¿Cuántos de vosotros habéis cambiado de opinión de algo en lo que creíais en la última semana? Levantad las manos. Muy bien, cómo se nota que esto es TED, ¿eh?. Bueno, los estudios no dicen lo mismo, pero ahora seguiremos con ello. Es normal que nos cueste cambiar de opinión, y esto se lo debemos a un germen en nuestro cerebro, un fallo en Matrix, un error del pensamiento causante del 99 % de las discusiones en Twitter, y nueve de cada diez discusiones con tu cuñado en Navidad. (Risas) Y es el sesgo de confirmación. Suena duro, lo sé, ¿qué es esto de los sesgos? Los sesgos son taras, son errores del pensamiento. Al final, los utilizamos para ser más eficientes y entender la realidad mejor, pero hacen también que esté distorsionada. Pero es que claro, el sesgo de confirmación es el que reparte el bacalao, es el rey de la corona. Así que el sesgo de confirmación es que atendemos muchísimo más a las ideas que confirman nuestras ideas previas. Y es que a nuestro cerebro le flipa alimentarse de lo que ya conoce, y rechaza mucho más de base todo lo que sea extraño, ajeno, o que confronte nuestras ideas previas. Así que, amigos míos, hoy vamos a ver una batalla épica, el sesgo de confirmación versus el pensamiento crítico. Y como todo en la vida, todo empieza con una historia, pues esta es la mía. Yo siempre he sido una niña un poquito indisciplinada y, sobretodo, muy preguntona, pero muy preguntona, y recuerdo en la escuela, en todas las asignaturas yo hacía preguntas, ya que siempre me ha costado mucho entender las cosas sin un razonamiento, sin una explicación, y por eso me frustraba en muchas ocasiones. Porque muchas ocasiones de mis profesores recibía como respuesta a algunas preguntas "Esto es así porque sí", y "Esto no es así porque no, y ya está". Recuerdo en concreto, con 8 años, en la preparatoria de la comunión, digamos que a mí la idea de Dios siempre se me ha hecho un poquito incómoda, no terminaba de entenderla, ¿cómo es posible que un hombre se convierta en paloma?, y ¿cómo es posible que esté en todos lados y no? Yo me hacía un lío de pequeña, y no entendía nada, y cuando preguntaba a mi profesora de catequésis, me decía: "Porque la Biblia lo dice así, y porque los caminos del Señor son inexcrutables", y ese tipo de cosas que se dicen. Por suerte, en casa tuve más suerte y recuerdo un día a mi madre diciéndome: "No tienes que aceptar las cosas porque sí o porque no, algunas te cuadrarán, y otras no te cuadrarán y no las aceptarás, cuando seas mayor lo entenderás". Así que le doy las gracias a mi madre, por plantar la semilla de mi pensamiento crítico. Pero digamos, que no germinó muy bien esa semilla, y lo voy a dejar aquí y no voy a dar más detalles. (Risas) Es broma, sí que voy a dar más detalles que aquí hemos venido a sacar las vergüenzas. En mi adolescencia me convertí en la mayor defensora de la Power Balance, que si os acordáis era el timo de la pulsera que daba superpoderes, te mejoraba la salud y todo eso. Yo iba ahí por la vida con una alegría, lo que hizo mi efecto placebo, ¡madre mía! Y también era la mayor defensora de "El Secreto", no sé si conocéis el libro, y la Ley de la Atracción esta, que te dice que al final el universo te devuelve todo lo que das, y que si deseas algo muy fuerte lo conseguirás. Pues yo era también de ese tipo de defensoras, y entonces durante esos años oscuros de la adolescencia, pasé de ser esa clase de personas que piensa que si deseas algo muy fuerte muy fuerte, muy fuerte, al final lo conseguirás, a ser esa clase de personas que piensa que si piensas algo muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte, pues lo normal es que te comas una mierda. (Risas) Y no pasa nada, no pasa nada. El fracaso es parte de la vida, y no pasa nada y se sigue adelante. Entonces, después de esos años oscuros maduré un poco, y llego a la universidad, y digo: "Yo voy a estudiar periodismo, quiero descubrir lo que es la información, lo que son los datos, lo que es transmitir con objetividad las cosas." ¡Decepción!, patrañas todo, la objetividad no existe, y eso lo aprendes desde la primera clase de periodismo. Todos nosotros vivimos en una realidad sesgada, sesgada por nuestras creencias, por nuestra visión distorsionada de la realidad, por nuestras ideas previas sobre algo, y por nuestros prejuicios. Y no pasa nada. Yo durante la carrera aprendí que yo quería contribuir con un pequeño granito de arena a equilibrar un poco esa balanza tan desequilibrada con nuestros sesgos. Y ahí nació "La gata de Schrodinger", un canal de ciencia, pensamiento crítico, sin más pretensiones que despertar la curiosidad de las personas, sobretodo los jóvenes, y hacerles pensar un poco. Y desde que estoy más activa en las redes sociales, Youtube y sobretodo Twitter también, me he dado cuenta, de que nos hemos convertido en esclavos de nuestras propias opiniones. Somos totalmente esclavos en Internet. En Internet todo funciona por bandos, por packs ideológicos, tú tienes que comprar un pack, si te vas un poco, si te quedas en medio, si discutes, o si no compras proclamas vertidas en 280 caracteres, te quedas en terreno de nadie, ya sea hablando de ciencia, de política, de feminismo, da igual, los excesos no venden, no estamos hechos para cuestionarnos lo que viene de los nuestros y rechazar de base todo lo que viene del resto. Entonces aprendes eso, y también que nadie está exento de eso. Y como digo, nadie estamos exentos de nuestros propios sesgos, yo vengo aquí con un discurso pro pensamiento crítico, pro escepticismo, pero yo soy la primera que si algo le da gustito a mi cerebro lo compra de primeras. Y un ejemplo muy claro, es algo que ocurrió hace relativamente poco, una noticia que salió en todos los medios de comunicación, y es: "Muere una periodista antivacunas de 25 años por una gripe porcina". ¡Uy, madre mía!, yo leí eso, y los antivacunas, que son el enemigo público nº 1, y es que es suculento, se te van las manos al Twitter, es que ya me veo twiteando: "Premio Darwin 2019, la selección natural hizo su trabajo..." Es que viene solo, viene rodado, y todos nos comimos esa noticia. Y era fake, resulta que esta periodista supuesta antivacunas era un tweet sacado de contexto de hace un montón de años, que seguramente era sarcástico, y que la gripe porcina ni siquiera es una vacuna obligatoria en EE. UU., o sea, patraña absoluta, y todos nos la comimos con patatas. Así es la vida. Y esto yo lo vivo, este rechazo de primeras a las ideas diferentes, yo lo vivo todos los días en mis redes sociales. Tengo un contenido que puede afectar o confrontar las ideas o las creencias de mucha gente en ocasiones. Por ejemplo, en mi último vídeo, fui a un congreso terraplanista, a escuchar educadamente las opiniones de esta gente tan curtida en el terraplanismo, pero también un poquito a refutar un poco con la ciencia en ese congreso, pero fui muy educada. Estos comentarios que veis en pantalla son de las últimas horas para hacer la presentación, me dicen que no tengo ni idea, burra, boba... Sobretodo me llamó la atención un comentario que decía: "El lugar de las mujeres es la cocina, no dándoselas de científicas" (Risas) Me sorprendió bastante, porque no sabía que los hombres de las cavernas ya tenían acceso a internet. (Risas) Me sorprendió muchísimo. Cómo ha avanzado la tecnología, es maravilloso. (Aplausos) Y este comportamiento, que puede parecer irracional o muy difícil de explicar porque es muy visceral, realmente tiene una base científica, y sí que está estudiado. De hecho, el psicólogo Jonathan Haidt en base a bastantes estudios, tanto psicológicos como neurológicos como antropológicos, ha sacado varias conclusiones, y la realidad es descorazonadora, y es que la mayoría de las personas no buscamos la verdad, sino reafirmar nuestras propias opiniones. Y por eso tanto la política como la religión como todo divide hasta a la gente más racional. Y él lo explica muy bien con una metáfora, la metáfora del elefante y el jinete. Digamos que el elefante es nuestra intuición y el jinete es el razonamiento. Ante una nueva idea que recibimos, durante los primeros segundos nuestro elefante ya he echado a andar hacia una dirección, y eso es ya en los primeros segundos, el elefante toma una dirección, y entonces lo único que puede hacer el jinete es un poco manejar al elefante en esa dirección que ha tomado, justificar y encontrar pretextos en esa dirección. Os pongo un ejemplo claro, acomodaos en el asiento que esto es duro. Si yo os digo ahora, ¿qué opináis de dos hermanos teniendo sexo?, el elefante, lo que dicen los estudios, esto es un caso real de laboratorio, dicen que en los primeros segundos el elefante ya va hacia la casilla de "esto está mal", "esto está muy mal", pero ¿y si os digo que son dos personas mayores de edad, que es consentido y que toman precauciones, es decir, realmente no pueden tener descendencia, que serían los problemas principales?. Pues los estudios dicen, que por muchas explicaciones y razonamientos que demos externamente, una vez nuestro elefante, nuestra intuición ha echado a andar, el jinete lo único que puede hacer es manejar a ese elefante perdido. ¿Qué le vamos a hacer?. Y esto el poder lo sabe, el poder sabe cómo nos gusta alimentar nuestras ideas previas, cómo nos gusta darle de comer a nuestro sesgo de confirmación. No hace falta ser conspiranóico para saber o creer que en las últimas elecciones de EE. UU. o en el Brexit, en ciertas decisiones políticas, hay empresas de manejo de datos como Cambridge Analítica, que no sé si os sonará, pero que se ha demostrado que han utilizado nuestros perfiles de las redes sociales, los perfiles psicológicos de la personalidad, para bombardearnos con fake news y bulos orientados a que tomemos una determinada decisión política. Ha afectado a las decisiones del Brexit, a las campañas de elecciones de EE. UU., se ha invertido más en propaganda en las redes sociales que en la televisión y esto nos da una pista de hacia donde va esta tendencia. Y en España, visto el panorama poítico tan candente que tenemos, ¿es una quimera?, no lo sabemos. Entonces, al final, ¿qué podemos hacer sobre esto?, ¿estamos perdidísimos?, no, claro que no, se pueden hacer cosas. Pero lo importante, es que sepamos ser conscientes de lo que nos viene y sobretodo lo que es la evidencia y lo que no. También nos afecta a nivel de la ciencia, los bulos, la pseudociencia, cómo corren por Internet, parece que aunque tengamos toda la información disponible, nuestro pensamiento crítico no actúa como debería, por eso los datos nos dicen que un 25 % de los jóvenes confían en pseudoterapias como el Reiki o la homeopatía, que causan aproximadamente unas 1300 muertes al año por confiar en pseudoterapias en vez de confiar en medicina que sí funciona, que sí que tiene evidencia. Esto es un problema que va a muchísimos niveles. Entonces, ¿estamos perdidos?, ¿no lo estamos?. Yo no tengo la solución a los problemas del mundo, pero desde mi granito de arena, desde la divulgación, lo que intento hacer entender es, para empezar, que no hay respuestas para todo, que es bueno que nos hagamos preguntas y sobretodo desde los más pequeños, que no pasa nada que nos hagamos preguntas y que no pasa nada que estén sin responder Y eso es así y hay que asumirlo, y aprender a convivir con los vacíos de nuestro universo. También el conocimiento es atractivo, ¡el conocimiento mola!, y es que solo hay que envolverlo bien, yo siempre digo en mi canal que es como darle la medicina a un gato, que pones la pastillita, y lo envuelves con algo bastante atractivo, y ¡toma conocimiento! (Risas) Que a la gente si lo envuelves bien le gusta, y a los jóvenes les encanta aprender. Y sobretodo, hay que hablarles en su lenguaje, sobretodo a la gente joven, hay que aprender que el paradigma ha cambiado. Por supuesto que está genial, que desde la escuela y las familias, fomentemos la lectura, leer libros, todo lo que tú quieras, pero ¿por qué no podemos recomendar también que vean un vídeo de Youtube?. Ahora mismo hay muchísima gente haciendo vídeos de ciencia, de música, de arte, de todo lo que a una persona le gustaría saber. ¿Por qué no vamos al nivel donde ellos están en su salsa, y les damos lo que necesitan? Ojalá cuando yo era pequeña me hubieran dado menos "porque sí" y menos "porque no", y me hubieran explicado más las cosas. Porque aunque creamos que los niños pequeños no lo entienden, estamos ya sembrado semillas para que piensen por sí mismos, y esto es muy importante. Y para terminar, solo quería decir, que está muy bien escuchar a los aliados, alimentar a tu cerebro está muy bien, pero lo interesante de verdad, es escuchar a tus enemigos, porque ellos son los que te atraviesan las defensas, los que encuentran tus puntos débiles. Yo quiero saber qué es lo que falla en las ideas que creo, si tengo que cambiarlas o modificarlas incluso. Y no nos engañemos, la batalla sesgo de confirmación vs pensamiento crítico está perdida desde el principio, esa es la realidad. Pero eso no significa que no sea una batalla que merezca la pena luchar, porque es de la única manera que seremos libres. Muchas gracias. (Aplausos)