¿Cuántos de vosotros habéis cambiado
de opinión de algo en lo que creíais
en la última semana?
Levantad las manos.
Muy bien,
cómo se nota que esto es TED, ¿eh?.
Bueno, los estudios no dicen lo mismo,
pero ahora seguiremos con ello.
Es normal que nos cueste
cambiar de opinión,
y esto se lo debemos
a un germen en nuestro cerebro,
un fallo en Matrix,
un error del pensamiento causante
del 99 % de las discusiones en Twitter,
y nueve de cada diez discusiones
con tu cuñado en Navidad.
(Risas)
Y es el sesgo de confirmación.
Suena duro, lo sé,
¿qué es esto de los sesgos?
Los sesgos son taras,
son errores del pensamiento.
Al final, los utilizamos
para ser más eficientes
y entender la realidad mejor,
pero hacen también que esté distorsionada.
Pero es que claro,
el sesgo de confirmación
es el que reparte el bacalao,
es el rey de la corona.
Así que el sesgo de confirmación
es que atendemos muchísimo más
a las ideas que confirman
nuestras ideas previas.
Y es que a nuestro cerebro le flipa
alimentarse de lo que ya conoce,
y rechaza mucho más de base
todo lo que sea extraño, ajeno,
o que confronte nuestras ideas previas.
Así que, amigos míos,
hoy vamos a ver una batalla épica,
el sesgo de confirmación versus
el pensamiento crítico.
Y como todo en la vida,
todo empieza con una historia,
pues esta es la mía.
Yo siempre he sido una niña
un poquito indisciplinada
y, sobretodo, muy preguntona,
pero muy preguntona,
y recuerdo en la escuela,
en todas las asignaturas
yo hacía preguntas, ya que
siempre me ha costado mucho
entender las cosas sin un razonamiento,
sin una explicación,
y por eso me frustraba
en muchas ocasiones.
Porque muchas ocasiones de mis profesores
recibía como respuesta a algunas preguntas
"Esto es así porque sí", y
"Esto no es así porque no, y ya está".
Recuerdo en concreto, con 8 años,
en la preparatoria de la comunión,
digamos que a mí la idea de Dios
siempre se me ha hecho un poquito
incómoda,
no terminaba de entenderla,
¿cómo es posible que un hombre
se convierta en paloma?,
y ¿cómo es posible
que esté en todos lados y no?
Yo me hacía un lío de pequeña,
y no entendía nada,
y cuando preguntaba
a mi profesora de catequésis,
me decía: "Porque la Biblia lo dice así,
y porque los caminos del Señor
son inexcrutables",
y ese tipo de cosas que se dicen.
Por suerte, en casa tuve más suerte
y recuerdo un día a mi madre diciéndome:
"No tienes que aceptar las cosas porque sí
o porque no, algunas te cuadrarán,
y otras no te cuadrarán
y no las aceptarás,
cuando seas mayor lo entenderás".
Así que le doy las gracias a mi madre,
por plantar la semilla
de mi pensamiento crítico.
Pero digamos,
que no germinó muy bien esa semilla,
y lo voy a dejar aquí
y no voy a dar más detalles.
(Risas)
Es broma, sí que voy a dar más detalles
que aquí hemos venido
a sacar las vergüenzas.
En mi adolescencia me convertí
en la mayor defensora de la Power Balance,
que si os acordáis era el timo
de la pulsera que daba superpoderes,
te mejoraba la salud y todo eso.
Yo iba ahí por la vida con una alegría,
lo que hizo mi efecto placebo, ¡madre mía!
Y también era
la mayor defensora de "El Secreto",
no sé si conocéis el libro,
y la Ley de la Atracción esta,
que te dice que al final el universo
te devuelve todo lo que das,
y que si deseas algo muy fuerte
lo conseguirás.
Pues yo era también
de ese tipo de defensoras,
y entonces durante esos años oscuros
de la adolescencia,
pasé de ser esa clase de personas
que piensa que si deseas algo muy fuerte
muy fuerte, muy fuerte,
al final lo conseguirás,
a ser esa clase de personas que piensa
que si piensas algo muy fuerte,
muy fuerte, muy fuerte,
pues lo normal es que te comas una mierda.
(Risas)
Y no pasa nada, no pasa nada.
El fracaso es parte de la vida,
y no pasa nada y se sigue adelante.
Entonces, después de esos años oscuros
maduré un poco,
y llego a la universidad, y digo:
"Yo voy a estudiar periodismo,
quiero descubrir lo que es la información,
lo que son los datos,
lo que es transmitir
con objetividad las cosas."
¡Decepción!, patrañas todo,
la objetividad no existe,
y eso lo aprendes
desde la primera clase de periodismo.
Todos nosotros
vivimos en una realidad sesgada,
sesgada por nuestras creencias,
por nuestra visión distorsionada
de la realidad,
por nuestras ideas previas sobre algo,
y por nuestros prejuicios.
Y no pasa nada.
Yo durante la carrera aprendí
que yo quería contribuir
con un pequeño granito de arena
a equilibrar un poco esa balanza
tan desequilibrada con nuestros sesgos.
Y ahí nació "La gata de Schrodinger",
un canal de ciencia, pensamiento crítico,
sin más pretensiones que despertar
la curiosidad de las personas,
sobretodo los jóvenes,
y hacerles pensar un poco.
Y desde que estoy
más activa en las redes sociales,
Youtube y sobretodo Twitter también,
me he dado cuenta,
de que nos hemos convertido
en esclavos de nuestras propias opiniones.
Somos totalmente esclavos en Internet.
En Internet todo funciona por bandos,
por packs ideológicos,
tú tienes que comprar un pack,
si te vas un poco,
si te quedas en medio, si discutes,
o si no compras proclamas
vertidas en 280 caracteres,
te quedas en terreno de nadie,
ya sea hablando de ciencia,
de política, de feminismo,
da igual, los excesos no venden,
no estamos hechos para cuestionarnos
lo que viene de los nuestros
y rechazar de base
todo lo que viene del resto.
Entonces aprendes eso,
y también que nadie está exento de eso.
Y como digo, nadie estamos exentos
de nuestros propios sesgos,
yo vengo aquí con un discurso
pro pensamiento crítico, pro escepticismo,
pero yo soy la primera
que si algo le da gustito a mi cerebro
lo compra de primeras.
Y un ejemplo muy claro, es algo que
ocurrió hace relativamente poco,
una noticia que salió
en todos los medios de comunicación,
y es: "Muere una periodista antivacunas
de 25 años por una gripe porcina".
¡Uy, madre mía!, yo leí eso,
y los antivacunas,
que son el enemigo público nº 1,
y es que es suculento,
se te van las manos al Twitter,
es que ya me veo twiteando:
"Premio Darwin 2019,
la selección natural hizo su trabajo..."
Es que viene solo, viene rodado,
y todos nos comimos esa noticia.
Y era fake, resulta que esta periodista
supuesta antivacunas era un tweet
sacado de contexto
de hace un montón de años,
que seguramente era sarcástico,
y que la gripe porcina ni siquiera
es una vacuna obligatoria en EE. UU.,
o sea, patraña absoluta,
y todos nos la comimos con patatas.
Así es la vida.
Y esto yo lo vivo, este rechazo
de primeras a las ideas diferentes,
yo lo vivo todos los días
en mis redes sociales.
Tengo un contenido que puede afectar
o confrontar las ideas o las creencias
de mucha gente en ocasiones.
Por ejemplo, en mi último vídeo,
fui a un congreso terraplanista,
a escuchar educadamente
las opiniones de esta gente
tan curtida en el terraplanismo,
pero también un poquito a refutar
un poco con la ciencia en ese congreso,
pero fui muy educada.
Estos comentarios que veis en pantalla
son de las últimas horas
para hacer la presentación, me dicen
que no tengo ni idea, burra, boba...
Sobretodo me llamó la atención
un comentario que decía:
"El lugar de las mujeres es la cocina,
no dándoselas de científicas"
(Risas)
Me sorprendió bastante, porque no sabía
que los hombres de las cavernas
ya tenían acceso a internet.
(Risas)
Me sorprendió muchísimo.
Cómo ha avanzado la tecnología,
es maravilloso.
(Aplausos)
Y este comportamiento,
que puede parecer irracional
o muy difícil de explicar
porque es muy visceral,
realmente tiene una base científica,
y sí que está estudiado.
De hecho, el psicólogo Jonathan Haidt
en base a bastantes estudios,
tanto psicológicos como neurológicos
como antropológicos,
ha sacado varias conclusiones,
y la realidad es descorazonadora,
y es que la mayoría de las personas
no buscamos la verdad,
sino reafirmar nuestras propias opiniones.
Y por eso tanto la política
como la religión como todo
divide hasta a la gente más racional.
Y él lo explica muy bien con una metáfora,
la metáfora del elefante y el jinete.
Digamos que el elefante es nuestra
intuición y el jinete es el razonamiento.
Ante una nueva idea que recibimos,
durante los primeros segundos
nuestro elefante ya he echado a andar
hacia una dirección,
y eso es ya en los primeros segundos,
el elefante toma una dirección,
y entonces lo único
que puede hacer el jinete
es un poco manejar al elefante
en esa dirección que ha tomado,
justificar y encontrar pretextos
en esa dirección.
Os pongo un ejemplo claro,
acomodaos en el asiento que esto es duro.
Si yo os digo ahora, ¿qué opináis
de dos hermanos teniendo sexo?,
el elefante, lo que dicen los estudios,
esto es un caso real de laboratorio,
dicen que en los primeros segundos
el elefante ya va hacia la casilla de
"esto está mal", "esto está muy mal",
pero ¿y si os digo que son dos personas
mayores de edad, que es consentido
y que toman precauciones, es decir,
realmente no pueden tener descendencia,
que serían los problemas principales?.
Pues los estudios dicen,
que por muchas explicaciones
y razonamientos que demos externamente,
una vez nuestro elefante,
nuestra intuición ha echado a andar,
el jinete lo único que puede hacer
es manejar a ese elefante perdido.
¿Qué le vamos a hacer?.
Y esto el poder lo sabe,
el poder sabe cómo nos gusta
alimentar nuestras ideas previas,
cómo nos gusta darle de comer
a nuestro sesgo de confirmación.
No hace falta ser conspiranóico
para saber o creer
que en las últimas elecciones de EE. UU.
o en el Brexit,
en ciertas decisiones políticas,
hay empresas de manejo de datos
como Cambridge Analítica,
que no sé si os sonará,
pero que se ha demostrado
que han utilizado nuestros perfiles
de las redes sociales, los perfiles
psicológicos de la personalidad,
para bombardearnos con fake news
y bulos orientados a que tomemos
una determinada decisión política.
Ha afectado a las decisiones del Brexit,
a las campañas de elecciones de EE. UU.,
se ha invertido más en propaganda
en las redes sociales que en la televisión
y esto nos da una pista
de hacia donde va esta tendencia.
Y en España, visto el panorama poítico
tan candente que tenemos,
¿es una quimera?, no lo sabemos.
Entonces, al final,
¿qué podemos hacer sobre esto?,
¿estamos perdidísimos?,
no, claro que no, se pueden hacer cosas.
Pero lo importante, es que sepamos
ser conscientes de lo que nos viene
y sobretodo lo que es la evidencia
y lo que no.
También nos afecta a nivel de la ciencia,
los bulos, la pseudociencia,
cómo corren por Internet,
parece que aunque tengamos
toda la información disponible,
nuestro pensamiento crítico no actúa
como debería,
por eso los datos nos dicen
que un 25 % de los jóvenes
confían en pseudoterapias
como el Reiki o la homeopatía,
que causan aproximadamente
unas 1300 muertes al año
por confiar en pseudoterapias en vez
de confiar en medicina que sí funciona,
que sí que tiene evidencia.
Esto es un problema
que va a muchísimos niveles.
Entonces, ¿estamos perdidos?,
¿no lo estamos?.
Yo no tengo la solución
a los problemas del mundo,
pero desde mi granito de arena,
desde la divulgación,
lo que intento hacer entender es,
para empezar,
que no hay respuestas para todo,
que es bueno que nos hagamos preguntas
y sobretodo desde los más pequeños,
que no pasa nada que nos hagamos preguntas
y que no pasa nada que estén sin responder
Y eso es así y hay que asumirlo,
y aprender a convivir
con los vacíos de nuestro universo.
También el conocimiento es atractivo,
¡el conocimiento mola!,
y es que solo hay que envolverlo bien,
yo siempre digo en mi canal que
es como darle la medicina a un gato,
que pones la pastillita, y lo envuelves
con algo bastante atractivo,
y ¡toma conocimiento!
(Risas)
Que a la gente
si lo envuelves bien le gusta,
y a los jóvenes les encanta aprender.
Y sobretodo,
hay que hablarles en su lenguaje,
sobretodo a la gente joven, hay que
aprender que el paradigma ha cambiado.
Por supuesto que está genial,
que desde la escuela y las familias,
fomentemos la lectura, leer libros,
todo lo que tú quieras,
pero ¿por qué no podemos recomendar
también que vean un vídeo de Youtube?.
Ahora mismo hay muchísima gente
haciendo vídeos de ciencia,
de música, de arte, de todo lo que
a una persona le gustaría saber.
¿Por qué no vamos al nivel
donde ellos están en su salsa,
y les damos lo que necesitan?
Ojalá cuando yo era pequeña
me hubieran dado menos "porque sí"
y menos "porque no",
y me hubieran explicado más las cosas.
Porque aunque creamos
que los niños pequeños no lo entienden,
estamos ya sembrado semillas
para que piensen por sí mismos,
y esto es muy importante.
Y para terminar, solo quería decir,
que está muy bien escuchar a los aliados,
alimentar a tu cerebro está muy bien,
pero lo interesante de verdad,
es escuchar a tus enemigos,
porque ellos son los que te atraviesan
las defensas, los que encuentran
tus puntos débiles.
Yo quiero saber qué es lo que falla
en las ideas que creo,
si tengo que cambiarlas
o modificarlas incluso.
Y no nos engañemos, la batalla sesgo
de confirmación vs pensamiento crítico
está perdida desde el principio,
esa es la realidad.
Pero eso no significa que no sea
una batalla que merezca la pena luchar,
porque es de la única manera
que seremos libres.
Muchas gracias.
(Aplausos)
Quantos de vocês já mudaram de opinião
sobre qualquer coisa em que acreditavam
na última semana?
Levantem as mãos.
Muito bem, vemos logo
que estamos na TED, não é?
Os estudos não dizem o mesmo,
mas vamos continuar.
É normal que nos custe mudar de opinião,
e isso deve-se a um gérmen no cérebro,
uma falha na matriz,
um erro de pensamento que causa
99% das discussões no Twitter
e nove em cada dez discussões
com o nosso cunhado, no Natal.
(Risos)
É o preconceito da confirmação.
É difícil, eu sei, o que é
isso de preconceito?
Os preconceitos são defeitos,
são erros do pensamento.
Utilizamo-los para sermos mais eficazes
e percebermos melhor a realidade,
mas também fazem
com que ela seja distorcida.
Mas é claro que o preconceito
da confirmação
é o que tem sempre razão,
é o rei da coroa.
O preconceito da confirmação
é que damos muito mais importância
às ideias que confirmam
as nossas ideias já feitas.
E o nosso cérebro gosta de alimentar-se
daquilo que já conhece
e rejeita tudo o que
seja estranho, alheio,
tudo o que desafie as nossas
ideias prévias.
Assim, meus amigos,
hoje vamos ver uma batalha épica,
o preconceito da confirmação
contra o pensamento crítico.
Como em tudo na vida,
tudo começa com uma história.
Esta é a minha.
Eu fui sempre uma miúda
um pouco indisciplinada
e, sobretudo, muito perguntadora,
mas mesmo muito perguntadora.
Recordo que, na escola,
em todas as disciplinas
eu fazia perguntas, porque
sempre me custou muito
entender as coisas sem uma explicação.
Por isso, ficava frustrada,
em muitas ocasiões,
porque muitas vezes, os professores
respondiam-me às perguntas:
"É assim porque sim" ou
"Não é assim porque não, e pronto".
Recordo, em concreto, aos oito anos,
ao preparar-me para a comunhão
— digamos que a minha ideia de Deus
sempre me foi um pouco incómoda
porque não conseguia entender
como era possível que um homem
se transformasse em pomba
e como era possível
que estivesse em toda a parte.
Fazia-me muita confusão,
não percebia nada.
Quando perguntava,
a minha catequista respondia:
"Porque é o que a Bíblia diz,
"porque os caminhos do Senhor
são inescrutáveis"
e esse tipo de coisas que se dizem.
Felizmente, em casa tive mais sorte
e recordo de, um dia, a minha mãe dizer:
"Não tens de aceitar as coisas
porque sim ou porque não,
"algumas te satisfarão
e outras não, e não as aceitarás.
"Quando fores mais velha, perceberás".
Assim, agradeço à minha mãe
por plantar a semente
do meu pensamento crítico.
Mas, digamos, que essa semente
não germinou muito bem
e vou contar aqui, mas
não vou dar mais pormenores.
Não é verdade,
eu vou dar mais pormenores,
porque viemos aqui
para contar as vergonhas.
Na adolescência, fui a maior
defensora da Power Balance.
Se se lembram, era o nome
da pulseira que dava superpoderes,
melhorava a saúde e tudo isso.
Vivia cheia de alegria,
era um efeito placebo.
Eu também era a maior defensora
do "El Secreto".
Não sei se conhecem este livro,
a Lei da Atração,
que diz que, no final, o universo
devolve-nos tudo o que damos
e que, se desejarmos muito uma coisa,
consegui-la-emos.
Pois, eu também era
esse tipo de defensora.
Durante esses anos obscuros
da adolescência,
deixei de ser esse tipo de pessoa
que pensa que, se desejar muito uma coisa,
muito, muito, muito, consegui-la-á,
para ser o tipo de pessoa que pensa
que, se desejar muito uma coisa,
muito, muito, muito,
o normal é acabar na fossa
(Risos)
e não acontecerá nada.
O fracasso faz parte da vida
e não acontece nada.
Então, depois desses anos obscuros,
amadureci um pouco
e chego à universidade e digo:
"Vou estudar jornalismo.
"Quero descobrir o que é
a informação, o que são os dados,
"o que é transmitir as coisas
com objetividade".
Deceção! Tudo patranhas,
a objetividade não existe.
Isso aprendemos logo
na primeira aula de jornalismo.
Todos nós vivemos
numa realidade enviesada,
enviesada pelas nossas crenças,
pela nossa visão distorcida da realidade,
pelas nossas ideias prévias
sobre as coisas,
pelos nossos preconceitos.
Não acontece nada.
Durante o curso, aprendi
que queria contribuir
com um pequeno grão de areia
para equilibrar um pouco essa balança
tão desequilibrada com
os nossos preconceitos.
E aí nasceu "A gata de Schrödinger",
um canal de ciência,
de pensamento crítico,
sem outras pretensões que não fossem
despertar a curiosidade das pessoas,
sobretudo dos jovens,
e fazê-los pensar um pouco.
Desde que estou mais ativa
nas redes sociais,
no YouTube e, sobretudo,
também no Twitter,
apercebi-me de que
nos temos transformado
em escravos das nossas opiniões.
Somos totalmente escravos na Internet.
Na Internet, tudo funciona
por grupos, por pacotes ideológicos,
temos de comprar um pacote.
Se ficamos no meio, se discutimos,
ou se não compramos,
proclamamos, em 280 caracteres,
que ficamos em terra de ninguém,
quer seja falando de ciência,
de política, de feminismo,
é tudo igual, os excessos não se vendem.
Não somos feitos para questionar
o que vem de nós mesmos
e rejeitar tudo o que vem dos outros.
Portanto, aprendemos isso
e também que ninguém está isento disso.
Como digo, ninguém está isento
dos seus preconceitos.
Eu venho aqui com um discurso
em prol do pensamento crítico,
em prol do ceticismo,
mas sou a primeira que,
se o meu cérebro gosta de qualquer coisa,
compro logo à primeira.
Um exemplo muito claro
ocorreu já pouco tempo.
Foi uma notícia que saiu
em todos os meios de comunicação:
"Uma jornalista antivacinas, de 25 anos,
morre com gripe porcina".
Meu Deus, eu li aquilo.
Os antivacinas são
o inimigo público nr. 1.
O que é suculento, para o Twitter.
Já me estou a ver a escrever um "tweet":
"Prémio Darwin 2019,
a seleção natural fez o seu trabalho".
É que apareceu, por todo o lado,
e todos engolimos aquela notícia.
Mas era falsa, resulta que aquela
suposta jornalista antivacinas
era um "tweet" fora de contexto
de há imensos anos
que, certamente, era sarcástico.
A vacina anti gripe porcina
nem sequer é obrigatória nos EUA.
Ou seja, uma patranha absoluta
que todos engolimos.
Assim é a vida.
Vivo esta rejeição à primeira
de ideias diferentes
todos os dias, nas redes sociais.
Tenho um conteúdo que pode afetar
ou confrontar as ideias ou as crenças
de muita gente, em certas ocasiões.
Por exemplo, no meu último vídeo,
fui a um congresso sobre a Terra plana
para ouvir, educadamente,
as opiniões daquelas pessoas
defensoras da teoria da Terra plana,
mas também para contestar um pouco
a ciência desse congresso
sobre a teoria da Terra plana,
mas fui muito educada.
Os comentários que estão a ver no ecrã
são das últimas horas da conferência
e dizem-me que sou burra, tola,
não faço a mínima ideia.
Sobretudo, chamou-me a atenção
um comentário que dizia:
"O lugar das mulheres é na cozinha,
não é a fazer de cientistas".
(Risos)
Fiquei surpreendida porque não sabia
que os homens das cavernas
já tinham acesso à Internet.
(Risos)
Fiquei mesmo muito surpreendida.
É uma coisa maravilhosa
como a tecnologia avançou!
(Aplausos)
Este comportamento
que pode parecer irracional
ou muito difícil de explicar,
porque é muito visceral,
tem realmente uma base científica
que está estudada.
O psicólogo Jonathan Haidt,
com base em muitos estudos,
tanto psicológicos e neurológicos
como antropológicos,
chegou a várias conclusões.
A realidade é desanimadora,
a maioria das pessoas
não procuram a verdade
mas sim reafirmar as suas opiniões.
Por isso, tanto a política,
como a religião, como tudo,
dividem até as pessoas mais racionais.
A metáfora do elefante e do cornaca
explica isso muito bem.
Digamos que o elefante é a nossa intuição
e o cornaca é o raciocínio.
Perante uma nova ideia que surge,
logo nos primeiros segundos,
o elefante começa a andar numa direção.
Logo nos primeiros segundos
o elefante toma uma direção
e a única coisa que o cornaca pode fazer
é guiar o elefante nessa direção
que ele tomou,
justificar e encontrar pretextos
nessa direção.
Vou dar um exemplo claro,
sentem-se bem, porque é duro.
Se vos perguntar agora:
Qual é a opinião que têm de dois irmãos
que têm relações sexuais?
Segundo os estudos,
isto é um caso real de laboratório
e dizem que, nos primeiros segundos,
o elefante vai à casa de "isso está mal",
"isso está muito mal",
mas, se eu disser que são duas pessoas
maiores de idade, que é consentido
e que tomam precauções, ou seja,
não podem ter descendência,
quais seriam os inconvenientes principais?
Os estudos dizem que,
por muitas explicações e razões
que dermos ao elefante,
que a nossa intuição pôs a andar,
a única coisa que o cornaca pode fazer
é guiar esse elefante perdido.
O que é que havemos de fazer?
O poder sabe disto,
o poder sabe como gostamos
de alimentar as nossas ideias prévias,
como gostamos de comer
o nosso preconceito de confirmação.
Não é preciso ter teorias da conspiração
para saber ou acreditar
que, nas últimas eleições nos EUA,
ou no Brexit,
em certas decisões políticas,
há empresas de manipulação de dados
como a Cambridge Analítica,
que não sei se os aplicará,
mas demonstrou-se que utilizaram
os nossos perfis das redes sociais,
os perfis psicológicos da personalidade,
para nos bombardear com notícias falsas
orientadas para tomarmos
uma determinada decisão política.
Afetou as decisões do Brexit,
as campanhas eleitorais dos EUA,
investiu-se mais na propaganda
nas redes sociais do que na televisão.
Isso dá-nos uma pista
sobre para onde vai esta tendência.
Já em Espanha, dado o panorama político
tão candente que temos, será uma quimera?
Não sabemos.
Então, afinal, o que é que podemos fazer?
Estamos perdidos?
Não, claro que não. Podemos fazer coisas.
Mas o importante é que tenhamos
consciência do que nos aparecer
e, sobretudo, o que são
as provas e o que não são.
Também nos afeta a nível da ciência,
como a pseudociência corre pela Internet.
Parece que, embora tenhamos
todas as informações disponíveis,
o nosso pensamento crítico
não atua como deveria atuar.
Por isso, os dados dizem-nos
que uns 25% dos jovens
confiam em pseudoterapias,
como o "reiki" ou a homeopatia
que causam cerca de 1300 mortes por ano
por se confiar em pseudoterapias,
que, essa sim, dá provas.
em vez de confiar na medicina,
que, essa sim, funciona.
Isto é um problema
que atinge muitos níveis.
Então, estamos perdidos?
Não estamos?
Eu não tenho a solução
para os problemas do mundo,
mas, a partir do meu grão de areia,
a partir da divulgação,
o que tento fazer entender
é que, para começar,
não há respostas para tudo,
que é bom fazermos perguntas
e, sobretudo, desde pequenos,
não há nada que não possamos perguntar
e não há nada que fique por responder.
É preciso assumi-lo
e aprender a conviver
com os vazios do nosso universo.
Também o conhecimento é atraente,
o conhecimento é o máximo.
Só é preciso envolvê-lo bem.
Eu digo sempre que o meu canal
é como dar um remédio a um gato.
Pomos a pastilha, envolvemo-la
em qualquer coia atraente
e, toma lá conhecimento!
(Risos)
Se envolvermos as pessoas,
elas ficam encantadas,
e os jovens gostam de aprender
Sobretudo, é preciso
falar-lhes na sua linguagem.
sobretudo os jovens têm de aprender
que o paradigma mudou.
Claro que é ótimo
que, na escola e na família,
fomentemos a leitura, ler livros,
tudo o que quiserem,
mas porque é que não podemos recomendar
que também vejam um vídeo do YouTube?
Agora mesmo há muita gente
que faz vídeos de ciência,
de música, de arte, de tudo
o que uma pessoa gostaria de saber.
Porque não vamos ao nível
em que eles estão na sua onda
e lhes damos aquilo de que eles precisam?
Gostaria que, quando eu era miúda,
me tivessem dado menos "porque sim"
e menos "porque não"
e me tivessem explicado as coisas.
Porque, embora achemos
que as crianças não percebem,
estamos a lançar as sementes
para elas pensarem pela sua cabeça
e isso é muito importante.
Para terminar, só queria dizer
que é muito bom escutar os aliados,
é muito bom alimentar o cérebro,
mas o que é interessante
é escutar os inimigos
porque são eles que atravessam as defesas,
são os que encontram
os nossos pontos fracos.
Quero saber o que é que falha
nas ideias em que acredito,
se tenho de mudá-las ou modificá-las.
Não nos iludamos, a batalha
do preconceito da confirmação
contra o pensamento crítico
está perdida desde o início,
é essa a realidade.
Mas isso não significa que não seja
uma batalha que valha a pena travar
porque é a única maneira
de sermos livres.
Muito obrigada.
(Aplausos)
Quantos de vocês mudaram de opinião
sobre algo em que acreditavam
na última semana?
Levantem as mãos.
Muito bem, logo se vê que isso é o TED.
Os estudos não dizem o mesmo,
mas agora vamos continuar com eles.
É normal que seja difícil mudar de opinião
e isso se deve a um gérmen
em nosso cérebro,
uma falha na Matrix,
um erro de pensamento
causador de 99% das discussões no Twitter,
e de 9 em cada 10 discussões
com o seu cunhado no Natal.
(Risos)
É o viés de confirmação.
Soa difícil, eu sei.
Que papo é esse de viés?
Os vieses são taras, erros do pensamento.
Afinal, os utilizamos
para sermos mais eficientes
e entendermos melhor a realidade,
porém, eles também podem distorcê-la.
Mas é claro que o viés de confirmação
é o mandachuva, é o rei da coroa.
Assim, o viés de confirmação
é nós aceitarmos muito mais
as ideias que confirmam
nossas ideias prévias.
Nosso cérebro gosta muito de se alimentar
daquilo que já conhece
e rejeita muito mais rápido
tudo que seja estranho, irrelevante,
ou que confronte nossas ideias prévias.
Sendo assim, meus amigos,
hoje vamos ver uma batalha épica:
o viés de confirmação
versus o pensamento crítico.
E como tudo na vida,
tudo começa com uma história,
e esta é a minha.
Eu sempre fui uma menina
um pouquinho indisciplinada
e, principalmente, muito perguntadora,
mas muito perguntadora.
Me lembro da escola,
em todas as matérias eu fazia perguntas,
já que sempre tive muita dificuldade
de entender as coisas sem um raciocínio,
sem explicação,
e, por isso, me frustrava
em muitas ocasiões.
Porque em muitas ocasiões recebia
como resposta de meus professores:
"Isso é assim, porque sim" e "isso não é
assim porque não, e acabou".
Me lembro claramente,
com oito anos, na catequese...
Digamos que, para mim, a ideia de Deus
sempre me deixou um pouquinho incomodada.
Não conseguia entender como é possível
que um homem se transforme em pomba;
como é possível que esteja
em todos lados e não.
Fazia uma confusão e não entendia nada.
E quando perguntava
à minha professora de catequese,
me dizia: "Porque está na bíblia,
e os caminhos do Senhor
são indecifráveis",
e esse tipo de coisa que dizem.
Por sorte, em casa tive mais sorte
e lembro da minha mãe me dizendo:
"Não tem que aceitar as coisas
porque sim ou porque não.
Algumas coisas te servirão, outras não.
E não tem que aceitá-las.
Quando crescer, você vai entender".
Assim, dou graças a minha mãe
por plantar a semente
do meu pensamento crítico.
Mas digamos que essa semente
não germinou muito bem,
e vou deixar assim
e não darei mais detalhes.
Brincadeira, darei mais detalhes,
pois viemos aqui para acabar
com a vergonha.
Na adolescência, me tornei a maior
defensora da Power Balance,
que, se vocês se lembram, era o golpe
da pulseira que dava superpoderes,
melhorava a saúde e tudo mais.
Andava por aí tão alegre.
O que não faz o efeito placebo.
Minha nossa!
E também era a maior
defensora do "O Segredo".
Não sei se conhecem o livro
e o que é a Lei da Atração,
que diz que no final o universo
te devolve tudo o que dá,
e que se deseja algo
intensamente você conseguirá.
Pois também era esse tipo de defensora
e, então, durante esses anos
obscuros da adolescência,
deixei de ser esse tipo de pessoa que acha
que se deseja algo de forma intensa,
muito, muito intensa,
no final, conseguirá,
para ser o tipo de pessoa que acha
que se mentalizar algo intensamente,
muito, muito intensamente,
o normal é que fique na merda.
E tudo bem.
(Risos)
Tudo bem.
O fracasso faz parte da vida,
não é nada demais e segue adiante.
Tudo bem.
Então, depois desses anos obscuros,
amadureci um pouco.
Cheguei à universidade e disse:
"Eu vou estudar jornalismo,
quero descobrir o que é uma informação,
o que estão os dados,
o que é transmitir as coisas
com objetividade".
Decepção! Tudo conversa mole,
objetividade não existe,
e isso se aprende desde a primeira
aula de jornalismo.
Todos nós vivemos
em uma realidade distorcida,
distorcida por nossas crenças,
por nossa visão distorcida da realidade,
por nossas ideias prévias sobre algo
e por nossos preconceitos.
E tudo bem.
Durante a carreira aprendi que queria
contribuir com um pequeno grão de areia
para equilibrar um pouco esta balança
tão desequilibrada com nossas inclinações.
E assim nasceu "La gata de Schrödinger",
um canal de ciência, pensamento crítico,
sem outra pretensão que não seja despertar
a curiosidade das pessoas,
principalmente dos jovens,
e fazê-los pensar um pouco.
E desde que estou mais ativa
nas redes sociais,
YouTube e ainda mais no Twitter também,
me dei conta de que nos convertemos
em escravos de nossas próprias opiniões.
Somos totalmente escravos na internet.
Na internet tudo funciona por grupos,
por pacotes ideológicos.
Você tem que comprar um pacote.
Se você se interessa um pouco,
se fica no meio, se discute,
ou se não compra declarações
reduzidas a 280 caracteres,
você permanece em terra de ninguém,
seja ao falar de ciência, de política,
de feminismo, dá no mesmo,
os excessos não vendem.
Não fomos feitos para questionarmos
o que vem dos nossos
e rejeitar de cara tudo que vem do resto.
Então aprende isso, e também
que ninguém está isento disso.
Como digo, ninguém está isento
das próprias inclinações.
Venho aqui com um discurso
pró-pensamento crítico, pró-ceticismo,
mas sou a primeira que, se algo
agrada ao meu cérebro,
compro de primeira.
Um exemplo muito claro foi algo
que aconteceu há pouco tempo,
uma notícia que saiu
em todos os meios de comunicação,
e é: "Jornalista antivacina de 25 anos
morre de gripe suína."
Nossa senhora! Eu li isso.
E também os antivacina,
que são o inimigo público número um.
Eu li isso, e é suculento.
As mãos vão ao Twitter,
e já me vejo tuitando:
"Prêmio Darwin 2019, a seleção natural
fez o seu trabalho..."
É que veio sozinho, veio fácil,
e todos comemos essa notícia.
E era fake!
Essa jornalista "supostamente" antivacina
era um tweet antigo fora de contexto,
que certamente era sarcástico.
E a vacina para gripe suína
nem sequer era obrigatória nos EUA,
ou seja, uma grande mentira,
e todos nós a comemos com batatas.
A vida é assim.
E vivo isso todos dias, esta recusa
de primeira às ideias diferentes,
vivo isso todos os dias
nas minhas redes sociais.
Tenho um conteúdo que pode afetar
ou confrontar as ideias ou crenças
de muita gente em alguns casos.
Por exemplo, no meu último vídeo,
fui a um congresso terraplanista,
escutar educadamente as opiniões
daquelas pessoas
tão fincadas no terraplanismo,
mas também para refutar
um pouco com a ciência
nesse congresso terraplanista,
mas fui muito educada.
Estes comentários que estão vendo na tela
são das últimas horas
antes de fazer a apresentação, me disseram
que não sei de nada, burra, boba...
Me chamou a atenção, principalmente,
um comentário que dizia:
"O lugar das mulheres é na cozinha,
e não dando uma de cientistas".
(Risos)
Me surpreendeu muito, pois não sabia
que os homens das cavernas já tinham
acesso à internet.
(Risos)
Me surpreendeu muitíssimo
como a tecnologia avançou.
Maravilhoso!
(Aplausos)
Maravilhoso!
E este comportamento,
que pode parecer irracional
ou muito difícil de explicar
porque é muito visceral,
realmente tem uma base científica
e já foi estudado.
De fato, o psicólogo Jonathan Haidt,
com base em vários estudos,
tanto psicológicos como neurológicos,
como antropológicos,
chegou a várias conclusões.
E a realidade é desanimadora.
É que a maioria de nós
não busca a verdade,
mas sim reafirmar
nossas próprias opiniões.
Por isso, tanto a política
como a religião como um todo
dividem até as pessoas mais racionais.
Ele explica muito bem com uma metáfora,
a metáfora do elefante e do cavaleiro.
Digamos que o elefante seja nossa intuição
e o cavaleiro seja a razão.
Diante de uma ideia nova que recebemos,
nos primeiros segundos,
nosso elefante já começa
a andar numa direção.
E isso já nos primeiros segundos
o elefante toma uma direção,
e então a única coisa
que o cavaleiro pode fazer
é direcionar um pouco o elefante
nessa direção que tomou,
justificar e encontrar
pretextos nessa direção.
Vou apresentar um exemplo claro.
Ajeitem-se na poltrona que isso é difícil.
Se pergunto a vocês agora: "O que acham
de dois irmãos fazendo sexo?"
Nosso elefante, de acordo com estudos...
Isso é um caso real de laboratório.
Os estudos dizem
que nos primeiros segundos
o elefante acende o alerta
do "isso é ruim", "isso é muito ruim".
Mas se digo que são duas pessoas maiores
de idade, que é consentido,
e que tomam as precauções, isto é,
que não podem ter descendentes,
que seriam os problemas principais.
Pois os estudos dizem
que por muitas explicações
e razões que damos externamente,
uma vez que nosso elefante,
nossa intuição, começou a andar,
a única coisa que o cavaleiro pode fazer
é conduzir esse elefante perdido.
O que vamos fazer?
E este poder sabe,
o poder sabe como gostamos de alimentar
nossas ideias prévias,
como gostamos de dar de comer
ao nosso viés de confirmação.
Não precisar ser conspiratório
para saber ou acreditar
que nas últimas eleições
dos EUA ou no Brexit,
em certas decisões políticas,
há empresas de gerenciamento de dados
como a Cambridge Analytica...
Não sei se lembram,
mas foi demonstrado que utilizaram
nossos perfis das redes sociais,
os perfis psicológicos da personalidade,
para nos bombardear com fake news
e boatos direcionados para tomarmos
uma determinada decisão política.
Afetou as decisões do Brexit,
as campanhas das eleições dos EUA.
Já se investiu mais em propaganda
nas redes sociais que na televisão,
e isso nos dá uma pista
de até onde vai esta tendência.
Na Espanha, tendo em vista o panorama
político tão conturbado que temos,
seria uma ilusão? Não sabemos.
Então, afinal, o que podemos fazer
em relação a isso?
Estamos muito perdidos?
Não, claro que não.
Podemos fazer algumas coisas.
Mas o importante é que saibamos ser
conscientes do que vem até nós
e sobretudo do que é evidência
e do que não é.
Também nos afeta no campo da ciência,
os boatos, a pseudociência,
como se espalham pela internet.
Parece que ainda que tenhamos
todas a informação disponível,
nosso pensamento crítico
não age como deveria.
Por isso, os dados nos dizem
que 25% dos jovens
confiam em pseudoterapias
como Reiki ou homeopatia,
que causam aproximadamente
umas 1,3 mil mortes ao ano.
Por confiarem em pseudoterapias
em vez da medicina, que sim, funciona,
que sim, tem evidência.
Isso é um problema
que atinge muitos níveis.
Então, estamos perdidos? Não estamos?
Não tenho a solução
para os problemas do mundo,
mas desde meu grão de areia,
desde a divulgação,
o que eu tento fazer com que entendam
é que não há respostas para tudo,
que é bom que nos façamos perguntas
e, principalmente, desde pequenos,
que não há nada demais fazer perguntas
e não tem problema em ficar sem responder.
É assim mesmo, tem que assumir,
e aprender a conviver
com os vazios de nosso universo.
O conhecimento também é atraente.
O conhecimento é bom!
Só que é preciso envolvê-lo bem.
Sempre digo em meu canal
que é como dar remédio para um gato,
que põe um comprimido e o envolve
com algo bastante atraente
e toma-lhe conhecimento!
(Risos)
Quando as pessoas ficam
bem envolvidas, elas gostam,
e os jovens adoram aprender.
Acima de tudo, tem que falar
a linguagem deles,
os jovens têm que aprender
que o paradigma mudou.
Claro que é genial que desde
a escola às famílias
fomentem a leitura, ler livros,
tudo o que quiser.
Mas por que não podemos recomendar
que assistam um vídeo do YouTube?
Agora mesmo tem muita gente
fazendo vídeos de ciência,
de música, de arte, de tudo
que uma pessoa gostaria de saber.
Por que não vamos até onde estão
se sentindo à vontade
e damos a eles o que necessitam?
Queria que quando era pequena
tivessem me dado menos "porque sim"
e menos "porque não", que tivessem
me explicado mais.
Porque ainda que achemos
que as crianças não entendem,
estamos plantando sementes
para que pensem por si mesmas,
e isso é muito importante.
Para terminar, só queria dizer
que é muito bom escutar os aliados,
alimentar seu cérebro é muito bom,
só que o interessante de verdade,
é escutar seus inimigos, porque eles são
os que ultrapassam suas defesas,
os que encontram seus pontos fracos.
Eu quero saber o que é falho
nas ideias que acredito,
se tenho que mudá-las
ou modificá-las, inclusive.
E não vamos nos enganar, a batalha do viés
de confirmação versus pensamento crítico
está perdida desde o começo,
essa é a realidade.
Porém, não significa que não seja
uma batalha pela qual valha a pena lutar,
pois é a única forma de sermos livres.
Muito obrigada.
(Aplausos)