Quiero que miren a su alrededor un momento y traten de encontrar la persona más paranoica aquí presente... (Risas) y luego me la señalen. (Risas) Bueno, en realidad no lo hagan. (Risas) Pero, como psicólogo organizacional, paso mucho tiempo en diferentes lugares de trabajo y veo aflorar la paranoia en todas partes, provocada especialmente por gente oportunista. Los oportunistas son gente egocéntrica. Solo piensan en lo que podemos hacer por ellos. Lo contrario de un altruista, alguien que a menudo pregunta: "¿En qué puedo ayudarle?" Quería darles una oportunidad de pensar en su propio estilo. Todos somos tanto altruistas como oportunistas, pero el estilo es cómo tratas a la mayoría en general y por omisión. Hagamos una prueba corta para poder averiguar si eres más bien altruista u oportunista y podemos hacerlo ahora mismo. [La Prueba Narcisista] [Paso 1: Piensa un momento en ti mismo.] (Risas) [Paso 2: Si llegaste al paso 2, no eres narcisista.] (Risas) Esto es lo único que diré hoy que no tiene fundamento, pero estoy convencido de que cuanto más tarden en reírse de esta caricatura, más preocupados deberían estar por la posibilidad de ser oportunistas. (Risas) Por supuesto, no todos los oportunistas son narcisistas. Algunos son solo altruistas que a menudo fueron defraudados. Hay otro tipo de oportunista que no abordaremos hoy y es el psicópata. (Risas) Sin embargo, curioso por saber qué tan comunes son estos extremos, encuesté a más de 30 000 profesionales en diversos campos y culturas del mundo. Y descubrí que la mayoría está en el medio, entre dar y recibir. Tienen este tercer estilo llamado "compañerismo". Si Ud. es uno de ellos, busca el equilibrio entre dar y recibir; quid pro quo: "Haré algo por ti si haces algo por mí". Y eso parece ser una manera segura de vivir la vida. Pero ¿es la manera más efectiva y productiva de vivir la vida? La respuesta a esa pregunta es definitivamente un "puede ser". (Risas) Estudié docenas de organizaciones, miles de personas, ingenieros que midieron su productividad. (Risas) Investigué las notas de los estudiantes de medicina, incluso los ingresos de los comerciales. (Risas) E, inesperadamente, los que peor se desempeñaban en cada de estos trabajos eran los altruistas. Los ingenieros que menos trabajaron fueron los que hicieron más favores de lo que recibieron. Estaban tan ocupados haciendo el trabajo de los demás que no tenían suficiente tiempo ni energía para hacer el suyo. En la escuela de medicina, los estudiantes con la peor calificación eran los mismos que estaban de acuerdo con declaraciones como esta: "Me encanta ayudar a otros", lo que sugiere que el médico de máxima confianza es el que salió de la universidad sin ningún deseo de ayudar a nadie. (Risas) Y luego en las ventas, también, los ingresos más bajos los tenían los vendedores más generosos. En realidad contacté con uno de esos comerciales que tenía una puntuación muy alta, y le pregunté, "¿Por qué eres tan malo en tu trabajo..". Bueno, no le pregunté esto (Risas) "¿Cuál es el costo de la generosidad en las ventas?" Dijo: "Me preocupo tanto por nuestros clientes que nunca les vendería un producto de mala calidad". (Risas) Solo por curiosidad, ¿cuántos se autoidentifican más como altruistas que oportunistas o compañeros? Levanten la mano. Antes de presentar estos datos, hubiera levantado la mano más gente. Pero en realidad, resulta que hay un truco porque los altruistas que se sacrifican a menudo mejoran sus empresas. Tenemos un montón de pruebas... muchos, muchos estudios que hablan de la frecuencia de este comportamiento que existe en un equipo o una organización: cuantas más personas ayudan, comparten sus conocimientos y brindan orientación, mejor les va a las organizaciones en todas las posibles mediciones: mayor beneficio, satisfacción del cliente, retención de empleados, incluso menos gastos operativos. Así que los altruistas emplean mucho tiempo tratando de ayudar a otros y mejorar el equipo y luego, por desgracia, sufren en el camino. Quiero hablar de lo que se necesita para construir culturas donde los altruistas realmente llegan a tener éxito. Así que me preguntaba si los altruistas son los peores, ¿quién tiene el mejor desempeño? Permítanme comenzar con la buena noticia: no son los oportunistas, ya que tienden a subir rápidamente pero fallan igualmente en su trabajo. Y pierden a favor de los compañeros. Si eres un compañero, crees en "ojo por ojo", en un mundo justo. Así que cuando te topas con un oportunista sientes que es tu misión en la vida castigar severamente a esa persona. (Risas) Y así se hace justicia. Bueno, la mayoría son compañeros y eso significa que si eres oportunista, te llegará el final, se cosecha lo que se siembra. Y así la conclusión lógica es que los compañeros son los mejores. Pero no lo son. En cada trabajo, en cada empresa que he estudiado, los mejores resultados los dan, de nuevo, los altruistas. Echemos un vistazo a algunos datos recogidos de cientos de comerciales y el seguimiento de sus ventas, y los altruistas se encuentran a ambos extremos: constituyen la mayoría de los que tienen menos ingresos, pero también las mayores ventas. Los mismos patrones de rendimiento se dan en los ingenieros y las calificaciones de estudiantes de medicina. Los altruistas están sobre-representados en la parte inferior y superior de todas las métricas de éxito. Lo que plantea la pregunta: ¿Cómo creamos un mundo en el que sobresalgan más altruistas? Quiero decirles cómo hacer eso, no solo en las empresas sino también en organizaciones sin fines de lucro, escuelas, incluso gobiernos. ¿Están listos? (Ovaciones) Iba a hacerlo de todos modos, pero aprecio el entusiasmo. (Risas) Lo primero realmente crítico es reconocer que los altruistas son su personal más valioso, pero si no tienen cuidado, se agotan. Así que tienen que proteger a los altruistas de tu alrededor. Aprendí una gran lección sobre esto del mejor emprendedor listado en Fortune. Es el tipo, no el gato. (Risas) Su nombre es Adam Rifkin. Es un empresario de mucho éxito que pasa una cantidad enorme de su tiempo ayudando a otros. Y su arma secreta es el favor de cinco minutos. Adam dijo: "No tienes que ser la Madre Teresa o Gandhi para ser altruista. Solo encontrar pequeñas maneras de agregar mucho valor a la vida de otros". Algo tan simple como presentar a dos personas que podrían beneficiarse del encuentro. O compartir el conocimiento o dando un poco de feedback. O puede ser incluso algo tan básico como decir: "¿Sabes? Trataré de averiguar si puedo identificar a alguien cuyo trabajo ha pasado desapercibido". Y esos favores de cinco minutos son realmente críticos en ayudar a los altruistas a establecer límites y protegerse. La segunda cosa que importa si quieres construir una cultura donde los altruistas tengan éxito es realmente tener una cultura donde pedir ayuda es normal, donde la gente pregunta mucho. Esto puede ser un poco incómodo para algunos. [¿Así que en todas tus relaciones, siempre tienes que ser el altruista?] (Risas) Lo que se nota con los altruistas de éxito es que reconocen que está bien recibir algo a cambio también. Si uno dirige una organización, podemos hacer esto aún más fácil. Podemos facilitar que la gente pida ayuda. Junto a un par de colegas estudiamos hospitales. Descubrimos que algunas enfermeras pedían mucha ayuda y en otros departamentos no tanto. Lo que destacó allí donde pedir ayuda era algo normal, donde era la norma, es que había una enfermera cuyo único trabajo era ayudar a otras enfermeras de su departamento. Cuando esa función se hizo disponible, las enfermeras se dijeron: "No es vergonzoso ni vulnerable pedir ayuda; en realidad se fomenta". Pedir ayuda no es importante solo para proteger el éxito y el bienestar de los altruistas, sino también crucial para aumentar el comportamiento altruista porque los datos dicen que entre el 75 y el 90 % de todos los favores entre compañeros comienza con una solicitud. Pero mucha gente no pregunta. No quieren parecer incompetentes, no saben a dónde acudir, no quieren cargar a los demás. Sin embargo, si nadie nunca pide ayuda, tendrán un montón de altruistas frustrados en su organización a quienes les encantaría ayudar y contribuir, solo con saber a quién podrían ayudar y cómo. Pero creo que lo más importante si quieren construir una cultura de altruistas exitosos es estar atentos a quién incorporan en su equipo. Pensaba que si quieren una cultura de generosidad productiva, deberían contratar a un montón de altruistas. Pero me sorprendió descubrir que en realidad eso funcionaba, que el impacto negativo de un oportunista en una cultura es en general el doble o el triple del impacto positivo de un altruista. Piensen en ello de esta manera: una manzana podrida pudre todo el cesto pero una golondrina no hace un verano. No sé qué significa eso... (Risas) pero espero que lo hagan; mejor no, dejen un oportunista en el equipo y verán que los altruistas dejarán de ayudar. Dirán: "Esto es un nido de víboras. ¿Por qué debo contribuir?" Pero si dejan un altruista en el equipo, no habrá una explosión de generosidad, sino más bien, la gente dirá: "Genial, esa persona puede hacer todo nuestro trabajo". Por lo tanto, en la contratación efectiva, la selección y creación de un equipo no se trata de traer a los altruistas sino de eliminar a los oportunistas. Si lo hacen bien, solo tendrán altruistas y compañeros. Los altruistas serán generosos porque no tienen que preocuparse de las consecuencias. Y el encanto de los compañeros es que siguen la norma. Entonces, ¿cómo se descubre al oportunista antes de que sea demasiado tarde? En realidad nos cuesta identificar a los oportunistas especialmente a primera vista. Hay un rasgo de su personalidad que nos despista: la amabilidad; un rasgo principal de personalidad a través de culturas. Las personas agradables son cálidas y amistosas, son agradables, son educadas. Muchos de ellos se encuentran en Canadá... (Risas) donde hubo realmente un concurso nacional para proponer un nuevo eslogan canadiense y rellenar el espacio en blanco, "Tan canadiense como..." Pensé que la ganadora iba a ser: "Tan canadiense como el jarabe de arce", o, "como el hockey sobre hielo". Pero no, los canadienses votaron por un nuevo lema nacional -- y no les tomo el pelo -- "Tan canadiense como sea posible bajo las circunstancias". (Risas) Ahora, los que son muy agradables, o tal vez un poco canadienses, lo entienden de inmediato. ¿Cómo podría decir que soy único cuando estoy constantemente adaptándome tratando de complacer a otras personas? Las personas desagradables hacen esto mucho menos a menudo. Son más críticas, escépticas, desafiantes, y mucho más probable que estudian derecho que sus colegas. (Risas) No es broma, realmente es un hecho empírico. (Risas) Así que siempre supuse que la gente agradable era altruista y los desagradables oportunistas. Pero luego reuní los datos y me sorprendió encontrar ninguna correlación entre esos rasgos porque parece que la dualidad amabilidad-antipatía es una capa: ¿Qué tan agradable es interactuar con Ud.? Mientras que ser altruista o un oportunista es más bien una motivación interior: ¿Cuáles son sus valores? ¿Cuáles son sus intenciones hacia los demás? Si realmente quieres juzgar a la gente con precisión, hay que llegar al momento que cada consultor en la sala está esperando, y dibujar una pequeña tabla. (Risas) Los altruistas agradables son fáciles de detectar: dicen que sí a todo. Los oportunistas desagradables también se reconocen rápidamente, aunque se les conoce por un nombre ligeramente diferente. (Risas) Nos olvidamos de las otras dos combinaciones. Hay altruistas desagradables en nuestras organizaciones. Hay personas que parecen duras pero en su interior, están motivados por las mejores intenciones. O como dijo un ingeniero: "¡Los altruistas desagradables! Unos con una mala interfaz de usuario pero un gran sistema operativo". (Risas) Si eso les ayuda. (Risas) Los altruistas desagradables son los más infravalorados en nuestras organizaciones, porque son los que dan el feedback negativo que nadie quiere oír pero todos necesitan oír. Tenemos que valorar mucho mejor a estas personas en lugar de tacharlos como tal de inmediato y decir: "Es una persona un poco difícil seguro es un oportunista egoísta". La otra combinación que olvidamos es la mortal... oportunista agradable, también conocido como el falso. Esta es la persona que de cara es agradable y luego te apuñalará por la espalda. (Risas) Y mi manera favorita de atraparlos en el proceso de la entrevista es hacerles la pregunta: "¿Puedes nombrar a cuatro personas a quienes les has ayudado mucho en sus carreras? Los oportunistas le darán cuatro nombres y todos serán más influyentes que ellos, porque los oportunistas saben engatusar y luego dar una patada. Es más probable que los altruistas nombren gente menos influyente que ellos que no tiene tanto poder, que no puede traerles beneficio alguno. Y seamos realistas, todos saben se puede aprender mucho sobre el carácter viendo cómo alguien trata a un camarero o al chófer de Uber. Así que si hacemos todo esto bien, si podemos eliminar a los oportunistas de las organizaciones, si creamos un entorno seguro para pedir ayuda, si podemos proteger a los altruistas del agotamiento y creamos un marco donde sean ambiciosos y perseguir sus propios objetivos a la vez que ayudar a otras personas, podemos cambiar la manera de definir el éxito. En lugar de decir que se trata de ganar una competencia, nos daremos cuenta de que el éxito significa más bien colaboración. Creo que la manera más significativa de tener éxito es ayudar a otras personas a tener éxito. Y si podemos difundir esa creencia, podemos realmente revertir la paranoia. Hay un nombre para eso. Se llama "pronoia". Pronoia es la creencia engañosa de que otras personas están tramando su bienestar. (Risas) Que están yendo detrás de tu espalda alabándote a más no poder. (Risas) Lo bueno de una cultura de altruistas es que no es una ilusión, es la realidad. Quiero vivir en un mundo donde los altruistas tengan éxito y espero que me ayuden a crear ese mundo. Gracias. (Aplausos)