gente,
o cosas que sirven para matar gente.
En lugar de ello encontramos
objetos muy irregulares
que no servirían de mucho para apuñalar.
Encontramos indicios de desgaste,
pues esas cosas se usaron en la tierra.
Son indicios de uso en el cultivo.
Así que, más que armas
de destrucción masiva,
son más bien los restos
de actividades de cultivo
y uso de la tierra,
es decir, lo contrario
de las historias que se cuentan.
Una de las cosas que ocurren aquí
es que parte de la idea
del colapso prehistórico
viene de la confusión sobre lo que ocurrió
después de la llegada de los europeos.
Lo que sabemos, en base
a documentación sólida,
es que en el siglo XVIII,
el contacto europeo tuvo como resultado
un colapso demográfico catastrófico.
Y está muy bien documentado.
Tenemos muchos documentos
históricos que indican
que la gente de Rapa Nui se relacionó
con los europeos que llegaron,
quienes transmitieron
enfermedades a los Rapa Nui,
y que gran cantidad de la gente
de Rapa Nui murió.
Una historia realmente catastrófica.
Eso ocurrió en muchos lugares,
en muchas islas y partes del mundo,
debido a las diferencias e historias
de la gente de Europa y de la Polinesia.
En los documentos históricos
se ve el impacto directo de esto.
En 1722, Jacob Roggerveen,
que era un capitán holandés,
fue el primer europeo en llegar a la isla.
Cuando llega allí, estima que hay
unas 3000 personas en la isla
y las describe como sanas
y robustas, de buena salud.
Después de eso, empezamos
a ver cada vez menos.
El capitán español González ve unas 2000,
Cook ve aún menos,
y las cifras en el siguiente siglo
se reducen cada vez más
hasta 1877,
cuando solo hay 111 Rapa Nui
vivos en la isla.
La población pasa
de 3000 personas sanas
a 111 plagadas de enfermedades
y con dificultades para sobrevivir.
Y la gente que vive en la isla hoy
desciende de esas 111 personas.
Está bien documentado,
así que sabemos lo que ocurrió.
Y también podemos ver el impacto
de esas enfermedades en el entorno
y a menudo se lo atribuye
erróneamente al colapso prehistórico.
La gente suele decir:
"¡Claro que hubo un colapso prehistórico!
Observemos el entorno;
las estatuas se han caído.
Las estatuas se cayeron
porque la gente luchaba entre sí
y tiró las estatuas de los demás,
y lo sabemos por la tradición oral.
Claro que hubo un colapso".
Pero cuando miramos
la documentación en detalle,
vemos una historia diferente.
Cuando Jacob Roggerveen
estuvo allí en 1722,
no describe ni una sola estatua caída.
Por el contrario, describe
estatuas que están de pie.
De hecho, sus dibujos, y también
de los primeros exploradores europeos,
muestran estatuas erguidas,
su altura, sus medidas.
Así que, al principio, no vemos
estatuas derribadas.
También González, 50 años mas tarde,
no ve ni una sola estatua caída;
describe todas las estatuas de pie.
Cook, por otro lado, empieza a ver
estatuas derribadas.
Empieza a describir que
algunas estatuas están de pie
y otras están tiradas en el suelo, rotas.
De hecho, ve esqueletos
y otras cosas que indican destrucción,
así que muchas de nuestras ideas sobre
este colapso vienen de sus observaciones.
Pero, con el tiempo, vemos
cada vez menos estatuas erguidas,
y más estatuas caídas
en el entorno.
De hecho, en 1868,
los británicos notaron que no había
ni una sola estatua de pie.
Cualquier estatua que ven hoy
se levantó después de 1950.
Así que después de 1868,
no quedaba ni una sola estatua.
Entonces cuando la gente habla
sobre las estatuas caídas
como prueba de guerra y colapso,
nos son más que el resultado de pérdida
de población por enfermedad,
y cambios en la economía,
pues la gente ya no invertía en estatuas.
Es un acontecimiento europeo,
histórico, no algo prehistórico.
También vemos, en
el trabajo de reconocimiento,
que probablemente nunca hubo
una población importante.
Muchas de las suposiciones del colapso
es que Roggerveen vio 3000 personas,
y los europeos dicen: "Seguramente
hubo mucha más gente.
Miren cuántas estatuas, casi 1000.
Hubo quizás 10 000, 20 000 personas.
Así que en realidad, cuando Roggerveen
ve 3000, la población ya había disminuido
y lo que estamos viendo son los restos
de una población mucho mayor".
Muy bien, pero cuando miramos
la información arqueológica,
no vemos esa prueba.
Miremos la costa sur
de la isla, por ejemplo.
Estamos haciendo reconocimiento.
Cuando nos concentramos en la costa sur,
no vemos indicios de grandes aldeas
densamente pobladas,
con uso intensivo
de la tierra para cultivo
para una extensa población.
En cambio, lo que vemos
es una distribución de baja densidad de
materiales y desechos domésticos.
Eso habla de una sociedad
de baja densidad.
Hay un número relativamente bajo
de casas en toda la isla.
Estas personas usan el terreno de manera
extensiva más que intensiva.
Así que la documentación
arqueológica no apunta
al tipo de prueba que supondría
la existencia de una gran población.
Era algo muy diferente.
También sabemos que el terreno de Rapa Nui
nunca fue particularmente bueno.
La tierra estaba agotada,
muy baja en nutrientes,
obviamente porque era
tierra muy erosionada.
El resultado fue que los recursos
que la gente necesitaba para sobrevivir
nunca fueron particularmente buenos.
La gente tenía que vivir
en base a su ingenio.
Lo que hicieron, y es asombroso,
es enriquecer la tierra
con mantillo lítico.
El mantillo lítico consiste en tomar
trozos de lecho de roca,
romperlos
y colocarlos en la superficie
de la tierra y en la tierra
para incorporar nuevos
nutrientes, nuevos minerales.
Y eso permitía a la tierra tener
suficiente productividad,
la justa para poder cultivar batata,
el cultivo principal de la isla de Pascua.
En vez de una tierra rica
que fue destruida,
vemos a gente que transforma
un terreno que fue antes arbolado
y lo convierte en tierra agrícola
que les permite cultivar los recursos
necesarios para sobrevivir.
Y si observamos en toda la isla,
vemos mantillo de roca, o mantillo lítico
distribuido en toda la extensión,
igual que vimos con la prueba
de la comunidad,
dispersa por toda la isla,
con una capacidad de baja densidad,
y proporcionaba alimentos de manera fiable
que permitía a la gente vivir allí.
Ahora también tenemos indicios
de que las estatuas no necesitaban
gran cantidad de gente.
Por supuesto, algunas de las viejas ideas
sobre el transporte de las estatuas,
que llevaron a pensar que hubo un colapso,
es la idea de que una enorme cantidad
de gente y otra gente más
habría ayudado a la multitud
que movía las estatuas,
porque pesan tanto que solo se explica
con la intervención de miles de personas.
Cuando miramos los detalles
de las estatuas,
y observamos atentamente
los indicios que existen,
vemos que hay diferencias
sistemáticas entre las estatuas.
Una vez que llegan a ahu, la plataforma,
las estatuas que hay por el camino
desde las canteras hasta el ahu,
que llamamos "moáis del camino",
son muy diferentes.
Y son diferentes de una manera
muy particular:
están inclinadas hacia delante,
como cayéndose.
Ni siquiera se mantienen de pie solas.
Una vez que llegan a la plataforma, o ahu,
los habitantes prehistóricos
las modifican
para que se mantengan de pie.
Pero en los caminos, todas y cada una
de las estatuas que encontramos,
se inclinan notablemente hacia delante.
Y tienen una base muy peculiar:
la arista de delante de la base
está muy redondeada.
Y lo que suponemos es que
las estatuas fueron transportadas
como frigoríficos gigantes.
Pero, particularmente,
se diseñaron de tal manera
que se las pudiera mover en posición
erguida con la intervención de poca gente.
Todos los indicios que encontramos
en cuanto a cómo están caídas,
cómo se rompieron,
cómo se construyeron, cómo cayeron,
todos apuntan al hecho
de que estaban de pie
y algunas se cayeron
durante el transporte,
pero muchas llegaron al ahu
y fueron modificadas allí.
Uds. podrían decir: "Bien,
es una buena teoría académica.
Puede que sea posible, puede que no".
Pero queríamos ir más allá de eso,
así que construimos una.
Hicimos una estatua de 5 toneladas,
y demostramos que 12 personas pueden
mover una estatua de 5 toneladas.
De hecho, conseguimos mover la estatua
100 metros en unos 40 minutos,
lo cual sugiere que podríamos mover
una estatua como esta 1 km al día.
Entonces, lo que parecía
un esfuerzo sobrehumano,
que requería grandes cantidades
de energía, recursos y gente,
era en realidad un diseño ingenioso
para que las estatuas pudieran
trasladarse solas por los caminos.
Es increíble.
Las estatuas literalmente
pasan de ser inmóviles...
(Aplausos)
Estas estatuas pasan de ser inmóviles,
--increíblemente pesadas--
a algo que baila por el camino.
Es realmente alucinante
y me abrió los ojos a lo increíblemente
ingeniosa que era esta gente.
Así que más que una prueba
de fracasos y catástrofes
que la gente se infligía,
lo que vemos es éxito,
el triunfo de los Rapa Nui.
Y en lugar de ver esto como historias
de lo que no hacer en el futuro,
vemos una historia de 500 años
de persistencia de la gente
en una remota y diminuta isla
en medio del Pacífico
con recursos limitados.
Esta gente ha tomado decisiones
inteligentes que les permite persistir,
y no todos los pueblos
del Pacifico lo lograron,
desde la primera colonización
hasta el contacto con los europeos.
Rapa Nui está excepcionalmente
lejos y aislada
y tiene ese historial de supervivencia.
A partir de allí, más que ver
a Rapa Nui como un ejemplo a evitar
y no hacer lo mismo que ellos,
en realidad tenemos que aprender de ellos,
y hay varias lecciones
que podemos aprender
sobre la prehistoria de Rapa Nui.
Primero, es el hecho de que
la cooperación importa.
En una isla diminuta y remota,
la cooperación es necesaria.
Y podemos ver que en Rapa Nui
la cooperación era intrínseca
a esta sociedad,
porque debía intervenir gente para
hacer las estatuas, los moáis y el ahu.
No las podemos mover solos;
necesitamos del vecino.
Y el hecho de que hay casi
1000 estatuas y más de 100 ahus
podría indicar la importancia
de que esta gente se una
para mover las estatuas.
La cooperación es probablemente
la clave de su éxito,
y la construcción y el transporte
de estos moáis
era probablemente una actividad
que a la larga ayudaba a la comunidad
más que ser la causa de un fracaso.
Lo hicieron de manera inteligente:
pequeños grupos de gente
que se juntaba para cooperar.
Y el compartir los recursos y el esfuerzo
fue probablemente clave
para sobrevivir en esta pequeña isla.
También podemos ver
que la diversidad y la innovación
son algo que deberíamos valorar.
La gente de Rapa Nui sin duda
ya tenía la tradición de construir,
así como otros pueblos de la Polinesia
hicieron estatuas y construyeron
monumentos en otras islas.
Pero en Rapa Nui, la construcción
de estatuas fue increíblemente importante,
pues proporcionó los mecanismos
o ingredientes apropiados
que hicieron posible una sociedad estable
que duró más de 500 años.
Y nosotros tenemos que pensar
que nunca habríamos imaginado
que la construcción de estatuas fuera
tan importante en la isla de Pascua.
Era una de las cosas que hacían,
y resultó ser lo correcto.
Ahora, en nuestra propia sociedad,
hay probablemente muchas cosas
que hacemos hoy que no sabemos
si van a ser decisivas
para nuestro éxito en el futuro.
Entonces, puesto que no sabemos a ciencia
cierta cuál es la receta para el futuro,
debemos fomentar la diversidad
y la innovación siempre que sea posible,
porque algunas
de las cosas que hacemos,
que parecen una locura en un momento dado,
pueden ser cosas que nos ayuden
a sobrevivir en el futuro.
Por último, podemos ver
que la gente de Rapa Nui,
en virtud de ser una isla tan remota,
tenían que pensar a nivel muy local
en todo lo que hacían.
No tenían más remedio,
pues no podían ir a otra isla
cuando se les acababa la comida
y necesitaban ir a buscar más.
Tenían que vivir en la isla
y sobrevivir a cualquier entorno,
y lo hicieron mediante
la estructuración de su sociedad,
el cultivo y su organización,
para poder sobrevivir utilizando
lo que tenían disponible,
lo que estaba disponible en la zona,
y eso les permitió persistir.
No estaban sujetos
a acontecimientos externos,
o al fracaso de relaciones comerciales.
Tenían todo lo que necesitaban,
en virtud de que tenían que estar allí,
y sobrevivieron.
De la misma manera, nosotros mismos
tenemos que pensar en eso.
A menudo es más fácil
depender de cosas lejanas
que nos dan un éxito inmediato,
pero que a la larga probablemente
nos ponen en peligro,
porque empezamos a añadir más riesgo,
porque dependemos de recursos más lejanos.
Así que, al final, mi interés
en la arqueología
en cierta manera me llevó
de vuelta a la ingeniería.
Empecé a entender cómo funcionaban
estos monumentos y esta sociedad,
y eso me llevó de nuevo a la ingeniería.
Con estos indicios, podemos ver
la construcción de estatuas,
aunque pueda parecer
una cosa curiosa y peculiar
y una locura,
en realidad es probablemente
la clave de su éxito.
El secreto de cómo lo hicieron
radica en las cosas
que a nosotros nos parecen locas
pero que son perfectamente
sensatas para ellos.
Y tenemos la prueba que lo demuestra,
ya que persistieron 500 años
en esta isla diminuta.
Creo que hay mucho
que aprender del pasado.
A menudo pensamos
que el pasado es una historia
idiosincrásica del pasado,
y a nadie le importa,
pero todas las lecciones
sobre cómo se produce el cambio
y lo que es necesario para
la persistencia a largo plazo
están en el pasado, y tenemos mucho
que aprender sobre eso.
Gracias.
(Aplausos)