¿Creen Uds. que la vida es justa?
Toda mi vida me he aferrado a la esperanza
de que toda persona con independencia
de su procedencia, continuara con su vida,
y que la educación fuera
el gran elevador social.
Sus notas escolares importan
más que nunca,
y una "A" sería siempre mejor
que una "B" o una "C", ¿verdad?
Solía pensar sobre estas cuestiones
cuando limpiaba las calles de
Londres como adolescente.
Mi madre trabajaba en el consejo local.
Ella me consiguió un trabajo;
me dijo que me abriría puertas.
No me había dado cuenta de que
eran puertas a un camión de basura,
(Risas)
pero estaba orgulloso
de ser el basurero un verano.
Además gané un dinero extra
limpiando las calles, y hasta hoy
no me resisto a la tentación de atar
las bolsas de basuras de manera concreta.
Y recojo la basura
cuando camino calle abajo.
No me podía resistir
a contar esta historia
cuando escribí un artículo para
el periódico hace un par de años.
Era todo sobre como mi vida se
ha transformado gracias a la educación.
Mi madre y mi padre se
divorciaron cuando tenía 15.
Terminé durmiendo por mi cuenta,
no yendo a clase.
Mis perspectivas eran poco
prometedoras en ese momento.
Para ser honesto, la mayor reacción
que conseguí en los periódicos
fue el corte de pelo de los 80.
(Risas)
El rubio teñido, los pendientes,
el rotulador de ojos...
(Risas)
Y ahora estoy maldito, porque,
cualquier cosa que mis hijos lleven,
yo llevaba algo peor en los 80.
(Risas)
Pero, a pesar de
mis impactantes apariencias,
mi vida cambió de sentido.
Esto fue principalmente
debido a familia y amigos.
Mi mejor amigo me animó
a volver a la universidad,
sus padres me acogieron,
un tío se hizo cargo del pago
de toda la universidad.
Saben, cuando uno mira
el éxito individual,
normalmente es un producto
del esfuerzo colectivo.
Nunca nos deberíamos olvidar de eso.
Así que volví al colegio,
y al final realicé
un doctorado en física teórica,
algo que no menciono en muchas fiestas,
porque detiene la conversación en seco.
Me convertí en reportero
en un periódico de tirada nacional.
Fui jefe ejecutivo de Sutton Trust,
una de las fundaciones que
lideran la educación en el país,
y un autor con libros publicados.
Ahora soy el primer profesor
de movilidad social.
Mi madre habría estado orgullosa
si todavía ella estuviera viva.
Así que he usado esta historia
para tratar de inspirar otra gente joven,
para enseñarles que su contexto social,
económico... no determina
lo que pasa en su vida.
Pero la dura realidad es que alguien como
yo, de mi contexto social, económico...
tiene menos posibilidades de llegar alto
en escalera social ahora, que antaño.
Observamos un aumento progresivo de
la carrera armamentística de la educación,
en la que el rico comandante
obtiene las armas más poderosas,
para que sus hijos estén a la cabeza,
y los pobres, apenas equipados
para luchar.
Vean como ejemplo las clases particulares.
Ha habido un boom en este sector
en los últimos 20 años
en Inglaterra y Gales.
En 2005el 18 % de los adolescentes
dijeron que,
en un día laborable cualquiera,
habían recibido clases particulares.
En 2017 ese porcentaje había aumentado
a uno de cada tres adolescentes.
Y, ¿quiénes son los compradores
de este millonario negocio?
Son los niños de las clases privilegiadas.
Excaven debajo de la chapa que es la
ordenada y respetuosa sociedad británica,
y hallarán una historia muy diferente.
Muchos padres admiten haber hecho
trampas en las admisiones al colegio,
alquilando una propiedad cercana,
para que sus hijos puedan adelantarse.
El periódico The Times llevó a cabo
una investigación que mostraba
como miles de padres argumentan supuestos
problemas médicos, que padecen sus hijos
de forma que puedan ponerse
al frente de la cola.
Justamente igual que
las direcciones falsas,
estas condiciones misteriosamente
desaparecen a lo largo del curso escolar.
Todo esto llega a un nivel aún mayor
en lo referente a entrar en
las mejores universidades.
Puede que el mes pasado hayan visto
la noticia del mayor escándalo
de la historia de EE.UU
sobre las admisiones universitarias.
Actores de Hollywood se encontraban
entre el conjunto de ricos padres
que pagaban a una organización, para
sobornar a los responsables de admisión,
para pagar a otra gente para hacer
los exámenes de sus hijos,
incluso para fabricar proezas atléticas.
No estoy sugiriendo que
estas evidentes trampas
estén ampliamente extendidas
en la educación superior.
Pero, ¿cuán diferente es
de todas las ventajas
que ostenta la clase media?
Las clases particulares, la
información, los contactos...
Todo ello son factores cruciales
para ganar la ventaja en esta competición.
Y un abogado estadounidense
lo resumió muy bien.
Por cada ganador, ha de haber un perdedor.
Y en la tóxica mezcla
de educación y dinero,
[Ganadores y perdedores]
un juego de suma cero en movilidad social,
ha de haber un perdedor por cada ganador.
Lejos de actuar como
el gran elevador social,
el sistema educativo se
ha convertido en el vehículo
a través del cual, las élites mantienen
su posición en la sociedad.
Pueden ver esto en la expansión de
las universidades en Inglaterra.
En los últimos 40 años,
la tasa de graduación de aquellos
con menor cantidad de recursos
ha aumentado.
Pero la tasa de graduación de aquellos
provenientes de hogares más ricos
ha aumentado incluso más.
En otras palabras,
la brecha, en el número de
graduaciones, ha aumentado.
La expansión de las universidades ha sido,
principalmente, asunto de la clase media.
¿Todavía crees que una "A" es
mejor que una "B" o una "C"?
Pero lo que sabemos
es que los A Levels están aumentando
en función de cuanto apoyo obtienen
así como de su potencial académico
o de su habilidad natural.
¿De qué otra forma explican
que los niños en las escuelas públicas
obtengan las mismas notas en los A Level
que sus correspondientes
en escuelas privadas,
obtienen mejores notas, de
media, en la universidad?
No, no estoy culpando a los padres aquí.
Soy padre. He pagado por clases
particulares para mis hijos.
Todos queremos lo mejor
para nuestros hijos e hijas.
Pero creo que hemos llegado a un peligroso
punto de inflexión en nuestra sociedad.
La desigualdad ha aumentado
a lo largo de mi vida,
y los ricos se han apartado,
y la carrera armamentística se ha
convertido en asunto aún más unilateral.
Es poca sorpresa que
la movilidad social halla caído.
Y que encontremos
que existe un enlace inextricable
entre la desigualdad,
la brecha entre los ricos y los pobres,
y la movilidad social, la probabilidad
de subir la escalera social.
Pueden ver esto
en las comparaciones internacionales.
En este gráfico de varios países,
cuanto más arriba en el gráfico,
menor es la movilidad social del país.
Cuanto más a la derecha,
más desigual es el país.
Gran Bretaña y EE. UU. están
en la peor posición de todas:
gran desigualdad y baja movilidad social.
Lo que es realmente interesante sobre
estas comparaciones internacionales
es que países como Gran Bretaña y EE. UU.
que han abrazado la muy individualista
noción del Sueño Americano,
tienen poca movilidad social,
y esos países,
como las naciones escandinavas,
que han priorizado la
responsabilidad colectiva
sobre la ganancia individual, y tienen
mayores tasas de movilidad social.
Es los países escandinavos,
no hablan sobre el Sueño Americano,
hablan sobre la ley de Jante:
colocando a la sociedad
por encima del individuo.
En este país, somos perseguidos por
las palabras de Margaret Thatcher
que no existe tal cosa como sociedad.
Entonces, ¿por qué debería esto importar?
Bueno, para empezar, destaca
un enorme desperdicio de talento:
millones de vidas en este país
cuyo potencial no se alcanza.
Y francamente, cada vez mayor número
de personas nos estamos hartando de esto.
Podemos ser una sociedad clasista,
pero en Gran Bretaña, la mayor queja
es no jugar según las normas.
Estamos cansados de que
la misma gente esté en la cumbre.
Todo Primer Ministro, desde la guerra, que
ha estudiado en una universidad británica
ha ido a una única institución: Oxford.
Y un colegio, Eton College, ha
producido 19 Primeros Ministros.
Entre el 50 y el 60 % de los líderes,
en un gran rango de profesiones,
de medicina a derecho,
política o periodismo,
han ido a escuelas privadas.
Pero solo un 7 % de la totalidad
de niños asisten a estos colegios.
Hemos creado una élite
desconectada y disfuncional.
Esto lo conozco de primera mano;
He estado en el número
10 de Downing Street,
y estoy seguro de que era
la única persona en la sala
que había dormido
en el suelo de una estación de tren,
que había sido amenazada con un cuchillo,
seguro la única que había
usado lápiz de ojos,
(Risas)
o quizá no.
Existe una clara falta de
diversidad en la cumbre.
Y esto importa, porque la gente
con diferentes experiencias
traen consigo nuevas perspectivas
y diferentes puntos de vista.
Mejoran la toma de decisiones.
Ellos entienden a las comunidades
completamente diferentes entre sí,
a las que están destinados a servir.
La baja movilidad social ha creado
una política populista y divisiva.
¿Suena alguna campana?
Y una sociedad fracturada.
Y creo,
que nos dirigimos hacia nuestro
propio accidente automovilístico,
que serán los disturbios sociales.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer?
Yo pienso que necesitamos
un sistema educativo que
alimente todos los talentos,
no solo lo académico, pero lo
emprendedor, vocacional, creativo...
La universidad no es para todo el mundo.
Pero si hablan en serio
sobre la movilidad social,
también abordarían los
extremos de la desigualdad.
Pagarían más a enfermeros y maestros,
personas que hacen un bien público.
También tenemos que hacer las
admisiones a las universidades más justas.
Yo haría mucho más
dando descuentos de grados
a jóvenes procedentes
de entornos más desfavorecidos
Las universidades ya hacen esto,
pero podrían hacer mucho más.
Una "B", "C" o "D" es un logro increíble
Si has estado enfermo,
si has tenido una vida difícil,
si simplemente has sido pobre,
establecería un esquema porcentual
a las escuelas públicas.
Esto ya se ha hecho en EE. UU.
Si vienes del 10 % superior de la clase,
estás automáticamente inscrito
en tu universidad local.
Tus circunstancias tienen
un profundo impacto en tus logros.
Mi favorita, sin embargo,
es escoger estudiantes al azar
que se hayan conocido
en algún nivel académico.
Para ser franco,
entrar en esas top universidades,
con esas notas tan altas
ya es de por sí una lotería.
Y las loterías son ampliamente
utilizadas en la educación.
De un golpe, borraríamos todas
las ventajas de la clase media;
los juegos, las trampas,
el saltarse la cola.
Lanzar los dados igualaría
la lotería de la vida.
Y una última cosa:
no permitan que nadie les
diga que el mundo es justo,
que vivimos en una meritocracia,
que la movilidad social está de
alguna manera disminuyendo.
Jugamos en un grotescamente
desigual campo de juego.
Se ve algo como esto.
(Risas)
Y la mayoría de nosotros, no solo los que
procedemos de entornos desfavorecidos,
enfrenta una gran cuesta,
solo para competir.
Recuerden, una "A" no es siempre
mejor que una "B" o una "C".
Muchas gracias.
(Aplauso)