Esta noche vengo a demostrar
que invitar a un ser querido,
un amigo o incluso un extraño
a grabar una entrevista
significativa con uno,
no solo puede convertirse en uno
de los momentos más importantes
en la vida de esa persona,
sino en la de uno mismo.
A los 22 años, tuve la suerte
de encontrar mi vocación
cuando incursioné en la creación
de historias para la radio.
Casi al mismo tiempo,
me enteré de que mi padre, al que yo
me sentía muy cercano, era gay.
Me pilló por sorpresa.
Éramos una familia muy unida,
y yo estaba devastado.
En algún momento, en una de
nuestras tensas conversaciones,
mi padre mencionó
los disturbios de Stonewall.
Me dijo que una noche en 1969,
un grupo de jóvenes
travestis negros y latinos
luchaban contra la policía
en un bar gay en Manhattan
llamado Stonewall Inn,
y cómo esto dio inicio al movimiento
moderno de derechos de homosexuales.
Era una historia asombrosa
que despertó mi interés.
Así que decidí ir con
mi grabadora y averiguar más.
Con la ayuda de un joven
documentalista llamado Michael Shirker,
ubicamos a todas las personas que supimos
que habían estado en
el Stonewall Inn esa noche.
Grabando estas entrevistas,
vi cómo el micrófono me dio la licencia
para ir a lugares que, de otra manera,
nunca habría ido
y hablar con gente con la que tampoco
habría podido jamás haber hablado.
Tuve el privilegio de conocer
algunos de los seres humanos
más sorprendentes, feroces y valientes
que jamás había conocido.
Era la primera vez que
la historia de Stonewall
se difundía a una audiencia nacional.
Dediqué el programa a mi papá,
esto cambió mi relación con él
y me cambió la vida.
Durante los siguientes 15 años,
hice muchos más documentales de radio,
para arrojar luz sobre personas a las
que rara vez se escuchaba en los medios.
Una y otra vez
he visto cómo este simple
acto de ser entrevistado
puede significar mucho para las personas,
especialmente a aquellas
que se les había dicho
que sus historias no importaban.
Literalmente, pude ver a la gente
recuperar la confianza
al empezar a hablar ante el micrófono.
En 1998, hice un documental
sobre los últimos hoteles Flophouse
en el Bowery en Manhattan.
Allí se quedaban por décadas
en estos hoteles baratos.
Vivían en cubículos del tamaño
de celdas de prisión
cubiertos con malla de gallinero
para impedir que saltaran de
una habitación a otra.
Más tarde, escribí un libro sobre esos
hombres con el fotógrafo Harvey Wang.
Recuerdo entrar en una de esas pensiones
con una versión temprana del libro
y mostrarle
a uno de esos tipos su página.
Se quedó mirándolo en silencio,
entonces me arrancó el libro de las manos
y empezó a correr por
el largo y estrecho pasillo,
sosteniéndolo sobre su cabeza
y gritando, "¡Existo! ¡Existo!"
(Aplausos)
En muchos sentidos, "existo"
fue la llamada para StoryCorps,
esa loca idea que tuve
hace más de una década.
La idea era tomar
la técnica de los documentales
y darle un vuelco total.
Tradicionalmente, un documental consta
de entrevistas grabadas para crear
una obra de arte, de entretenimiento
o educativa, para ser vista
o ser escuchada por muchas personas.
Pero yo quería intentar algo
donde la entrevista en sí
fuese el propósito del trabajo
y ver si se le podía dar a muchas,
muchas personas la oportunidad
de que se ser escuchadas.
Así, en la terminal de
Grand Central hace 11 años,
instalamos un cubículo donde cualquiera
puede venir a honrar a una persona
y entrevistarla sobre su vida.
Al llegar a este cubículo, un facilitador
lo recibe y lo acompaña adentro.
Por ejemplo, uno se sienta
frente a su abuelo
durante cerca de una hora,
escucha y habla.
Mucha gente lo percibe como
si esta fuese la última conversación;
"¿Qué querría preguntar
y decir a esta persona
que significa tanto para mí?"
Al final de la sesión, uno se va
con una copia de la entrevista
y otra copia va al
American Folklife Center
de la Biblioteca del Congreso
para que sus tatara-tatara-tatara-nietos
algún día conozcan a su tatara... abuelo
con su voz y su historia.
Abrimos este cubículo en uno de los
lugares más concurridos del mundo,
para invitar a la gente a tener
esta conversación muy íntima
con otra persona.
No tenía idea de si funcionaría,
pero desde el principio, sí resultó.
Las personas abordaron la experiencia
con increíble respeto
y adentro surgieron
increíbles conversaciones.
Quiero ahora reproducir
un extracto animado
de una entrevista grabada en ese
cubículo original de Grand Central.
Se trata de Joshua Littman, de 12 años,
entrevistando a su madre, Sarah.
Josh tiene el síndrome de Asperger.
Quizás sabrán que los niños
con síndrome de Asperger
son increíblemente inteligentes
pero que tienen dificultades sociales.
Por lo general tienen obsesiones.
En el caso de Josh, la suya
es con los animales.
Así es como Josh habló
con su madre Sarah
en Grand Central, hace 9 años.
(Video) Josh Littman:
En una escala de 1 a 10,
¿crees que tu vida sería
diferente sin animales?
Sarah Littman: Creo que sería
un 8 sin animales,
porque ellos aportan
mucho placer a la vida.
JL: ¿En qué crees que tu vida
sería diferente sin ellos?
SL: Bueno, podría pasar
sin cucarachas y sin serpientes.
JL: A mí no me molestan
las serpientes, si no son venenosas
o si no te agreden de alguna manera.
SL: Sí, yo no soy gran
admiradora de las serpientes.
JL: Las cucarachas son insectos
a los que nos encanta odiar.
SL: Sí, realmente es así.
JL: ¿Alguna vez has pensado que
no soportarias tener un hijo?
SL: Cuando eras bebé,
tenías unos cólicos muy terribles,
por lo que llorabas y llorabas.
JL: ¿Qué es un cólico?
SL: Cuando se tiene
un fuerte dolor de estómago
y tienes que gritar como por 4 horas.
JL: ¿incluso más fuerte que Amy?
SL: Tú eras bastante ruidoso,
pero Amy era más aguda.
JL: Creo que a todo el mundo
parece gustarle más Amy,
como si fuera una angelita, perfecta.
SL: Puedo entender por qué piensas
que a la gente le gusta más Amy,
y no digo que sea
por tu síndrome de Asperger,
pero a Amy le resulta fácil ser amable,
mientras que creo que,
para ti, es más difícil.
Pero las personas que se toman
el tiempo para conocerte, te adoran.
JL: ¿Como Ben o Eric o Carlos?
SL: Sí.
JL: ¿Es como tener amigos de mejor
calidad, aunque en menor cantidad? (Risas)
SL: No juzgo la calidad, pero creo que...
JL: Primero Amy quería a Claudia,
pero luego la odiaba,
después la amaba y luego la odiaba.
SL: En parte eso son
cosas de chicas, cariño.
Lo importante para ti es que
tienes unos pocos muy buenos amigos,
y realmente eso es lo
que necesitas en la vida.
JL: ¿Fui yo el hijo que
querías cuando nací?
¿Cumplo tus expectativas?
SL: Tú has excedido
mis expectativas, cariño,
porque una tiene estas fantasías
de cómo será su hijo,
pero me has hecho crecer
mucho como madre, porque...
JL: Bueno, yo fui quien te hizo madre.
SL: Sí. Tú fuiste el que me hizo madre.
Ese es un buen punto. (Risas)
Pero también porque
piensas de forma diferente
a lo que dicen los libros
de crianza de los hijos.
Tuve, de verdad, que aprender contigo
a pensar más allá de lo convencional.
Me has hecho mucho más creativa,
como madre y como persona,
y yo siempre te
estaré agradecida por eso.
JL: Y ¿eso te ayudó cuando nació Amy?
SL:Sí. Eso me ayudó cuando nació Amy.
Pero eres increíblemente especial para mí
y soy muy afortunada
de tenerte como mi hijo.
(Aplausos)
David Isay: Después de que esta
historia se emitiera en la radio pública,
Josh recibió cientos de cartas
diciéndole lo increíble que era.
Su madre, Sarah, las recogía en un libro,
y cuando Josh volvía de la escuela,
las leían juntos.
Quisiera agradecer a dos de mis héroes
que están aquí con nosotros esta noche.
Sarah Littman y su hijo Josh, hoy en día
universitario con matrícula de honor.
(Aplausos)
Muchas personas dicen que lloran
al oír historias de StoryCorps,
y no es porque sean tristes.
La mayoría no lo son.
Creo que es porque uno oye
algo auténtico y puro
en estos momentos, cuando
a veces es difícil discernir
entre lo real y los anuncios.
Es una especie de anti-reality show.
Nadie viene a StoryCorps
para hacerse rico.
Nadie viene a hacerse famoso.
Se trata simplemente de
un acto de generosidad y amor.
Muchos son gente común que habla
sobre su vida llevada con bondad,
coraje, decencia y dignidad.
Al oír esas historias,
uno a veces puede sentirse
como caminando en tierra sagrada.
Este experimento
en el Grand Central funcionó
y lo ampliamos a todo el país.
Hoy en día, más de 100 000
personas de los 50 Estados,
en miles de ciudades
y pueblos de EE.UU.,
han grabado entrevistas en StoryCorps.
Actualmente es la colección más grande
de voces humanas jamás reunida.
(Aplausos)
Hemos contratado y entrenado
a cientos de facilitadores
para ayudar a la gente
como guías en esa experiencia.
La mayoría trabaja
un año o dos con StoryCorps
viajando por el país, recogiendo
sabiduría de la humanidad.
Los llaman testimoniales.
Si se les pregunta,
todos los facilitadores dirán
que lo más importante
que han aprendido al presenciar
estas entrevistas,
es que las personas
son básicamente buenas.
Creo que se podría decir que
en los primeros años de StoryCorps
pudo haber algún tipo de
sesgo en la selección.
Pero tras decenas de miles de
entrevistas, con todo tipo de personas,
en todas las partes del país,
ricos y pobres, de 5 a 105 años de edad,
en 80 idiomas diferentes,
por todo el espectro político,
se ve que en todos ellos
hay algo realmente especial.
También he aprendido
mucho de estas entrevistas.
He aprendido sobre poesía,
sobre sabiduría y sobre la gracia
que hay en las palabras
de las personas que nos rodean
simplemente al tomarnos
el tiempo para escuchar.
Como en esta entrevista
de un empleado de apuestas
en Brooklyn llamado Danny Perasa
quien trajo a su esposa Annie a StoryCorps
para hablarle de su amor por ella.
(Audio) Danny Perasa:
Mira. El asunto es que
siempre me siento culpable
cuando te digo "te amo".
Lo digo con mucha frecuencia.
Y lo digo para recordarte
que aunque yo esté así deteriorado,
me sale del alma.
Es como escuchar una canción
hermosa en un radio viejo.
Es precioso que mantengas
esa radio encendida por toda la casa.
Annie Perasa: Si no encuentro
una nota en la mesa de la cocina,
pienso que algo va mal.
Me escribes una carta de amor cada mañana.
DP: Lo único que podría impedirlo
es no encontrar un mugre bolígrafo.
AP: Para mi princesa:
El tiempo hoy está muy lluvioso.
Te llamaré a las 11:20 de la mañana.
DP: Es meteorología romántica.
AP: Y te amo. Te amo. Te amo.
DP: Si uno está felizmente casado,
no importa qué pase en el trabajo,
ni en el resto del día,
siempre hay un refugio al llegar a casa;
hay seguridad al saber
que uno puede abrazar a alguien
sin ser empujado a un lado, diciendo:
"Quíta esas manos de encima".
Estar casado es
como tener una TV en color.
Uno nunca quiere volver
a blanco y negro.
(Risas)
DI: Danny mide 1,5 m de altura
tiene estrabismo
y solo un diente mellado
pero Danny Perasa tenía más
romanticismo en la punta del dedo
que todas las celebridades
de Hollywood juntas.
¿Qué más he aprendido?
He aprendido sobre
la capacidad casi inimaginable
del espíritu humano para perdonar.
He aprendido sobre la capacidad
de recuperación y sobre la fuerza.
Como en la entrevista
de Oseas Israel con Mary Johnson.
Cuando Oseas era adolescente,
asesinó al único hijo de Mary,
a Laramiun Byrd,
en una pelea de pandillas.
Más de una década después,
Mary fue a la cárcel
para conocer a Oseas y
averiguar quién era esta persona
que había destruído la vida de su hijo.
Poco a poco, extraordinariamente,
se hicieron amigos.
Y cuando finalmente salió de la cárcel,
Oseas se mudó junto a Mary.
Este es solo un breve extracto
de la conversación que sosuvieron.
poco después de que Oseas
salió de la prisión.
(Video) Mary Johnson:
Mi hijo biológico ya no está aquí.
Yo no lo vi graduarse,
y ahora tú vas a la universidad.
Tendré la oportunidad
de ver cómo te gradúas.
Yo no lo vi casarse.
Esperemos que un día,
pueda vivir eso contigo.
Oseas Israel: Solo oírte
decir esas cosas y estar
en mi vida de la manera
en que lo haces, es mi motivación.
Me motiva para asegurarme de
que voy por el buen camino.
Tú todavía crees en mí,
y el hecho de que lo hagas
a pesar de todo el dolor que te causé,
es asombroso.
MJ: Sé que no es fácil poder
compartir nuestra historia,
incluso estar sentados aquí
mirándonos en este momento.
Sé que no es fácil, por eso
admiro que puedas hacerlo.
OI: La amo, señora.
MJ: Yo también te quiero, hijo.
(Aplausos)
DI: Infinidad de veces
me han hecho ser consciente
de la valentía y la bondad de la gente,
y de cómo el arco de la historia
realmente se inclina hacia la justicia.
Como en la historia de Alexis Martínez,
que nació como Arthur Martínez
en los proyectos Harold Ickes en Chicago.
En la entrevista, ella habla
con su hija Lesley
de cómo se unió a una pandilla
siendo un hombre joven,
y más tarde cómo hizo la transición
a la mujer que siempre debió ser.
Aquí, Alexis y su hija Lesley.
(Audio) Alexis Martínez:
Una de las cosas más difíciles para mí...
Siempre tuve miedo
de no poder participar
en la vida de mis nietas.
Pero tú resolviste completamente
esos temores;
tú y tu marido.
Fruto de esto es que,
en mi relación con mis nietas,
ellas a veces discuten
sobre si yo soy él o ella.
Lesley Martínez: Pero tienen
la libertad para hablar de ello.
AM: Tienen la libertad de hablar de ello,
pero para mí, es un milagro.
LM: No tienes que disculparte.
No tienes que andar de puntillas.
No vamos a cortarte las alas
y eso es algo que yo siempre quise,
simplemente que supieras,
que eres amada.
AM: Ahora yo vivo esto todos los días.
Camino por las calles como mujer,
y me siento en paz con lo que soy.
Quiero decir, me gustaría tener
una voz más suave, tal vez,
pero ahora ando con amor
e intento vivir así todos los días.
DI: Ahora ando con amor.
Voy a contales un secreto
sobre StoryCorps.
Se necesita coraje para
tener estas conversaciones.
StoryCorps le habla
a nuestra mortalidad.
Los participantes saben que esta grabación
se escuchará después de muertos,
Un médico de cuidados paliativos
llamado Ira Byock
ha trabajado estrechamente
con nosotros grabando entrevistas
con personas que se están muriendo.
El escribió un libro titulado
"Las cuatro cosas que más importan"
sobre lo que uno quiere decir
a las personas más importantes en su vida
antes de morir:
Gracias, te quiero,
perdóname, te perdono.
Son casi las palabras más poderosas
que podemos decir
y muchas veces eso es lo que sucede
en una cabina de StoryCorps.
Es una oportunidad de tener una despedida
con alguien que uno quiere,
sin arrepentimientos,
sin dejar nada pendiente.
Es difícil y se necesita valor,
pero es por eso que estamos vivos, ¿no?
El Premio TED.
Al enterarme hace unos meses,
por Chris, de TED
y de la posibilidad de ganar el premio,
quedé completamente anonadado.
Me pidieron que compartiera brevemente
un deseo para la humanidad,
en no más de 50 palabras.
Pensé en ello y escribí mis 50 palabras,
y unas semanas más tarde,
Chris llamó y me dijo: "¡Ven por ello!".
Así que aquí va mi deseo:
que todos Uds. ayuden
a usar todo lo aprendido
con StoryCorps
para llevarlo a todo el mundo
para que cualquiera, donde sea, pueda
grabar una entrevista significativa
con otra persona, y luego
sea archivada para la historia.
¿Cómo lo haremos?
Con... esto.
Estamos avanzando rápidamente
para que todos en el mundo
tengan acceso a uno de estos.
Tiene un poder nunca antes
imaginado, hace 11 años,
cuando empecé con StoryCorps.
Tiene un micrófono.
Te puede indicar cómo hacer las cosas
y puede enviar archivos de audio.
Esas son las funciones clave.
La primera parte del deseo
ya es realidad.
En los últimos dos meses,
el equipo de StoryCorps
ha estado trabajando arduamente
para crear una aplicación que llevara
StoryCorps más allá de nuestros cubículos
para que cualquier persona pueda
experimentarlo, donde sea, cuando sea.
Recuerden, StoryCorps ha sido siempre
dos personas,
y un facilitador ayudándolas a grabar su conversación,
que va a ser conservada para siempre.
Pero en este mismo momento,
estamos lanzando la versión beta pública
de la aplicación de StoryCorps.
La aplicación es un facilitador
digital que les guía
por el proceso de la entrevista
de StoryCorps,
les ayuda a escoger las preguntas,
y les da todas las indicaciones necesarias
para grabar una entrevista
de StoryCorps, que sea significativa.
Luego con un clic, lo subes a nuestro
archivo de la Biblioteca del Congreso.
Esa es la parte fácil, la tecnología.
El verdadero desafío es para Uds.;
aprovechar bien esta herramienta
y descubrir cómo usarla
en todo EE.UU. y por todo el mundo,
de manera que en lugar de grabar miles
de entrevistas de StoryCorps en un año,
podremos potencialmente
grabar decenas de miles
o cientos de miles
o tal vez aún más.
Imaginemos, por ejemplo,
una tarea escolar a nivel nacional
donde cada uno
de los alumnos de secundaria
que estudien historia de los EE.UU.,
en todo el país,
grabe una entrevista con un anciano
el día de Acción de Gracias,
de modo que en un solo fin de semana
se registra toda una generación de vidas
y experiencias estadounidenses.
(Aplausos)
O imaginen a dos madres,
en posiciones opuestas de un conflicto,
en algún lugar del mundo,
sentándose, no para hablar del conflicto,
sino para saber
quiénes son como personas,
y, al hacerlo, empezar a construir
vínculos de confianza.
O que algún día se convierta
en una tradición en todo el mundo,
que las personas en su cumpleaños 75,
sean honradas
con una entrevista de StoryCorps.
O que la gente en su comunidad
llegue a ancianatos, hospitales,
albergues para los sintecho,
o incluso a cárceles,
armada con esta aplicación
para honrar a las personas,
a las que menos se escucha
en la sociedad,
para preguntarles quiénes son,
lo que han aprendido en la vida,
y cómo quieren ser recordados.
(Aplausos)
Hace 10 años, grabé una entrevista
de StoryCorps con mi papá
que era psiquiatra, y que se convirtió
en un activista gay muy conocido.
Esta es nuestra imagen en esa entrevista.
Nunca pensé en esta grabación
hasta hace un par de años,
cuando mi padre, que parecía estar
en perfecto estado de salud
y que todavía trataba a pacientes
40 horas a la semana,
fue diagnosticado con cáncer.
Falleció repentinamente
unos días más tarde.
Fue el 28 de junio del 2012,
el aniversario de los
disturbios de Stonewall.
Escuché esa entrevista por primera vez
a las 3 de la mañana
el mismo día en que murió.
Para mis dos niños pequeños en casa,
la única manera de
que conocieran a esta persona,
una figura tan imponente en mi vida,
sería a través de esa sesión.
Yo pensaba que no se podía tener más fe
en StoryCorps que la que ya tenía.
Pero fue en ese momento
que comprendí, completa y visceralmente,
la relevancia de hacer estas grabaciones.
Cada día, la gente viene a mí
y me dice: "Me hubiera gustado
haber entrevistado
a mi padre, a mi abuela o a mi hermano,
pero esperé demasiado tiempo".
Ahora, nadie tiene que esperar más.
En este momento,
cuando nos comunicamos en gran medida
de manera fugaz e intrascendente,
súmense a nosotros en la creación
de este archivo digital
de conversaciones
imperecederas e importantes.
Ayúdennos a crear este regalo
para nuestros hijos,
este testimonio de lo que somos
como seres humanos.
Espero que nos ayuden
a hacer este deseo realidad.
Entrevisten a un miembro de la familia,
a un amigo o incluso a un extraño.
Juntos, podemos crear un archivo
de la sabiduría de la humanidad,
y tal vez, al hacerlo,
aprendamos a escuchar un poco más
y a gritar un poco menos.
Tal vez estas conversaciones
nos recordarán lo que realmente importa.
Y tal vez, solo tal vez,
nos ayudarán a reconocer
la simple verdad
de que cada vida,
la vida de cada persona,
importa por igual, infinitamente.
Muchas gracias.
(Aplausos)
Gracias. Gracias.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)