Soy astrofísica. Investigo explosiones estelares en todo el universo. Pero tengo un defecto: soy inquieta y me aburro fácilmente. Y aunque como astrofísica, tengo la increíble oportunidad de estudiar todo el universo, la idea de hacer solo eso, siempre eso, me hace sentir enjaulada y limitada. Pero ¿y si mis problemas de mantener la atención y de aburrirme no fueron un defecto? ¿Qué pasaría si pudiera convertirlos en un activo? Un astrofísico no puede tocar o interactuar con las cosas que estudia. No hay forma de hacer explotar una estrella en un laboratorio para descubrir por qué o cómo explotó. Solo fotos y películas del cielo. Todo lo que sabemos sobre el universo, desde el big bang que originó el espacio y el tiempo, la formación y evolución de estrellas y galaxias, hasta la estructura de nuestro propio sistema solar, lo descubrimos estudiando imágenes del cielo. Y para estudiar un sistema tan complejo como todo el universo, los astrofísicos son expertos en extraer modelos y soluciones simples de conjuntos de datos grandes y complejos. Y ¿qué más puedo hacer con esta experiencia? ¿Qué pasa si giramos la cámara hacia nosotros? En el Observatorio Urbano eso es exactamente lo que hacemos. Greg Dobler, también astrofísico y mi esposo, creó el primer observatorio urbano en la Universidad de Nueva York en 2013, al que me uní en 2015. Estas son algunas de las cosas que hacemos. Tomamos fotos de la ciudad por la noche. y estudiamos las luces de la ciudad como si fueran estrellas. Al estudiar cómo cambia la luz con el tiempo y el color de las luces astronómicas, obtengo información sobre la naturaleza de las estrellas en explosión. Al estudiar las luces de la ciudad de la misma manera, podemos medir y predecir cuánta energía necesita y consume la ciudad y ayudar a construir una red resiliente que apoyará las necesidades o el crecimiento de los entornos urbanos. En las imágenes diurnas, capturamos columnas de contaminación. El 75 % de los gases de efecto invernadero en la ciudad de Nueva York provienen de un edificio como este, de fuel para la calefacción. Se puede medir la contaminación con sensores de calidad del aire. Pero imaginen poner un sensor en cada edificio de la ciudad de Nueva York, que lea los datos de un millón de monitores. Imaginen el costo. Con un equipo de estudiantes de la NYU, creamos un modelo matemático, Una red neuronal que puede detectar y rastrear estos penachos sobre el horizonte de la ciudad de Nueva York. Podemos clasificarlos. Plumas de vapor inofensivas, blancas y evanescentes; chimeneas contaminantes, oscuras y persistentes... Y proporcionamos a los responsables políticos un mapa de la contaminación del vecindario. Este proyecto multidisciplinario creó soluciones transformadoras. Pero las metodologías de análisis de datos que utilizamos en astrofísica se pueden aplicar a todo tipo de datos, No solo imágenes. Nos pidieron ayudar a un fiscal de distrito de California para comprender los retrasos procesales en su jurisdicción. Hay personas en libertad condicional o sentadas en la cárcel, esperando juicio a veces durante años. Querían saber qué tipo de casos se prolongaron, y tenían un conjunto de datos masivo para explorar y entenderlo, pero no tenían la experiencia o los instrumentos en su oficina para hacerlo. Y ahí es donde entramos nosotros. Trabajé con mi colega, la profesora de política pública Angela Hawken, y nuestro equipo creó primero un tablero visual para que los fiscales vean y comprendan mejor el proceso de enjuiciamiento. Pero también, nosotros mismos analizamos sus datos, mirando a ver si la duración del proceso sufría desigualdades sociales en su jurisdicción. Lo hicimos usando métodos que usaría para clasificar miles de explosiones estelares, aplicados a miles de casos judiciales. Y al hacerlo, creamos un modelo que puede aplicarse a otras jurisdicciones que estén dispuestas a explorar sus prejuicios. Estas colaboraciones entre expertos y astrofísicos crean soluciones transformadoras para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas. Pero es un camino de doble sentido. Llevo mi experiencia en astrofísica a la ciencia urbana, y llevo lo que aprendo en ciencia urbana a la astrofísica. Ecos de luz: los reflejos de explosiones estelares sobre el polvo interestelar. En nuestras fotos estos reflejos aparecen como rasgos blancos, evanescentes y móviles, al igual que las plumas. Adapto los mismos modelos que detectan plumas en las imágenes de la ciudad. para detectar ecos de luz en imágenes del cielo. Al explorar las cosas que me interesan y me entusiasman, yendo más allá de mi campo, convertí mi inquietud en un activo. Todos tenemos una perspectiva única que puede generar una nueva visión. y conducir a soluciones nuevas, inesperadas y transformadoras. Gracias. (Aplausos)